Joaquina Fernández

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Perdón y neuroplasticidad (21)

El perdón y la neuroplasticidad
‘Pero es extraño que nadie me dijera que el cerebro puede albergar en una diminuta célula de color marfil el infierno o el paraíso de Dios.’
Para realizar cualquier proceso, es imprescindible asumir que es necesario y estar convencido de los beneficios del mismo. En el caso del perdón, se añade la obligación de acercarse al rencor haciendo un análisis previo para llegar a una exculpación profunda y verdadera. Esta aproximación a nuestros resentimientos nos conecta de manera ineludible a recuerdos conscientemente «olvidados», que sin embargo afloran de forma inesperada ante experiencias ya «vividas», aunque con actores diferentes.
Tendemos a pensar que perdonar es disculpar al otro, o que existen grados de perdón, y en muchos casos a creer que hemos perdonado porque nuestra bondad nos impide la maldad del rencor. En cualquiera de estos supuestos, estamos equivocando los significados de rencor, y por tanto del perdón, al menos en el sentido con el que queremos plantear el perdón: como un medio para cambiar los aprendizajes erróneos por otros correctos.
Cuando las circunstancias parecen adversas (un despido, una ruptura amorosa, la pérdida de un ser querido, una traición, etc.) es difícil eludir el resentimiento, o no rememorar un pasado similar doloroso, abriendo un ciclo de malestar y bloqueo.
Proponemos un doble proceso: por un lado, revisar el rencor, y por otro, desarrollar un plan de acción que nos permita construir modelos de actuación novedosos y sensibles a una vida de perdón y sentimientos positivos sobre el entorno y nosotros mismos.
Primero: Revisión del rencor acumulado:
  1. Rencor intrínseco: es independiente del exterior. Es inexorable y está alojado en lo profundo de nuestro inconsciente.
  2. Rencor relacional: nace en la relación con los demás, y crece en la medida que los otros no satisfacen nuestras exigencias
  3. Rencor/disculpa: este es el rencor consciente que va unido a la observación, la vivencia y la experiencia.
Segundo: Creando una forma nueva de pensar:
  1. Descubrir la memoria que alimenta el rencor.
  2. Aprender qué conexiones sinápticas la conforman a través de modelos aprendidos.
  3. Decidir qué nuevos patrones queremos incorporar.
  4. Descubrir las sinapsis que los producen.
Para acometer estas tareas, debemos analizar dos formas de llegar a ellas: la memoria semántica, que consiste en adquirir información, conocimiento, pensamiento filosófico, y la memoria episódica, que se alimenta de nuevas experiencias, aprovechando eventos inéditos en nuestra vida y empleando para ello la ley de la asociación. Esta ley nos permite usar memorias del pasado para formar nuevas memorias, o lo que es igual, usar lo conocido para entender lo desconocido, usar conexiones sinápticas existentes para crear nuevas conexiones.
A todo este proceso lo llamamos neuroplasticidad, que es la habilidad de nuestro cerebro para cambiar las conexiones sinápticas a través de la obtención de información y el archivo de experiencias. La neuroplasticidad nos permite aprender y modificar acciones para mejorar nuestra vida.
Desde esta construcción innovadora surgirá el perdón, no como un acto moral, sino porque hemos obtenido resultados diferentes procesando los pensamientos de manera distinta, lo que nos llevará a variar el enfoque de nuestras experiencias y las acciones resultantes de la interacción con los demás.
Quizá este plan nos permita aprovechar las oportunidades que giran en nuestro extorno y nuestro intorno contaminado. Y es que la contaminación nos impide disfrutar.
Pd: Para ampliar datos sobre neuroplasticidad y sipnasis cerebrales, puedes leer el libro de Joe Dispenza, Desarrolla tu cerebro.
El jueves 18 de junio impartiré el curso sobre “El perdón, un paso hacia las oportunidades” en Madrid.
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Superación del huérfano. Camino del héroe (20)

