temperamento

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Prudencia

Cuando vamos a decidir sobre materias que realmente nos importan y preocupan, nuestro temperamento apasionado es uno de nuestros detractores más temidos. La ilusión por las cosas que nos gustan y la impaciencia por obtenerlas nos arrastran fuera de los márgenes de lo conveniente.

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Áreas de mejora del flemático (111)

El segundo temperamento, el flemático, me impresiona por su paciencia, su flema, su espíritu anglosajón distante y templado, y también su inmutabilidad. Esta revisión de sus áreas de mejora busca avanzar en el autoconocimiento para promover el cambio y optimizar todas las oportunidades que este temperamento ofrece. Si bien algunos aspectos pueden resultar duros y difíciles de aceptar, conviene revisarlos recordando que todos guardamos una esencia de cada temperamento, y que tener el mapa completo nos posibilita el desarrollo profundo de nuestra personalidad.

El temperamento flemático en las relaciones personales: es amante de hacer lo que le apetece. Tiene varias formas de logarlo. La más común es su terquedad. Es difícil que las personas con las que mantiene una relación superficial lo detecten; sin embargo, con sus parejas, compañeros, amigos, etc., no cede en sus opiniones, aunque no se manifieste al respecto. No expone con franqueza su punto de vista, ni siquiera enfrenta sus ideas abiertamente, aunque se las arregla para salirse con la suya casi siempre. A sus conocidos les desespera la cara de autismo con la que les mira (indicativo de que no escucha) cuando saben que no está cediendo ni se plantea aceptar las posibilidades expuestas por el otro.
La avaricia y mezquindad de los flemáticos es otro área de mejora importante. Sólo es espléndido cuando va a comprar algo para sí mismo. Es posible que sus amigos cercanos conozcan en detalle esta cualidad de los flemáticos, pero difícilmente la apreciarán los extraños, porque este temperamento no habla de dinero fuera de su círculo. En algunos casos su integridad económica está en entredicho. Cuando son extremistas en este punto, se afilian a grupos que les faciliten ingresos o les protejan económicamente. Su alma usurera se acrecienta cuando va cumpliendo años. Un flemático anciano es avaro y gruñón.
Este temperamento es poco sensible; sin embargo, no por ello permite que la vida le dé golpes emocionales. Los evita escondiéndose en sus espacios vitales. No deja que su entorno le victimice con sensiblerías poco estimulantes. Por lo general, las expresiones muy emotivas las ridiculiza y las considera fatuas y descontextualizadas. Este distanciamiento emocional reduce posibles afrentas amorosas.
En el crecimiento personal: el flemático es muy temeroso. Aunque no expresa sus miedos, todo lo que le resulte esotérico o extraño le asusta y le aleja de posibles contactos con el más allá. La vida y la muerte le resultan asuntos interesantes más desde un punto de vista conceptual que por la experiencia. Su tendencia a la comodidad excesiva le impide comprometerse con proyectos que requieran de su inmersión profunda. Mira con escepticismo la posibilidad del cambio, y evita todo lo que le haga dudar de su posición agnóstica. Cuando inicia un proceso de desarrollo, necesita que le atraiga muchísimo para no caer rápidamente en el incumplimiento de los planes de acción previstos.
Suelen acudir a programas que le aconsejan sus amigos, más como espectador que como ferviente interesado. Su indecisión y cobardía no le permiten profundizar en su autoconocimiento. Tiene un alto concepto de sí mismo que estimula sus ataques de soberbia cuando le dejan en evidencia. Esta cualidad le impide aceptar maestros y respetar la disciplina de los aprendizajes profundos. El temperamento flemático es aprendiz de todo y maestro de nada. No suelen tener una meta clara sobre su crecimiento, y evitan ser conscientes de ello.
Gestionar lo imperfecto de uno mismo. Las áreas de mejora del flemático (111)
El flemático como empresario: esmuy difícil que un flemático desarrolle proyectos empresariales por sí mismo. En raras ocasiones se asociará con otros temperamentos, a los que exigirá que defienda sus intereses. Su falta de ambición y empuje debilita su trayectoria profesional. Su tendencia a puestos que no le exijan esfuerzos extras le aboca a una vida mediocre y de bajo nivel de liderazgo. Cuando acude a reuniones que no le motivan acostumbra a dormitar. Prefiere trabajos fijos que le aseguren un salario y que le dejen tiempo libre. Al final de su jornada laboral suele acabar agotado y necesita de un reposo largo, y si es posible de una buena siesta. 
Consigo mismo: es indeciso e inseguro. Su alma tiene poco de aventurera, principalmente porque prima la comodidad por encima de la curiosidad. Esto hace que su personalidad tenga muy pocos matices y un atractivo casi nulo. Es amante de su comodidad en todos los aspectos de su vida. La falta de compromiso con sus ideales, el bajo interés por los demás y la ausencia de relaciones sociales hacen de este temperamento el menos conflictivo, pero también el menos inquietante.
Su rostro es inexpresivo, y la languidez de sus movimientos exaspera a temperamentos como el colérico. A pesar de esta pasividad, el flemático está muy pagado de sus cualidades, y no acepta la opinión de los demás si no es favorable. Sus reacciones son lentas (si es que existen), y en raras ocasiones las provoca el exterior. La rutina es su aliada, y cuantas menos sorpresas le depare, más atractiva le parece su vida.
Lo anodino de sus comportamientos le relaja y le asegura una vida tranquila, aunque en su interior el flemático se agita e impacienta. Raramente deja entrever este lado inquieto y ansioso. La mayoría de sus amigos desconoce que es un gran hipocondríaco que no acude a los facultativos por temor a que le digan que tiene algo grave. Se complace de su lentitud. Olvida con facilidad y raramente guarda rencor. No es que haya nobleza en ello, simplemente se olvida. Los extraños no merecen su atención. Nada externo le interesa. Su yo placentero y callado le basta para entretenerle.
La envidia a veces le cercena e inquieta su espíritu, atormentado por los logros de sus hermanos, amigos o vecinos. Si bien no soporta el esfuerzo, sí le gustaría recoger los resultados que los otros obtienen. Es quizá la envidia lo que más desestabiliza a este temperamento.
 
