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La superación del héroe. El Guerrero (135)

El Guerrero ha vivido prisionero de su entorno, donde reconoce enemigos que no le permiten avanzar. Ha luchado contra el sometimiento en muy variados y diversos escenarios, cayendo en el despotismo y esgrimiendo un complejo de superioridad que le

ha imposibilitado lograr el consenso y la colaboración de otros. Cansado y con su armadura resquebrajada, el Guerrero lucha contra su inflexibilidad e intolerancia. Anhela el perdón de los abatidos por su espada, e inicia su apertura hacia una nueva forma de poder más democrática. Es el tiempo de abandonar batallas infructuosas.
Este héroe empieza a comprender la importancia de su papel social, y descubre que si lucha por sí mismo es probable que pueda cambiar el mundo. Quiere afianzar su liderazgo en la sociedad desde términos más implicados con el bienestar. Estudia y aboga por la construcción de un rededor repleto de posibilidades. Cabe en este instante entregarse a una causa más justa donde sólo la paz tenga cabida, y a tal fin, pone al servicio de la comunidad su intelecto, ampliando su capacidad para discriminar lo útil de lo que no lo es. Aporta información que ayude a identificar nuevos roles, y de este modo enseñar a las personas a olvidarse de sus mezquinos intereses personales para abrirse a un interés general. Es así como todos pueden aunar sus fortalezas y optimizar las oportunidades de cambio.
Es este héroe el que confía en el sentido espiritual del hombre. Y sabe que esta fuerza interior precisa ser expresada y evidenciada a través de unos dinámicos y sólidos ideales. Coherencia, integridad, nobleza… son algunos de los valores que conforman el alma del Guerrero. Y de ellos se nutre para acometer la batalla diaria.
En su pasado este héroe pagó el peaje del vagabundo y logró vencer su negativa a los límites y las reglas. También ahondó en el victimismo del mártir, hasta aceptar los compromisos y las responsabilidades. Y conformado por este crisol, el Guerrero renovado nos aproxima a un mundo donde el honor está en ejercer la voluntad hasta sus últimas consecuencias.
En su crecimiento y evolución personal, el Guerrero descubre que para triunfar es imprescindible hallar su identidad verdadera (quién es, qué quiere, cuál es su destino). Y concluye que el único vencedor y perdedor es él. Su batalla, que se centraba en derrotar al dragón, es falsa. Los males que atribuía a la humanidad desaparecieron, y sólo quedó su detractor personal. Un yo interior irreverente y malévolo. Su dragón interno, en el que se reflejan sus miedos y sus temores.
Este buscador acabó debatiéndose con su mal y lo derrocó para siempre. Con su victoria ha disuadido al agresor, y ahora moviliza a la sociedad hacia un mundo mejor, más asequible y equitativo, reduciendo los movimientos inapropiados y poco fértiles. Atrás quedó el Guerrero eminentemente dualista. Su corcel le aleja del radicalismo, y ha aprendido a jerarquizar su fuerza hacia el equilibrio y la templanza. Dirimió su conciencia entre dos polos que le cegaban. Sirvió en una guerra en la que se debatían los malos contra los buenos. Ese absolutismo, que solía aflorar en demasía, era una de sus mayores debilidades. En este punto aprendió a definir qué es lo bueno, y optó por ponerse a su servicio.
Nuestro Guerrero ha triunfado, y los fatalismos de los que se nutría yacen derribados para siempre. Lejos ha quedado su sexismo, su xenofobia y su clasismo, que le tenían subyugado. Entiende que debe colaborar para reducir los grandes males de la sociedad actual: la devastación ambiental, la desigualdad de género y razas, las guerras inútiles, la mezquindad y la avaricia…. Comprende que es su buen ánimo y colaboración la que puede disolver tensiones y construir nuevas realidades. Nuestro caballero está al tanto de que la batalla es diaria. Para ello es imprescindible tomar decisiones que confieran seguridad al grupo.
Este héroe aprende a decidir analizando todos los actos que han conformado sus experiencias pasadas. Desde estos comportamientos realiza aprendizajes y trasciende de sus intereses personales. Lo general prima sobre lo personal. El Guerrero actuó con fuerza y valentía, y venció. Pero ahora este héroe debe recordar que esta victoria se produjo porque reconoció otras ideas, respetó otros ideales. Amén de que su liderazgo operó junto otras jerarquías, con las que colaboró sin competir. La obediencia a su autodeterminación le otorgó integridad. Y es esta honestidad la que engrandeció su discurso, le posibilitó defender múltiples criterios y llegar casi siempre a enriquecedores consensos.
Atrás han quedado las victorias sangrientas. Ahora en el campo de batalla la espada es la dialéctica. La armadura la reflexión. Y la victoria es de todos los combatientes.
El líder de líderes, el Guerrero, avista sin tregua el futuro y se asusta. Quiere bajar de su montura y deleitarse con algún placentero retiro . El miedo a la entrega plena, sin fisuras, le detiene. Poder y gloria en detrimento de placer y confort.
El camino del héroe necesita un profundo autoconocimiento, liberar la inestabilidad emocional y comprender que la automotivación debe trascender los intereses personales.
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Superación del Mártir. Visto por vosotros (89)

