Joaquina Fernández

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Alimentación emocional: las vitaminas. Aprender y ser felices depende de ellas. Vitamina B12 (90)

¿Te sientes vital y fuerte? ¿Mantienes tu atención y la memoria a pesar del paso del tiempo? ¿Consigues perseverar en tu ánimo y entregarte a tus proyectos? ¿En tus últimos análisis los niveles de glóbulos rojos estaban en los parámetros correctos? Estas respuestas serán positivas si tu alimentación te aporta suficiente vitamina B12.

La historia del descubrimiento de esta vitamina tiene más de 150 años. Ya en 1855 Thomas Addison describió la sintomatología más grave de su carencia, la anemia perniciosa o anemia crónica, término qué acuñó en el año 1872 Biermer. En Medicina, a esta enfermedad se le llama «enfermedad de Addison Bermier» en reconocimiento a estos dos grandes investigadores.
Pasados los años 20, George H. Whipple (premio Nobel de Medicina) realizó experimentos con perros generando una anemia artificial. Para ello les provocaba sangrados y les alimentaba con hígado crudo. Los resultados fueron sorprendentes. Los perros alimentados de esta manera eran mucho más resistentes a cualquier tipo de enfermedades. Apoyado en estos datos, George Richards Minot descubrió que la anemia perniciosa consistía en una pérdida gradual de glóbulos rojos y un aumento de tamaño de los mismos. Minot compartió estos datos con su colega William Parry Murphy, e iniciaron unos tratamientos con enfermos anémicos a base de alimentarlos con unos 250 gramos de hígado crudo diarios. Los resultados fueron altamente positivos.
A pesar de estos éxitos, los estudiosos siguieron analizando y buscando respuestas a esta grave dolencia, que se recrudeció después de las grandes guerras, y que afectaba a muchos sectores de la sociedad. Pasados más de veinte años, hacia 1946, Karl Folkers consiguió aislar la cianocobalamina de un hígado de vaca. A este descubrimiento se le reconoció como el «factor antianemia perniciosa».
Ya en el año 1962, la química Dorothy C. Hodgkin realizaba una serie de investigaciones mediante difracción con Rayos X cuando logró dilucidar la estructura química de esta vitamina. Este hecho representó un gran avance en el tratamiento de los casos graves de anemias perniciosas que estaban asolando a los grupos económicamente más débiles. Por este gran descubrimiento le dieron a Hodgkin el premio Nobel de Química en el año 1964. En 1978, la B12 fue totalmente sintetizada por Albert Eschenmoser.
Dentro de las funciones más sobresalientes de esta vitamina cabe distinguir la formación de las células sanguíneas y de la médula ósea. También se encarga de la producción de material genético junto al ácido fólico. Esta vitamina es vital para el mantenimiento del sistema nervioso central. Y al igual que todas las vitaminas del grupo B contribuye al metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos.
L a mayoría de los niños y jóvenes de los años 60 elevaron su vitalidad a costa de pinchazos lacerantes con vitamina B12 extraída del hígado de animales. Fueron estas vitaminas de hígado, en forma de dañinas lanzas, las que permitieron que muchos de aquellos críos no murieran, que otros se recuperaran del cansancio, que elevaran su deprimido estado de ánimo y que pudieran mantenerse en la lucha por la supervivencia en un entorno mísero.
Quisiera que este post sirviera para tomar consciencia de la importancia de esta vitamina en la vida del hombre. Porque, si bien el hambre ahora está mucho más localizada, y la sociedad occidental vive un exceso de alimentación, no por ello hemos conseguido cuidar el sistema nervioso, ni reducir el estrés que se deriva en desarreglos digestivos e intestinales. O el malestar intestinal que debilita el factor intrínseco, imprescindible para la correcta absorción de esta vitamina. También es alarmante el creciente nivel de enfermedades cardiovasculares desde finales del siglo pasado. Sin olvidar la esclerosis múltiple por rotura de la envoltura mielínica. Cualquiera de estas anomalías está ligada a la deficiente absorción o baja aportación de esta vitamina.
Si bien todos estos datos son importantes, ninguno de ellos nos aproxima al verdadero valor de esta vitamina en el campo de las emociones. La vitamina B12 es el vehículo que nos hace sentirnos vivos. Nos lleva por el valle de la vitalidad y nos refuerza para subir las montañas del esfuerzo, una y otra vez, sin que cunda el desánimo. Cuando hay una carencia o baja absorción de esta vitamina, surge el abatimiento total. Es un decaimiento general que se apodera de las piernas y sube por el tronco debilitando la espalda. Apetece cerrar los ojos y dejar que el tiempo pase. Parece que las constantes van a parar y que la vida ha llegado a su fin. Después suele producirse una fuerte depresión sin ilusión por vivir o luchar. La mente se enturbia y se desorienta. La melancolía reduce las ilusiones y debilita la memoria a corto plazo. Y cuando llega la edad madura, la carencia de B12 hace que brote la demencia.
La vitamina B12 es producida por unos microorganismos que están en las raíces de las plantas y en el intestino de los animales. Las necesidades del organismo pueden cubrirse con:
  • Pescados y mariscos: róbalo, almejas, cangrejo, langosta, sardinas, camarones.
  • Carnes: res, pollo, hígado de ternera, cerdo, salchichas, pavo, cordero.
  • Derivados lácteos: leche, queso azul, queso camembert, queso gorgonzola, queso suizo.
  • Huevos.
  • Algas: la Nori es una de las más ricas.
  • El Aloe vera también es rico en esta vitamina.
  • Extracto de levadura.
  • Copos de cereales.
  • La hierba Angélica sinensis es una de las pocas plantas que contiene cantidades significativas de esta vitamina. En China, Corea y otros países asiáticos se utiliza para las anemias, los problemas de hipertensión y la fatiga.
La vitalidad de la sangre es uno de los motores de nuestro estado de ánimo. Es el marcador de nuestra energía y el impulsor para sentir que todo logro es posible. La carencia de este sentimiento hace que vivir sea una pequeña tortura. La vitamina B12 nos ayuda a alcanzar la vitalidad y la ilusión, en colaboración con el ácido fólico, como vimos la semana pasada.
Espero que esta información os resulte interesante y que podamos compartir comentarios y experiencias
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Superación del Mártir. Visto por vosotros (89)

Los que abráis, por primera vez esta blog, os ofrecemos un trabajo sintetizado de los lectores sobre cómo superar el Mártir que todos llevamos dentro. Cada uno de los abajo firmantes nos han dado una visión profunda de cómo ellos superarían su victimismo, su huida de las responsabilidades, su miedo a ser gestores de sus ideales y de su vida.

