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Artes escénicas versus hiperactividad (18)

No les evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas.

LOUIS PASTEUR

Varias de mis amigas son educadoras y profesoras de niños de casi todas las edades. Llegados los meses de mayo y junio, se encargan de organizar actividades extraescolares donde los niños actúan,  cantan, bailan y realizan experiencias que están abiertas a la familia. La mayoría de los padres acuden a estos actos deseando que sus hijos muestren sus habilidades artísticas.

Una de estas amigas me contó que había preparado una representación para niños de 5 a 8 años. Las tareas que desarrollaron fueron: en primer lugar, el posicionamiento en el espacio teatral respetando la ubicación de sus compañeros (unos dieciocho); en segundo,  la realización de movimientos acompasados al sonido de la música, y, para acabar, el ejercitar el  trabajo en equipo sincronizando unos con otros. Me comentó mi amiga que tuvieron necesidad de improvisar por la incorporación de una niña que no estaba prevista, con un resultado fantástico.
artes escénicas versus medicación para la hiperactividad
Una de las técnicas más sobresalientes en este trabajo actoral es la “estatua”. En ella,  el protagonista permanece quieto y en silencio durante unos instantes antes de iniciar un nuevo movimiento. Éste ha sido uno de los ejercicios menos comprendido por algunos de los padres.

Posiblemente estos padres no han entendido que ciertos métodos, aplicados a la edad correspondiente, provocan un impacto de gran repercusión en etapas futuras. Las edades comprendidas entre los 5 y los 8 años son proclives al excesivo movimiento y a la inquietud. Enhorabuena a este grupo de niños que han logrado realizar la “estatua” en grupo, hecho que representa un éxito increíble.

Si nuestros hijos supieran permanecer en silencio, moverse cuando la ocasión lo requiera, respetar el lugar de los otros y aceptar la incorporación improvisada de un compañero de forma natural, seguramente se evitarían muchos de los fármacos recetados para que los niños se mantengan quietos.

A los padres les pediría que centren sus objetivos en que sus hijos desarrollen habilidades de menor impacto en el presente, y sin embargo, de enormes beneficios para el futuro, y que valoren los medios para lograrlo.

Al final, lo importante es que los niños consigan solidificar su poder y elevar su autoestima desde el conocimiento de sus capacidades y aceptación de sus limitaciones.

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Cambio versus violencia (17)

En la película de Quentin Tarantino «Pulp Fiction», que el sábado se emitió en La Cuatro, el director juega magistralmente con la sincronicidad entre tres historias en las que los personajes centrales se van encontrando con situaciones paradójicas que crean un entramado inusual, donde se mezcla el esperpento con giros inesperados de cambio personal.

Las entregas están enlazadas entre sí a través de palabras y hechos relevantes. Son llamadas de atención simbólicas e irónicas, que captan al espectador mediante la intriga, y le conecta con imágenes de las que no puede desprenderse.

cambio versus violencia

En la primera historia, “Vincent Vega y la esposa de Marsellus Wallace”, el guionista y director da un quiebro en la trama y sitúa en el escenario al espectador a través de un golpe de naturalidad: el diálogo entre Vincent y Mia, al que sigue un electrizante twist en el que John Travolta baila sencillo y ligero, apoyándose sobre la puntas de sus pies descalzos.

Después, Mía (Uma Thurman) superficial y alocada experimenta su fragilidad por una sobredosis, de la que Vincent le rescata. Cuando acaba la noche, con una Mia vulnerable, el guionista finaliza la tragedia con un chiste de un tomate aplastado y el secreto del proceso sólo para ellos.

En el relato segundo, “El reloj de oro”, el creador juega con el sentimiento de guerra y ciertos valores a través de la historia de un reloj que acompañó a la familia del protagonista durante las tres últimas guerras. También nos da su visión subliminal de lo que piensa de estos valores a través del sitio donde el reloj es ocultado durante años.

El escritor juega con el valor de Butch (Bruce Willis) una y otra vez recreando momentos de gran tensión y violencia. Sin embargo, hay un instante crítico de cambio cuando Butch, en su última batalla, una vez liberado de sus ataduras y pudiendo al fin escaparse, decide no obstante bajar al sótano donde su enemigo está siendo brutalmente sodomizado, y le libera.

