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Superación del Mártir. El camino del héroe (107)

El Mártir es un inseguro que duda de su misión en esta vida. A veces su victimismo es solo una fantasía para no evidenciar su cobardía y el miedo a enfrentarse abiertamente a sus enemigos internos. Esta es una de las características principales del antihéroe Mártir. El miedo le subyuga y le reduce a sentirse enfadado con los retos de crecimiento, con cierto resentimiento hacia los impulsores del mismo. Esta tensión casi permanente entre sus ideales y sus temores le lleva a desdoblarse e iniciar un proceso doloroso.

Cuando el Mártir resuelve su enfrentamiento entre sacrificio y responsabilidad y se erige en salvador gozoso a través de sus valores, y además reconoce la felicidad suprema en la entrega de sí mismo y de sus pilares más fundamentales, aparecen la generosidad y el amor a los compromisos. Así inicia el Mártir su proceso de superación y abre sus puertas a un cambio esperanzador, donde la felicidad es posible.
Ahora bien, este camino es lento. El Mártir viene de un pasado de placeres que se diluyeron ante el sentimiento de culpa por su falta de compromiso con ideales más profundos. En el presente vive una continua tortura cuando se siente exigido en la asunción de responsabilidades que le parecen demasiado ingratas. En el futuro sólo ve una promesa de lucha y guerra para lograr sus metas. El camino trascendente, al que quiere llegar, y el cumplimiento de su búsqueda, son ideales lejanos. El amor a este proceso le impulsa, y la congoja ante el esfuerzo le deprime. El Mártir tiene su mayor dragón en el miedo a la autoridad de la vida y en la pérdida de sus valores por su autocomplacencia y sometimiento a las creencias más vulgares. Recordemos que cuando superó al Vagabundo le acometía el pensamiento de que los placeres eran la única realidad y lo que merecía ser vivido. Todavía esta máxima resuena en su espíritu como un eco dulzón y atractivo.
La superación del Mártir. El camino del héroe (107)
El Mártir debe aceptar la cuestión de su crecimiento personal, que le resulta ridículo, y sobre lo que ironiza cuando está ante grupos que le importan. Cuando acomete su crecimiento como un proceso inevitable, se siente liberado y la paz le envuelve. Activa en su día a día la entrega a los demás y opta por salvarse de su mediocridad. El latido de su corazón es de todos, y los frágiles se convierten en sus motores de cambio. Esta metamorfosis inunda todo su derredor, y se transforma en un visionario de un nuevo mundo que quiere compartir con aquellos que le acompañan y secundan en sus planes de transformación.
El Mártir se ha hecho todo amor. Un amor de dar y recibir que es una ventura y que disipa el sentimiento de sacrificio por el esfuerzo gratificante que de ello se deriva.
Para cumplir este proceso debe aprender a darse. Necesita discernir entre entregar lo que es necesario para la vida, la propia y la de los otros, y el atractivo que tiene darse hasta la muerte. Le atrae su inmolación. El sacrificio por los demás, a costa de su propio sufrimiento, le subyuga y le conmueve. Ahora bien, este Mártir debe desaparecer para sostener una actitud responsable e independiente. Este héroe debe aprender que el mundo no necesita de su sacrificio final. Le seduce sentirse adorado por tan noble acto, pero esa tentación debe desvanecerse. El Mártir da una imagen de responsabilidad consigo mismo y  con los demás. Debe aprender a acabar con su tendencia a consentir, pues de lo contrario correrá siempre el riesgo de romper los límites de la entrega para ser víctima de los requerimientos de sus amigos y compañeros de viaje.
Hay una cierta satisfacción en sentirse necesitado por encima de sus posibilidades. Su victimismo es un riesgo para que claudique y se aleje de su sentido verdadero, que es la entrega atemporal a sus metas más elevadas de una forma saludable, respetando lo que da y lo que recibe.
La tarea más complicada para un Mártir es aprender a recibir. Porque dar bien conlleva aceptar bien. Necesita desbloquear su conciencia hacia lo que recibe cada día. El Mártir tiene grandes dificultades para recibir de su entorno, es decir, para señalar todo lo que su alrededor le aporta. Este héroe debe conocer lo que es imprescindible en la realización de sus tareas. Aceptar la colaboración de sus amigos y conocidos le elevará por encima de sí mismo. Este ejercicio de compartir generosamente le engrandece, convirtiendo su esfuerzo en un beneficio transformador y no en un mero sufrimiento sin sentido.
El Mártir va descubriendo que no es bueno entregar aquello que no es esencial. Para hacer una donación apropiada debe desprenderse sólo de aquello para lo que está preparado. Cuánto más generosa sea su entrega, más fácilmente recibirá de los demás.
Cuando el Mártir se compromete libre y honestamente, genera un espacio de seguridad y credibilidad único. Este Mártir ama el mundo como es y asume la postura de idealista ilusionado que ve en todo una oportunidad irrepetible para experimentar el proceso en el que estamos sumergidos. Su clarividencia convierte todo en un éxtasis de vida, donde es posible darlo todo sin esperar nada. El amor como una forma de desapego y experiencia incondicional es la máxima de este héroe, que nos aproxima a la bondad, la consideración y la responsabilidad sin sufrimiento.
Nuestro héroe ha dejado atrás la queja y se ha llenado de optimismo hacia el mundo que le rodea. Observa cada una de sus acciones como una oportunidad de llegar a las metas que se ha fijado. El cambio le inunda de gozo, y la felicidad es el amor, que dona con total grandeza. Recibe de los suyos la aquiescencia y el reconocimiento de su búsqueda como un bien para todos.
El Mártir se recoge cada noche, y en su meditación da gracias por ser quien es y vivir donde vive. Cada día es una flor que deja su aroma en los rincones por los que ha pasado. Todos sus antepasados le sonríen y le dan las buenas noches protegiendo su espíritu para lo que está por venir.
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Alimentación emocional. Algunos consejos para estos días de otoño (106)

El otoño siempre llega con lluvias, y el cielo muestra sus nubes más grises.  Es ya época de recogerse en casa, lo que hace siempre más fácil la elaboración de algunos platos que son aconsejables en esta estación. Este impulso de cuidarnos nos evoca a nuestra madre y sus amorosas comidas. El recuerdo del olor de sus platos calientes y su amor nos estremece. Si cerramos los ojos y susurramos: «Mamá, mamá, mamá» varias veces, parece que sus cariñosas palabras y sus cuidados insustituibles nos envuelven, y nos sentimos acunados de nuevo. Estén donde estén, estas mujeres tan significadas y significantes vivirán en nosotros en forma de gran recuerdo culinario. Ellas han sido artífices de muchos de nuestros momentos de gozo. Nos hemos alimentado con sus deliciosas recetas sin cuestionarnos su valor dietético, y hemos disfrutado de los aromas de sus caldos, de las jugosas salsas, de las cremas tamizadas, de los guisos caseros, de cada una de las creativas formas de amor que cada almuerzo o cena nos ofrecían.