 
En la comunicación: el flemático ama casi en extremo el silencio y la discreción. De hecho, algunos flemáticos tienen hipoacusia por su continua evasión mental cuando están con gente que no les interesa demasiado. Son parcos en palabras, y aunque pueden ser concretos, tienen dificultades para ser asertivos e ir al fondo de las cuestiones. Sus palabras pueden aportar valor; sin embargo, huyen de la complicación, por lo que preferirán callarse a tener un enfrentamiento comunicativo.
No les interesan muchos temas. Suelen ser elitistas con las personas y los asuntos que eligen para dialogar. Cuando no les interesa la conversación pueden guardar silencio durante muchísimo tiempo, lo que no quiere decir que estén escuchando. En la vida familiar, su amor a la televisión y a estar entretenidos es un punto muy negativo. Pueden estar toda la tarde haciendo zapping y dormitando en una butaca. Les resulta muy gratificante este asilamiento, y rechazan que se hable mucho a su lado. Son amantes de la ironía, que esgrimen con gracia, aunque mordazmente.
Pienso que estos puntos recogen lo menos grato del temperamento flemático, que, recordemos, es introvertido y olvida lo negativo con facilidad. Si tu temperamento es éste, no te enfades por aquellas debilidades que te acompañan. Recuerda que no somos perfectos, y que en nuestro camino de cambio esta es una aportación más. Nada es definitivo. Ni las grandes fortalezas ni las pequeñas áreas de mejora.
Asomarnos al lado oscuro del temperamento flemático nos ayudará a configurar planes de acción para diagnosticar nuestro perfil y aprender a modelarlo de cara a alcanzar nuestros logros.
Si tu compañero, pareja o colaborador es flemático y observas que algunas de estas características se cumplen, entiende que es una parte de sí mismo tan irremediable como la tuya. Nada es mejor que nada. Ni peor una cosa que otra. Somos una maravillosa obra que se va conformando cada día con pequeñas partículas de conocimiento.
 