Dentro de la tercera entrega, “La situación con Bonnie”, Tarantino analiza las diferencias entre las reglas de la mafia en Holanda y Francia, repasando la diversidad de costumbres y hábitos, y haciendo hincapié en dos grandes mitos: el Ketchup y la mahonesa.

Un poco antes de liarse a balazos con unos ladrones, Samuel (Mulock) recita un salmo de Ezequiel, y cuando uno de los ladrones, que estaba escondido, les ataca con cinco disparos y no mueren, Mulock decide que es un milagro, y es en esta parte de la trama donde el cambio tiene sentido para Tarantino. Son los hechos inesperados, “los actos milagrosos”, los que marcan los hitos del cambio, aunque la transformación sólo se produce en los que son sensibles y observadores de los hechos relevantes.

Mulock lo llama intervención divina, y poco importa si esto es así o no. Lo que de verdad tiene significado es que en ese instante y no en otro, es cuando decide acabar con los hábitos y compromisos peligrosos que hasta ese momento tenía.

Por el contrario, Vincent acaba sus días en un apartamento, arrojado en una ducha con dos balazos en el cuerpo. Nada de lo que había vivido, ni los impactos que no le mataron, ni salvarse de los asaltantes, ni vencer la sobredosis de Mia, fue suficiente para situarle en una nueva salida de “meta”.

Las escenas de Pulp Fiction parecen alejadas de nuestra vida cotidiana; no obstante, argumentalmente están muy cerca.

¿Ha ocurrido algún “milagro” en tu vida? Y si ha sido así, ¿has modificado algo, o por el contrario, te has dejado arrastrar por la rutina o tu área de confort?

En los días más bajos, donde parece que nos encontramos al límite, seguro que hay capacidad para el cambio. Dentro de cada uno hay un rescoldo que, por pequeño que sea, puede encender una pequeña hoguera. Lo suficiente para iluminar un poco nuestros actos, sentir empatía por nuestros semejantes, sean o no nuestros amigos, y mirar hacia delante.

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Mi antihéroe: el Huérfano (16)

Parte I

¿Qué es un antihéroe?  Es nuestro yo, que sale a la búsqueda de un mundo ignoto sintiéndose carente. Es el cobarde  que huye de las batallas y  las confrontaciones propias de los cambios. Es el lado oscuro de Harry Potter o Frodo Bolsón, que necesita prepararse para superar las debilidades frente a la gran lucha contra los infames Voldemort y Sauron.

Al igual que en las historias de los caballeros andantes, cada uno de nosotros va en búsqueda de una quimera en forma de flor de lis, o de anillo de diamantes, o de ciudad encantada. En nuestro corazón conviven el deseo de salvar a la princesa prisionera en el castillo y el temor a los dragones que la resguardan.
mi antihéroe: el huérfano
El primer personaje que os vamos a presentar es el Huérfano. Hemos dado en llamarle Huérfano por la orfandad que sentimos cuando iniciamos un camino nuevo. Atrás van quedando la familia y todos nuestros protectores, delante nos espera lo insondable e inhóspito. Por los senderos van apareciendo personajes desconocidos que requieren códigos nuevos, y buscamos desesperadamente magos que nos enseñen las claves del éxito.

En estos primeros pasos nos sentimos enanos en un mundo de gigantes, y habitualmente culpamos a todos de este desvalimiento. Ya no podemos ir hacia atrás, y cada paso hacia delante es como una cadena que nos detiene.

«Me siento abrumado. Mis ideales, por los que he luchado toda la vida, descansan en un pozo sin fondo. El mundo me recuerda a un cuento de villanos, donde los obstáculos son insalvables. He caído en actitudes que me parecían detestables hace unos meses. Cuando me encuentro con amigos dispuestos a ayudarme, aireo mi intimidad más deshonrosa  con la intención de lograr su compasión, y que me escuchen.» Los diálogos derrotistas son el primer aviso de que estamos conectados con este antihéroe. El  miedo al avance o al fracaso nos paraliza y nos ciega ante los retos.