«Nuestro antihéroe necesita identificar sus áreas de mejora para preparar su transformación e iniciar el camino»: así terminaba el post la semana pasada. Y el punto de partida para que el Huérfano realice este trabajo sin miedos es conocer e identificar sus objetivos y las metas que quiere lograr.
La superación del huérfano. El camino del héroe
Nuestro personaje precisa iniciar el camino aun sin conocer todas sus fuerzas, pero decidido a probar su suerte. En las alforjas lleva los aprendizajes que ha vivido en la jaula dorada, cada uno de los valores de su entorno social, de su familia, de las personas que han forjado su estructura y linaje. Identificar y evaluar estos ideales le dará el impulso necesario para iniciar el camino de su libertad. Atrás queda el pasado, del que no puede abstraerse, pero al que no debe volver.
El imaginal del Huérfano lo conforman pensamientos tenebrosos y quimeras de éxitos a través de luchas ganadas al dragón. Ahora es el momento de detenerse y recrearse en un ánimo reconfortado en el que no tengan cabida el desánimo o el abatimiento. Es preciso construir pensamientos positivos del yo. El Huérfano necesita vivir el yo puedo, repetido una y otra vez: yo puedo, yo puedo, yo puedo… para crear el hábito del éxito a través de rutinas que solidifiquen el edificio de su voluntad. Pequeños hitos de cambio que día a día son las murallas contra el desaliento.
Desde este pensar constructivo el mundo le resulta grato y puede enfrentarse a las pequeñas responsabilidades eludiendo la ayuda exterior y la dependencia. La mirada del Huérfano debe posarse sobre lo que puede y aislarse de lo que no, confiando en sus aprendizajes diarios.
La metamorfosis del Huérfano requiere de tiempo, y en este devenir es imprescindible la conciencia de sus actos. Es proclive este personaje a justificar sus acciones indignas con las circunstancias que le rodean, y para evitarlo debe aceptar la justicia como un bien social y la autoridad como el medio para regir las estructuras sociales que le sustentan y le apoyan en su proceso de madurez.
El constructo de la confianza en sus propias fuerzas debe pasar por un equilibrio económico que implique vivir de sus ganancias. La regulación de sus ingresos y gastos es el eslabón de una cadena de dar y recibir armónica, donde el Huérfano debe eludir el gimoteo y dejar de sentirse pobre y sobrecargar con esta penuria a los demás. Y ante la envidia por los logros de los otros, nuestro amigo debe valorar sus ganancias y fijarse objetivos nuevos de los que podrá salir triunfador si los obtiene a través de sus esfuerzos.
Para saciar su necesidad permanente de reconocimiento es imprescindible revisar a diario los resultados positivos y determinar qué actitudes los han originado para reforzar esos comportamientos en el nuevo día. Contribuirá a ello recordar todas las palabras de elogio que durante la jornada ha recibido de sus compañeros, colaboradores o amigos. Frases que son un mantra o refuerzo para este nuevo mundo.
El Huérfano percibirá el final de su orfandad cuando se sienta estimulado por la valentía y la independencia económica y afectiva. Un día amanecerá con una mente práctica y resolutiva convertido en el protector de su familia, de sus amigos y de todos.
El Huérfano deja de serlo cuando se pone al servicio de otros, que al fin y al cabo es la meta de cualquier héroe que se precie de serlo.
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Alimentación emocional: Algo más que comer (19)

En ocasiones vivimos impactos emocionales que nos desbordan, con pocos recursos propios para paliar los efectos de inseguridad y desconfianza personal que nos provocan. En la mayoría de los casos acabamos buscando recetas muy variadas para ayudarnos a superar estas situaciones límite. Con la ilusión de soluciones rápidas y placenteras,  surgieron fármacos como el Prozac, con pocos o nulos resultados a largo plazo.