Los que abráis, por primera vez esta blog, os ofrecemos un trabajo sintetizado de los lectores sobre cómo superar el Mártir que todos llevamos dentro. Cada uno de los abajo firmantes nos han dado una visión profunda de cómo ellos superarían su victimismo, su huida de las responsabilidades, su miedo a ser gestores de sus ideales y de su vida.

Por favor vuestros comentarios enfocarles a valorar este trabajo y resumir en unas líneas cómo nos ayudaría en nuestro cambio.
Los puentes se construyen con el apoyo de muchos profesionales que convierten dos puntos equidistantes y separados en un lugar de encuentro sin distancias.
Gracias a todos. Sería estupendo que los que no han escrito agradezcan esta gran entrega.
Textos del post 087
La Superación del Mártir. Un trabajo realizado por todos (89)Convertirse en el propio gestor comprometido y afrontar la vida con optimismo y positivismo. (Tzazu)
En nuestra vida sucede aquello que de alguna forma hemos deseado. (Juan Carlos)
Este es un camino, un trabajo diario que tras ponerme metas muy pequeñas voy entrenándome en conseguir la técnica para ir sintiéndome más satisfecha con lo que hago. (Cler)
En la entrega a nuestros ideales. No hacer más de lo que podemos hacer sin quejarnos, y entregarnos a fondo, divirtiéndonos. (Cristi)
La innovación en la gestión de lo imperfecto. Lo inmodificable en los compromisos actuales me ayudaría para dar espacio a mis esos ideales dormidos. (RA)
Comprometerme con la vida desde el amor y la generosidad para que no haya más 11 dolorosos. (Lucía)
El cambio de una manera positiva y creativa, esforzándonos en ser generosos y amables, día a día con todo el mundo, reduciendo nuestros niveles de exigencia.(Rocío)
Dejar de mirar mi ombligo y el gran esfuerzo que tengo que hacer para vivir y aprovechar cada segundo, compartiendo lo mejor de mí con los demás. (Otilia)
Tomar conciencia de valores, objetivos, crear y realizar un plan de acción, sin juicios ni criticas…, sin egocentrismo, sino para el bien de un proyecto común
(Mónica M)
Cuando dejo de perseguir ideales que niegan o subliman una realidad interior que no obstante rechazo, y en vez de ello, la acepto a partir de sintonizar con mis valores, y con lo que realmente puedo dar y vivir en mis experiencias vitales. (Graciela)
Dando las GRACIAS, ALGO CAMBIA PROFUNDAMENTE, y hasta un mártir podría convertirse en un HERÓE… GRACIAS INFINITAS!!! (Alicia Ahimsa)
Percibimos esa abundancia cuando aprovechamos cada instante y gozamos con él. Entonces el tiempo se estira, la tarea se hace presente y no vivimos la sensación de esfuerzo. (Lole Petit)
Una vez tengas toda la “película” revisada, selecciona aquellas escenas en las que has sacado al mártir. Con tus dedos como tijeras, vete cortando y eliminando estos fragmentos y empalma la película para que no queden huecos y siga siendo continua. Una vez retirados todos los trozos, revisa de nuevo el día “editado”. Ese ha sido tu día real. (Noj)
Cada vez que aprendo cosas nuevas y disfruto de ellas, también cuando hago oídos sordos a las voces que me dicen «para qué estudias tanto…. (Encarna)
La confianza, la alegría, la valentía, la paciencia, o lo que necesitemos y disfrutar de que somos capaces de entregarnos a nuestros compromisos y dar gracias porque estamos vivos y lo podemos compartir. (Siloé)
Fijarme en las pequeñas cosas que cada día me hacen feliz y dejar en Angels Camp libertad a mi conciencia. Cuando la motivación surge desde ese otro lugar no me supone ningún esfuerzo. (Meruta)