Quisiera que retomáramos estas experiencias e hiciéramos un ejercicio de cuidado personal, en el que pongamos nuestro esfuerzo en adquirir pequeños hábitos que nos alimenten un poco mejor, aunque sin renunciar al goce de la buena mesa.  
 
Iniciemos la mañana con un vaso de agua templada para que el cuerpo reciba un cariñoso saludo y cada órgano depure el sueño de la noche desperezándose suavemente.
 
Un poco más tarde podríamos desayunar un racimo de uvas. Esta fruta de la estación aporta muchísimas vitaminas y minerales. La ingesta de uvas favorece también la depuración de la sangre, que en otoño es imprescindible para elevar el sistema inmune y prevenir los catarros.
 
A mediodía es aconsejable empezar con una ensalada muy variada, y detrás un plato de lentejas con arroz, cocido de garbanzos, arroz con verduras, patatas al horno…Todos estos alimentos contribuyen al equilibrio de los aminoácidos esenciales en la sangre.
 
A media tarde podemos merendar un yogur de soja, o queso de cabra con unas rodajas de tomate. También viene bien un poco de pan de centeno con aceite y unas rodajas de tomate y queso de cabra
 
Por la noche, nada mejor que descubrir las maravillas de una verdura a la plancha. Podemos elegir entre todas aquellas que son de temporada. Es factible también alternarlo con verduras al vapor. De segundo plato,  pescado fresco a la plancha o al horno, o bien pollo, pavo o gallina. El sabroso solomillo lo tomaremos tan sólo una o dos veces por semana, y lo prepararemos del modo que más nos agrade. También podemos probar las exquisitas setas con ajetes de la receta que acompaña a este post. Recordemos que los huevos son muy socorridos para visitas inesperadas.
 
Alimentémonos así durante unos 21 días, aligerando las cantidades y permitiendo que las digestiones sean más rápidas. Experimentaremos un mayor bienestar, y el carácter se nos dulcificará bastante.
 
Esta es tan sólo una orientación para esta estación, en la que conviene que nos depuremos para hacer frente a las continuas agresiones al sistema inmunológico. Los cambios climáticos, la incorporación a la vida profesional intensa después de las vacaciones estivales y otras circunstancias originan desequilibrios en el sistema nervioso y en las cantidades de adrenalina que el cuerpo resiste. Las emociones en esta estación están a flor de piel, y les afecta las bajadas de las temperaturas y de la luz solar.
 
 
Os obsequiamos con una receta realizada y fotografiada por Javier Peñas Capel
 
 Alimentación emocional. Algunos consejos para estos días de otoño (106)
 
SETAS CON AJETES TIERNOS
 
 
INGREDIENTES
 
Setas, en este caso, rebozuelo, champiñón, boletus, seta de cardo, sitake.
Ajetes tiernos
Aceite de oliva
 
 
ELABORACION
 
Es un plato sencillísimo de realizar. Se confitan los ajetes tiernos en una sartén con un poco de aceite de oliva hasta que este se impregne del aroma de los ajetes, 5min a fuego lento.
Se ponen las setas en la sartén. Se saltean durante 5 minutos y ¡listo! 
 
El momento ideal para comer este plato es en otoño, cuando los mercados rebosan de todo tipo de setas y hongos.
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Debilidades de los 4 temperamentos. El sanguíneo (105)

Cuando iniciamos los post sobre la gestión de lo imperfecto de nosotros mismos, exponíamos la dificultad de enfrentarnos con el lado oscuro de nuestra personalidad por su connotación de irresoluble. Por un lado, está el deseo de perfección que todos llevamos dentro, y que hace que las sombras tiñan demasiado rápido el paisaje de negatividad. Otra de las razones que me llevó a posponer este trabajo fue que el temperamento, en su lado menos favorable, al ser un imponderable con bajas posibilidades de transformación, podía generar bastante ansiedad. Además, el verano es una época poco propicia para este proceso.