El Huérfano tiene una baja autoestima. Cada envite de la vida le sobrecoge y sale a pedir ayuda considerando culpables de su esfuerzo a su familia, jefes, terapeutas o a cualquiera que esté a su lado. Necesita el reconocimiento de sus logros y la anulación de cualquier éxito ajeno. El esfuerzo le martiriza, y para evitarlo engaña y manipula para lograr que los otros lleven su carga.

El Huérfano necesita la gratificación inmediata. Sus metas no son largoplacistas porque le detiene la falta de voluntad y constancia. Necesita refuerzos constantes para dar un paso más en la dura travesía.

La tendencia natural de este antihéroe es sentirse pobre. De modo que sus arcas pueden estar llenas; sin embargo, se vive arruinado y quejumbroso, y hace malabares para que los otros paguen sus deudas. En algunos casos se aviva esta situación cuando las ganancias de otros son superiores a las suyas.

La meta del Huérfano es conseguir sentirse seguro, y la trampa es el miedo al abandono y al abuso de los otros. En aras de que le ayuden, pierde el discernimiento de lo que es válido para él.

Si además de todo lo dicho sumamos que no acepta sus limitaciones, tenemos el perfecto retrato robot del Huérfano.

Nuestro antihéroe necesita identificar sus áreas de mejora para preparar su transformación e iniciar el camino.

Película recomendada: Gladiator (Cómodo)

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Pensamiento lateral. Branding (15)

La importancia de llamarse Kukuxumusu.
Así se titula el artículo que ha publicado la revista MK Marketing + Ventas de Wolters Kluwer en su número 246. Su autor, Juan Fernández Pérez, resalta el modo peculiar de llegar al éxito de esta marca de souvenirs que endulzan la mirada del interesado con deliciosas vacas en actitudes cotidianas y con mensajes vitalistas.

El escritor cuenta que Kukuxumusu se salta los dogmas del management para el crecimiento organizativo, basados en tres aspectos claves: planificación, estudio sistemático del mercado y un análisis profundo de las posibilidades comerciales. Los responsables de esta compañía, nos dice Fernández Pérez, se valen para conseguir el éxito comercial de la intuición, la imaginación y la improvisación, siendo las claves para dirigir el equipo humano: la amistad, el humor y la diversión.
Pensamiento lateral. Branding
La historia de esta compañía habla principalmente de ideas novedosas y de fidelidad a los valores de marca, aunque también de la ilusión por desarrollarse en su innovación sin búsqueda de pelotazos que anulen o condicionen su ideario creativo. Durante los veinte años que llevan desarrollando su talento, el grupo ha conjugado sabiamente el amor a lo suyo y la oportunidad para optimizar los recursos.

Ahora que la mayoría de las organizaciones están desbordadas con un sentimiento generalizado de crisis, Kukuxumusu muestra los beneficios de un pensamiento lateral, donde confluyen la sabiduría del tiempo y la innovación más actual.

Podemos y queremos aprender de esta compañía española através de su recorrido empresarial. Si bien Kukuxumusu parece que no sigue los cánones del management, si pueden convertirse en un refente para crecimiento personal y profesional:

  • Porque respetan los ideales y valores personales,
  • Además acometen nuevos retos con creatividad e ilusión
  • Saben Incorporar aprendizajes con responsabilidad y compromiso desde el amor y el gozo
  • Basan su crecimiento en el esfuerzo y no éxitos inmediatos
  • Y cuando los han considerado han abierto sus fronteras para compartir más y mejor su proyecto

Felicitamos a estos empresarios españoles que han sabido convertir su creatividad en un mapa de oportunidades sin límite.

Voto porque sigamos ejemplos como este.

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Ejemplo de cambio y compromiso (14)

En la última sesión de Inteligencia Emocional que mantuve con A. F., éste me explicaba que le estaba resultando difícil cumplir con los objetivos que había establecido para su cambio de carácter y desarrollo personal. «Son muchos años, y de alguna manera, me satisface como soy. Aunque  parezca extraño, estoy contento con mi mal humor y con muchas de las cosas que a priori pueden resultar desagradables para otros. No cabe duda que…»

Ejemplo de cambio y compromisoEn este momento intervino su hermana P., quien nos acompañaba, con el fin de revisar conjuntamente su vida familiar. P. se sentía airada y algo molesta ante el pesimismo de las palabras de su hermano. «Es increíble, tu nieto Jorge ha ofrecido dejar el uso del chupete en su bautismo  y desde esa fecha todas las mañanas, cuando se levanta, dice eufórico y feliz: Esta noche he dormido sin chupete.»

