Estimado Rajoy, ayer fuiste el vivo ejemplo de lo que no quiero ser. Ayer me sentí profundamente defraudada con tu actuación en el debate sobre El Estado de la Nación. Un debate sobre El Estado de la Nación es una oportunidad única para presentarte, darte a conocer, plantear tu estrategia y derrocar al contrario por goleada. En lugar de esto, ayer decidiste desprestigiar a tu oponente, envilecer su gestión y buscar su deterioro político.

Flaco favor te has hecho a ti mismo cuando el recuerdo de tu actuación es lo mal que lo hace tu oponente. Esta actitud, que satisface a los mediocres, sólo redunda en beneficio de los enemigos que tienes en tu partido, y en las dudas sobre tus posibilidades de liderazgo para los que esperamos alguna alternativa de gobierno.

España necesita con urgencia que apoyemos a los gobernantes que están en el poder. En los tiempos que corren precisamos generar confianza e ilusión. Tu mano de martillo sentenciando al señor Zapatero me recordó cuando España perdió ante Suiza y los agorer

os como tú nos mostraron las males artes deportivas y la poca calidad futbolística de nuestro equipo nacional. Nadie apostaba por La Roja al día siguiente.

Hoy muy pocos apuestan por España, y después de escucharte supongo que aún menos.

Estimado Rajoy, la victoria de un líder político no está en mostrar las malas prácticas de su oponente. Por el contrario, lo que se necesitan son ideas nuevas, planes para la salida de la crisis viables, y mucha luz al final del túnel.

Atacar la credibilidad de Zapatero no garantiza el éxito de tu gestión, por no hablar de lo que supone haber perdido una gran oportunidad de presentar a todo el país tu propio programa.

Si lo que realmente buscas es adelantar las elecciones, ahora es el momento de que dediques tus fuerzas y tus competencias a elaborar un programa consecuente con los tiempos que corren.

Te consideraba un gran caballero. Un hombre leal que da de beber al sediento. Ayer tu agua me pareció vinagre y no encontré el agradecimiento que le debes al actual presidente.

No olvides, Rajoy, que Zapatero está haciendo todo lo que tendrías que haber hecho tú si estuvieras en el poder. El Estatuto, las pensiones, los ajustes económicos y muchas otras medidas posiblemente hubieran sido tomadas por ti, seguramente con otro estilo, con mayor claridad, pero no por ello con menos dolor para el pueblo.