En el post 047 iniciamos una serie de trabajos sobre la comunicación y los mapas representacionales. Siguiendo con la línea abierta en dicho post, mi intención hoy es mirar los estudios de Grinder y Bandler desde la evolución de los niños y su conexión con la maduración de los tramos cerebrales (tema que iremos viendo en las próximas semanas). A priori, la información puede resultar complicada, así que voy a intentar dar unas pinceladas de mi supuesto ampliándolo con links para que podáis profundizar en los estudios teóricos que se han realizado sobre el cerebro trino o los tres tramos cerebrales de Paul Mc Lean.
PNL. Acceso ocular. Mapas representacionales (72)
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Leer másPNL. Sistema auditivo (67)
- Mono o estéreo.
- Palabras o sonidos.
- Volumen (alto o bajo).
- Tono (suave o duro).
- Timbre (plenitud del sonido).
- Localización del sonido.
- Distancia de la fuente del sonido.
- Continuidad o discontinuidad.
- Claridad (claro o con interferencias).
PNL. Sistema kinestésico (62)
- Localización.
- Intensidad.
- Presión (fuerte o débil).
- Extensión (tamaño).
- Textura (áspera o suave).
- Peso.
- Temperatura.
- ¿Cuánto dura?
- Forma.
PNL. Sistema visual (57)
Seguimos profundizando en los sistemas representacionales de la PNL, tema que iniciamos en el post 52.
¿Eres capaz de memorizar esta secuencia en 30 segundos?
L R G B V 7 P 5 W 4
Si lo has conseguido quiere decir que tienes una memoria visual muy poderosa, a no ser que la hayas repetido en voz alta o hayas recurrido al escrito para recordarla.
Sobre las personas a las que les resulta fácil memorizar fotos, ciudades, caras, aunque luego no recuerden los nombres de los lugares, o las fechas en las que estuvieron allí, se dice que tienen un mapa representacional visual. Para ellos, una imagen vale más que mil palabras. Cuando conversan emplean verbos como ver, mirar, visualizar, examinar, imaginar, enfocar, observar. También podemos identificarles por palabras como: interior, oscuridad, espejismo, imagen, ilustrar, reflejo…
Los visuales hacen construcciones tales como: «Ya veo lo que quieres decir», «Tras la sombra de la duda», «Esto dará luz a la cuestión», «Es interesante este modo de ver el mundo».
Además de su preferencia por las imágenes podemos descubrir a un «visual» porque suelen hablar rápido y con un tono de voz más alto de lo normal. Algunos estudiosos dicen que les «falta música y ritmo». El hecho es que las imágenes se suceden con rapidez en su cerebro y las comunican con prisa para poder seguirlas. No se recrean en modular la voz y endulzar las palabras, porque perderían parte de los fotogramas.
Otro aspecto que podemos observar es el ritmo respiratorio. Los visuales, debido a la velocidad comunicativa, se habitúan a inspiraciones rápidas y superficiales. Notaremos que no elevan la caja torácica y que no expanden el abdomen. Con frecuencia padecen tensión muscular, particularmente en los hombros, porque elevan la cabeza y la tiran un poco hacia atrás, como si estuvieran retando a los interlocutores. El ánimo no está en retar, sino en conseguir una visión amplia del entorno y, como decíamos en el post anterior, en acceder a sus propios recuerdos mirando hacia el techo.
Hasta aquí hemos establecido generalidades que de alguna manera todos empleamos. Ahora vamos a penetrar más profundamente en el sistema. Proponemos el siguiente ejercicio:
Busca un rincón retirado para evitar las interrupciones. Es imprescindible desconectar el teléfono móvil. Ahora cierra los ojos y piensa en algo agradable. En una escena que te resulte grata. Examina cualquier imagen que tengas de ella, y define el modo en el que lo haces:
- Asociado: la contemplas como si la vieras con tus propios ojos. Participas de la escena y formas parte de ella
- Disociado: la observas desde otro lugar y tú te ves dentro de la imagen. Te desdoblas como espectador y actor de la escena.
