El último temperamento, el melancólico, tiene unas altas cualidades para el análisis y la observación. Su perfeccionismo le convierte en un temperamento muy exigente consigo mismo y también con todo lo que le rodea. Esta faceta le hace muy sensible a los errores, pues ve obstáculos en casi todo. Revisar las áreas de mejora del temperamento melancólico tiene su complejidad. Este temperamento, tendiente al pesimismo, puede hundirse en el derrotismo ante cualquier observación sobre sus puntos negros.
«Si…», de Kipling. Del padre de un amigo a todos los padres (119)
Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si engañado, no engañas, si no buscas más odio
que el odio que te tengan…
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres,
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo,
si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas al Triunfo, si llega tu Derrota
y a los Dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del Orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga
y se agarren contigo cuando no quede nada
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud,
si marchas junto a Reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida,
si todos te reclaman y ni uno te precisa.
Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo…
Todo lo de esta tierra será de tu dominio
y mucho más aún: serás Hombre, ¡hijo mío!

El camino de vuelta a casa. El ultimátum de Bourne (118)
En el film de Paul Greengrass, El ultimátum de Bourne, Jason Bourne (Matt Damon) busca desesperadamente saber quién es. Para ello, en las primeras escenas, recorre varios países, en los que encuentra retazos de su pasado. La película se inicia en Moscú y termina en Nueva York. Entre tanto visita París, Londres y Tánger. En cada uno de estos lugares lucha contra alguien a quien tiene que vencer, casi siempre matándolo. La violencia le persigue, y a ratos revive momentos durísimos de su pasado. Algo que ha olvidado; las piezas del puzzle del sentido de su vida.

Áreas de mejora del colérico (117)
Ayer vimos las cualidades del colérico en su aspecto interpersonal, su crecimiento personal y sus dotes de empresario. Vamos a continuar perfilando este temperamento tan seductor y a la vez tan complejo.

Áreas de mejora del colérico (116)
El tercer temperamento, el colérico, me sobrecoge por toda la riqueza de matices que presenta. Su condición de extrovertido hace que el mundo exterior le apasione y le subyugue. Su rapidez para vivir las impresiones hace que los vientos le agiten y movilicen sin freno ni medida. A la vez, su capacidad para recordar todas las ofensas y su tendencia a la venganza le convierten en un enemigo temido y temible para los otros temperamentos. Con todas estas tonalidades, adentrarse en lo mejorable del colérico tiene mucho de riesgo, y exige una valentía que espero que no me falle durante este ejercicio. Porque no voy a hablar de un personaje aislado que desconozco. O de alguien que sea más o menos cercano. Voy a penetrar en los rincones oscuros de cada uno de nosotros, a descubrir las sombras que hasta el momento han permanecido ocultas. Los velos que hoy vamos a descorrer nos conciernen a todos. Recordemos que los cuatro temperamentos, en mayor o menor medida, nos conforman. En este sentido, los cambios que debería llevar a cabo el colérico nos tocan a todos.

Minerales: el elixir de la eterna juventud y de la felicidad (115)
Las vitaminas (que hemos visto en post anteriores) y las sales minerales reciben el nombre de micronutrientes. Se necesitan en cantidades mucho más reducidas que las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono, pero son esenciales para una buena nutrición. Estos minúsculos nutrientes son los colaboradores más efectivos para mantener la salud del cuerpo, además de que algunos de ellos forman parte de los tejidos corporales, como es el caso de los huesos, que contienen y guardan el calcio del cuerpo. El flúor se encuentra en los dientes, y la sangre contiene hierro. Amén de favorecer el bienestar corporal, los minerales son el elixir de la juventud. Cuando nuestro organismo se siente nutrido adecuadamente de estos elementos químicos, sentimos una gran vitalidad y tomamos conciencia de todo nuestro potencial transformador.

- La función estructural: mantenimiento de la firmeza, la resistencia y la estabilidad de los tejidos, huesos y cartílagos.
- La función reguladora: facilita la permeabilidad neuromuscular y el equilibrio ácido y base o el Ph del cuerpo.
- La función catalítica: mantiene la concentración normal de los minerales en los líquidos del cuerpo y responde a las necesidades de las enzimas y compuestos biológicos.
- Los macrominerales (minerales grandes), cuya necesidad diaria es de más de 70 mg/kg. Son: el calcio, el fósforo, el magnesio, el potasio, el sodio y el azufre.
- Los microminerales (minerales pequeños) llamados también elementos traza u oligoelementos, cuya necesidad está por debajo de 70mg/kg. Los más relevantes son: el hierro, el cobalto, el cromo, el manganeso, el zinc, el yodo, el selenio, el flúor, el níquel, el vanadio, el arsénico, el estaño y el molibdeno.

La conciencia de los niños (114)
J. F. tiene 12 años. El pasado domingo estuvimos trabajando sus dificultades para concentrarse y obtener mejores resultados curriculares. Me explicó que empleaba muchas horas de estudio con muy poco éxito. Quería conocer por qué le sucedía y qué medios tenía para cambiarlo.

Gladiator. Algo más que un destino (113)
En el post 108 del pasado lunes hablábamos del film de Ridley Scott Gladiator, y acabamos diciendo: «El mundo lo dirigen muchos Cómodos que aman el poder, aunque no el camino para lograrlo. Hay muchos Máximos que se negaron al honor de ser los transformadores».

Cambiar pequeñas cosas para llegar a las grandes (112)
Hay historias que nos sitúan en un lugar preferente para el cambio. Debemos aprovechar los tiempos que corren para marcarnos líneas de actuación que nos aligeren la carga y nos permitan ser efectivos y rápidos en las transformaciones a las que las circunstancias nos obligan. El relato de hoy me lo contó alguien en un proceso de aprendizaje:

Áreas de mejora del flemático (111)
El segundo temperamento, el flemático, me impresiona por su paciencia, su flema, su espíritu anglosajón distante y templado, y también su inmutabilidad. Esta revisión de sus áreas de mejora busca avanzar en el autoconocimiento para promover el cambio y optimizar todas las oportunidades que este temperamento ofrece. Si bien algunos aspectos pueden resultar duros y difíciles de aceptar, conviene revisarlos recordando que todos guardamos una esencia de cada temperamento, y que tener el mapa completo nos posibilita el desarrollo profundo de nuestra personalidad.