Por favor vuestros comentarios enfocarles a valorar este trabajo y resumir en unas líneas cómo nos ayudaría en nuestro cambio.
Los puentes se construyen con el apoyo de muchos profesionales que convierten dos puntos equidistantes y separados en un lugar de encuentro sin distancias.
Gracias a todos. Sería estupendo que los que no han escrito agradezcan esta gran entrega.
Textos del post 087
La Superación del Mártir. Un trabajo realizado por todos (89)Convertirse en el propio gestor comprometido y afrontar la vida con optimismo y positivismo. (Tzazu)
En nuestra vida sucede aquello que de alguna forma hemos deseado. (Juan Carlos)
Este es un camino, un trabajo diario que tras ponerme metas muy pequeñas voy entrenándome en conseguir la técnica para ir sintiéndome más satisfecha con lo que hago. (Cler)
En la entrega a nuestros ideales. No hacer más de lo que podemos hacer sin quejarnos, y entregarnos a fondo, divirtiéndonos. (Cristi)
La innovación en la gestión de lo imperfecto. Lo inmodificable en los compromisos actuales me ayudaría para dar espacio a mis esos ideales dormidos. (RA)
Comprometerme con la vida desde el amor y la generosidad para que no haya más 11 dolorosos. (Lucía)
El cambio de una manera positiva y creativa, esforzándonos en ser generosos y amables, día a día con todo el mundo, reduciendo nuestros niveles de exigencia.(Rocío)
Dejar de mirar mi ombligo y el gran esfuerzo que tengo que hacer para vivir y aprovechar cada segundo, compartiendo lo mejor de mí con los demás. (Otilia)
Tomar conciencia de valores, objetivos, crear y realizar un plan de acción, sin juicios ni criticas…, sin egocentrismo, sino para el bien de un proyecto común
(Mónica M)
Cuando dejo de perseguir ideales que niegan o subliman una realidad interior que no obstante rechazo, y en vez de ello, la acepto a partir de sintonizar con mis valores, y con lo que realmente puedo dar y vivir en mis experiencias vitales. (Graciela)
Dando las GRACIAS, ALGO CAMBIA PROFUNDAMENTE, y hasta un mártir podría convertirse en un HERÓE… GRACIAS INFINITAS!!! (Alicia Ahimsa)
Percibimos esa abundancia cuando aprovechamos cada instante y gozamos con él. Entonces el tiempo se estira, la tarea se hace presente y no vivimos la sensación de esfuerzo. (Lole Petit)
Una vez tengas toda la “película” revisada, selecciona aquellas escenas en las que has sacado al mártir. Con tus dedos como tijeras, vete cortando y eliminando estos fragmentos y empalma la película para que no queden huecos y siga siendo continua. Una vez retirados todos los trozos, revisa de nuevo el día “editado”. Ese ha sido tu día real. (Noj)
Cada vez que aprendo cosas nuevas y disfruto de ellas, también cuando hago oídos sordos a las voces que me dicen «para qué estudias tanto…. (Encarna)
La confianza, la alegría, la valentía, la paciencia, o lo que necesitemos y disfrutar de que somos capaces de entregarnos a nuestros compromisos y dar gracias porque estamos vivos y lo podemos compartir. (Siloé)
Fijarme en las pequeñas cosas que cada día me hacen feliz y dejar en Angels Camp libertad a mi conciencia. Cuando la motivación surge desde ese otro lugar no me supone ningún esfuerzo. (Meruta)
Aferrarnos a esos pequeños-grandes momentos, que hacen que lo que creíamos imposible parezca sólo una cuestión de voluntad. (Guillermo)
Le otorgas a tu presencia en el mundo una dimensión espiritual y entonces, te abres al amor hacia algo que ya es grande para ti (Lels)
Conocerme a mí misma, sin pensar sin emitir juicios… ir descubriendo mis «diamantes» y apoyarme en ellos. (Elisa)
1) perdonar 2) asumir la maduración, 3) tomar la responsabilidad de la propia vida, 4) poner en práctica los ideales, 5) creatividad y valentía para crear las reglas del juego, 6) voluntad y constancia ante el esfuerzo, 7) esforzarse para liberarse (Sara)
Pensar sólo en el momento, en este día y dar lo mejor que puedas en ese momento… sin pensar en los futuros peldaños que quedan por delante…Solo un peldaño, el de hoy. (Cristina V)
Agradeciendo el ejemplo de los que me ayudan cada día a ver que es posible el cambio. El siguiente paso es hacerme responsable de que mi ejemplo por pequeño que sea. (Eva)
Con la luz que le damos a todos los que nos rodean, empezando por una palabra dulce, el detalle para con los demás, la humildad, la paciencia al mundo, el ser flexible, existe el color GRIS. Es el HACER el DAR al otro para llenar tu alma (Esther)
Vivir el gozo, la abundancia y la plenitud que me regala el presente. Disfrutar cada instante como si fuera el último. Contactar momentos de entrega ya vividos que me llenen de fuerza y esperanza (Catalina)
Amándolo, comprendiéndolo y charlando con él y decirle que él no hace nada, solo mueve viento. Por tanto, vivir el momento presente con agradecimiento. (Maite)
Caminar hacia una Moral más sólida, dejando atrás la necesidad de reconocimiento.  Que actuar sea una consecuencia de vivir en el amor. (Carola)
Poner amor en lo que se aprende de otras personas, cuidando no perder lo que es propio y genuino de cada uno. (Encarna)
Estar pendiente de los demás y menos de mi misma. No estar quejándome constantemente y darme cuenta de la suerte que tengo de vivir y de poder disfrutarlo (Merche)
Activar los valores de voluntad y fidelidad a la idea, compartir con generosidad y vivir lo transcendente en cada instante, en lo pequeño. (Ana B.)
El amor es la ausencia de miedo. Y de la mano de nuestra aceptación y de ese amor, uno se siente parte del todo, Y en ese lugar el egocentrismo se difumina y no hay necesidad de sacrificio, sino decisiones libres, Y cada paso es bueno para el siguiente. (Nieves)
Valoro la oportunidad de mi intervención y el resultado positivo no sólo para mí sino para los demás. El resto viene solo. (Cristina)
Con valentía se conecta con los valores y se confirman en este proceso. Esto hace más grandes a las personas y más comprometidas. Es esta valentía la que tengo que empezar a practicar en cada decisión que tome, en cada iniciativa, en cada momento de mi vida (Gema)
Ser proactiva, ser responsable y asumir el control de una manera activa. Fomentar la autoconfianza sin apego de los resultados. Cuidar mi cuerpo y mi mente. Vivir cada día con intensidad y con alegría, viendo lo positivo que hay en ella. Y tratar a los otros como me gustaría que me tratasen. (Pilar Borrero)
Mi truco personal para no CREERME mártir es no SENTIRME con cargas y sí con gozos y, entonces, no me supone ningún esfuerzo entregarme y/o compartir… (Melisa)
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Dar de corazón. El alimento del alma (88)

Un cuento para reflexionar sobre el poder de la generosidad.

Hubo una vez un limosnero que estaba tendido al lado de la calle. Vio a lo lejos venir al rey con su corona y su capa. Pensó: «Le voy a pedir, pues seguro que me dará bastante». Y cuando el rey pasó cerca, le dijo: «Majestad, ¿me podría por favor regalar una moneda?», aunque en su interior pensaba que el rey le iba a dar mucho más.
El rey le miró y le dijo: « ¿Por qué no me das algo tú?, ¿acaso no soy yo tu rey?».
El mendigo no sabía qué responder a la pregunta, y dijo: «Pero majestad, ¡yo no tengo nada!».
El rey le respondió: «Algo debes tener, ¡busca!».
Entre el asombro y el enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz. Pensó que el pan y la naranja eran mucho para darle, así que, enfadado, tomó cinco granos de arroz y se los dio al rey.
Complacido, el rey le dijo: «¡Ves como sí tenías!», y le dio cinco monedas de oro, una por cada grano de arroz.
El mendigo dijo entonces: «Su majestad, creo que acá tengo otras cosas», pero el rey no hizo caso y dijo: «Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo yo dar».
La vida nos da muchas oportunidades para ser generosos de corazón. De todas ellas aprovechamos muy pocas o ninguna.
Recordemos que somos generosos únicamente cuando entregamos lo que el otro necesita. En ningún caso cuando damos lo que nosotros queremos o nos sobra.
Ejercicio:
  • Recuerda alguna historia en la que hayas entregado lo mejor de ti mismo y hayas logrado la satisfacción tuya y la del otro
  • Rememora algún momento en el que has negado a alguien ayuda, colaboración o apoyo, porque pensabas que no podías. Que tu situación era peor.  Que no era tu momento. Que tú necesidad era superior a la del otro
  • Valora los resultados que ambas acciones han reportado a tu vida. Seguramente has encontrado un paralelismo aleccionador
  • Busca algún bien tuyo personal que cada día puedas compartir con alguien más necesitado que tú. Una “riqueza” tuya que puedas dar de corazón, sin que medie tu interés de reconocimiento o agradecimiento. Algo que puedas dar al instante y tu beneficiado pueda aplicarlo en su vida de inmediato.
La película “Cadena de Favores” es un vivo ejemplo del enorme bien que podemos hacer con muy poco
Sueño todos los días con un mundo donde la generosidad permee todos los espacios, todos los rincones. Que cada corazón esté abierto a dar sin pensar qué tiene el otro ni para qué lo necesita.
Se trata de hacer crecer la sociedad. No de empobrecerla con nuestra compasión. Todos somos ricos de algo. Compartamos esa riqueza.
Algo así he vivido el viernes con vuestras aportaciones al Blog. Gracias a cada una de las personas que hacen posible este ejercicio de estar juntos.
Espero con ilusión vuestros comentarios.