Pensé también que podía resultar interesante iniciar el nuevo curso con una propuesta de auto-observación para crear planes de acción que nos posibiliten alcanzar los resultados que anhelamos. Para ello, es imprescindible conocer, aceptar y gestionar estas pequeñas imperfecciones centrándonos en los puntos clave de nuestro potencial, que ya hemos visto en los post anteriores.
Mi necesidad de escribir sobre cómo afrontar lo peor de nosotros mismos se activó cuando un amigo me preguntó si iba a tratar el tema de los daños colaterales que se generan cuando los diferentes temperamentos se relacionan entre sí. Mi amigo me sugirió que este tema sería muy útil para mejorar las relaciones interpersonales. Me comentó que había observado ciertas tensiones en su convivencia con algunos temperamentos, y que pensaba que, si lograba conocer mejor el lado oscuro del suyo, podría ser más consciente de qué estaba pasando y por qué. También me contó un desagradable tropiezo profesional que estaba vinculado a las incompatibilidades de un flemático con un sanguíneo en la vida social.
En este post iniciamos este trabajo de profundizar sobre las debilidades de cada temperamento. Al igual que hicimos con las fortalezas, debemos valorarlas para encontrar el perfil más fidedigno de nuestras carencias. Así podremos conocer nuestra personalidad y aquello que va a ser nuestro handicap en cualquier situación. Quisiera que antes de leer lo que sigue tuviéramos una actitud de aprendizaje. Pueden resultar duros algunos de los puntos que desarrollo; sin embargo, sólo debemos quedarnos con lo que nos identifica. Únicamente los temperamentos muy puros van a coincidir en la mayoría de los puntos, si bien todos tenemos algo de cada temperamento, y es posible que nos duela vernos reflejados en comportamientos poco loables. Recordemos lo mejor que tenemos y asumamos nuestros defectos como parte del camino del autoconocimiento. Hay que procurar no autoflagelarse.
Gestionar lo imperfecto de ti mismo. Las áreas de mejora de cada temperamento. El sanguíneo (105)El temperamento sanguíneo en las relaciones personales: es amante de todo lo que viene del exterior. Le encanta que le admiren y el galanteo de sus amigos y colaboradores. Es muy difícil que un sanguíneo ame profundamente. Vive con la sensación de que si ama a una sola persona puede perder todos los amoríos que la vida le ofrece. Para no perder todas las ofertas, miente compulsivamente, y los que caen en sus redes viven un auténtico martirio. El sanguíneo es deseado por aquellos que tienen dificultades para las relaciones sociales o para disfrutar de los placeres. Y al principio todo resulta muy seductor; sin embargo, al cabo de un tiempo, la excesiva promiscuidad de los sanguíneos y la falta de fidelidad hace casi imposible la relación.
En el crecimiento personal: el sanguíneo es inconstante. Inicia proyectos que parecen muy profundos (casi siempre para cautivar a algún inocente a quien engañar), pero cuando tiene que hacer esfuerzos y dejar sus placeres, se aleja rápidamente. El sanguíneo ama los deleites por encima de cualquier otra cosa, lo que le lleva a buscar diversiones frívolas y desenfrenadas. Huye de todo lo que implique sacrificio o renuncia al goce de los sentidos, y soporta mal el silencio y la soledad. No conoce la abnegación ni la templanza, pues las considera una amenaza para el verdadero sentido de la vida, que según él es el hedonismo. Suele ser mordaz y dañino con los que dedican su existencia a los demás y al crecimiento personal. Es muy negligente con sus errores, y disculpa su falta de responsabilidad. Reacciona con ironía ante las propuestas que implican un desarrollo de carácter humano, y que no respetan su negación a los esfuerzos.
El sanguíneo como empresario: cuando este temperamento está muy polarizado, las empresas que inicia tienen poca vida, porque suele dejarse llevar por los resultados fáciles y las inversiones arriesgadas. Es inconstante en la entrega profesional, y vive de ilusiones que casi nunca se realizan. Su fantasía sobre los resultados hace que no cuide los detalles más importantes de un proyecto organizacional. Seducidos por su gracia y su palabrería fácil, algunos inversores caen en sus redes, y el resultado suele traducirse en gravísimas pérdidas económicas. Y es que los sanguíneos pierden el interés cuando los proyectos les exigen tiempo y dedicación en lugares cerrados. Este daño es menor cuando las empresas obtienen resultados rápidos. Es muy bocazas con sus éxitos, y poco discreto con los resultados. Le encanta dejar impactados a los demás con su buen hacer.
Consigo mismo: es pueril y se regodea en su belleza. Es amante de su figura, y pocas veces acepta críticas sobre sus actos. Si hay algún comentario que podría ayudarle en su desarrollo, rápidamente recuerda lo que le ha dicho otro que le agrada más. Aunque parezca que acepta retos de superación, siempre se inclina por seguir adulándose tal cual es. Su autocomplacencia es excesiva, y raramente sale de ella. Su adicción al halago es única entre los temperamentos. Se pavonea y se exhibe todo el tiempo, difícilmente acepta no ser el mejor.
En la comunicación: el sanguíneo odia el silencio y la discreción. Parlotea continuamente sin que sus palabras aporten valor a los demás ni a sí mismo. Es incapaz de observar lo que le rodea y detectar qué agrada y qué no de lo que él hace. Castiga a los demás con sus ironías y su falta de tacto. Detesta el recogimiento y los ambientes que le muestran el lado sereno de su personalidad. Adora comunicarse y ser el centro. Es el temperamento con el discurso más trivial y poco profundo de todos, y pocas veces sabe cuándo molesta con sus gracias y sus continuas interrupciones.
Pienso que estos puntos recogen lo menos grato del temperamento sanguíneo, que, recordemos, es extravertido y olvida lo negativo con facilidad. Si tu temperamento es éste, no te enfades por aquellas debilidades que te acompañan. Recuerda que todavía no somos perfectos, y que en nuestro camino de cambio esta es una aportación más. Nada es definitivo. Ni las grandes fortalezas ni las pequeñas áreas de mejora.
Nos ayudará configurar planes de acción para diagnosticar nuestro perfil y aprender a modelarlo de cara a alcanzar nuestros logros.
Si tu compañero, pareja o colaborador es sanguíneo y observas que algunas de estas características se cumplen, entiende que es una parte de sí mismo tan irremediable como la tuya. Nada es mejor que nada. Ni peor una cosa que otra. Somos una maravillosa obra que se va conformando cada día con pequeñas partículas de conocimiento. Amemos lo que somos y lo que son los demás.
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Los niños sí quieren cambiar el mundo (104)

Esta es una historia que me contaron hace tiempo:

Los niños sí quieren cambiar el mundo (104)En un día muy caluroso de un mes de agosto, durante la celebración de las fiestas populares de mi ciudad, un niño de 12 años entró en una heladería y se sentó en una mesa. Miró a su alrededor con serenidad y tomó en su mano la carta de los helados. Cuando ya hubo decidido lo que deseaba, llamó a la camarera y le preguntó: «¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?». «50 céntimos», respondió la mujer un tanto sorprendida por la independencia del niño. Éste sacó de su bolsillo unas cuantas monedas, que contó detenidamente. «¿Cuánto cuesta un helado solo?», volvió a preguntar. La dependiente empezó a impacientarse. Habían entrado al establecimiento varias personas que buscaban sitio. Malhumorada, le contestó: «35 céntimos». El niño volvió a contar las monedas, y dijo a la camarera: «Quiero el helado solo». La mujer le trajo el helado y dejó el ticket con el importe encima de la mesa.
Cuando terminó el helado, el niño abonó su consumición en la caja y se fue. Tras haber atendido a otros clientes, la camarera volvió para preparar la mesa que había dejado el niño. Se encontró con que allí, colocadas ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco céntimos: su propina. La muchacha tragó saliva.
Ejercicio:
  • Recuerda algún momento en el que hayas juzgado negativamente a algún niño o joven de tu entorno.
  • Haz memoria de instantes en los que te haya sorprendido gratamente la generosidad de algún menor.
  • Ve a tus recuerdos de la infancia y disfruta de los pensamientos de grandeza que tenías sobre el mundo, los pobres…
  • Piensa las veces que has salido a pedir para cambiar alguna injusticia y la fuerza que ponías en ello.
  • Anota las profesiones orientadas a ayudar a los demás que querías hacer cuando eras pequeño (o un poco más mayor).
  • Escucha a los más jóvenes de la familia, y anímales a que tengan una mirada positiva sobre el mundo.
  • ¿Qué debemos hacer para que nuestra sensibilidad social y nuestra generosidad permanezca en el tiempo? ¿Qué cambio debemos realizar los adultos para que esto sea posible?
Hoy me gustaría que pusiéramos la atención en cuidar nuestras palabras ante los menores para que todo lo que escuchen de nosotros sea positivo y aprendan a respetar a los que les dirigen y enseñan. Y es que eso sólo será posible si en nosotros ven el mismo respeto y consideración
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Family Man, una dualidad diferente (103)

 En el film Family Man de Bertt Ratner que Antena 3 emitió el pasado viernes, Jack (Nicolas Cage) vive un proceso de lucha contra sí mismo entre su éxito y la posibilidad de formar una familia. Ya en la carátula nos amenazan con una grave pregunta: «¿Qué habrías elegido tú?». Y nos dan dos opciones: éxito o familia. Me detengo con miedo, y creo que si decido por una estaré impedida para disfrutar de la otra. ¿El éxito me quitará a mi familia? ¿Mi familia me anulará las posibilidades de éxito?