Muy pocos conocemos que estos procesos emocionales empiezan a gestarse en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Y muchos menos sabemos que en esa zona del cerebro se regulan funciones vitales para nuestro organismo, así como reacciones químicas que están ligadas a nuestro equilibrio emocional. Algunos investigadores han llegado a la conclusión de la existencia de una sustancia química para cada uno de nuestros estados emocionales regulados por neurotransmisores y hormonas. Así pues, podríamos decir que hay sustancias químicas para el miedo, la cólera, la tristeza, el mal humor o cualquier otra emoción que se nos dispara en nuestro día a día.

alimentacion emocional: algo más que comerEstimamos que hay una relación biunívoca entre alimentación y emoción. Las emociones afectan a nuestra alimentación de la misma manera que la alimentación va a influir sobre nuestras emociones. Y esto puede ocurrir tanto en la decisión del alimento motivado por la emoción que sentimos, como en la emoción que nos provoca la elección de un

tipo concreto de alimento.

Antes de seguir queremos detenernos en la importancia de hacer  una distinción entre alimentación y nutrición por la influencia que tienen ambas en nuestro proceso emocional. La nutrición es involuntaria, y es el proceso biológico de asimilación de alimentos para el desarrollo de las funciones vitales, mientras que la alimentación es voluntaria: en ella intervienen elementos externos que seleccionamos, preparamos e ingerimos. De esta manera, nosotros podemos intervenir en los procesos de alimentación, que consecuentemente traerán unos resultados nutritivos. Este proceso causa-efecto influye no solamente en lo concerniente a la biología de nuestro cuerpo, sino también en el estado emocional inconsciente o subconsciente que nos lleva a elegir unos determinados alimentos sobre otros, provocando una serie de reacciones químicas que afectan profundamente a nuestro carácter.

Entendiendo esto, debemos replantearnos que los alimentos son algo más que una mera fuente de calorías para el cuerpo. Es mucho más real si vemos a los alimentos con el mismo poder que los fármacos.

Entonces, ¿cómo podemos usar la alimentación para controlar las respuestas hormonales, responsables al fin y al cabo de nuestros impulsos emocionales? El primer paso lo acabamos de dar: pensar en la comida como un sistema de equilibrio hormonal. Consideremos cada alimento como una programación neuronal capaz de determinar qué fuente de energía vamos a utilizar durante las cuatro o seis horas siguientes.
Esta semana plantéate qué comes y qué te motiva esa elección, y sobre todo, qué reacciones has experimentado.

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Artes escénicas versus hiperactividad (18)

No les evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas.

LOUIS PASTEUR

Varias de mis amigas son educadoras y profesoras de niños de casi todas las edades. Llegados los meses de mayo y junio, se encargan de organizar actividades extraescolares donde los niños actúan,  cantan, bailan y realizan experiencias que están abiertas a la familia. La mayoría de los padres acuden a estos actos deseando que sus hijos muestren sus habilidades artísticas.

Una de estas amigas me contó que había preparado una representación para niños de 5 a 8 años. Las tareas que desarrollaron fueron: en primer lugar, el posicionamiento en el espacio teatral respetando la ubicación de sus compañeros (unos dieciocho); en segundo,  la realización de movimientos acompasados al sonido de la música, y, para acabar, el ejercitar el  trabajo en equipo sincronizando unos con otros. Me comentó mi amiga que tuvieron necesidad de improvisar por la incorporación de una niña que no estaba prevista, con un resultado fantástico.
artes escénicas versus medicación para la hiperactividad
Una de las técnicas más sobresalientes en este trabajo actoral es la “estatua”. En ella,  el protagonista permanece quieto y en silencio durante unos instantes antes de iniciar un nuevo movimiento. Éste ha sido uno de los ejercicios menos comprendido por algunos de los padres.

Posiblemente estos padres no han entendido que ciertos métodos, aplicados a la edad correspondiente, provocan un impacto de gran repercusión en etapas futuras. Las edades comprendidas entre los 5 y los 8 años son proclives al excesivo movimiento y a la inquietud. Enhorabuena a este grupo de niños que han logrado realizar la “estatua” en grupo, hecho que representa un éxito increíble.

Si nuestros hijos supieran permanecer en silencio, moverse cuando la ocasión lo requiera, respetar el lugar de los otros y aceptar la incorporación improvisada de un compañero de forma natural, seguramente se evitarían muchos de los fármacos recetados para que los niños se mantengan quietos.