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Creando un post interactivo. Hoy el blog es de todos (87)

Tema: Superar el Mártir que llevas dentro

Condiciones: Que escribas. Que leas el comentario anterior. Que respetes lo que ha escrito otro y evites repetir. Que emplees máximo 8 líneas
Sé que no estáis dispuestos a escribir todos, sin embargo os pido que leáis con ilusión lo que otros escriben. Hoy todos tenemos un trabajo intenso que hacer. Quizá escribir sea un poco “martirio” eso ayudará a superar este héroe un poco.
Cada comentario irá conformando el post. Al final del día habréis escrito el post 87 un día 11 de septiembre.
Gracias por vuestra ayuda, por vuestra compañía, por vuestras fotos. Gracias por dejarme trabajar con vosotros, y sobre todo gracias por ser como sois.
(Los comentarios al post se harán el sábado y el domingo)

El Mártir según lo que interpreto, tiene que conocerse muy bien para saber realmente que es lo que quiere, cuáles son sus ideales. Una forma que se me ocurre (algo dramática pero efectiva) es imaginar que estas a punto de morir y pensar en que cosas te hubieran gustado haber luchado por ellas en la vida y poner tus fuerzas. Una vez sabes cuales son tus ideales de verdad, luchar por ellos, entendiendo la lucha como voluntad y firmeza para conseguirlos y no como sacrificio o esfuerzo. Convertirse en el propio gestor comprometido y afrontar la vida con optimismo y positivismo. Pienso que esto podría ser una forma de conseguir el héroe Mártir en positivo. (tzazu)

Pensemos en Aladino y su lámpara maravillosa. Aladino coge la lámpara, le saca el polvo y sale el genio. El genio siempre le dice: ¡Tus deseos son órdenes! Ahora contempla esta metáfora y aplícala a tu vida. Recuerda que Aladino es el que siempre pide lo que quiere. Luego el Universo, que es el genio, le concede aquello que ha pedido: ¡Tus deseos son órdenes! En nuestra vida sucede aquello que de alguna forma hemos deseado. (Juan Carlos)

A veces supero esa parte que me dice que quizás «La idea no es buena», es complicado, pero también cada día se me complica más no dejar de estar feliz con las cosas por las que siento debo de tener voluntad para hacerlas. Este es un camino, un trabajo diario pienso que tras ponerme metas muy pequeña voy entrenándome en conseguir la técnica para poder ir sintiéndome día tras día mas satisfecha con lo que hago, el conocimiento de lo que soy me lleva a tener que ser humilde para aceptar que tengo partes de mí que no me gustan tanto y una de esas partes es la de ser mártir en algunos momentos. (Cler)