Amemos lo que somos y lo que son los demás.
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Debilidades de los 4 temperamentos. El sanguíneo (105)

Cuando iniciamos los post sobre la gestión de lo imperfecto de nosotros mismos, exponíamos la dificultad de enfrentarnos con el lado oscuro de nuestra personalidad por su connotación de irresoluble. Por un lado, está el deseo de perfección que todos llevamos dentro, y que hace que las sombras tiñan demasiado rápido el paisaje de negatividad. Otra de las razones que me llevó a posponer este trabajo fue que el temperamento, en su lado menos favorable, al ser un imponderable con bajas posibilidades de transformación, podía generar bastante ansiedad. Además, el verano es una época poco propicia para este proceso.

Pensé también que podía resultar interesante iniciar el nuevo curso con una propuesta de auto-observación para crear planes de acción que nos posibiliten alcanzar los resultados que anhelamos. Para ello, es imprescindible conocer, aceptar y gestionar estas pequeñas imperfecciones centrándonos en los puntos clave de nuestro potencial, que ya hemos visto en los post anteriores.
Mi necesidad de escribir sobre cómo afrontar lo peor de nosotros mismos se activó cuando un amigo me preguntó si iba a tratar el tema de los daños colaterales que se generan cuando los diferentes temperamentos se relacionan entre sí. Mi amigo me sugirió que este tema sería muy útil para mejorar las relaciones interpersonales. Me comentó que había observado ciertas tensiones en su convivencia con algunos temperamentos, y que pensaba que, si lograba conocer mejor el lado oscuro del suyo, podría ser más consciente de qué estaba pasando y por qué. También me contó un desagradable tropiezo profesional que estaba vinculado a las incompatibilidades de un flemático con un sanguíneo en la vida social.
En este post iniciamos este trabajo de profundizar sobre las debilidades de cada temperamento. Al igual que hicimos con las fortalezas, debemos valorarlas para encontrar el perfil más fidedigno de nuestras carencias. Así podremos conocer nuestra personalidad y aquello que va a ser nuestro handicap en cualquier situación. Quisiera que antes de leer lo que sigue tuviéramos una actitud de aprendizaje. Pueden resultar duros algunos de los puntos que desarrollo; sin embargo, sólo debemos quedarnos con lo que nos identifica. Únicamente los temperamentos muy puros van a coincidir en la mayoría de los puntos, si bien todos tenemos algo de cada temperamento, y es posible que nos duela vernos reflejados en comportamientos poco loables. Recordemos lo mejor que tenemos y asumamos nuestros defectos como parte del camino del autoconocimiento. Hay que procurar no autoflagelarse.
Gestionar lo imperfecto de ti mismo. Las áreas de mejora de cada temperamento. El sanguíneo (105)El temperamento sanguíneo en las relaciones personales: es amante de todo lo que viene del exterior. Le encanta que le admiren y el galanteo de sus amigos y colaboradores. Es muy difícil que un sanguíneo ame profundamente. Vive con la sensación de que si ama a una sola persona puede perder todos los amoríos que la vida le ofrece. Para no perder todas las ofertas, miente compulsivamente, y los que caen en sus redes viven un auténtico martirio. El sanguíneo es deseado por aquellos que tienen dificultades para las relaciones sociales o para disfrutar de los placeres. Y al principio todo resulta muy seductor; sin embargo, al cabo de un tiempo, la excesiva promiscuidad de los sanguíneos y la falta de fidelidad hace casi imposible la relación.