La interrumpí como pude para saber de qué estaba hablando.

La hermana me pidió disculpas y me explicó: «El pasado mes de mayo, Jorge, el nieto de mi hermano, recibía su bautismo el mismo día que cumplía 3 años. Unas semanas antes los padres de Jorge pensaron que era un buen momento para que el niño abandonara el uso del chupete. Ya lo habían intentado varias veces con muy poco éxito».

Para prepararle adecuadamente, los días previos al evento la madre de Jorge  le explicaba: «A Jesusito le haría mucha ilusión que le ofrecieras tu chupete. En el cielo Jesusito estará muy contento». Estas y otras frases iban fortaleciendo al pequeño para abrirse a la ofrenda.

El día señalado, Jorge entregó su bien más preciado con unas palabras que llenaron de silencio el espacio santo: «Jesusito, te doy mi chupete». Pasaron los días y Jorge, algunas noches, se despertaba y pedía leche con galletas; otras les suplicaba a sus papás que le contaran un cuento, pero no volvió a reclamar su chupete.

Cuando P. terminó su enternecedor relato, los tres permanecimos unos instantes en silencio.

A. F. decidió hacer un plan de acción teniendo en cuenta los beneficios que su cambio de carácter aportaría a su entorno.

PD: Este sistema de refuerzo nos ha parecido muy interesante y nos impresiona la receptividad de Jorge

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Pensamiento horizontal (13)

El pasado miércoles el Barcelona logró ganar en la final de la Copa de Europa al Manchester United en un encuentro en el que demostró que ahora mismo es el mejor equipo europeo. Sus jugadores fueron agasajados por sus seguidores en el Nou Camp, donde se reunieron más de 92.000 aficionados enfebrecidos por el éxito de su conjunto.

Esta es una historia llena de entusiasmo y gloria deportiva para el equipo catalán.  Entre tanto, en la ciudad de Nigeria, un forofo del Manchester provocó una noticia que a mí me pasó inadvertida:

«Un seguidor del Manchester United irrumpió con su minibús contra un grupo de aficionados del FC Barcelona que festejaban en la ciudad nigeriana de Ogbo el título de la Liga de Campeones, y provocó la muerte de cuatro de ellos, además de otros 10 heridos.» (Leer el texto completo)

El seguidor del Manchester vivió un desbordamiento cuando su imaginal (la victoria de su equipo) no se materializó. La creencia de que sus deseos están por encima de los de cualquiera provocó un pensamiento incontrolado, que derivó en este hecho tan deleznable, y a la vez tan irremediable, si tenemos en cuenta la fuerza de sus emociones en contra de su débil razón.

¿Es un hecho aislado? ¿Empieza a ser un acto normalizado destruir la alegría de los que triunfan cuando nosotros estamos derrotados?

Quizá tengamos que iniciar un entrenamiento extradeportivo que nos permita disfrutar de los éxitos ajenos, y para ello avivar la conciencia de humanidad por encima de cualquier diferencia.

Proponemos que entre todos creemos un plan de acción de nuevos comportamientos que hagan aflorar lo mejor de cada uno de nosotros.

Espero vuestras aportaciones.

Películas recomendadas:

  • Titanes
  • Carros de fuego
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Cómo vencer el miedo (12)

En la película de Marc Rocco, Homicidio en primer grado, que el sábado se emitió en Televisión Española, Henry Young (Kevin Bacon)  se debate entre declararse culpable de asesinato en primer grado  (y morir en la cámara de gas) y confesarse responsable  de homicidio involuntario. Esta segunda opción significa la vuelta a la prisión de Alcatraz, lugar en el que había estado recluido en las celdas de castigo durante más de tres años por su intento fallido de fuga.