En el año 1987 los personajes principales se despiden, porque Jack se marcha a Londres a trabajar en un prestigioso banco inglés. Kate (Tea Leoni) tiene el presentimiento de que algo va a salir mal. Jack, sin embargo, piensa que Londres es el principio de una nueva y espléndida vida. Kate le pide que no se vaya. Que olviden todos los planes previos, y que inicien una vida juntos. No puede ofrecerle ningún futuro prometedor, pero lo construirán juntos. Kate piensa que así serán felices; cree que lo mejor que hay en el mundo es el amor entre ellos dos. Jack le jura que ni cien años pueden cambiar lo que comparten.
 
La historia muestra lo efímero de nuestras promesas. Trece años más tarde, Jack tiene una vida llena de lujos. Sus relaciones están teñidas de deseos, falta de respeto y exigencia de resultados. Su colaborador Alan quiere pasar la Nochebuena con sus hijos, a los que les ha prometido acudir pronto. Jack trivializa su petición y le ofrece a cambio un talón con más de diez ceros. Van pasando las horas y el día se agota. La ironía va llenando los despachos junto con la dureza de unos y otros. Jack pasa la Navidad solo.
 
La película retrata a un tipo muy exitoso profesionalmente, y a la vez egoísta e interesado, contraponiéndolo a otro cariñoso, familiar y sin grandes posibilidades para mantener a su familia. Según esta comedia, es imposible que nuestro carácter reúna ambas cualidades sin que parezcamos seres bicéfalos luchando el uno contra el otro.
 
El director muestra un ambiente cosmopolita, con atuendos de diseño y ambientes sofisticados, que contrasta con una vida vulgar en la que todo se resume en sacar adelante a dos hijos, y en fracasos y vivencias deprimentes. Como espectador te dejan muy pocas opciones. Si eliges al primero ganarás mucho dinero y estarás solo, y si optas por el segundo, los compromisos y las responsabilidades te mantendrán prisionero.
 
Por supuesto, al mostrarnos a una caterva de personajes literalmente ahogados en el lujo, con sus cualidades morales adormecidas, el guión ya nos está haciendo inclinarnos por una de las dos opciones. Como espectadores, nos dejamos convencer de que las almas más hermosas sólo pueden habitar en lugares alejados de las grandes ciudades y ejercer profesiones que no impliquen progreso, dedicación y lucro. Ciertamente, nuestras dudas sobre lo que es la calidad humana están muy arraigadas, y nos dejamos llevar por ellas.
Voy recordando los momentos donde la vida me ha situado en dos coyunturas. Dos caminos en los que elegir uno era abandonar el otro.
 
El director nos muestra etapas de la vida de todos nosotros. En algún aeropuerto decidimos tomar el avión equivocado, y hemos arrastrado con nuestro error a muchos otros. También hemos aprovechado nuestras posibilidades en los mejores escenarios, y algunas personas que nos siguieron o a las que acompañamos compartieron su felicidad y lo mejor de ellas mismas con nosotros.
 
En algún momento, nuestra alma alimentó nuestras decisiones, y la generosidad nos acogió dulcemente. En realidad, cada día vamos eligiendo una u otra postura, independientemente de nuestra economía, nuestra familia o nuestras profesiones.
 
No es necesario cambiar los escenarios. Ni quitar o poner hijos. Ni tan siquiera el dinero. La vida de cada uno tiene esas paradojas sin que llegue el hombre del saco y nos arrebate la libertad en aras de ser mejores personas. No es necesario ningún mensajero del cielo para convertir nuestro entorno en el peor o mejor lugar para crecer.
 
Todos los días jugamos a este doblete. Nuestras inquietudes más bajas nos llevan a acciones en las que nos olvidamos de la Navidad de todos los que nos rodean, a veces sin que medie el querer ganar más dinero (que, al menos, tendría un sentido): sólo queremos vencer al que tenemos al lado.
 
Otras veces leemos unas líneas en un libro, o encontramos un mensaje, y lo mejor de nosotros florece y nos moviliza, enterneciendo nuestro corazón. La sonrisa nos rejuvenece, y blandimos nuestras esencias por doquier con aire victorioso.
Cualquiera de esas vivencias nos acerca o aleja de lo mejor de nosotros mismos.
 
No se trata de éxito o familia, querido Brett Ratner, aunque la película ha sido buena para darnos un toque de atención. Los ricos tienen familia y siguen siendo ricos, los pobres están solos y continúan empobrecidos. Esta película va mucho más allá, y nos toca el alma. Nos dice que cada día olvidamos lo que tenemos para sentirnos ricos de nuestra pobreza moral. También nos sensibiliza hacia la necesidad de adentrarnos en las grandezas de nuestro espíritu, y para que éstas se extiendan como una ola inmensa de amor por todos los lugares donde pasamos.
 
Gracias a Family Man hoy hemos compartido un día de cine y nos hemos hecho un poco mejores. Algún niño nos dirá que ha merecido la pena tenernos en esta vida.
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Las semillas y el rey. Claves para el cambio (102)

Quiero contaros un pequeño cuento que escuché una vez. Seguramente la historia no será muy fidedigna, pero me parece interesante compartir este recuerdo.

Un gran rey tenía tres hijos, y quería elegir a uno para ser su heredero. Era muy difícil, porque los tres eran muy inteligentes y valientes, cualidades necesarias para ser regentes. Sin embargo, este rey pensaba que eran imprescindibles otros valores para legislar su reino. Como no tenía forma de decidir adecuadamente, pues eran trillizos, le preguntó a un gran sabio, y este le sugirió una idea.
 
El rey fue a su casa y reunió a sus tres hijos. Le dio a cada uno una bolsa con semillas y les dijo que él se iba a un peregrinaje religioso. «Me tomará un tiempo volver, quizá uno o dos años, y ésta es una especie de prueba para vosotros. Tendréis que devolverme estas semillas cuando regrese. Aquel que mejor las proteja se convertirá en mi heredero». Dicho esto, el rey partió.
 
El primer hijo se preguntó: «¿Qué debería hacer con estas semillas?». Las guardó en una caja de seguridad de hierro, porque al regresar su padre debía devolverlas como las había recibido».  
El segundo hijo pensó: «Si las guardo como hizo mi hermano, morirán. Y una semilla muerta no es una semilla». De modo que fue al mercado, vendió las semillas y guardó el dinero. Y se dijo: «Cuando mi padre regrese iré al mercado, compraré semillas nuevas y le devolveré unas semillas mejores que las que me entregó».
El tercer hijo sembró las semillas y esperó a que dieran su fruto. Así, fue cosechando las semillas que su padre tan amorosamente le había entregado antes de marcharse a su peregrinación. Sus hermanos, entre tanto, se reían de él y pensaban que era un esfuerzo vano. Su padre sólo les había pedido que le devolvieran lo que les había dado. Además ellos eran ricos y no necesitaban trabajar. El consejo de su padre había sido muy claro. Dejaría su herencia a quien protegiera mejor las semillas. 
 