En el crecimiento personal: el sanguíneo es inconstante. Inicia proyectos que parecen muy profundos (casi siempre para cautivar a algún inocente a quien engañar), pero cuando tiene que hacer esfuerzos y dejar sus placeres, se aleja rápidamente. El sanguíneo ama los deleites por encima de cualquier otra cosa, lo que le lleva a buscar diversiones frívolas y desenfrenadas. Huye de todo lo que implique sacrificio o renuncia al goce de los sentidos, y soporta mal el silencio y la soledad. No conoce la abnegación ni la templanza, pues las considera una amenaza para el verdadero sentido de la vida, que según él es el hedonismo. Suele ser mordaz y dañino con los que dedican su existencia a los demás y al crecimiento personal. Es muy negligente con sus errores, y disculpa su falta de responsabilidad. Reacciona con ironía ante las propuestas que implican un desarrollo de carácter humano, y que no respetan su negación a los esfuerzos.
El sanguíneo como empresario: cuando este temperamento está muy polarizado, las empresas que inicia tienen poca vida, porque suele dejarse llevar por los resultados fáciles y las inversiones arriesgadas. Es inconstante en la entrega profesional, y vive de ilusiones que casi nunca se realizan. Su fantasía sobre los resultados hace que no cuide los detalles más importantes de un proyecto organizacional. Seducidos por su gracia y su palabrería fácil, algunos inversores caen en sus redes, y el resultado suele traducirse en gravísimas pérdidas económicas. Y es que los sanguíneos pierden el interés cuando los proyectos les exigen tiempo y dedicación en lugares cerrados. Este daño es menor cuando las empresas obtienen resultados rápidos. Es muy bocazas con sus éxitos, y poco discreto con los resultados. Le encanta dejar impactados a los demás con su buen hacer.
Consigo mismo: es pueril y se regodea en su belleza. Es amante de su figura, y pocas veces acepta críticas sobre sus actos. Si hay algún comentario que podría ayudarle en su desarrollo, rápidamente recuerda lo que le ha dicho otro que le agrada más. Aunque parezca que acepta retos de superación, siempre se inclina por seguir adulándose tal cual es. Su autocomplacencia es excesiva, y raramente sale de ella. Su adicción al halago es única entre los temperamentos. Se pavonea y se exhibe todo el tiempo, difícilmente acepta no ser el mejor.
En la comunicación: el sanguíneo odia el silencio y la discreción. Parlotea continuamente sin que sus palabras aporten valor a los demás ni a sí mismo. Es incapaz de observar lo que le rodea y detectar qué agrada y qué no de lo que él hace. Castiga a los demás con sus ironías y su falta de tacto. Detesta el recogimiento y los ambientes que le muestran el lado sereno de su personalidad. Adora comunicarse y ser el centro. Es el temperamento con el discurso más trivial y poco profundo de todos, y pocas veces sabe cuándo molesta con sus gracias y sus continuas interrupciones.
Pienso que estos puntos recogen lo menos grato del temperamento sanguíneo, que, recordemos, es extravertido y olvida lo negativo con facilidad. Si tu temperamento es éste, no te enfades por aquellas debilidades que te acompañan. Recuerda que todavía no somos perfectos, y que en nuestro camino de cambio esta es una aportación más. Nada es definitivo. Ni las grandes fortalezas ni las pequeñas áreas de mejora.
Nos ayudará configurar planes de acción para diagnosticar nuestro perfil y aprender a modelarlo de cara a alcanzar nuestros logros.
Si tu compañero, pareja o colaborador es sanguíneo y observas que algunas de estas características se cumplen, entiende que es una parte de sí mismo tan irremediable como la tuya. Nada es mejor que nada. Ni peor una cosa que otra. Somos una maravillosa obra que se va conformando cada día con pequeñas partículas de conocimiento. Amemos lo que somos y lo que son los demás.
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Autoconocimiento tu perfil temperamental (71)