Del otro lado, James Stamphill (Christian Slater), abogado defensor de Dejar de tener miedoHenry Young, lucha por salvarle de la pena de muerte sin considerar las consecuencias emocionales que tendría para su defendido el hecho de que el jurado le librara de la pena máxima, con la consecuente vuelta a La Roca.

En un momento de gran clímax durante el juicio, abogado y  reo discuten sobre el mejor modo de proseguir la defensa. Henry pide que cambien el argumento inicial de inocente por el de culpable. Ante la incomprensión de su defensor, Henry le dice: «Quiero dejar de tener miedo». Sus ojos llenos de lágrimas y el temblor de sus manos ponen de manifiesto que para Young la muerte significa una liberación de la opresión vivida; opresión que no está dispuesto a repetir.

En la sociedad de hoy quieren dejar de tener miedo como Henry:

  • Los niños que se descomponen ante el autoritarismo de sus padres.
  • Las mujeres que permanecen al lado de sus agresores, y que en casos extremos prefieren el suicidio para finalizar el dolor.
  • Los trabajadores que anulan su invención y creatividad por la amenaza del despido.
  • Y, en definitiva, todos los que están sometidos a cualquier forma de opresión y castigo.

Henry prefirió decir: «Yo he sido el arma, pero no soy un asesino». El jurado le castigó con tres años de cárcel. Henry Young fue asesinado por sus carceleros y no volvió a salir de Alcatraz. El destino es a veces cruel: ocho meses después de su juicio, se cerró La Roca para siempre.

Yo, al igual que Henry Young,  quiero dejar de tener miedo y borrar todos los recuerdos de cobardía acumulados en mi pasado. Para ello, y al igual que nuestro protagonista de hoy, voy a enfrentarme a las situaciones mirando lo que está por venir y dejando atrás lo que no puedo cambiar.

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Adriana Macías (11)

«Para mí era difícil preguntarle a mis papás por qué yo no tenía brazos. Nadie me explicó que era una persona discapacitada…. Aprendí que cuando uno se propone hacer las cosas, aunque falte la herramienta esencial, siempre hay una segunda opción, un segundo camino… Gracias a esa segunda opción yo soy conferencista, abogada… Cuando uno sueña, puede conseguir cualquier cosa que quiera… »

Estas palabras, aderezada con la cita de Friedrich Nietzsche: «Todo aquel que tiene una razón para vivir puede soportar cualquier forma de hacerlo», o la de Albert Einstein:Ella es Adriana Macías «Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad», me impelen a elevarme por encima de mis ridículas protestas, de las quejas absurdas o de las penurias imaginarias que cada día fabrico para evadirme de mis responsabilidades.

Adriana, desde su nacimiento, ha tenido que enfrentarse a limitaciones impensables para los que lo hemos tenido casi todo.

Adriana no ha podido cerrar sus brazos sobre el cuerpo amado de su padre, ni sentir el contorno redondeado de su madre al  abrazarla, correr en bicicleta, nadar en el mar, acunar sus muñecas o jugar al parchís. Tampoco ha podido bailar enredada en el calor de otro cuerpo. Adriana no estrechará contra su pecho a unos hijos queridos, ni elevará sus manos para acariciar el infinito. No pasará las yemas de sus dedos por encima del verde maravilloso de un prado, ni tocará el rostro de un amado, ni juntará sus palmas para implorar ayuda. Sin embargo, mi querida Adriana ha desarrollado un alma curtida, entregada, resuelta, capaz y competente, y  todo esto acompañado de sonrisas, ganas de vivir y dos libros.

Os propongo leer el libro Abrazar el éxito, además de entregar las quejas de mañana a una causa noble: «Hacer de este mundo el mejor lugar para vivirlo».

Película recomendada: Mi pie izquierdo

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Madre e hija (10)

Tengo una amiga que vive desesperada por los continuos enfados que tiene con su hija de once años. La última vez que escuché sus quejas, decidí ser un poco más proactiva y hacerle preguntas que nos aportaran luz a ambas.