Propongo eliminar dentro de nosotros nuestra parte negativa. Aunque esté, no escucharla y en cambio escuchar los buenos sentimientos que también tenemos dentro. En la entrega a nuestros ideales no hacer más de lo que podemos hacer sin quejarnos, y entregarse a fondo, divirtiéndonos. El mártir sacrifica sus placeres, así que en ese sentido le propongo un «permítetelo» (por ejemplo, una comidita sana y rica). De repente empezará estar contento, y desconcertado por estarlo. (Cristi)
¿Qué buscas? En mi y en los demás con diferentes palabras he escuchado «un mundo mejor», también que hay una cierta insatisfacción en la forma de intentarlo en la vida cotidiana. ¿Esa insatisfacción surge por incompatibilidad entre los ideales del entorno y los propios? Si fuese así, la innovación en la gestión de lo imperfecto, lo inmodificable en los compromisos actuales me ayudaría para dar espacio a mis esos ideales dormidos. ¿Surge el mártir por sentir la falta de libertad? (Ra)
Como superación del mártir me quedo con tus palabras Joaquina: «… cuando se erige en salvador gozoso a través de sus valores y además reconoce la felicidad suprema en la entrega de sí mismo y de sus pilares más fundamentales aparecen la generosidad y el amor a sus compromisos desde los más insignificantes a los más trascendentes» Me quedo con la idea de comprometerme con la vida desde el amor y la generosidad para que no haya más 11 dolorosos. Gracias a todos. (Lucía)
Para superar el mártir, a partir de hoy, podríamos fijarnos como meta la entrega a todos y a todo con alegría; el disfrutar de cada instante como si fuera el último; la aceptación de aquello que no podemos cambiar y el cambio de aquello que si podemos cambiar de una manera positiva y creativa, esforzándonos en ser generosos y amables, día a día con todo el mundo, reduciendo nuestros niveles de exigencia. (Rocío)
Pienso que el mejor homenaje que podemos hacer a los mártires a los que les arrebataron la vida y a las víctimas de las numerosas injusticias, es dejar de ser víctimas de nosotros mismos. ¿Hay algo más ilógico que el auto martirio? Para mí la superación del mártir comienza por dejar de mirar mi ombligo y el gran esfuerzo que tengo que hacer para vivir y aprovechar cada segundo, compartiendo lo mejor de mí con los demás. (Otilia)
Interesarte en tomar conciencia de cómo eres, valores, objetivos, crear y realizar un plan de acción, sin juicios ni criticas…, siendo el ingrediente principal hacerlo sin egocentrismo, sino para el bien de un proyecto común, entregando nuestro diamante (ver post 27) a los demás y en todo lo que hacemos, así puede que nos demos cuenta de la trascendencia de nuestras acciones y de su propósito, y que en vez de un esfuerzo sea un auténtico gozo estar en acción. Entonces imagino que lo que ahora creemos un sacrificio se convertirá en una manera de vivir plena cuyo centro sea la entrega. (Mónica M)
Supero al Mártir cuando dejo de perseguir ideales que niegan o subliman una realidad interior que no obstante rechazo, y en vez de ello, la acepto a partir de sintonizar con mis valores, y con lo que realmente puedo dar y vivir en mis experiencias vitales. De esta manera consigo que las motivaciones conecten con principios de autoridad, que me ayudan a ver la realidad, tanto la propia como lo que me piden las situaciones. El resultado es que me acepto, estimulo mi potencial con nuevos retos y me abro a trabajar las áreas de mejora. (Graciela)
Imagínate a una persona tetrapléjica que llora 17 horas al día… ¿Te la imaginas? Esta persona requiere asistencia continua. Ahora déjame que te cuente que no llora por lo que no tiene, lo que podría tener, o lo que sufre… Llora porque sus lagrimas son la única forma que tiene para demostrar AMOR Y GRATITUD hacia los que le quieren y le cuidan cada hora, cada minuto, cada segundo de su vida…Imagínate en su piel, IMAGÍNALE POR UN INSTANTE EN NUESTRA PIEL, y descubre como nuestros sacrificios y esfuerzos se convertirían en su regalo más grande…Si, Joaquina, dando las GRACIAS, ALGO CAMBIA PROFUNDAMENTE, y hasta un mártir podría convertirse en un HERÓE… GRACIAS INFINITAS!!! (Alicia Ahimsa)
Para superar al mártir se me ocurren unas palabras de Joaquina: «Me siento rica de tiempo». Esto significaría que el tiempo tiene mucho valor, y que lo tenemos en abundancia. Percibimos esa abundancia cuando aprovechamos cada instante y gozamos con el. Entonces el tiempo se estira, la tarea se hace totalmente presente y no vivimos la sensación de esfuerzo. Podríamos pensar la frase al comenzar una actividad y ante «ataques» de impaciencia en su desarrollo, pienso que nos puede ayudar a lograr un estado abierto y optimista. (Lola Petit)
Ejercicio de PNL aplicable para la superación del mártir: Editar el día. Siéntate cómodamente, al final del día, en la penumbra de la habitación más silenciosa de tu casa. Haz unas cuantas respiraciones para relajarte y proyecta el día en imágenes delante de ti. Como si tuvieras el celuloide físicamente delante, vas viendo todos los fotogramas que han compuesto tu día. Una vez tengas toda la “película” revisada, selecciona aquellas escenas en las que has sacado al mártir. Con tus dedos como tijeras, vete cortando y eliminando estos fragmentos y empalma la película para que no queden huecos y siga siendo continua. Una vez retirados todos los trozos, revisa de nuevo el día “editado”. Ese ha sido tu día real. (Noj)
Siento que supero un poquito el mártir cada vez que aprendo cosas nuevas y disfruto de ellas, también cuando hago oídos sordos a las voces que me dicen «para qué estudias tanto….» y sigo haciéndolo, sin querer que me reconozcan el esfuerzo. «El ilusionista» es una película recomendada por Joaquina para superar el mártir. (Encarna)
Y el sol nace de nuevo cada día y nosotros también, tenemos todas las posibilidades de ser felices hoy ¿que necesito para responsabilizarme de mi día y hacer las cosas lo mejor que sé?, Dentro de nosotros podemos encontrar la confianza, la alegría, la valentía, la paciencia, o lo que necesitemos y disfrutar de comprobar que somos capaces de entregarnos a nuestros compromisos y dar gracias porque estamos vivos y lo podemos compartir. (Siloé)
Aunque yo piense que sintiéndome mal y con cara de mártir ya estoy haciendo algo, se que no es así, los «debería» no me llevan a salir de mi zona de confort, ni tampoco el silencio que impongo a mi conciencia para evitar escuchar mi propia voz interior que me guía suavemente hacia donde tengo que caminar. Ahora he decidido fijarme en las pequeñas cosas que cada día me hacen feliz y dejar en libertad a mi conciencia, ya que cuando la motivación surge desde ese otro lugar no me supone ningún esfuerzo hacerlo. Gracias por tus preciados regalos en forma de blog. (Meruta)
A la vista de vuestros comentarios y tomando en cuenta las pista que aparecen el post sobre el antihéroe en cuestión, parece que la superación del Anti-Mártir viene por, como dice Cristi , dejar al Vagabundo sus placeres y el egocentrismo, para asumir que te haces mayor y estamos aquí para dar lo mejor que tenemos, como comenta Otilia y Mónica. Y fijarnos una meta para alcanzar nuestros ideales, dando las gracias como nos hace ver Alicia. Gracia a todos. (Iñaki)
Tal vez mi mártir sea un poco vagabundo, pero cuando pienso en los momentos que me han hecho olvidar las dificultades y defender con alegría un ideal me vienen a la mente conversaciones con amigos en las que tratábamos un tema con pasión, pasajes de películas y canciones, o frases de un libro que me han tocado especialmente el alma. Mi propuesta es aferrarnos a esos pequeños-grandes momentos, que hacen que lo que creíamos imposible parezca sólo una cuestión de voluntad. (Guillermo)
Te levantas y creas una imagen de algo o alguien que te haga trascender una existencia plana; es decir le otorgas a tu presencia en el mundo una dimensión espiritual y entonces, te abres al amor hacia algo que ya es grande para ti. Tu corazón se esponja y por un momento sólo oyes el silbido del alma recorriendo tus entrañas y desplazando al mártir  de su escondite en tu cuerpo. Si oyes un ruido diferente, tienes que volver a empezar. (Lels)
Para mí superar el mártir que llevo dentro supondría dejar atrás la pereza que me hace retroceder cuando voy avanzando y todo parece que puede ir bien, conocerme a mí misma, sin pensar sin emitir juicios… ir descubriendo mis «diamantes» y apoyarme en ellos. Todo ello con una mirada hacia delante para que el amor fuera el motor de mis acciones. (Elisa)
Una posible receta para superarlo: 1) perdonar para no quedar anclado en el pasado y perder el empuje, 2) asumir la maduración como un proceso natural, 3) no huir y tomar la responsabilidad de su propia vida, 4) confianza en sí mismo para poner en práctica sus ideales, 5) creatividad y valentía para crear sus propias reglas del juego, 6) voluntad y constancia ante el esfuerzo, 7) esforzarse, no con el objetivo de impresionar al otro, sino para liberarse
Enhorabuena por la iniciativa. (Sara)
A la receta de Sara le añado el pensar sólo en el momento, en este día y dar lo mejor que puedas en ese momento… sin pensar en los futuros peldaños que quedan, sin mirar la escalera que queda delante…Solo un peldaño, el de hoy. (Cristina V)
Salgo de la razón nublada de mártir, confiando en que esto no tiene por qué ser así, agradeciendo el ejemplo de los que me ayudan cada día a ver que es posible el cambio. El siguiente paso es hacerme responsable de que mi ejemplo por pequeño que sea también ayuda a otros. Gracias Joaquina por esta oportunidad (Eva)
Para mí el Mártir se supera con la luz que le damos a todos los que nos rodean, empezando por una palabra dulce, el detalle para con los demás, la humildad, la paciencia al mundo, el ser flexible, existe el color GRIS. Es el HACER el DAR al otro para llenar tu alma. Qué maravilla es la causa y el efecto para el Universo y el Dharma. Comparto con Cristina es el momento. Gracias a todos por ayudarme y darme fuerzas para salir del Mártir. (Esther)
Cuando me reconozca como mártir quiero: Recordar de inmediato ese valor que le da sentido a mi vida. Cambiar cada voz de desaliento por su contraria. Eliminar todo acto que implique esfuerzo o sacrificio. Vivir el gozo, la abundancia y la plenitud que me regala el presente. Disfrutar cada instante como si fuera el último. Contactar momentos de entrega ya vividos que me llenen de fuerza y esperanza. Todo para que mi corazón se esponje y así oír el silbido del alma recorriendo mis entrañas. (Catalina)
Pienso que podemos superar al mártir, amándolo, comprendiéndolo y charlando con él y decirle que él no hace nada, solo mueve viento. Por tanto, vivir el momento presente con agradecimiento. En ese momento no hay mártir, y entonces entra la magia de Aladino y su lámpara maravillosa. GRACIAS (Maite)
El Mártir necesita ver el sacrificio como un acercamiento a lo sagrado, que implica una renuncia por un bien mayor, y que esto requiere esfuerzo, no sufrimiento. El compromiso, la perseverancia, el optimismo y la entrega irán de la mano en el desarrollo de éste valor, concientizándose de que se llega a Dios ó bien a sus ideales, a través del gozo y no del sufrimiento. El Mártir necesita atreverse a ser quien es para caminar hacia una Moral más sólida, dejando atrás su necesidad de reconocimiento por parte de Dios ó de los otros, que su actuar sea una consecuencia de vivir en el amor y no que sus actos estén encaminados a obtener el amor de Dios ó de los demás. (Carola)
Para superar el mártir se necesita poner amor en lo que se aprende de otras personas, cuidando no perder lo que es propio y genuino de cada uno, en mi caso lo pierdo porque quiero que me acepten los demás. ¿Puede ser una ayuda relativizar el esfuerzo y prestar atención a las ventajas que supone el conocimiento y aprendizaje en sí mismo?. Muchas gracias. (Encarna)
Creo que si me dedicase a estar más pendiente de los demás y menos de mi misma sería la mejor forma de superar el mártir que llevo. Esto me ayudaría a no estar quejándome constantemente y darme cuenta de la suerte que tengo de vivir y de poder disfrutar de lo que tengo. Gracias por recordarnos que hoy es 11 de septiembre. (Merche)
Hace poco, le respondí a una persona muy querida para mí, que busco la felicidad porque creo que es posible experimentarla aquí y ahora. Para conseguirlo propongo: activar los valores de voluntad y fidelidad a la idea, compartir con generosidad y vivir lo transcendente en cada instante, en lo pequeño. Sé que «nuestro post de hoy» es un hito importante en el proceso. Gracias a tod@s los blogueros y a ti, Joaquina (Ana B)
Dejo de ser víctima, de ser mártir, cuando acepto que el dolor viene de algo «perdido» que no era mío, cuando acepto el miedo que hay detrás de cada «perdida», y de cada decisión de «sacrificar» en pos de algo. Cuando el miedo me explica cara a cara, una vez aceptado, porque estaba ahí, y es un amigo y una pista para descubrir el miedo más grande de todos. Dicen que el amor es la ausencia de miedo. Y de la mano de nuestra aceptación y de ese amor, uno se siente parte del todo, Y en ese lugar el egocentrismo se difumina y no hay necesidad de sacrificio, sino decisiones libres, Y cada paso es bueno para el siguiente. (Nieves)
Para superar el mártir me centro en mis motivaciones y en la de los demás. 1.- me alegro por poder contribuir a los demás y segundo si cumple mi integridad lo hago. En mi corazón aparece el amor y la entrega, 2.- Si es necesario y no actúo me avergüenzo, me arrepiento y me achico, 3.- Si no es necesario y lo hago es porque me creo más imprescindible de lo que soy y no considero a los demás suficiente. 4.- Si no es necesario y no actúo mi mártir también se alegra ya que se permite ver cómo los demás crecen y se hacen autónomos. Para superar al mártir, en definitiva, valoro la oportunidad de mi intervención y el resultado positivo no sólo para mí sino para los demás. El resto viene solo. (Cristina)
El mártir requiere de dosis importantes de valentía. Valentía, por ejemplo, para asumir responsabilidades, para aceptarse a sí mismo y a los demás, para perdonar… A través de este acto de valentía, en el camino te encuentras la motivación, la alegría, la confirmación de lo que vales y de lo que eres. En definitiva, con valentía se conecta con los valores, y además, se confirman en todo este proceso. Opino, que esto hace cada vez más grandes a las personas y más comprometidas. Aclarar que, al menos es mi caso, es dicha valentía lo que tengo que empezar a practicar en cada decisión que tome, en cada iniciativa, en cada momento de mi vida. Joaquina, te felicito por esta iniciativa de post interactivo. (Gema)
Para mi superar el mártir que llevo dentro supone seguir mi propio camino, evitando las comparaciones con el de los demás y la influencia negativa que éstos puedan tener en el mío.
Ser proactiva, ser responsable de mis actos y asumir el control de una manera activa, intentando evitar en victimismo, y el responsabilizar a los otros de mis fracasos. Fomentar la autoconfianza y no caer en el apego de los resultados. Ser valiente. Cuidar mi cuerpo y mi mente. Vivir cada día con intensidad y con alegría, viendo lo positivo que hay en ella. Y tratar a los otros como me gustaría que me tratasen. Gracias por este post maravilloso. (Pilar Borrero)
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Ejercicio práctico sobre temperamentos (86)

