Un grupo de ranas viajaba por el bosque, y de repente dos de ellas se cayeron en un hoyo profundo. Las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuán hondo era, le dijeron a las dos ranas accidentadas que sería más práctico que se dieran por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas, y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras insistían en que sus intentos eran inútiles. Finalmente, una de las ranas hizo caso a los desalentadores comentarios y se rindió. Acto seguido, se desplomó y murió. Pero la otra rana continuó saltando tan alto como le era posible.

La multitud de ranas le gritaba y le hacía señas para que dejara de sufrir y se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltaba cada vez con más fuerza, hasta que finalmente

logró salir del hoyo. Las otras ranas le dijeron: «Nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritamos». La rana les explicó que era medio sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más para salir del hoyo.

Mi amiga Esther me hizo recordar este cuento que hace tiempo me contaron en un curso de comunicación.

Esta historia es muy apropiada para todos los momentos en los que decidimos romper con lo tradicional o aventurarnos por derroteros diferentes. Es en esos instantes cuando más  necesitamos voces amigas que nos apoyen, aunque en muchos casos el fatalismo  de algunos nos amilana y nos impide ver las oportunidades que podríamos aprovechar gracias a nuestra valentía.

Apoyemos con un «¡Hurra!» intenso y profundo a todos los emprendedores que en estos momentos, desde la prudencia, tienen el coraje de iniciar gestas rompedoras y arriesgadas.

En el barro de las crisis se cuecen las mejores oportunidades, y los valerosos elevan la moral de los deprimidos, logrando que alcancen el éxito.

Pensemos en situaciones en las que hemos sido como las ranas que están en la ciénaga, o como las impulsoras del desánimo y el suicidio.

Hoy es un buen día para reflexionar sobre las palabras que decimos y sus efectos.