Después de tres años, cuando el padre regresó, el primer hijo abrió su caja fuerte. Todas las semillas estaban muertas, apestaban, y el padre le dijo: « ¡Qué! ¿Son éstas las semillas que te di? Tenías la posibilidad de hacerlas crecer y germinar, y ahora están podridas. ¡Estas no son mis semillas!».
 
El hijo insistió en que eran las mismas semillas, y el padre le increpó: «Eres un avaricioso».
 
El segundo hijo fue al mercado a comprar semillas. Volvió a la casa y se las presentó a su padre. El padre dijo: «Estas no son las semillas que yo te entregué. Tu idea es un poco mejor que la de tu hermano; sin embargo, no tienes las cualidades que yo quisiera para mi sucesor. Tu comportamiento es el de un calculador».
 
El rey se acercó con gran esperanza y cierto temor a su último hijo. «Y tú, hijo, ¿qué has hecho con las semillas que te encargué?». El tercer hijo pidió a su padre que le acompañara a ver los campos que había sembrado año tras año desde su marcha. Y le dijo: «Las semillas que me has dado están en estos campos. Cuando recoja la cosecha podré devolvértelas. Estos campos han ampliado tu fortuna y han servido para alimentar a tus empleados. La labor la han realizado labriegos que no tenían trabajo, y así han podido proteger a sus familias. Pensé que era más sabio sembrar que guardar unas semillas hasta que volvieras». Y el padre contestó: «Tú eres mi heredero. Es así como deberíamos actuar todos con las semillas que la vida nos ofrece».
 
Las semillas y el rey. Claves para el cambio (102)
 
El avaricioso no disfrutará de la vida porque todo lo que le ofrecen lo guarda y no lo comparte. El calculador buscará el beneficio rápido e intentará hacer el mínimo esfuerzo buscando los medios de favorecerse por encima de los otros. La mente creativa gozará de todo lo que la vida le entrega y sabrá multiplicarlo una y otra vez para compartir los beneficios con todos los que le rodean. Para lograr su éxito empleará todos los recursos que estén a su alcance, y no dudará en entregarse. De este modo ganará el Reino.
Ejercicio:
  • Lee la historia y piensa en qué aspecto de tu vida te pareces al hijo avaricioso; qué parte de ti mismo guardas celosamente aunque se te pudra por no compartirlo.
  • También tienes algo de calculador. Piensa en qué situaciones actúas buscando el beneficio inmediato, o cuándo manipulas para lograr lo que te interesa, sin pensar en lo que los otros quieren. 
  • Hay una parte de ti mismo que es generosa, amorosa y espléndida. Disfruta descubriendo este diamante de tu personalidad.
Cada uno de nosotros estamos conformados de luces y sombras. Descubrir nuestras pequeñas imperfecciones nos impulsará hacia el cambio, y sólo así podremos encontrar nuestros grandes valores. Acepta a tu avaro y a tu calculador como partes de tu lado oscuro, y emplea la generosidad de tu corazón para ser un heredero con alma.
Lo importante es que generes planes de acción proactivos con los que te comprometas, y así irás ampliando tu siembra y tu cosecha, respetando las semillas que la vida te ha dado. Agradece el terreno que han puesto a tu servicio y todos los colaboradores que permiten que alcances tus metas.
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Respuesta de por qué estamos juntos (101)

Hemos llegado a más de cien respuestas. Algunos las han realizado en grupo para que sumaran más. Otros han animado a los que se demoraban en dar su punto de vista. Los tímidos me han hecho llegar sus respuestas sin escribirlas porque no se atrevían. Otros no han contestado, creyendo que no era necesario y que su opinión no sería significativa en orden a modificar el resultado final.