Vamos a seguir con nuestro trabajo de introspección para identificar nuestro temperamento preferente. Esta revisión está orientada a todos aquellos que todavía no han decidido qué temperamento es el que les rige, y cuales son sus ayudantes en la tarea de vivir cada día. En el post anterior marcábamos el hito de cada temperamento, aquello que le hacía significativamente diferente a los demás.  Recordemos:

Sanguíneo: Expresividad
Flemático: Inmutabilidad
Colérico: Actividad en pleno rendimiento y multifuncional
Melancólico: Entrega al prójimo olvidándose de si mismo apoyado en un análisis muy profundo de cada situación.

Gestionar lo imperfecto de ti mismo. Cierre del autoconocimiento de tu perfil temperamental (71)

Continuaremos con un mayor desarrollo de los entramados de cada temperamento, manteniendo nuestra mirada en el lado de fuerza y actividad; para ello valoraremos las cualidades positivas desglosadas de cada temperamento:

Sanguíneo: Su máxima es la Expresividad
•    Hay dos cualidades que son propias de este temperamento y que deben cumplirse para elegir esta preferencia: Que es extravertido y que no es rencoroso, Se recupera de los ataques que infringe o que recibe sin rencor. Los olvida al instante.
Si estas tres máximas: Expresividad, extraversión y exento de rencor no se cumplen, no sigáis mirando este temperamento de forma preferente. Si la respuesta es positiva valorar los siguientes aspectos:
•    Vivir su explosión
•    Realizar sus ilusiones
•    Ser el centro de atención de los grupos
•    Vivir las experiencias con total alegría
•    Excelente sentido del humor
•    Vida al aire libre, fuera de entornos cerrados
•    Sentimiento de éxito y de plenitud
•    Creador de climas agradables
•    Actor consumado

Flemático: Su máxima es la Inmutabilidad
•    Hay dos cualidades que son propias de este temperamento y que deben cumplirse para elegir esta preferencia: Que es introvertido y paciente. Su calma le permite realizar trabajos meticulosos hasta su finalización.
Si estas tres máximas: Inmutabilidad, introversión y paciencia no se cumplen, no sigáis mirando este temperamento de forma preferente. Si la respuesta es positiva valorar los siguientes aspectos:
•    No se alarma y difícilmente se enfada
•    La vida le resulta grata
•    Evita comprometerse con las actividades de los demás que respeta
•    La gente le gusta si respetan su vida y no se inmiscuyen en su vida
•    Magnífico mediador
•    Aire sereno y tranquilo
•    El más simpático de todos porque ve el lado positivo de las cosas
•    Un sin partido cuando hay discusiones a tu alrededor
•    Maestro de las manualidades

Colérico: Su máxima es la Actividad en pleno rendimiento y multifuncional
•    Hay dos cualidades que son propias de este temperamento y que deben cumplirse para elegir esta preferencia: Que es extravertido y constante luchador. Su constancia le ayuda a desarrollar nuevos proyectos de forma permanente.
Si estas tres máximas: Actividad en pleno rendimiento y multifuncional, extraversión y constante luchador, no se cumplen, no sigáis mirando este temperamento de forma preferente. Si la respuesta es positiva valorar los siguientes aspectos:
•    Práctico y activo
•    Todas las acciones tienen un propósito concreto
•    Reconoce las oportunidades de inmediato
•    Líder natural
•    Aporta ideas y planes continuamente
•    Vive la vida como un mundo de oportunidades
•    Es muy decidido sobre cualquier asunto
•    Logra objetivos que parecían inalcanzables
•    Prima la celeridad por encima de la perfección

Melancólico: Entrega al prójimo olvidándose de si mismo apoyado en un análisis muy profundo de cada situación.
•    Hay dos cualidades que son propias de este temperamento y que deben cumplirse para elegir esta preferencia: Que es introvertido y tiene una escucha activa muy desarrollada. Su atención a todo lo que le rodea le permite desarrollar su talento.
Si estas tres máximas: Entrega al prójimo apoyada en un análisis profundo, introversión y escucha activa muy desarrollada, no se cumplen, no sigáis mirando este temperamento de forma preferente. Si la respuesta es positiva valorar los siguientes aspectos:
•    Talentoso, perfeccionista y abnegado
•    Rememorar el pasado vívidamente
•    Profundidad en el pensamiento
•    Búsqueda de la perfección en todo lo que hace
•    Esforzado y dispuesto al sacrificio
•    Gran observador
•    Alma esforzada dispuesta al sacrificio
•    Amigo fiel
•    Dedicado al servicio

Además de los puntos clave de cada temperamento es imprescindible hacer dos grandes distinciones:
•    La rapidez de respuesta ante las impresiones externas
•    La profundidad del impacto de estas impresiones

Los temperamentos de respuestas casi inmediatas son: el sanguíneo y el colérico, mientras que el flemático y el melancólico necesitan madurar los significados de todo lo que viene del exterior.

Los temperamentos que tienen un impacto más profundo ante las impresiones y que permanecen largo tiempo en el recuerdo son: el colérico y el melancólico.  De otro lado están los que viven un impacto más superficial y olvidan con gran rapidez que son: el sanguíneo y el flemático.

Hemos ampliado los campos para que puedas hacer un trabajo de introspección con el que puedas identificarte y decidir quien es tu preferente, y quienes sus compañeros de camino.

Espero que disfrutes de esta información que cierra el autoconocimiento de tu temperamento. En próximas semanas daremos más pistas sobre las mejores asociaciones internas, y cómo suavizar las tensiones cuando no son muy óptimas.

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