A los padres les pediría que centren sus objetivos en que sus hijos desarrollen habilidades de menor impacto en el presente, y sin embargo, de enormes beneficios para el futuro, y que valoren los medios para lograrlo.

Al final, lo importante es que los niños consigan solidificar su poder y elevar su autoestima desde el conocimiento de sus capacidades y aceptación de sus limitaciones.

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Cambio versus violencia (17)

En la película de Quentin Tarantino «Pulp Fiction», que el sábado se emitió en La Cuatro, el director juega magistralmente con la sincronicidad entre tres historias en las que los personajes centrales se van encontrando con situaciones paradójicas que crean un entramado inusual, donde se mezcla el esperpento con giros inesperados de cambio personal.

Las entregas están enlazadas entre sí a través de palabras y hechos relevantes. Son llamadas de atención simbólicas e irónicas, que captan al espectador mediante la intriga, y le conecta con imágenes de las que no puede desprenderse.

cambio versus violencia

En la primera historia, “Vincent Vega y la esposa de Marsellus Wallace”, el guionista y director da un quiebro en la trama y sitúa en el escenario al espectador a través de un golpe de naturalidad: el diálogo entre Vincent y Mia, al que sigue un electrizante twist en el que John Travolta baila sencillo y ligero, apoyándose sobre la puntas de sus pies descalzos.

Después, Mía (Uma Thurman) superficial y alocada experimenta su fragilidad por una sobredosis, de la que Vincent le rescata. Cuando acaba la noche, con una Mia vulnerable, el guionista finaliza la tragedia con un chiste de un tomate aplastado y el secreto del proceso sólo para ellos.

En el relato segundo, “El reloj de oro”, el creador juega con el sentimiento de guerra y ciertos valores a través de la historia de un reloj que acompañó a la familia del protagonista durante las tres últimas guerras. También nos da su visión subliminal de lo que piensa de estos valores a través del sitio donde el reloj es ocultado durante años.

El escritor juega con el valor de Butch (Bruce Willis) una y otra vez recreando momentos de gran tensión y violencia. Sin embargo, hay un instante crítico de cambio cuando Butch, en su última batalla, una vez liberado de sus ataduras y pudiendo al fin escaparse, decide no obstante bajar al sótano donde su enemigo está siendo brutalmente sodomizado, y le libera.

Dentro de la tercera entrega, “La situación con Bonnie”, Tarantino analiza las diferencias entre las reglas de la mafia en Holanda y Francia, repasando la diversidad de costumbres y hábitos, y haciendo hincapié en dos grandes mitos: el Ketchup y la mahonesa.

Un poco antes de liarse a balazos con unos ladrones, Samuel (Mulock) recita un salmo de Ezequiel, y cuando uno de los ladrones, que estaba escondido, les ataca con cinco disparos y no mueren, Mulock decide que es un milagro, y es en esta parte de la trama donde el cambio tiene sentido para Tarantino. Son los hechos inesperados, “los actos milagrosos”, los que marcan los hitos del cambio, aunque la transformación sólo se produce en los que son sensibles y observadores de los hechos relevantes.

Mulock lo llama intervención divina, y poco importa si esto es así o no. Lo que de verdad tiene significado es que en ese instante y no en otro, es cuando decide acabar con los hábitos y compromisos peligrosos que hasta ese momento tenía.

Por el contrario, Vincent acaba sus días en un apartamento, arrojado en una ducha con dos balazos en el cuerpo. Nada de lo que había vivido, ni los impactos que no le mataron, ni salvarse de los asaltantes, ni vencer la sobredosis de Mia, fue suficiente para situarle en una nueva salida de “meta”.

Las escenas de Pulp Fiction parecen alejadas de nuestra vida cotidiana; no obstante, argumentalmente están muy cerca.

¿Ha ocurrido algún “milagro” en tu vida? Y si ha sido así, ¿has modificado algo, o por el contrario, te has dejado arrastrar por la rutina o tu área de confort?

En los días más bajos, donde parece que nos encontramos al límite, seguro que hay capacidad para el cambio. Dentro de cada uno hay un rescoldo que, por pequeño que sea, puede encender una pequeña hoguera. Lo suficiente para iluminar un poco nuestros actos, sentir empatía por nuestros semejantes, sean o no nuestros amigos, y mirar hacia delante.