Aferrarnos a esos pequeños-grandes momentos, que hacen que lo que creíamos imposible parezca sólo una cuestión de voluntad. (Guillermo)
Le otorgas a tu presencia en el mundo una dimensión espiritual y entonces, te abres al amor hacia algo que ya es grande para ti (Lels)
Conocerme a mí misma, sin pensar sin emitir juicios… ir descubriendo mis «diamantes» y apoyarme en ellos. (Elisa)
1) perdonar 2) asumir la maduración, 3) tomar la responsabilidad de la propia vida, 4) poner en práctica los ideales, 5) creatividad y valentía para crear las reglas del juego, 6) voluntad y constancia ante el esfuerzo, 7) esforzarse para liberarse (Sara)
Pensar sólo en el momento, en este día y dar lo mejor que puedas en ese momento… sin pensar en los futuros peldaños que quedan por delante…Solo un peldaño, el de hoy. (Cristina V)
Agradeciendo el ejemplo de los que me ayudan cada día a ver que es posible el cambio. El siguiente paso es hacerme responsable de que mi ejemplo por pequeño que sea. (Eva)
Con la luz que le damos a todos los que nos rodean, empezando por una palabra dulce, el detalle para con los demás, la humildad, la paciencia al mundo, el ser flexible, existe el color GRIS. Es el HACER el DAR al otro para llenar tu alma (Esther)
Vivir el gozo, la abundancia y la plenitud que me regala el presente. Disfrutar cada instante como si fuera el último. Contactar momentos de entrega ya vividos que me llenen de fuerza y esperanza (Catalina)
Amándolo, comprendiéndolo y charlando con él y decirle que él no hace nada, solo mueve viento. Por tanto, vivir el momento presente con agradecimiento. (Maite)
Caminar hacia una Moral más sólida, dejando atrás la necesidad de reconocimiento.  Que actuar sea una consecuencia de vivir en el amor. (Carola)
Poner amor en lo que se aprende de otras personas, cuidando no perder lo que es propio y genuino de cada uno. (Encarna)
Estar pendiente de los demás y menos de mi misma. No estar quejándome constantemente y darme cuenta de la suerte que tengo de vivir y de poder disfrutarlo (Merche)
Activar los valores de voluntad y fidelidad a la idea, compartir con generosidad y vivir lo transcendente en cada instante, en lo pequeño. (Ana B.)
El amor es la ausencia de miedo. Y de la mano de nuestra aceptación y de ese amor, uno se siente parte del todo, Y en ese lugar el egocentrismo se difumina y no hay necesidad de sacrificio, sino decisiones libres, Y cada paso es bueno para el siguiente. (Nieves)
Valoro la oportunidad de mi intervención y el resultado positivo no sólo para mí sino para los demás. El resto viene solo. (Cristina)
Con valentía se conecta con los valores y se confirman en este proceso. Esto hace más grandes a las personas y más comprometidas. Es esta valentía la que tengo que empezar a practicar en cada decisión que tome, en cada iniciativa, en cada momento de mi vida (Gema)
Ser proactiva, ser responsable y asumir el control de una manera activa. Fomentar la autoconfianza sin apego de los resultados. Cuidar mi cuerpo y mi mente. Vivir cada día con intensidad y con alegría, viendo lo positivo que hay en ella. Y tratar a los otros como me gustaría que me tratasen. (Pilar Borrero)
Mi truco personal para no CREERME mártir es no SENTIRME con cargas y sí con gozos y, entonces, no me supone ningún esfuerzo entregarme y/o compartir… (Melisa)
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Superación del vagabundo. Camino del héroe (35)