- Enmarcado: ves la imagen limitada a un contexto concreto
- Ilimitada: el fotograma tiene un espacio sin bordes y abierto
- ¿Es en color?, ¿está fija o se mueve?, ¿es en 3D o plana como una foto?
Esto es lo que en PNL se llama submodalidades, y nos llevan a profundizar un poco más en el sistema representacional. Las submodalidades visuales son, además de las que hemos visto en el ejemplo, el brillo, el contraste, la claridad, la velocidad y el tamaño. Estas submodalidades nos ayudarán a posicionarnos en este mapa o a descartarlo.
Las personas que son visuales tienen las máximas posibilidades sensoriales. Pueden crear imágenes con todo lujo de detalles. Cuando esta preferencia es más débil, sólo se cubren las especificaciones básicas.
Para definir más profundamente y eliminar las posibles dudas podemos contestar a estas preguntas: ¿creo imágenes en mi cabeza?, ¿tengo imágenes en la cabeza mientras hablo o escucho a alguien?, ¿puedo ver lo que me dicen?
El visual, cuando se relaciona con los demás, está más pendiente de lo que ve que de los otros. Su localización de las diapositivas cerebrales y su explicación oral exige mucha concentración y muy poca interrelación.
Las personas visuales tienden a desconfiar de todo aquello que no ven o que piensan que no podrán ver. Si cuando van a comunicarse se posicionan con los pies y piernas abiertas y los brazos a los costados (como si fueran a extraer un arma), casi seguro que su forma de acceder a la comunicación es a través de las imágenes. El visual se mueve con brusquedad y está pendiente de sí mismo para no despistarse con sus imágenes mentales. Sus movimientos son escasos. Puede mantener una larga conversación con los brazos caídos a lo largo del cuerpo, o en ocasiones apretarse las manos por inquietud.
Para un visual es importante captar la atención y obtener el reconocimiento. Un feedback muy valorado para un visual sería: “¡Qué bien te vi! Me imaginaba que eras muy competente, y aún así me has sorprendido muy favorablemente. Me llevo una imagen ampliada de tus enormes capacidades”
La próxima entrega seguiremos hablando de los mapas representacionales. Esperamos que sea de vuestro interés.
Leer másPNL Sistemas representacionales (52)
Comenzamos este post allí donde terminamos el 47, hablando sobre la percepción de la realidad. Planteábamos que cada uno responde a lo que le rodea a través de su sistema representacional sensorial, pues es mediante el mapa neurológico como se determina el comportamiento y su significado, y no a través de la realidad en sí misma. Esto es lo que en PNL se llama: «el mapa no es el territorio», o entender que la representación de un objeto mediante nuestros sentidos no es el objeto en sí.
Con ello podemos decir, sin posibilidad de equivocarnos, que ante una misma cosa cada persona procederá a describirla según su percepción, ampliada por los conocimientos, juicios e intereses que sobre el objeto tenga. A esto podemos llamarle «filtro personal». La percepción de la realidad, cuando estamos ante un mismo objeto, utiliza nuestros archivos y experiencias personales creando descripciones diferentes de una misma realidad.
Imaginemos que queremos hablar de una gaviota en la playa. Una descripción podría ser: «Vi una gaviota volando en la playa». Otra: «Había un grupo de cinco gaviotas gritando y alborotando en la playa». Y otra, por ejemplo: «Era un atardecer precioso, el cielo naranja estaba salpicado de blancas gaviotas que me recordaron al libro de Richard Bach que leí en mi juventud».
Podríamos tener una interminable lista de juicios e interpretaciones de un único acontecimiento aparentemente simple: una gaviota en la playa. Captamos, almacenamos y codificamos la información en nuestra mente mediante uno o varios de los sistemas sensoriales. En la cultura occidental los sistemas representacionales primarios son el visual, el auditivo y el kinestésico.