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Mi antihéroe: el Huérfano (16)

Parte I

¿Qué es un antihéroe?  Es nuestro yo, que sale a la búsqueda de un mundo ignoto sintiéndose carente. Es el cobarde  que huye de las batallas y  las confrontaciones propias de los cambios. Es el lado oscuro de Harry Potter o Frodo Bolsón, que necesita prepararse para superar las debilidades frente a la gran lucha contra los infames Voldemort y Sauron.

Al igual que en las historias de los caballeros andantes, cada uno de nosotros va en búsqueda de una quimera en forma de flor de lis, o de anillo de diamantes, o de ciudad encantada. En nuestro corazón conviven el deseo de salvar a la princesa prisionera en el castillo y el temor a los dragones que la resguardan.
mi antihéroe: el huérfano
El primer personaje que os vamos a presentar es el Huérfano. Hemos dado en llamarle Huérfano por la orfandad que sentimos cuando iniciamos un camino nuevo. Atrás van quedando la familia y todos nuestros protectores, delante nos espera lo insondable e inhóspito. Por los senderos van apareciendo personajes desconocidos que requieren códigos nuevos, y buscamos desesperadamente magos que nos enseñen las claves del éxito.

En estos primeros pasos nos sentimos enanos en un mundo de gigantes, y habitualmente culpamos a todos de este desvalimiento. Ya no podemos ir hacia atrás, y cada paso hacia delante es como una cadena que nos detiene.

«Me siento abrumado. Mis ideales, por los que he luchado toda la vida, descansan en un pozo sin fondo. El mundo me recuerda a un cuento de villanos, donde los obstáculos son insalvables. He caído en actitudes que me parecían detestables hace unos meses. Cuando me encuentro con amigos dispuestos a ayudarme, aireo mi intimidad más deshonrosa  con la intención de lograr su compasión, y que me escuchen.» Los diálogos derrotistas son el primer aviso de que estamos conectados con este antihéroe. El  miedo al avance o al fracaso nos paraliza y nos ciega ante los retos.

El Huérfano tiene una baja autoestima. Cada envite de la vida le sobrecoge y sale a pedir ayuda considerando culpables de su esfuerzo a su familia, jefes, terapeutas o a cualquiera que esté a su lado. Necesita el reconocimiento de sus logros y la anulación de cualquier éxito ajeno. El esfuerzo le martiriza, y para evitarlo engaña y manipula para lograr que los otros lleven su carga.

El Huérfano necesita la gratificación inmediata. Sus metas no son largoplacistas porque le detiene la falta de voluntad y constancia. Necesita refuerzos constantes para dar un paso más en la dura travesía.

La tendencia natural de este antihéroe es sentirse pobre. De modo que sus arcas pueden estar llenas; sin embargo, se vive arruinado y quejumbroso, y hace malabares para que los otros paguen sus deudas. En algunos casos se aviva esta situación cuando las ganancias de otros son superiores a las suyas.

La meta del Huérfano es conseguir sentirse seguro, y la trampa es el miedo al abandono y al abuso de los otros. En aras de que le ayuden, pierde el discernimiento de lo que es válido para él.

Si además de todo lo dicho sumamos que no acepta sus limitaciones, tenemos el perfecto retrato robot del Huérfano.

Nuestro antihéroe necesita identificar sus áreas de mejora para preparar su transformación e iniciar el camino.

Película recomendada: Gladiator (Cómodo)

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Pensamiento lateral. Branding (15)

La importancia de llamarse Kukuxumusu.
Así se titula el artículo que ha publicado la revista MK Marketing + Ventas de Wolters Kluwer en su número 246. Su autor, Juan Fernández Pérez, resalta el modo peculiar de llegar al éxito de esta marca de souvenirs que endulzan la mirada del interesado con deliciosas vacas en actitudes cotidianas y con mensajes vitalistas.