«En esta nueva visión del mundo, el premio por ser completo y auténticamente uno mismo es el amor, el respeto y la comunidad»: así terminaba el post de la semana pasada, y el punto de partida para la superación del Vagabundo está en vivir en libertad respetando las normas y los límites, además de resolver su enfrentamiento con el amor y la autonomía. Para realizar este trabajo, es prioritario que el héroe acepte los retos y esfuerzos que esto representa.

Superación del vagabundo. Camino del héroeEste primer paso requiere asumir las jerarquías como un bien social y permitirse luchar a favor de unos ideales dentro de un método y un orden que no siempre será agradable ni coincidirá con lo que este héroe quiere. El factor diferencial que el Vagabundo desea imprimir y su peculiaridad un tanto rebelde le lleva a abominar de todo lo que le parece limitador; por ello, es vital que aprenda a distinguir lo que le conviene de lo que no. El Vagabundo debe elegir el bien personal y colectivo antes de hacer prevalecer su «halo diferente», con el que se separa de ciertos grupos para afiliarse a otros. El Vagabundo inicia así un proceso de respeto a la generalidad entendiendo que es un bien establecido y que se sustenta en elementos que aportan confianza en los resultados. Y es desde lo popular y cercano desde donde su «parecer diferente a todos»  tiene más sentido para movilizar los estamentos e iniciar procesos novedosos e innovadores.

El segundo paso es liberarse  del temor a no ser amado y que le dejen solo.  Para ello debe confortarse con los demás y buscar su autenticidad. Esta tarea es compleja por el apego que este héroe le tiene a su rol. La tensión que le provoca el posible rechazo sólo puede solucionarla mediante la aceptación por su parte de los grupos ajenos a sus intereses. Su espíritu crítico y un tanto despreciativo exige tolerancia y calma ante la diversidad de ideas y tendencias que los colectivos presentan en la actualidad en todos los ámbitos. La mejor ayuda para este caso es eliminar la exacerbada crítica que tiene este héroe a lo «mediocre y normal» cuando mira a su alrededor y todo se le semeja anodino y poco atractivo.

El tercer paso nos permite avanzar paulatinamente, pero seguros, hacia la superación de este gran héroe de espíritu aventurero, que se debate entre su autonomía y las opiniones de los demás. Parece muy seguro de sí mismo; sin embargo, su inmadurez se deja seducir por el exterior y deambula por las versiones de los hechos que unos y otros le cuentan. El Vagabundo precisa desarrollar un sentido propio de las realidades que vive y afianzarse en ellas para dirimir qué es válido y qué no lo es, independiente de lo que puedan aceptar o no aquellos a quienes ama. No cabe duda que esta experiencia es retadora y precisa de un compromiso total con el crecimiento y desarrollo del héroe.

La singularidad del Vagabundo está en sus valores, siendo los más paradigmáticos aquellos que permiten construir niveles diferentes de realidades, donde confluyen los movimientos más delicados con los más firmes. Las tonalidades y matices son inagotables en este héroe, y su evolución exige aceptar el sacrificio como un bien, cambiando su vida de locura y desenfreno por otra donde imperen los compromisos y responsabilidades vitales. El Vagabundo aspira a la trascendencia sin pasar por el dolor; sin embargo, cuando entiende el propósito y el posible beneficio, enardece sus fuerzas y surge el gran salvador de los grupos sociales marginados, a los que entrega el estandarte de su lucha, saliendo victorioso en la mayoría de las ocasiones.

