Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

« ¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?»

Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. 

Luego preguntó: « ¿Está lleno?» 

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. 

El experto sonrió con ironía y repitió: « ¿Está lleno?»

Esta vez los oyentes dudaron y pensaron que tal vez no. El experto puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

« ¿Está lleno?» preguntó de nuevo. ¡No!, exclamaron los asistentes. Entonces el preparador cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba. 

« ¿Qué hemos mostrado?», preguntó el formador. 

Un alumno respondió: «Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.»

¡No! concluyó el experto: «Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, no tendrás opción de colocarlas después».

¿Cómo distribuyes tu tiempo? ¿Eres capaz de priorizar adecuadamente? ¿Sabes postergar, delegar, relativizar…?. En los post 191 y 192 hablamos del tiempo. Hoy queremos recordarte que en tu vida hay “piedras grandes” que olvidas y no consideras cuando vas a distribuir tu tiempo y cuando quieres encontrar su lugar ya no es posible. Tu desarrollo personal y profesional exigen una revisión.

Quizá has puesto la gravilla, la arenilla y el agua antes de las “piedras grandes” y cuando quieres introducirlas ya no tienen cabida.

Lee el libro que tienes pendiente, haz el viaje que sueñas, acude a clases de teatro para ser el actor que no fuiste de pequeño, mira por la ventana y deja que pasen las imágenes sin más. Sobre todo piensa qué pasaría en el mundo si hoy no estuvieras tú. También qué harías si hoy fuera tu último día de vida.