Historia anónima: No estrujes los corazones

Esta historia me la contó un profesor hace muchos años, y pienso que nos ayudará a reflexionar sobre la actitud de un temperamento que es perjudicial para él y para su entorno. La historia dice así:
«Cuando era joven, mi carácter fuerte, impulsivo y explosivo me hacía saltar a la menor provocación. La mayoría de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado, y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día mi maestro, quien me vio dando excusas a un compañero después de una explosión de ira, me llevó a un aula, me entregó una hoja de papel lisa y me dijo: “Estrújalo”. Asombrado, obedecí. Lo arrugué e hice con el papel una bola. Luego me dijo: “Ahora déjalo como estaba antes”. Por supuesto, no pude dejarlo como estaba. Por más que lo intenté, el papel quedó lleno de pliegues y arrugas. El profesor me dijo: “El corazón de las personas es como este papel. La impresión que dejas en ellos será tan difícil de borrar como esas arrugas y pliegues que has hecho en el papel”.
Así aprendí a ser más comprensivo y paciente. Cuando siento ganas de estallar recuerdo ese papel arrugado. Comprendí que la impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar. Sobre todo cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras.»
Gestionar lo imperfecto de ti mismo. Ejercicio práctico sobre los temperamentos (86)
Ejercicio:
  1. Repasa las cualidades del sanguíneo, flemático, colérico y melancólico, y define qué temperamento muestra el autor de esta historia.
  1. Argumenta por qué es ese, y no otro.
  1. ¿Queda alguna señal cuando la actuación es positiva?
  1. Si la respuesta es sí, ¿qué prueba podrías realizar para mostrar que los actos positivos dejan una huella indeleble?
  1. Recuerda un acto muy negativo de tu vida y analiza si has dejado esa impresión en el corazón de los otros, pero también si ha quedado en el tuyo.
  1. Recuerda el mejor acto que haya acontecido en tu vida y piensa si has dejado esa marca en el corazón del otro, y también en el tuyo.
  1. Estudia tu historia personal y estima qué actos pesan más de los dos.
  1. Decide qué huella quieres dejar hoy en aquellos que conviven contigo y en ti mismo.
Este ejercicio nos lleva a una reflexión profunda sobre nuestras actuaciones. Tratemos hoy con delicadeza y respeto a:
  • Todos nuestros compañeros de profesión
  • Cada uno de nuestros colaboradores
  • Aquellas personas que nos ofrecen sus servicios en los establecimientos públicos
  • A los que nos miran, nos hablan, nos escuchan, nos aman
  • A cada persona que nos elige como guías y a los que nos guían
  • A los que menos nos gustan
  • A todos…
Y cuando lo hayamos aprendido sigamos dejando lisa la hoja de papel todos los días
Gracias
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Alimentación emocional: las vitaminas. Aprender y ser felices depende de ellas. B9 o Ácido Fólico (85)

¿Eres feliz? Si la respuesta es sí, y sientes esa felicidad con las pequeñas y grandes cosas que vives cada día, seguro que tu organismo es capaz de sintetizar correctamente las vitaminas del grupo B. Y es que cada una de estas vitaminas se encarga de una función, y el conjunto de ellas nos permite sentirnos mejor, más conscientes y transparentes en nuestras propósitos y compromisos. Estas vitaminas nos dejan ver el sol en un día nublado, y confiar en que el cielo relucirá de nuevo. Las vitaminas son el armazón de una vida alegre y vital.