El escritor cuenta que Kukuxumusu se salta los dogmas del management para el crecimiento organizativo, basados en tres aspectos claves: planificación, estudio sistemático del mercado y un análisis profundo de las posibilidades comerciales. Los responsables de esta compañía, nos dice Fernández Pérez, se valen para conseguir el éxito comercial de la intuición, la imaginación y la improvisación, siendo las claves para dirigir el equipo humano: la amistad, el humor y la diversión.
Pensamiento lateral. Branding
La historia de esta compañía habla principalmente de ideas novedosas y de fidelidad a los valores de marca, aunque también de la ilusión por desarrollarse en su innovación sin búsqueda de pelotazos que anulen o condicionen su ideario creativo. Durante los veinte años que llevan desarrollando su talento, el grupo ha conjugado sabiamente el amor a lo suyo y la oportunidad para optimizar los recursos.

Ahora que la mayoría de las organizaciones están desbordadas con un sentimiento generalizado de crisis, Kukuxumusu muestra los beneficios de un pensamiento lateral, donde confluyen la sabiduría del tiempo y la innovación más actual.

Podemos y queremos aprender de esta compañía española através de su recorrido empresarial. Si bien Kukuxumusu parece que no sigue los cánones del management, si pueden convertirse en un refente para crecimiento personal y profesional:

  • Porque respetan los ideales y valores personales,
  • Además acometen nuevos retos con creatividad e ilusión
  • Saben Incorporar aprendizajes con responsabilidad y compromiso desde el amor y el gozo
  • Basan su crecimiento en el esfuerzo y no éxitos inmediatos
  • Y cuando los han considerado han abierto sus fronteras para compartir más y mejor su proyecto

Felicitamos a estos empresarios españoles que han sabido convertir su creatividad en un mapa de oportunidades sin límite.

Voto porque sigamos ejemplos como este.

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Ejemplo de cambio y compromiso (14)

En la última sesión de Inteligencia Emocional que mantuve con A. F., éste me explicaba que le estaba resultando difícil cumplir con los objetivos que había establecido para su cambio de carácter y desarrollo personal. «Son muchos años, y de alguna manera, me satisface como soy. Aunque  parezca extraño, estoy contento con mi mal humor y con muchas de las cosas que a priori pueden resultar desagradables para otros. No cabe duda que…»

Ejemplo de cambio y compromisoEn este momento intervino su hermana P., quien nos acompañaba, con el fin de revisar conjuntamente su vida familiar. P. se sentía airada y algo molesta ante el pesimismo de las palabras de su hermano. «Es increíble, tu nieto Jorge ha ofrecido dejar el uso del chupete en su bautismo  y desde esa fecha todas las mañanas, cuando se levanta, dice eufórico y feliz: Esta noche he dormido sin chupete.»

La interrumpí como pude para saber de qué estaba hablando.

La hermana me pidió disculpas y me explicó: «El pasado mes de mayo, Jorge, el nieto de mi hermano, recibía su bautismo el mismo día que cumplía 3 años. Unas semanas antes los padres de Jorge pensaron que era un buen momento para que el niño abandonara el uso del chupete. Ya lo habían intentado varias veces con muy poco éxito».

Para prepararle adecuadamente, los días previos al evento la madre de Jorge  le explicaba: «A Jesusito le haría mucha ilusión que le ofrecieras tu chupete. En el cielo Jesusito estará muy contento». Estas y otras frases iban fortaleciendo al pequeño para abrirse a la ofrenda.

El día señalado, Jorge entregó su bien más preciado con unas palabras que llenaron de silencio el espacio santo: «Jesusito, te doy mi chupete». Pasaron los días y Jorge, algunas noches, se despertaba y pedía leche con galletas; otras les suplicaba a sus papás que le contaran un cuento, pero no volvió a reclamar su chupete.

Cuando P. terminó su enternecedor relato, los tres permanecimos unos instantes en silencio.

A. F. decidió hacer un plan de acción teniendo en cuenta los beneficios que su cambio de carácter aportaría a su entorno.

