Joaquina Fernández

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Los dientes y su significado emocional: parte III

En el post 331 iniciamos nuestra andadura por los significados de los dientes en nuestra vida emocional. Para adentrarnos en cada una de las piezas dentales, en el post 353 hicimos una revisión odontológica en la que conocimos los significados de los incisivos en nuestra vida emocional y física. Seguramente, muchos de vosotros miráis los dientes de vuestros amigos con una lectura diferente, espero que respetuosa.

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Ahorrar en teléfono

Podemos hacerlo de muchos modos: reducir las llamadas, tirar el teléfono y suprimir la dependencia de estar conectados en cada momento, utilizar el horario reducido… Ahora bien, la propuesta de hoy es que entre todos investiguemos si esta información que me ha llegado vía Internet es correcta.

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Resolver lo irresoluble

Se cuenta que Alejandro Magno, durante su epopeya hacia Oriente, se topó con una fortaleza inexpugnable en las montañas del actual Pakistán. A primera vista, parecía un obstáculo insuperable: la fortaleza estaba situada a una altura de unos 2000 metros, entre dos picos aún más elevados de paredes lisas imposibles de escalar. La única vía de acceso era un desfiladero entre las montañas hasta la entrada de la fortaleza.

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No estar atado a otra persona

Sé que no puedo permitirme estar atada a otra persona. Cualquiera que sea la forma en la que se presente la oportunidad, escondida detrás de la ilusión de pertenecer a esa persona encontraré sin duda el desaliento, la bajada de mi autoestima, la flagelación de mis instintos. Puedo engañarme  día tras día. Sin embargo, sé que despertarán partes de mí misma que permanecían dormidas.

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Compañía

Recibí una llamada telefónica de un muy buen amigo. Me dio mucho gusto escucharle. Lo primero que me preguntó fue:

— ¿Cómo estás?

Y sin saber muy bien por qué, le contesté:

—Muy solo.

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Mi pensamiento crea el mundo

Durante décadas estas palabras han sido consideradas como una enajenación de algún visionario o la alucinación de un loco. Ahora mismo la ciencia y la psiconeurociencia confirman que los estados anímicos positivos favorecen las funciones del cerebro. Y si bien muchos ya estamos convencidos de ello, nuestro pensamiento sigue enquistado con reflexiones que asolan nuestra vida, llenándola de malestar y de  fragilidad.

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Conciliar, algo más que estar en casa

Había una joven muy rica, que tenía de todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísima satisfacción, una familia unida. Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, pues el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo, y su vida siempre estaba deficitaria en algún área.

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Los chinos nos invaden

Este podría ser el título de una película de terror o de un film americano. Millones de chinos parecen estar convirtiendo nuestra vida en una pesadilla. Trabajadores infatigables que crecen con rapidez y de forma imparable. Cuando un chino abre una tienda en nuestra zona, en muy poco tiempo otras muchas aparecen a su lado, devastando el barrio de negocios autóctonos. Las tiendas de los chinos no tienen horario. Tampoco sabemos quiénes las regentan. Toda la familia participa del negocio activamente. Los hijos no son como nuestros pequeños, que huyen de las obligaciones. Cada vástago chino sabe que su comida depende de su eficacia y de su constancia.

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Las puertas del cielo

Un guerrero, un samurái, fue a ver al maestro Zen Hakuin, y le preguntó:

– ¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? ¿Dónde están las puertas que llevan a ellos? ¿Por dónde puedo entrar?

Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos: sin astucia en sus mentes, sin matemáticas.

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Las dos ranas. Animar el desaliento

Un grupo de ranas viajaba por el bosque, y de repente dos de ellas se cayeron en un hoyo profundo. Las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuán hondo era, le dijeron a las dos ranas accidentadas que sería más práctico que se dieran por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas, y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras insistían en que sus intentos eran inútiles. Finalmente, una de las ranas hizo caso a los desalentadores comentarios y se rindió. Acto seguido, se desplomó y murió. Pero la otra rana continuó saltando tan alto como le era posible.

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