La vitamina que participa en la producción y maduración de los glóbulos rojos de la sangre es la vitamina B9 o vitamina M, más conocida como ácido fólico, que fue descubierta por la investigadora Lucy Wills hacia el año 1931, aunque su síntesis no se realizó hasta pasados más de diez años. Esta gran investigadora detectó la anemia megaloblástica en las mujeres embarazadas. Los fetos de estas mujeres presentaban anomalías, siendo la más destacada la espina bífida (trastorno neurológico que puede provocar que parte de la médula espinal y de las estructuras circundantes se desarrollen por fuera y no por dentro del cuerpo). Wills descubrió que cuando suministraba levadura de cerveza a las enfermas, la anemia desaparecía. Hoy en día se prescribe esta vitamina a todas las mujeres que están en procesos de fertilidad o que ya están embarazadas. En 1941 se comprobó la existencia de vitamina B9 o ácido fólico en las espinacas. La mayoría de las madres conocen el poder de estas hojas para hacer crecer a sus hijos fuertes y sanos.
Alimentación emocional: las vitaminas. Aprender y ser felices depende de ellas. B9 o Ácido Fólico (85)El ácido fólico o vitamina B9 es imprescindible en todos los procesos de división celular. En el embarazo y crecimiento de los niños sus necesidades están entre 400 y 600 microgramos diarios. Asimismo, esta vitamina participa con la B12 en la síntesis del ADN, o lo que es igual, en la formación del material genético. Su aportación es imprescindible en los primeros meses de gestación, porque es en este tiempo cuando se produce la división y multiplicación de las células. Es en la médula espinal donde el recambio celular es más rápido, y por ello donde más afecta la deficiencia de esta vitamina.
He encontrado gran similitud con este proceso de división celular cuando nos encontramos ante varias posibilidades y la mente se encuentra en un proceso convulso y complejo. Entonces aparece una debilidad general, con dolores en la espalda (localizados en el centro), y cierta sensación de acortamiento (como si nos faltara estatura) que nos exige inspirar en profundidad y estirarnos. La palidez de nuestro rostro nos avisa del exceso de emoción que hay detrás de estos procesos. Conviene resaltar que en todos los momentos de cambio, donde sentimos cierta debilidad personal, es necesario el control de esta vitamina.
La sangre y su equilibrio entre cantidad y calidad es la que mantiene nuestra alegría y diversión ante los esfuerzos. Cuando percibimos una bajada de nuestra motivación y aparece un pequeño desánimo, debemos revisar la alimentación y su cantidad de ácido fólico o B9. Máxime cuando nos encontramos con procesos de transformación radicales, como el paso de la niñez a la juventud o de la etapa escolar a la universidad. También es importante en el inicio de la vida profesional o de la convivencia en pareja. Siempre que la exigencia externa nos obligue a medir nuestro potencial, es aconsejable elevar la cantidad de alimentos ricos en esta vitamina.
El exceso de ácido fólico se expulsa por la orina; ahora bien, nos podemos encontrar con que hayamos eliminado excesivo ácido fólico, o que no sinteticemos la cantidad necesaria, aunque la hayamos ingerido. Las personas de pieles blancas son más propensas a estas pérdidas por la falta de protección del ácido fólico a la exposición de los rayos ultravioleta. Conviene tener en cuenta que esta vitamina se pierde con la exposición al sol o a cámaras solares.
Las sintomatologías que presenta la carencia de B9 o ácido fólico son:
  • Estomatitis (aftas bucales o llagas blancas en las mucosas de la boca que son dolorosas y muy contagiosas).
  • Palidez extrema (que se produce cuando hay un estado emocional intenso).
  • Glositis (inflamación de la lengua, que se presenta lisa y grande).
  • Fatiga (cansancio extremo).
  • Diarrea (alteración en los procesos intestinales).
  • Náuseas (combinadas con una sensación de fragilidad y cansancio).
  • Sensación de acortamiento en la columna vertebral (falta de elasticidad medular).
  • Pérdida de peso (bajadas de peso sin modificar la alimentación).
  • Pérdida de apetito inusual (inapetencia y desgana).
  • Comportamientos extraños (los indicados más arriba).
Los alimentos ricos en ácido fólico o B9 son la levadura de cerveza, las legumbres, las verduras de hoja verde (la espinaca es la más rica), los frutos secos (almendras y nueces), el hígado, el queso, el huevo (es uno de los más ricos en ácido fólico), las frutas, las semillas de girasol, los cereales fortificados para el desayuno (sin azúcar o miel). Es aconsejable variar su aportación en el día, y que en las tres tomas principales haya alguno de estos alimentos.
Recordad que eliminamos el exceso de las vitaminas hidrosolubles, y que por tanto no se conservan en el organismo de un día para otro. Cada día debemos ingerirlas. Primero porque queremos vivir alegres y extender felicidad a nuestro alrededor, y además porque así estaremos mucho más fuertes y equilibrados.
La próxima semana hablaré de la vitamina B12 o cianocobalamina que, junto con el ácido fólico, nos ayuda a vivir sin anemias.
No olvidéis que los comentarios hacen que este blog tenga mucho más sentido y que estemos más cerca.

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Pereza (84)

Cuando a Don Miguel de Unamuno le preguntaron a qué religión pertenecía, contestó: «Porque yo, Miguel de Unamuno, como cualquier otro hombre que aspire a conciencia plena, soy una especie única. «No hay enfermedades, sino enfermos», suelen decir algunos médicos, y yo digo que no hay opiniones, sino opinantes»