Entiendo a mi madre, comprendo a mi hija

Con el fin de situarnos en el principio del problema, indagué en las actitudes de la niña que provocaban la crisis. “¡Grita, grita como una posesa!” Mi amiga se expresó en un tono bajo y contenido, con cierto temor a sus propios gritos. Por mi parte, pensé que la mejor arma para salir de la ofuscación era no profundizar en el nudo del problema, así que la siguiente cuestión era conocer quién en la familia resolvía las dificultades a través de los gritos: “Yo, soy yo. La increpo cada vez que hace lo que quiere”.

Entendí que el sentimiento de culpa no iba a resolver la problemática, y que era mejor seguir preguntando sobre cómo empezaba el fuego “enemigo”: “En cuanto nos vemos, desde hace unos meses, nos gritamos como saludo y seguimos gritando en el medio y final de la comunicación. Las dos nos hemos perdido el respeto, y reconozco que nuestra relación se ha resentido bastante. Sé que nos queremos y que en el fondo ambas sentimos la situación; sin embargo, no sé cómo salir de este embrollo”. La conclusión me sonó derrotista, aunque vi la puerta abierta para expresar mi opinión.

«Según Piaget y otros estudiosos, le dije, cuando los niños cumplen doce años empiezan a distanciarse de la vida familiar, y cambian sus preferencias orientándolas hacia la pandilla y su grupo de amigos. Tu hija cumplirá los doce este año, y para su despegue es imprescindible que aprenda un modo diferente de resolver la comunicación contigo».

«Es probable que tú aprendieras este comportamiento social en algún lugar. ¿Qué tal te llevabas con tu madre?» «Mal. No me aceptaba y pretendía cambiarme.»

Mi amiga meditó durante un tiempo. Cuando continuó, la voz le salió entrecortada: «Me hubiera gustado que mi madre me escuchara. Cada vez que llegaba a casa lo importante eran sus asuntos, lo cansada que estaba, que su jefe no aceptaba sus proyectos, que había discutido con un compañero… Mi mundo, las cosas que para mí eran vitales en aquel tiempo, como un examen, la compañera que se había enfadado conmigo o simplemente mi deseo de tener un perro, no entraban en sus intereses. El modo en el que resolvía la situación era dándome dos gritos en los que escondía su culpa y sustituía su autoridad perdida por aquellos graznidos insoportables… Puede parecerte duro; sin embargo, considero que mi madre era una persona egocéntrica y apegada al cariño de los demás, y entre ellos no estaba el mío».

Las lágrimas bañaron sus ojos melados. Era el momento de marcharse. Supuse que las conclusiones eran suyas.

Películas recomendadas:

  • La fuerza del cariño
  • Magnolias de acero
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Proyecto Fin de Master

Se va acercando la fecha. Apenas queda algo más de un mes para que terminéis la primera parte del Master de Comunicación en el que lleváis trabajando desde octubre. Digo la primera parte pues, para completar l estudio, queda la segunda: el proyecto final. Uno de los deportes olímpicos que más me gusta es el maratón. Me imagino que soy de los pocos que les gusta seguir la carrera de principio a fin, ya que generalmente los aficionados se conectan al final, cuando quedan unos pocos kilómetros y la triunfal vuelta al estadio olímpico. Tiene su lógica, es ahí donde están los más fuertes, donde se ve reflejado el dolor de la batalla, donde el esfuerzo marca con un rictus la cara de los atletas. También es ahí donde está la gloria, los aplausos y las medallas. Lo que permanece después de 42 kilómetros son esos cientos de metros finales.

FilípidesAhí es donde estáis vosotros ahora. En ese último tramo de la carrera que es el definitivo, el que tendréis que defender el septiembre ante un tribunal de la universidad. Es el recuerdo que dejareis de vuestro paso por Hune. Es lo que futuros alumnos pueden tener de referencia para sus trabajos. Ha llegado el momento del empujón final. ¡Ánimo!

Los profesores, el equipo de Hune y yo estamos a vuestra disposición durante este tiempo para toda la ayuda que podáis necesitar. Sin embargo la motivación, el interés y la rigurosidad tienen que partir de vosotros. Pensar que lo difícil es arrancar, una vez decidida la tesis y puesta en marcha la investigación todo resulta más agradable.

¡Ánimo, Filípides está con vosotros!

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