Ante el éxito de su batalla se siente triunfador y diluye su deseo de competencia para enfrentarse al consenso y realidades ajenas viviendo por primera vez una motivación que salta fuera de los márgenes de su individuación  para hacerse colectiva.

El Vagabundo ha superado todas las pruebas y aligera su mochila de lo superfluo. Ahora está centrado en el principio de realidad y no del placer. Es maravilloso ser único cuando la diferencia hace crecer al grupo hacia una totalidad singular.

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Superación del huérfano. Camino del héroe (20)

«Nuestro antihéroe necesita identificar sus áreas de mejora para preparar su transformación e iniciar el camino»: así terminaba el post la semana pasada. Y el punto de partida para que el Huérfano realice este trabajo sin miedos es conocer e identificar sus objetivos y las metas que quiere lograr.
La superación del huérfano. El camino del héroe
Nuestro personaje precisa iniciar el camino aun sin conocer todas sus fuerzas, pero decidido a probar su suerte. En las alforjas lleva los aprendizajes que ha vivido en la jaula dorada, cada uno de los valores de su entorno social, de su familia, de las personas que han forjado su estructura y linaje. Identificar y evaluar estos ideales le dará el impulso necesario para iniciar el camino de su libertad. Atrás queda el pasado, del que no puede abstraerse, pero al que no debe volver.
El imaginal del Huérfano lo conforman pensamientos tenebrosos y quimeras de éxitos a través de luchas ganadas al dragón. Ahora es el momento de detenerse y recrearse en un ánimo reconfortado en el que no tengan cabida el desánimo o el abatimiento. Es preciso construir pensamientos positivos del yo. El Huérfano necesita vivir el yo puedo, repetido una y otra vez: yo puedo, yo puedo, yo puedo… para crear el hábito del éxito a través de rutinas que solidifiquen el edificio de su voluntad. Pequeños hitos de cambio que día a día son las murallas contra el desaliento.
Desde este pensar constructivo el mundo le resulta grato y puede enfrentarse a las pequeñas responsabilidades eludiendo la ayuda exterior y la dependencia. La mirada del Huérfano debe posarse sobre lo que puede y aislarse de lo que no, confiando en sus aprendizajes diarios.
La metamorfosis del Huérfano requiere de tiempo, y en este devenir es imprescindible la conciencia de sus actos. Es proclive este personaje a justificar sus acciones indignas con las circunstancias que le rodean, y para evitarlo debe aceptar la justicia como un bien social y la autoridad como el medio para regir las estructuras sociales que le sustentan y le apoyan en su proceso de madurez.
El constructo de la confianza en sus propias fuerzas debe pasar por un equilibrio económico que implique vivir de sus ganancias. La regulación de sus ingresos y gastos es el eslabón de una cadena de dar y recibir armónica, donde el Huérfano debe eludir el gimoteo y dejar de sentirse pobre y sobrecargar con esta penuria a los demás. Y ante la envidia por los logros de los otros, nuestro amigo debe valorar sus ganancias y fijarse objetivos nuevos de los que podrá salir triunfador si los obtiene a través de sus esfuerzos.
Para saciar su necesidad permanente de reconocimiento es imprescindible revisar a diario los resultados positivos y determinar qué actitudes los han originado para reforzar esos comportamientos en el nuevo día. Contribuirá a ello recordar todas las palabras de elogio que durante la jornada ha recibido de sus compañeros, colaboradores o amigos. Frases que son un mantra o refuerzo para este nuevo mundo.
El Huérfano percibirá el final de su orfandad cuando se sienta estimulado por la valentía y la independencia económica y afectiva. Un día amanecerá con una mente práctica y resolutiva convertido en el protector de su familia, de sus amigos y de todos.
El Huérfano deja de serlo cuando se pone al servicio de otros, que al fin y al cabo es la meta de cualquier héroe que se precie de serlo.
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