En PNL se dice que el sistema visual lo empleamos cuando miramos al mundo interior o exterior mediante imágenes que va recogiendo nuestro pensamiento; mientras que nos valemos del sistema auditivo cuando escuchamos sonidos externos y hablamos con nosotros mismos internamente. Por último, el sistema kinestésico está ligado a los sentidos del tacto, el gusto y el olfato, así como a las sensaciones propioceptivas internas (equilibrio y conciencia del propio cuerpo). Recurrimos a este sistema cuando estamos en contacto con el mundo exterior desde los colores, los olores o el contacto, e internamente cuando recordamos sensaciones y las emociones que habíamos experimentado.
Debemos tener en cuenta que estos sistemas no son excluyentes. Cada experiencia tiene elementos de los tres, aunque nosotros tendamos a favorecer uno por encima de los otros en función de nuestra personalidad y también del contexto en el que nos encontremos.
En algunos casos nos topamos con personalidades que perciben el mundo, mediante imágenes y que comparten sus experiencias como si de un film se tratara. Van hablando según van surgiendo los fotogramas en su memoria, saltando de uno a otro sin mantener un orden cronológico. Quienes funcionan de este modo suben sus ojos como si estuvieran buscando las historias en el techo.
Otras personas, por el contrario, se dejan llevar por las sensaciones y emociones que les provocaron sus vivencias, recreándonos en aspectos inteligibles y de confusa explicación, que por su sofisticación les impiden participar u opinar, además de la posible deformación de los hechos que suele acompañar a este sistema. El excesivo movimiento corporal, sobre todo de las manos, es muy habitual en quienes son kinestésicos.
Por último, están los que escuchan sus palabras mientras narran los hechos. Suelen ser desapasionados y monótonos, pero los más aproximados a la realidad, porque no se dejan llevar ni por las imágenes ni por los sentidos. Van contando secuencialmente aquello que han escuchado o las palabras que lo conformaban. Son estrictos y meticulosos en el orden en el que hablan sin alterarlo ni alardearse. Si se les interrumpe, volverán a la frase última, y desde ella proseguirán. A veces al escrudiñar sus ojos, nos parecerá que van leyendo un escrito.
En cualquiera de estos tres casos, hay muy poca participación de otro mapa representacional que no sea el preferente, lo que acarrea una apreciación muy sesgada de las condiciones en las que realmente se han producido los hechos, con importante detrimento de la exactitud narrativa.
Los autores Bandler y Grinder, en su libro La estructura de la magia (vol. II), señalan que las personas que sobresalen en su desempeño, sea cual sea su campo de actividad, tienen desarrollada la habilidad de cambiar de un sistema a otro según sea más adecuado para el contexto en el que se encuentran. Estos autores consideran que la excelencia se logra nivelando los tres canales. Estos investigadores, así mismo nos animan a dominar el uso de los tres sistemas o canales y así conseguir un mapa mental más ajustado al territorio y a la comunicación con los demás, sin importar cuál sea su campo dominante. Lograr esta tarea nos parece realmente importante, porque se lograría una mayor exactitud descriptiva de cualquier experiencia, con el consiguiente beneficio en las interrelaciones y en el desarrollo profesional.
Una vez analizado este planteamiento tradicional de la PNL, que nos parece interesante, indagaremos sobre lo que origina que tengamos una preferencia por un sistema u otro, y sobre todo si surge por una decisión libre o si su origen es traumático o sistémico, imponiendo una determinada configuración.
Os esperamos el próximo viernes para continuar con PNL y el modo de entender y comunicar “la realidad”. Entre tanto os pedimos los comentarios sobre vuestra experiencia, para poder ampliar nuestro marco de referencia.
Gracias por vuestra inestimable colaboración.