PD: Este sistema de refuerzo nos ha parecido muy interesante y nos impresiona la receptividad de Jorge

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Pensamiento horizontal (13)

El pasado miércoles el Barcelona logró ganar en la final de la Copa de Europa al Manchester United en un encuentro en el que demostró que ahora mismo es el mejor equipo europeo. Sus jugadores fueron agasajados por sus seguidores en el Nou Camp, donde se reunieron más de 92.000 aficionados enfebrecidos por el éxito de su conjunto.

Esta es una historia llena de entusiasmo y gloria deportiva para el equipo catalán.  Entre tanto, en la ciudad de Nigeria, un forofo del Manchester provocó una noticia que a mí me pasó inadvertida:

«Un seguidor del Manchester United irrumpió con su minibús contra un grupo de aficionados del FC Barcelona que festejaban en la ciudad nigeriana de Ogbo el título de la Liga de Campeones, y provocó la muerte de cuatro de ellos, además de otros 10 heridos.» (Leer el texto completo)

El seguidor del Manchester vivió un desbordamiento cuando su imaginal (la victoria de su equipo) no se materializó. La creencia de que sus deseos están por encima de los de cualquiera provocó un pensamiento incontrolado, que derivó en este hecho tan deleznable, y a la vez tan irremediable, si tenemos en cuenta la fuerza de sus emociones en contra de su débil razón.

¿Es un hecho aislado? ¿Empieza a ser un acto normalizado destruir la alegría de los que triunfan cuando nosotros estamos derrotados?

Quizá tengamos que iniciar un entrenamiento extradeportivo que nos permita disfrutar de los éxitos ajenos, y para ello avivar la conciencia de humanidad por encima de cualquier diferencia.

Proponemos que entre todos creemos un plan de acción de nuevos comportamientos que hagan aflorar lo mejor de cada uno de nosotros.

Espero vuestras aportaciones.

Películas recomendadas:

  • Titanes
  • Carros de fuego
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Cómo vencer el miedo (12)

En la película de Marc Rocco, Homicidio en primer grado, que el sábado se emitió en Televisión Española, Henry Young (Kevin Bacon)  se debate entre declararse culpable de asesinato en primer grado  (y morir en la cámara de gas) y confesarse responsable  de homicidio involuntario. Esta segunda opción significa la vuelta a la prisión de Alcatraz, lugar en el que había estado recluido en las celdas de castigo durante más de tres años por su intento fallido de fuga.

Del otro lado, James Stamphill (Christian Slater), abogado defensor de Dejar de tener miedoHenry Young, lucha por salvarle de la pena de muerte sin considerar las consecuencias emocionales que tendría para su defendido el hecho de que el jurado le librara de la pena máxima, con la consecuente vuelta a La Roca.

En un momento de gran clímax durante el juicio, abogado y  reo discuten sobre el mejor modo de proseguir la defensa. Henry pide que cambien el argumento inicial de inocente por el de culpable. Ante la incomprensión de su defensor, Henry le dice: «Quiero dejar de tener miedo». Sus ojos llenos de lágrimas y el temblor de sus manos ponen de manifiesto que para Young la muerte significa una liberación de la opresión vivida; opresión que no está dispuesto a repetir.

En la sociedad de hoy quieren dejar de tener miedo como Henry:

  • Los niños que se descomponen ante el autoritarismo de sus padres.
  • Las mujeres que permanecen al lado de sus agresores, y que en casos extremos prefieren el suicidio para finalizar el dolor.
  • Los trabajadores que anulan su invención y creatividad por la amenaza del despido.
  • Y, en definitiva, todos los que están sometidos a cualquier forma de opresión y castigo.

Henry prefirió decir: «Yo he sido el arma, pero no soy un asesino». El jurado le castigó con tres años de cárcel. Henry Young fue asesinado por sus carceleros y no volvió a salir de Alcatraz. El destino es a veces cruel: ocho meses después de su juicio, se cerró La Roca para siempre.

Yo, al igual que Henry Young,  quiero dejar de tener miedo y borrar todos los recuerdos de cobardía acumulados en mi pasado. Para ello, y al igual que nuestro protagonista de hoy, voy a enfrentarme a las situaciones mirando lo que está por venir y dejando atrás lo que no puedo cambiar.

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