Pienso que para hablar de este “pecado capital”, hay que situarse en el lugar de opinante, cuidando mucho la aproximación a un tema tan sensible. Máxime cuando se cree, como es mi caso, que todos estamos afectados, de alguna manera, por este “mal”. Decía el propio Unamuno: «La pereza, se dice, es la madre de todos los vicios, y la pereza, en efecto engendra los dos vicios; la envidia y la avaricia, que son a su vez, fuente de todos los demás vicios».
Estando bastante de acuerdo con Don Miguel, pienso sin embargo que es importante definir cuándo la pereza es pereza y cuándo es el resultado de una dificultad personal no resuelta y originaria de la infancia o de otras vivencias limitantes. Estimo que hay casos y casos de pereza, y es conveniente hablar de ellos e intentar diferenciarlos.
Fernando Savater en su libro Los siete pecados capitales, en la parte dedicada a la pereza, dice que «en ningún caso debe confundirse la pereza con ocio. El ocio, ese tiempo que no se dedica a lo laboral, puede ser rico en otras experiencias. La pereza en cambio es inactividad y falta de motivación».
Este autor nos abre la puerta a otra perspectiva sobre este asunto. ¿Es la pereza un vicio que sólo debemos contemplar en relación a trabajar? Considero que la pereza va mucho más allá de si estamos trabajando con devengo económico o no. Durante el estudio, en las labores cotidianas, al madrugar, caminar, o en cualquier otra función, aparece la desmotivación o el descuido. Se produce al disfrutar de uno mismo, de la higiene, de la vida, en cualquier momento la flojera es una garra fría que corta las alas al perezoso y le arrincona en el desánimo.
La pereza (84)
El ocioso busca entretenimiento alejado de sus obligaciones, o distrae su atención de lo importante con evasiones en el tiempo de labor. Otra cosa diferente es lo que llamamos ocio. En él están contenidas todas las acciones, que siendo activas no son lucrativas. Podemos decir que un ocioso es aquel que deja de hacer lo que debe, en el tiempo que se lo propone, mientras que el ocio son actividades que uno decide libre de cualquier imposición ajena al propio deseo.
La R.A.E. dice de la pereza que es: «Negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados; y flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos». Uniendo estos comentarios y acepciones me confirmo en la creencia de que todos contenemos alguna partícula de pereza; bien sea hacia el movimiento en sí mismo (cuando estamos haciendo algo), o hacia aquello que consideramos un deber. Ahora bien ¿es causa o efecto? ¿Somos perezosos porque es inherente a nosotros, o detrás de la indolencia se esconde una razón que deberíamos estudiar? ¿Habría que buscar soluciones al origen de este problema, que en muchos casos afecta a lo social?
Dicen algunos autores que la pereza surge de una paralización de la voluntad y el consiguiente bloqueo de la acción. Si la falta de voluntad fuera el eje de la cuestión, cabe preguntarse si la baja autoestima es uno de los focos del problema. Si unimos la baja autoestima a la ausencia de voluntad, el resultado es una anulación de poder que reduce el movimiento activo de la persona. En este caso, la pereza es inherente al «no puedo y por ello cejo en el intento».
Detrás de algunos “vagos” hay muchas acusaciones de «tú no puedes», «tú no eres capaz». También de protección y excesivo celo, con claro menoscabo a los intentos de autoafirmación. Algunas tentativas de independencia acabaron en: «para qué lo voy a intentar si luego no vale». Escenarios, todos ellos, que esconden mellas en la autoconfianza; mellas que han desembocado en un sentimiento de impotencia o pseudopereza.
La complejidad en la que nos debatimos nos va conduciendo a experiencias múltiples, donde conviven los deseos con las frustraciones, los éxitos con los fracasos. Y si bien algunos adquirimos habilidades de gestión emocional, otros, por el contrario, lidiamos con las luces y las sombras de múltiples sentimientos, desembocando en un desbordamiento que nos sume en la apatía. Entonces se nos tilda de perezosos.
No quisiera parecer benevolente con mi pereza, pues no lo soy. Para mí la pereza no es buena. Lo que deseo es recorrer todos sus vericuetos, pues algunos de ellos esconden actitudes indolentes y ociosas cuya raíz está muy lejos de ser un vicio, y muy cerca de ser una impotencia vital.
Un buen ejemplo de esto último es la lasitud que aparece después de una comida copiosa, que nos ralentiza y aletarga la mente y el cuerpo. Este estado nos conduce a dormitar y nos convierte en holgazanes durante un buen rato.
También podemos meter en este bloque las alergias (la primaveral es la más conocida), Los alérgicos sufren de lentitud en sus reflejos además de sentirse torpes mentalmente. Durante la jornada, tienen crisis de inactividad y desmotivación, que en ocasiones son valoradas como pereza.
William Cowper decía: «Una persona perezosa es un reloj sin agujas, siendo inútil tanto si anda como si está parado». Pienso que hay muy pocas personas sin agujas, y sin embargo hay muchas otras que se sienten inútiles y paradas por un yo interno que las detiene y anula.
La próxima semana seguiré hablando de la pereza en los niños. Al igual que en los adultos, detrás de la pereza infantil hay sentimientos de inferioridad, complejos, malas prácticas educativas u ocultación de verdaderos problemas.
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La pereza (84)
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El valor del anillo. Una revisión de nuestro valor personal (83)

Un día un joven se acercó a un maestro y le dijo: «Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo deseos de hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar?, ¿qué puedo hacer para que me valoren más?».
El maestro, sin mirarlo, le dijo: «Cuánto lo siento, muchacho. No puedo ayudarte, ya que debo resolver primero mi problema. Quizá después». Y haciendo una pausa, agregó: «Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez, y después tal vez te pueda ayudar».
«Eeeencantado maestro», titubeó el joven, sintiendo que de nuevo era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
«Bien», continuó el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique de la mano izquierda, y dándoselo al muchacho añadió:
«Toma el caballo que está ahí fuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, y no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas».
El valor del anillo. Una revisión de nuestro valor personal (83)El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó al mercado, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes, que lo miraban con algo de interés hasta que el joven decía lo que pedía por él.
Cuando el muchacho mencionaba la moneda de oro algunos reían, otros le giraban la cara, y tan sólo un anciano fue lo bastante amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era demasiado valiosa como para entregarla a cambio de un anillo. Con afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un recipiente de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer la joya a todas las personas que se cruzaban con él en el mercado, que fueron más de cien, y abatido por su fracaso, montó en su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener la moneda de oro para entregársela al maestro y liberarlo de su preocupación para así poder recibir, al fin, su consejo y ayuda.
Entró en la habitación y dijo: «Maestro, lo siento. No es posible conseguir lo que me pides. Quizás hubiera podido conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto al verdadero valor del anillo».
«Eso que has dicho es muy importante, joven amigo», contestó sonriente el maestro. «Debemos conocer primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar tu caballo y ve a ver al joyero. ¿Quién mejor que él puede saberlo? Dile que desearías vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con el anillo.»
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó, y luego le dijo al chico: «Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya mismo, no puedo darle más que cincuenta y ocho monedas de oro por su anillo».
«¡Cincuenta y ocho monedas!», exclamó el joven.
«Sí, replicó el joyero. «Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de setenta monedas, pero si la venta es urgente…»
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
«Siéntate», dijo el maestro después de escucharlo. «Tú eres como el anillo, una joya valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?»
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.
Ejercicio
  • En el caso del joven, necesita que los otros reconozcan sus cualidades para confiar en sí mismo. ¿Estás en su misma situación, necesitas que los demás te estimen en lo que vales?
  • El joven es capaz de olvidarse de sus intenciones para ayudar y colaborar con el anciano. ¿Es esta una de tus cualidades?
  • El joven respeta las indicaciones que recibe, a pesar de que parecen contradictorias. ¿Obedeces las decisiones de tus superiores (jefes, profesores, maestros, padres)?, ¿aunque pienses que están equivocados?
  • El joven intentó vender el anillo a más de cien personas, a pesar de que algunas se reían de él. ¿Mantendrías tu voluntad una y otra vez aunque no tuvieras éxito en cada intento?
  • Es posible que tú valgas muchas monedas de oro. No obstante es importante que recuerdes que para confiar en ti mismo es imprescindible:
  1. Reconocer quien eres y qué puedes llegar a hacer (tu valor)
  2. Aceptar la autoridad de aquellos que te dirigen sin olvidarte del respeto a ti mismo (la autoridad tuya y de los otros)
  3. Si tienes dudas sobre “tu valor” acude a un «joyero de hombres» para conocer de verdad cuál es tu valor y el que podrías llegar a tener. Este conocimiento te permitirá vivir tus motivaciones, más profundas y ciertas, con total intensidad.
  4. Cuando averigües ese valor ponle en activo y entrégalo para que eleve su potencial, infinitamente, cada día
  • La confianza en uno mismo crece cuando se vive dentro de los valores personales y se comparten sin límites. ¿Conoces los tuyos? ¿los compartes?
Seguiremos en algún momento con algún ejercicio para afianzar nuestro  autoconocimiento.
Ahora sólo queda que nos apoyes haciendo de este blog tu amigo interactivo. ¿Te parece?

Video musical de Loreena McKennitt recomendado:

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antihéroe el Mártir (82)

Dentro de la categoría Camino Trascendente (post 16, 20, 29 y 35), retomamos a nuestros héroes en el personaje del Mártir, porque cuando volvemos a casa después de unas largas vacaciones estivales este antihéroe nos nubla la razón, nos posee y nos anula la conciencia del esfuerzo y la responsabilidad.

