Todas estaban en la calle. Iba a impartirles un taller que las ayudara en su lucha contra el maltrato, el abuso, el dolor y cualquiera de las situaciones que vivían día a día.
Hasta ese momento, no me había encontrado con un colectivo tan necesitado de empoderarse y aprender a resolver los conflictos desde su fuerza y su valor más intrínseco.
Entramos en una sala espaciosa donde estaban situadas las sillas en forma de U. «¡Atención, chicas vamos a empezar!». Gritó su psicóloga. Se hizo un silencio acogedor. Un vahído suave e imperceptible me hizo sentirme insegura. Me presenté y, poco a poco, empezamos a trabajar.
Escribí en el rotafolios: «Reconocerse». La meta de aquel encuentro consistía en que cada una de ellas encontrara lo mejor de sí misma. Poco importaban las historias pasadas, los recelos o los miedos. Si cada una de las presente encontraba su «diamante personal», la mirada sobre su vida y circunstancias adversas sería muy distinta.
Seguí escribiendo: «Ver, observar y descubrir…conocer lo mejor que hay en ti».
Después de unos ejercicios en los que todas participaran muy activamente, Rosa dijo: «Yo soy la alegría». Era evidente que ella así. Su risa nos embargó de una felicidad dulzona y aplaudimos su aportación. Esperamos quién saldría después para decir su «diamante». Cada una teníamos el tiempo necesario para encontrar nuestro tesoro. Una a una fue entregando su valor al grupo y aprendiendo a reconsiderar, preguntarse, indagar y cerciorarse de su potencial más vital.
Cuando Loli dijo que ella era la «sensibilidad», su alma se rompió y los ojos se anegaron de unas lágrimas limpias. Le recordamos que el poder de su «diamante verdadero» le impediría sentirse afectada por el exterior. Seguimos profundizando. Habíamos escuchado la «perseverancia» de Julia y comprobado la «creatividad» de Inés..
Paseamos por la sala una vez más y Luisa dijo « Yo soy humilde», y todas vitoreamos la sencillez de nuestra compañera. Sonsoles confirmó su «capacidad resolutiva», y Loli nos dijo que su verdadero valor era «el amor», mientras subía los brazos agitándolos victoriosa. Paloma era «inteligente», B. dijo que ella tenía las cualidades de todas, a la vez que Mercedes nos miró fijamente mientras que nos hablaba de su «paciencia».
Ya habíamos pasado el ecuador del curso cuando M. habló de su «fuerza» y Ana eligió la «voluntad» en lugar de la generosidad. Montse vivió un momento de indecisión porque, encontraba muchos valores y no sabía cuál elegir, hasta que resolvió que era «valiente» ya que se enfrentaba ante los retos complejos sin temor, mientras Inma afirmaba que ella era «espléndida y gritó: «Yo no tengo rencor me hagan lo que me hagan» Sonaron a música sus palabras en este ambiente.
Y casi al final, Raquel, que había estado callada, dijo que ella era »el agradecimiento». Pilar seguía diciendo: «Yo no sé, ¡soy tantas cosas! ¿Por favor, Pilar podrías decirnos tu valor antes de acabar?». Sonrió con esa sonrisa que sólo los seres buenos tienen. «Si, soy cariñosa». Aplaudimos mucho. Los ojos de Loli seguían llenos de lágrimas, ahora de felicidad, y volvimos a celebrar nuestro encuentro.
Atrás quedaba un aula llena de mujeres valerosas. Hoy vuestro «diamante» es la luz de nuestro camino de retorno.
They were all waiting in the street. I was going to give them a workshop that would help them in their fight against mistreatment, abuse, pain and any other problems they were experiencing on a daily basis. Up until that moment, I had never come across a group that was so much in need of empowering themselves and learning to resolve conflict using their strength and most intrinsic quality.
We entered a spacious room where the seats were arranged in a U shape. «Attention girls, we’re going to start!”» shouted their psychologist. There was a welcoming silence. A mild and imperceptible dizziness made me feel insecure. I introduced myself and, little by little, we began to work.
I wrote on the flipchart: «Discovering oneself». The aim of the exercise was for everyone to find the best of oneself. The stories of the past, distrust and fears were of little importance. If everyone present were able to find their «personal diamond», how they saw their lives and adverse circumstances would be very different.
I continued writing: «Look, observe and discover… know your best quality».
After a few exercises in which everyone actively participated, Rosa said «I’m cheerfulness». It was obvious that she was. Her smile exuded sweet happiness and we applauded her contribution. We waited for the next person to tell us their «diamond». Each one of us was given the time we needed to find our treasure. One by one, they shared their quality with the group, learning to reflect, question oneself, explore and be sure of their most vital potential.
When Loli said that she was «sensitivity», her soul broke and her eyes welled up with clear tears. We reminded her that the power of her «true diamond» would prevent her from feeling affected by the outside. We continued to go into depth on the subject. We had heard about the «perseverance» of Julia and seen the «creativity» of Inés.
We went around the room once again and Luisa said «I’m humble», and we all cheered the simplicity of our colleague. Sonsoles spoke about her «resoluteness», and Loli said that her real quality was «love», as she raised her arms and waved them victoriously in the air. Paloma was «intelligent»; B. said she had the qualities of all of them, while Mercedes stared at us while she spoke of her «patience».
We were half way through the course when M. told us about her «strength» and Ana chose «willingness» instead of generosity. Montse experienced a moment of indecision because she could think of lots of qualities but didn’t know which to choose, until she decided that she was «brave», as she was able to difficult challenges without fear, while Inma simply said she was «wonderful» and shouted «I am not resentful no matter what they do to me». Her words were like music in this atmosphere.
And almost at the end, Raquel, who had been silent, said that she was «gratitude». Pilar followed, saying «I don’t know. I am so many things». Pilar, «can you please tell us your quality before we finish?» She smiled with one of those smiles that only good people have and said, «Yes, I am affectionate». We clapped a lot. Loli’s eyes were still full of tears, but tears of happiness now, and we celebrated our encounter once again.
We left behind a room full of brave women. Today, your «diamond» is the light of our return journey.
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