PNL Una forma de comunicarse (47)
Mi padre me decía que los grandes descubrimientos surgen de muchas horas de observación, y en el caso de la PNL esta afirmación tiene todo el significado. Allá por los años 70, los investigadores John Grinder y Richard Bandler decidieron averiguar cuál era el origen de que dos eminentes psicoterapeutas, Fritz Perls y Virginia Satir (posteriormente lo ampliaron a otros profesionales igualmente exitosos), fueran tan efectivos en la obtención de resultados, y para ello decidieron prestar atención a los comportamientos profesionales que pudieran dar pistas sobre la causa de este triunfo.
Grinder y Bandler identificaron algunas reglas o patrones verbales que Perls y Satir utilizaban sistemática y espontáneamente en su comunicación, y que estaban en la base de la eficacia de su trabajo. Lo recogieron en su primer libro, La estructura de la magia, a la vez que reflejaron el primer axioma de la PNL: que toda tarea humana aparentemente mágica e inexplicable, tiene una estructura que puede ser identificada y transmitida.
Para demostrar este axioma, observaron y describieron el método de funcionamiento de cualquier habilidad que consideraron de alguna manera excepcional, con el fin de comunicarla y que pudiera ser manejada por las personas que lo desearan.
Grinder y Bandler decidieron que si repetían los mismos comportamientos en la comunicación y el movimiento de sus «modelos», seguramente conseguirían el mismo éxito en diferentes campos de la actividad humana, y mejorarían su calidad de vida.
Para construir el modelo recurrieron a tres aspectos básicos de la experiencia humana, de los que procede el nombre de esta técnica, que en inglés se llama NLP (Neuro Linguistic Programming), y en castellano PNL (Programación Neurolingüística):
- Neuro: el sistema nervioso, fuente e instrumento de nuestras percepciones y de nuestra experiencia de vivir y actuar en el mundo; lugar donde se recogen todos los recuerdos de nuestro pasado y las comunicaciones sinápticas de nuestro sistema neuronal.
- Linguistic: el lenguaje, que nos permite codificar y expresar simbólicamente nuestras experiencias.
- Programming: los programas mentales y de comportamiento, por medio de los cuales organizamos nuestra experiencia para conseguir los objetivos que deseamos. En estos programas están recogidos todos los encuadres personales y profesionales.
Por ejemplo, cuando voy conduciendo el coche y me paro en un semáforo rojo, primero ‘veo’ una luz roja mediante el sentido de la vista (componente N=’neuro’ de la conducta), a continuación traduzco ‘lingüísticamente’ esa forma y color en mi mente como ‘tengo que pararme’ (componente L=’lingüístico’ de la conducta), y finalmente pongo en marcha un ‘programa’ aprendido: mi pie derecho se levanta del acelerador y pisa el freno (componente P=’programación’ de la conducta). (Ejemplo tomado de la Asociación de PNL de España).
Otro de los axiomas de la PNL es que el mapa no es el territorio, es decir: como seres humanos no podemos saber cuál es la realidad, sólo podemos saber nuestra interpretación de la misma. Respondemos a lo que nos rodea a través de nuestro sistema representacional sensorial, pues es mediante nuestros mapas neurológicos de la realidad como se determina nuestro comportamiento y su significado, y no a través de la realidad en sí misma.
Grinder y Bandler admiraron los resultados de profesionales que eran un ejemplo de éxito, y supusieron que en el proceso del ejercicio de sus competencias ellos realizaban una serie de movimientos o expresiones que, estudiadas y diseñando un método, podrían ser replicadas por cualquiera. Nosotros propusimos recuperar el sistema de aprendizaje de nuestra infancia en el post 44 y estimular el «modelado» de aquellos personajes que representan lo que queremos emular para conseguir todos nuestros objetivos.
La base conceptual que proponemos está recogida en los dos axiomas de la PNL y en algunas presuposiciones. Con ellos trataremos de conocer el mapa de cada uno para trabajar la comunicación y el movimiento de los personajes que no hemos superado en nuestra etapa evolutiva, y que hemos reinterpretado a nuestro gusto.
En las próximas semanas plantearemos diferentes posibilidades.
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