Acabo de llegar de Monterrey, y los amigos de allá me han explicado lo que para ellos ha supuesto el blog durante este tiempo. Me contaron sus reuniones para hablar de los temperamentos. El Camino Trascendente les aportó una visión diferente sobre su búsqueda. Vuestras observaciones han llegado desde todos los rincones. El mono 100 ha hecho su efecto. Gracias.
La valoración media del blog ha sido de 9,83. No obstante, ha habido una puntuación de 5 / 6 que es una llamada de atención para que mejore. Para que me supere y me abra a otras oportunidades.
De todos los participantes, 49 quieren que la frecuencia sea la misma. Para 16 sería mucho mejor que fuera de tres post a la semana con el fin de profundizar más en la materia de cada uno. Muy pocos desean que sean cuatro o dos a la semana. Alguno ha considerado que siete sería lo ideal. Nadie ha dicho que la frecuencia deba ser semanal. Si bien es grande la diferencia entre la primera y la segunda opción, pienso que debo escuchar estas opiniones y ver el modo de satisfacer su necesidad de tiempo. Quizá sólo me piden que cuide mi densidad. Es posible que algunos post hayan requerido más reflexión y estudio. En cualquier caso, estoy orgullosa de que hayáis podido reflexionar gracias a los post.
La respuesta de por qué estamos juntos (101)La puntuación más alta por temas ha sido el Camino Trascendente, con un 9,55. En segundo lugar, con un 9,49, está la Alimentación Emocional. El Management ocupa el tercer lugar con un 9,46, seguido por Mix, con un 9,45. Inteligencia Emocional se sitúa en el quinto lugar, con un 9,42. A Través del Cine y Formación han logrado un 9,23 y un 9,20 respectivamente. Familia y Comunicación rozan el sobresaliente, con un 9,08 y un 9,01.El tema menos valorado ha sido Con Nombre Propio, que se ha quedado con un notable (8,45).
Vuestras evaluaciones son tan altas que dignifican todos los temas elegidos y hacen de cada materia un espacio de análisis común donde encontrarnos. Consiguen incluso centrar y ordenar mi investigación y mis esfuerzos. Sobre las notas más bajas, quiero descubrir si la razón responde a que no me he expresado con claridad o que el tema no tiene suficiente recorrido. Quiero pensar más sobre ello. Me gustó escribir sobre algunos personajes como Michel Jackson. Posiblemente tenga que aprender a contar sus vivencias. Conocerles me enseña mucho sobre mí misma.
El post más apreciado por todos es el 86. ¿Lo recordáis?
«Cuando era joven, mi carácter fuerte, impulsivo y explosivo me hacía saltar a la menor provocación. La mayoría de las veces, después de uno de estos incidentes, me sentía avergonzado, y me esforzaba por consolar a quien había dañado.    
Un día mi maestro, quien me vio dando excusas a un compañero después de una explosión de ira, me llevó a un aula, me entregó una hoja de papel lisa y me dijo: “Estrújalo”. Asombrado, obedecí. Lo arrugué e hice con el papel una bola. Luego me dijo: “Ahora déjalo como estaba antes”. Por supuesto, no pude dejarlo como estaba. Por más que lo intenté, el papel quedó lleno de pliegues y arrugas. El profesor me dijo: “El corazón de las personas es como este papel. La impresión que dejas en ellos será tan difícil de borrar como esas arrugas y pliegues que has hecho en el papel” ».
El post 98 ha sido el segundo en vuestra valoración. Pongamos unas notas de Matrix en este escrito: Cifra cuestionando a Neo. Es uno de los post que más he disfrutado escribiendo:
«Neo baja su cabeza. Cifra continua con su incisiva conversación. «¿Por qué estás aquí?… Menudo lío mental. Estás aquí para salvar el mundo. ¡Qué se puede decir ante algo así!». Nada, realmente no se puede decir nada. Neo conoce su misión. Algunos de los que hemos elegido la pastilla roja nos preguntamos qué hacemos aquí. Para qué hemos elegido la pastilla roja. Aún no hemos encontrado el sentido trascendente de la decisión. Miramos a los compañeros de viaje recelosos de sus certezas. A los que nos rodean los percibimos como a Neo. Son los elegidos y conocen el sentido de su existencia. Los otros nos refrendan con un ejemplo de claridad y lucidez. Nuestra mediocridad nos invade y nos mortifica.
La envidia nos debilita. Se hace perentorio el afán de escapar de la cárcel de la pastilla roja. Con ella se han quedado muchos deseos sin cumplir. Locuras por disfrutar. Pasiones que ya no son posibles. Detrás de la pantalla del mundo cifrado pasean delante de nuestros ojos los afanes insatisfechos. Las riquezas que aún no se han materializado. Todos los intangibles que permanecen en nuestra cabeza, a los que no les hemos dado la ocasión de hacerse realidad.».
El tercer puesto lo consigue el post 65. Este trabajo de los temperamentos ha sido el más profundo, aunque aún quedan partes que quisiera seguir compartiendo.
«El sentido del descubrimiento personal sólo puede estar motivado y sustentado por el deseo de promover y potenciar todo lo que de extraordinario hay en cada uno de nosotros para, desde ese lugar de fuerza, posicionarnos en la parilla de salida con las ideas muy claras de hacia dónde queremos ir, qué queremos conseguir y con qué medios contamos para ello. Muy fútil sería el esfuerzo si, colocados en el principio de la carrera, desconociéramos qué buscamos, quiénes somos y cuáles son nuestras grandes habilidades y talentos para lograr el éxito.
Se trata de descubrirse para dignificarse con lo que uno es. De percibirnos con un potencial único para ayudar a nuestra voluntad a generar hábitos de excelencia desde los que afrontar las adversidades como si fueran oportunidades. Además, saber con qué contamos nos compromete con la gestión de nuestros dones para llegar a la meta. Y es que de lo que se trata es de liderar nuestra vida.
Conocerse en ningún caso puede ser dolerse de ser quiénes somos y resquebrajar nuestras fuerzas por el miedo al camino. No importa si nuestro temperamento es más sanguíneo o más colérico, ni si tenemos la mayoría de las cualidades del flemático o, por el contrario, nos hemos descubierto como melancólicos. Porque, sea como sea, ese es nuestro contingente, es decir, el pilar sobre el que nos apoyamos para seguir adelante. Sobre dicho pilar crecerá nuestro carácter, parte mutable sobre la que podremos trabajar día a día hasta lograr unos buenos resultados».
El post 78 cuenta como me quité muchas partes de mí para llegar adonde estoy. Pasó hace tiempo. Las palabras inútiles son las primeras que me quité. Después tiré todo lo superfluo, lo que no servía para nada, y al final me desprendí de las alas que sólo me elevaban por encima de mi esfera personal. Aunque 16 personas valoraron este post, son muchos los que me han hablado de su experiencia después de su lectura. Algunos hicieron su retiro después de leerlo.
«Entre las aves, el águila es la que vive más tiempo: cerca de 70 años. Pero para alcanzar esa edad debe tomar una difícil decisión: nacer de nuevo.
A los 40 años sus uñas se encogen y se ablandan, dificultándole agarrar presas con las que alimentarse. El pico alargado y puntiagudo se encorva. Las alas envejecidas y pesadas se le doblan sobre el pecho impidiéndole emprender vuelos ágiles y veloces.
En ese momento le quedan al águila dos alternativas: morir o pasar por una dura prueba a lo largo de 150 días. Esta prueba consiste en volar a la cumbre de una montaña y buscar abrigo en un nicho cavado en la peña. Allí golpea el pico viejo contra la piedra hasta quebrarlo, y espera hasta que le crezca el nuevo. Con este pico nuevo se arranca las uñas, y cuando le vuelven a crecer, el águila se deshace de las plumas viejas. Después de cinco meses, con el plumaje renovado, arranca a volar, decidida a vivir otros 30 años».
El anillo ha sido valorado por trece personas como el mejor post (es el 83).
«”Siéntate”, dijo el maestro después de escucharlo. “Tú eres como el anillo, una joya valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte un verdadero experto. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?”»
El post 93 me contestó a muchas de las preguntas que tenía cuando me comunicaba con vosotros cada noche. Gracias a los 13 que le habéis valorado.
«La película se detiene. Como si alguien le hubiera dado al pause, todo se interrumpe. De nuevo, las palabras de Trinity escenifican una realidad de la que a veces no soy consciente. Quiero saber qué hago aquí. Por qué y para qué cada día me siento delante del ordenador. Qué busco. Por qué necesitamos respuestas. Cuántos de nosotros tenemos clara la pregunta que nos moviliza, que nos conduce a hacer y a estar donde estamos. Es la pregunta la que nos impulsa y nos conduce a descubrir para qué queremos encontrar la respuesta y lo que significa llegar a ella».
Ahora entiendo mucho mejor el sentido de estar aquí juntos cada noche. De leernos cada mañana y de la búsqueda que compartimos.
Si estáis por Madrid el día 15 de octubre a las 20:00 horas, por favor no dejéis de acudir al Hotel Intercontinental para saludarme. No me digáis vuestro nombre. Sólo dejad que os mire y que pueda agradeceros estos cuatro meses de tanta conexión.
Gracias a los 140 amigos y amigas. Sé que cada foto eran palabras de ánimo para que estuviera aquí de nuevo. Me emocionó cómo algunos cambiaron su sombra por su rostro, o mostraron su faz, que estaba escondida. Y en fin, que aquí estamos de nuevo.
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Mono número cien. Generó un avance ideológico (100)

En su libro The hundreth monkey, Ken Keyes escribe:

«El mono japonés Macaca Fuscata fue observado en estado salvaje por un período de 30 años.
En 1952, en la isla de Koshima, al norte de Japón, los científicos comenzaron a darles batatas a los monos, arrojándoselas a la arena. A los monos les gustaba el sabor de la batata cruda, pero no la arena pegada a ella.
Una hembra de 18 meses llamada Imo resolvió el problema lavando las batatas en un arroyo cercano. Después le enseñó el truco a su mamá. Sus compañeros de juego también aprendieron esta nueva manera y la enseñaron a sus madres. Poco a poco, ante los ojos de los científicos, varios monos fueron aprendiendo esta innovación cultural.
El mono número cien. El que generó un avance ideológico (100)
Entre 1952 y 1958 todos los monos jóvenes habían aprendido a lavar las batatas con agua para hacerlas más sabrosas. Los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron esta mejora social, pero los otros adultos seguían comiéndose las batatas sucias. Entonces sucedió algo sorprendente. En el otoño de 1958, un determinado número de monos en Koshima ya lavaban las batatas (el número exacto se desconoce).
Supongamos que al salir el sol una mañana había 99 monos en la isla de Koshima que habían aprendido a lavar sus batatas. Supongamos también que un poco después, esa misma mañana, el mono número cien aprendió a lavar las batatas.
¡Y entonces sucedió! Esa misma tarde casi toda la tribu lavaba sus batatas antes de comérselas. La energía adicional de este mono número cien, de algún modo, había generado ese avance ideológico».
Algo aún más sorprendente que observaron los científicos fue que el hábito de lavar las batatas entonces saltó y atravesó el mar.
Colonias de monos en otras islas y la tribu principal de monos del continente, en Takasakiyama, empezaron a lavar sus batatas.
De este modo podría formularse la hipótesis de que, cuando un determinado número crítico logra un conocimiento, este nuevo conocimiento puede ser comunicado de una mente a otra.
Si bien el número exacto puede variar, el fenómeno del Mono Número Cien significa que cuando un número limitado de personas conoce una nueva forma, sólo es propiedad consciente de esas personas. Pero hay un punto en el cual, cuando una sola persona más sintoniza este nuevo conocimiento, el campo se refuerza de tal manera que este conocimiento es adquirido por casi todos.
Hoy es el post número 100. Inicié este camino sin preguntaros. Sin conoceros. Ahora sois una gran familia que cada día da sentido a todo lo que escribo. Quizá. Como en la historia, este blog ha significado una nueva forma de mirar el cambio. Desconozco qué está pasando en el otro lado del espejo. Yo necesito aprender a precisar qué y cómo puedo llegar hasta vosotros.
Por todo ello ha llegado el tiempo de reflexión. Necesito vuestro feedback para saber si estamos en ese punto donde la fuerza del conocimiento da un salto cuántico. Me gustaría dedicar los comentarios de este post a vuestra valoración del blog, y quisiera hacerlo con cierta exactitud. Para ello, os pido que contestéis a:
1ª Valora del 1 al 10 las distintas categorías de posts. Coloca el número si no quieres repetir el nombre:
  1. A través del cine
  2. Alimentación emocional
  3. Comunicación
  4. Con nombre propio
  5. Familia
  6. Formación
  7. Inteligencia Emocional
  8. Management
  9. Camino trascendente
  10. Mix
2º Escribe cuál ha sido tu post favorito (número del post y puntuación del 1 al 10).
3ª Escribe un tema de tu interés sobre el que te gustaría ver publicado un post.
4º Danos tu valoración general del blog, del 0 al 10.
5º Dinos con qué frecuencia te gustaría que se escribieran los post:
  1. Como hasta hora
  2. Cuatro a la semana
  3. Tres a la semana
  4. Dos a la semana
  5. Una vez a la semana
  6. Ninguna
Con objeto de que participen el mayor número de personas posibles vamos a tener esta encuesta abierta hasta que hayamos recibido 150 opiniones que es el 50% de nuestros lectores.
Vuestra opinión es la que determinará las preferencias y nuevo enfoque de la editorial de este blog
Para que sea anónimo pon la palabra encuesta.
Muchas gracias por tu colaboración.
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Profesora de Matemáticas. Escribir cosas valiosas (99)

Cierto día, una profesora pidió a sus alumnos que pusieran los nombres de sus compañeros de clase en una hoja de papel, dejando un espacio entre nombre y nombre.
Después les pidió que pensaran en la cosa más valiosa que pudieran decir de cada uno de sus compañeros, y que lo escribieran debajo de su nombre. Empleó el resto de la clase para la tarea encomendada. A medida que los alumnos dejaban el aula, entregaban a la maestra la hoja de papel.
Durante el fin de semana la profesora escribió el nombre de cada uno de sus alumnos en hojas separadas de papel y copió en ella todas las cosas valiosas que cada uno de sus compañeros había escrito acerca de él.
Escribir cosas valiosas. La profesora de Matemáticas (99)
El lunes entregó a cada alumno su lista. Casi inmediatamente toda la clase estaba sonriendo. «¿Es verdad?», ella escuchó a alguien diciendo casi como en un susurro. «Yo nunca supe que podía significar algo para alguien», y «Yo no sabía que mis compañeros me querían tanto» eran los comentarios.
Nadie volvió a mencionar aquellos papeles en clase. La profesora nunca supo si comentaron su contenido con alguno de sus compañeros o con sus padres, pero eso no era lo importante. El ejercicio había cumplido su propósito. Los alumnos estuvieron felices consigo mismos y con sus compañeros.
Aquel grupo de alumnos siguió adelante y progresó. Varios años más tarde, uno de los estudiantes murió en Vietnam, y la profesora asistió a su funeral. No había visto antes a un soldado en su ataúd militar. Su cuerpo inerte era hermoso y recio, de hombre.  Sus amigos llenaban la iglesia. Uno a uno, aquellos que tanto lo apreciaban caminaron silenciosamente para despedirle.
La profesora fue la última en acercarse al ataúd. Mientras estaba allí, uno de los soldados que actuaba como guardia de honor se acercó a ella y le preguntó: «¿Era usted la profesora de matemáticas de Marcos?». Ella balbució: «Sí». Entonces él dijo: «Marcos hablaba mucho acerca de usted».
Después del funeral, la mayoría de los ex compañeros de Marcos fueron juntos a una merienda. Allí estaban también los padres de Marcos, obviamente deseando hablar con su profesora. «Queríamos mostrarle algo», dijo el padre, sacando del bolsillo una billetera. «Lo encontraron en la ropa de Marcos cuando murió. Pensamos que tal vez usted lo reconocería.» Abriendo la billetera, sacó cuidadosamente dos pedazos de papel gastados y arreglados con cinta, y que se veía que había sido abierto y cerrado muchas veces. La profesora supo al primer vistazo que se trataba de  la hoja en la que ella había registrado todas las cosas valiosas que los compañeros de Marcos habían escrito acerca de él.
«Gracias por haber hecho esto» dijo la madre de Marcos. «Como puede ver, Marcos lo guardaba como un tesoro». Todos los ex compañeros de Marcos comenzaron a juntarse alrededor. Carlos sonrió y dijo tímidamente: «Yo todavía tengo mi lista. La tengo en el cajón de mi escritorio». La esposa de Felipe dijo: «Felipe me pidió que pusiera el suyo en el álbum de casamiento». Marilyn dijo: «Yo tengo el mío también. Está en mi diario». Entonces Victoria, otra de sus compañeras, metió la mano en su cartera y sacó una billetera. Mostró al grupo su gastada y arrugada lista. «Yo la llevo conmigo todo el tiempo. Y creo que todos hemos conservado nuestras listas». En ese momento, la profesora se sentó y lloró. Lloró por Marcos y por todos sus compañeros, que no lo volverían a ver.
Ejercicio dirigido a formadores, maestros, jefes, etc.
Os propongo que realicéis este trabajo primero con todos los amigos que tengáis. Dadles una nota con todas las cosas valiosas que posean. No les deis explicaciones. Simplemente entregadles la nota.
Si lo preferís, enviadlo por internet. Lo importante es que todas esas personas conozcan los maravillosos dones que vosotros habéis percibido en ellos y que hasta ahora no habéis expresado. Decidlos todos. No dejéis en vuestro tintero ninguna hermosa cualidad que veáis en el otro.
Cuando lo hayáis hecho con los amigos, aprovechad el ejercicio para vuestro trabajo. Para las aulas de formación. Para vuestras escuelas. Enseñad a vuestros alumnos a expresar a sus compañeros lo bueno que ven en ellos. Esperad a que esté avanzado el curso; entre tanto, hacedlo con vuestros amigos.
Preparad y buscad el momento más apropiado para que el ejercicio sea inolvidable.
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The Matrix. La pastilla roja sin olvidar la azul (98)