Para este antihéroe el Camino Trascendente resulta un recorrido lento y tortuoso. Cuando parece que ya ha superado todos los obstáculos surge el siguiente, aún más pesado y cansino. En cada pendiente sinuosa (el horizonte le está velado) se detiene a retomar fuerzas. Entre tanto, el empeño pierde fuerza, y fragiliza su anhelo recreándose en la queja y en su pasado. El éxito de la hazaña anterior va quedando lejos y, con sus ansias mermadas, decae. Le parece que la asignatura vital es inalcanzable, y entonces flaquea.
El Mártir surge cuando el Vagabundo ha superado todas las pruebas y aligera su mochila eliminando lo superfluo. Ha reemplazado el principio del placer por el de realidad, y se inicia en la diversidad como un bien. Cuando el Vagabundo soluciona el enfrentamiento que tiene entre amor y autonomía, se convence de que debe sacrificar partes esenciales de su yo para ser aceptado, y entonces surge poderoso el Mártir, a quien teme. Este nuevo héroe, que se muestra responsable, concienzudo, consciente, generoso y hábil gestor de sus motivaciones, le inquieta. No obstante, le seduce por su impacto social y como un atractivo símbolo de ética y moral.
Mi antihéroe: El Mártir (82)Nuestro héroe ha caído en la trampa de la responsabilidad, y se encuentra atemorizado ante un cambio de perspectiva tan radical. Los amigos se permutan por saturación de tareas, que casi siempre son contrarias a sus deseos. Ha llegado el tiempo de crecer, y la mayor dificultad para ello es el esfuerzo que le requiere. Atrás han quedado los días del Huérfano y del Vagabundo. La ventura es un miserable camino que le recuerda el sacrificio como pago al amor de los mayores. Siente que ha sido engañado, y ahora nada ni nadie le permite escapar. En el camino de la transformación, el Mártir se convierte en víctima de su propio proceso, y busca la salvación en la huida, lo que le conduce al antihéroe.
El objetivo que se ha marcado es hacerse perdonar por su tiempo de vagabundeo, y aunque ya trascendió al Vagabundo, ahora considera que la expiación es la única forma de redención. Por delante tiene la conciencia de sí mismo, hecho que le abruma y le sobrecoge. Los ideales que recogió en sus últimos días de Vagabundo le atenazan y se enfrenta a grandes hazañas, para las que aún se siente torpe. El mundo le parece una telaraña donde los pequeños son engullidos por los poderosos, y él se experimenta como un enano incapaz de elevarse por encima de sus ideales. Cree que jamás podrá ser el salvador de tanto dolor y tanta lucha. Aunque le guía un impulso poderoso que le impide retroceder, el camino al frente le oprime.
El Mártir realmente quiere huir de la cruzada que la vida y él mismo se ha marcado. Anhela esconderse de nuevo en su grupo de amigos, al que añora, y algo interno le subyuga, sin dejarle retornar a su espacio más íntimo. La diversión ya no existe, sólo el estudio o el trabajo, las grandes misiones por realizar. Qué congoja y cuánta angustia para tan incipiente héroe.
La vida es una miserable andadura de dolor, en el que se encuentra perseguido por las obligaciones, y la madurez le aterra como un mal general al que no quiere estar sujeto. La felicidad así entendida, como un cúmulo de compromisos donde se conjuga el esfuerzo con más y más esfuerzo, no la comparte. Simplemente se somete y sufre.
Su martirio particular le recuerda a historias antiquísimas donde los héroes morían por sus ideales. Se debate contra las connotaciones religiosas de la cultura occidental, en las que el sacrificio es el sentido válido de la vida.
Nuestro antihéroe cree que a Dios (si es creyente) o a su ideal (si no lo es) le complace el sacrificio, y cuando no está dispuesto a vivirlo, ataca a Dios o a su ideario como a un padre castigador y poco amoroso. No está preparado para glorificar el sacrificio como la única forma de realización posible. Considera que algunos grupos glorifican el sacrificio porque les ha tocado en suerte hacerlo una y otra vez con exclusión de su propio crecimiento en otras áreas. No es el sacrificio por algo o alguien, sino el sufrimiento mismo lo que le impregna, especialmente si es por amor.
Este antihéroe abomina de creer que hay que ganar la liberación sufriendo y trabajando duramente. Lo que anhela es disfrutar del amor y de la estima. Sus esfuerzos son una máscara para conseguir aquello que necesita tan desesperadamente.
El Mártir está sacrificando partes de sí mismo en una tentativa cruenta por obtener reconocimiento por parte de las divinidades o principios trascendentes en los que tiene fe, y también por todos aquellos a los que tiene en gran consideración. Es esencial que los demás sigan las mismas reglas que él ha adoptado, porque no puede llegar a creer que su inmolación verdaderamente funcione a menos que el mismo sistema funcione para otros. Su furia está dirigida contra aquellos que desprecian las reglas y aun así parecen florecer. Y se ocupa especialmente de que no prosperen por mucho tiempo.
El Mártir desarrolla una moralina superflua mientras se refugia de la mirada de los demás, consumido por la envidia hacia aquellos que disfrutan de los placeres y la cómoda y deleitable vida. Los Mártires pueden ocultarse tras esta careta de ser buenos y generosos como una manera de evitar emprender su viaje, descubrir quiénes son o adoptar una posición firme ante sus ideales.
Todo ello viene dado porque este antihéroe piensa que hay escasas alternativas al sacrificio. Cree que la felicidad es un cúmulo de costosos empeños. El antimártir ha tornado la penuria en un fin en sí mismo, cuando debería ser un medio para llegar a la trascendencia, por lo tanto no contribuye en nada a mejorar el mundo. Por el contrario, generalmente agrega más dolor, pues sólo es capaz de ver los males de la sociedad.
Todo este «holocausto» a veces es una fantasía para no evidenciar su cobardía y el miedo a enfrentarse abiertamente al poder de los dirigentes y gerentes de las labores comprometidas y duras a las que se siente esclavizado.
Cuando el Mártir resuelve su enfrentamiento entre sacrificio y responsabilidad, cuando se erige en salvador gozoso a través de sus valores, y además reconoce la felicidad suprema en la entrega de sí mismo y de sus pilares más fundamentales, aparecen la generosidad y el amor a sus compromisos, desde los más insignificantes a los más trascendentales.
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Cuestión de perspectiva. Dos temperamentos (81)

Alguien me contó esta historia:

A mediados del siglo XX una importante industria de calzado desarrolló un proyecto para exportar zapatos a la India. La gerencia de la empresa envió a sus dos mejores consultores a puntos diferentes de la India para hacer las primeras observaciones del potencial de compra de aquel futuro mercado.
Después de algunos días de investigación, uno de los consultores remitió el siguiente fax a la gerencia de la industria:
«Señores, cancelen el proyecto de exportación de zapatos para la India. Aquí nadie usa zapatos.»
Sin conocer la existencia de este fax, algunos días después el segundo consultor mandó el siguiente mensaje:
«Señores, tripliquen el proyecto de exportación de zapatos para la India. Aquí todavía nadie usa zapatos.»
La misma situación puede ser una gran oportunidad para unos y un enorme desastre para otros. Cabe aprender quiénes somos y cómo nos comportamos para optimizar nuestras acciones, y el efecto que las mismas tienen en el entorno en el que nos movemos.
Para ayudarnos, en este conocimiento y aprendizaje personal, vamos a analizar esta situación, que tiene varias lecturas, desde la perspectiva de los temperamentos, con el fin de agilizar nuestra mente en la detección de qué temperamento poseemos y qué debemos potenciar:
  1. Qué tipo de temperamento es el primero, es decir, el que decide que no hay posibilidades en la India
  2. Cuál sería el temperamento segundo, a saber: el que ve todas las oportunidades en que no haya calzado
  3. Enumera y compara las características de cada temperamento para esta situación concreta
  4. En tu caso, ¿cuál de las dos decisiones hubieras tomado? Para confirmar que es real, compáralo con situaciones parecidas de tu pasado
  5. ¿Estás conforme en cómo tomas decisiones?
  6. ¿Piensas que podrías unir ambas posiciones y encontrar una decisión intermedia?
En breve revisaremos las debilidades de todos los temperamentos para detectar nuestros puntos de inflexión. Después de las vacaciones estivales suelen aparecer algunas “dificultades” que conviene prevenir.
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