El film de los hermanos Wachowski (Larry y Andy) The Matrix, del que hablamos en el post 093, recrea una escena interesante para los indecisos sobre lo acertado o no de haberse decidido por la pastilla roja.

La acción comienza cuando Neo (Keanu Reeves) entra sigilosamente en la sala donde Cifra (Joe Pantoliano) está vigilando el mundo de Matrix. Un mundo codificado que esconde, para este irónico y oscuro personaje, diferentes objetos de deseo. Cifra explica a Neo que las líneas de datos se convierten en sinuosas mujeres de pelo rubio, negro y pelirrojo mientras le ofrece una bebida que ha destilado Dozer, y que de alguna manera rompe las reglas de Morfeo. Durante la charla, Cifra se da cuenta del debate interno de Neo, y le dice: «Sé lo que piensas; es lo que yo llevo pensando desde que entre aquí: por qué demonios elegí la pastilla roja». Silencio. Como espectadora, me invade la inquietud y el frío me sobrecoge. Necesito analizar qué me llevó a elegir mi particular pastilla roja. No identifico la causa real de por qué elegí el color rojo en lugar del azul. Mientras me interrogo, en la pantalla Neo guarda silencio y mira a Cifra fijamente.
Me pasó cuando me debatía entre salvar el mundo o dejarme ir por la inercia de los días. Me atraía la quietud. Quería pararme y que alguien decidiese por mí. Posiblemente, fue esto lo que ocurrió. Cuando me quise dar cuenta, tenía la pastilla roja en la boca, y lo demás fue sucediendo muy rápido, hasta encontrarme donde estoy hoy.
The Matrix. La pastilla roja sin olvidar la azul (98)Neo baja su cabeza. Cifra continua con su incisiva conversación. «¿Por qué estás aquí?… Menudo lío mental. Estás aquí para salvar el mundo. ¡Qué se puede decir ante algo así!». Nada, realmente no se puede decir nada. Neo conoce su misión. Algunos de los que hemos elegido la pastilla roja nos preguntamos qué hacemos aquí. Para qué hemos elegido la pastilla roja. Aún no hemos encontrado el sentido trascendente de la decisión. Miramos a los compañeros de viaje recelosos de sus certezas. A los que nos rodean los percibimos como a Neo. Son los elegidos y conocen el sentido de su existencia. Los otros nos refrendan un ejemplo de claridad y lucidez. Nuestra mediocridad nos invade y nos mortifica.
La envidia nos debilita. Se hace perentorio el afán de escapar de la cárcel de la pastilla roja. Con ella se han quedado muchos deseos sin cumplir. Locuras por disfrutar. Pasiones que ya no son posibles. Detrás de la pantalla del mundo cifrado pasean delante de nuestros ojos los afanes insatisfechos. Las riquezas que aún no se han materializado. Todos los intangibles que permanecen en nuestra cabeza, a los que no les hemos dado la ocasión de hacerse realidad.
El film continúa. El señor Smith (Hugo Weaving)y Cifra están cenando. La conversación la inicia el señor Smith con una pregunta directa: «¿Tenemos un acuerdo, señor Reagan (Cifra)?». Cifra contesta: «¿Sabes?, sé que este filete no existe. Sé que cuando lo meto en mi boca es Matrix quien le está diciendo a mi cerebro: es bueno, jugoso… Después de nueve años, ¿sabes de qué me doy cuenta? De que la ignorancia es la felicidad».
Cuántas veces en el pasado he deseado no saber. Perder la conciencia de todo lo aprendido. Esconderme detrás de la ignorancia más absoluta para disculpar mis errores, mis apetitos, mis debilidades.
La pastilla roja me aprisionaba. «¿Entonces tenemos un trato?». El señor Smith nos lleva a la elección correcta de la pastilla. Su pregunta abre la posibilidad de retornar a la pastilla azul y olvidarse de todo lo que se ha vivido hasta ahora. Cifra pide no acordarse de nada. De nada. Cifra quiere la inconsciencia de la pastilla roja antes de sumergirse de nuevo en la azul. Quiere ser rico. Alguien importante, como un actor. Cifra quiere reinsertarse en Matrix. Pero sabe, al igual que todos los que hemos vivido con la pastilla roja, que es imprescindible olvidar para volver al pasado. A lo que éramos antes de esta elección.
Cifra deja el teléfono en la basura. Su Judas interno vende a todos sus compañeros. Su pretensión es aniquilar a Neo. El que ha dejado en evidencia su mezquindad, su imperfección. Si Neo no hubiera llegado, quizá todo habría sido distinto. Es posible que hubiese seguido más tiempo en Matrix. Pero Neo era su conciencia. Le hacía verse carente, pequeño, mediocre. La avaricia de ser único, el mejor, el elegido, le saca fuera de ese mundo. Prefiere ser un traidor y volver a Matrix. Para ello, entrega a Morfeo e intenta asesinar a Neo.
Respiro profundo. Matrix nos muestra todas las posibilidades de elección. Vivir el elegido que todos llevamos dentro y fortalecerlo para salir airoso de cualquier pequeña o gran «tentación», o por el contrario ser un traidor que arremete contra la grandeza de todo lo que nos rodea.
La pastilla roja reposa encima de mi mesa de trabajo. La miro. He creado una réplica para saborear la decisión cada día. Cifra cae al suelo tiroteado por su compañero y Trinity besa en los labios a Neo. La vida sigue. Alguien estará decidiendo entre conocer el final de la madriguera de conejos o seguir saboreando la ignorancia y quedarse en el mundo de Matrix.
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