Como continuación del post 57 de PNL, os propongo la realización de un nuevo ejercicio que precisa la colaboración de otra persona.
Cerrad los ojos y tapadlos con un pañuelo, de forma que no veáis absolutamente nada. Extended la palma de la mano. Sobre ella, vuestro ayudante dibujará con el dedo una secuencia de caracteres, que no os habrá dicho ni habréis visto escrita. Por ejemplo:
L R G B V 7 P 5 W 4
Vuestro colaborador deberá repetir la secuencia hasta un máximo de dos veces. Luego, sin quitaros el pañuelo y manteniendo los ojos cerrados, os pondrá un bolígrafo en la mano, y en un papel en blanco deberéis reproducir la secuencia.
Es probable que muchos hayáis visualizado los caracteres mientras os los marcaban en la mano. Otros los habréis repetido mentalmente: «esta es la L…, esta la R 9…, esta la G…».
Otros habréis sentido el roce de los dedos sobre vuestra palma, y la sensación habrá supuesto una evocación de otras caricias, o quizá habrán aparecido una especie de cosquillas que os habrán alejado del ejercicio. Para algunos habrá sido casi imposible escribir la secuencia ordenada, porque la sensación de una letra ha casi borrado la de las otras. Habrá quien, a la mitad del ejercicio, tenía la mente en otro sitio, retornando casi al final. También estará el que haya escrito la secuencia dejándose llevar solamente por la sensación, sin evocar números o leerlos en su mente, logrando repetirla con éxito.
Este ejercicio emplea el sentido del tacto (también podéis diseñar uno en el que se impliquen los del gusto y el olfato), y quienes en lugar de visualizar o repetir en su cabeza las letras se haya dejado llevar por las sensaciones, poseen de manera preferente este sistema kinestésico o sensorial del que hablamos en el post. 24.
Cualquiera de estos casos nos informa de que estamos ante un mapa representacional kinestésico; es decir: que las sensaciones, emociones y sentimientos son las que marcan el modo particular de recordar las escenas del pasado y fijan las vivencias del presente.
PNL. Sistemas representacionales. El sistema kinestésico (62)
¿Estás de acuerdo con esta frase de El Principito: «He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos»? Si es así, este es tu sistema representacional.
Para explicar cosas que le han sucedido, o cuando describe situaciones, el poseedor de este mapa suele emplear verbos del tipo «sentir», «tocar», «sufrir», «acariciar», «rozar», «empujar», «sostener»… También le podemos identificar con palabras como «contacto», «sólido», «cálido», «templado», «concreto», «suave», «pesadez», «presión», «tangible», «intangible»… El kinestésico hace construcciones tales como: «Lo siento en el alma», «Tengo la piel de gallina», «Suave como un guante», «Estoy hecho polvo», «Seguiremos en contacto», «La vida me empuja».
Además de por todo lo expuesto, podemos descubrir a un kinestésico por su modo peculiar de hablar suave, recreándose en sus palabras y modulando la voz. Es sensual y cálido. Necesita sentir sus labios jugosos y frescos. Hace de su voz el medio para atraer a los demás. Una cualidad sobresaliente de este mapa es su necesidad de ser aceptado, que evidencia a través de sus movimientos. Cuando inicia su comunicación con los demás, lo primero que hará es acariciarse el cuerpo, colocarse la ropa, y buscar, de forma inconsciente, el lado más atractivo de su imagen.
Amén de todo ello, quien posee un sistema kinestésico tiene un lenguaje no verbal con muchos registros en sus manos, que ondeará casi constantemente. Una de sus acciones más característica es girar las manos  sobre sí mismas, o aletearlas hacia los lados como si de una representación de baile se tratara. Las piernas las mueve al son de sus palabras, y juega con su cuerpo para relajar la tensión que le provocan las relaciones con los demás.
Si observamos el ritmo respiratorio, podemos decir que el kinestésico se caracteriza por una respiración profunda que arranca desde el estómago, acompañada muchas veces por una relajación muscular. La cabeza tenderá a colocarla a la altura del otro, a excepción de que se sienta retado. En ese instante levantará su mentón y fijará su mirada herida. En sus ojos dejará entrever un poco de enfado y un mucho de tensión, puesto que se siente en evidencia.
Otra tendencia no verbal de una persona kinestésica es colocar sus manos en el corazón o en el abdomen cuando algo le emociona. Es su modo de representar lo mucho que le sensibiliza ese tema, esa situación, esa imagen…
Siguiendo con el espíritu práctico de los post de PNL, os proponemos repetir el ejercicio realizado en el post anterior:
Busca un rincón retirado para evitar las interrupciones. Es imprescindible desconectar el teléfono móvil. Ahora cierra los ojos y piensa en algo agradable. En una escena que te resulte grata. Examina cualquier sensación que tengas de ella, y define el modo en el que lo haces:
  • Localización.
  • Intensidad.
  • Presión (fuerte o débil).
  • Extensión (tamaño).
  • Textura (áspera o suave).
  • Peso.
  • Temperatura.
  • ¿Cuánto dura?
  • Forma.
Estas son las submodalidades que nos permiten profundizar un poco en este sistema representacional. Presta atención a tu recuerdo: ¿dónde lo sientes?, ¿es leve o intenso?, ¿pesado o ligero?, ¿cálido o frío? Un aspecto muy importante de las submodalidades es observar qué ocurre cuando las cambiamos. Algunas de ellas se mantienen sin cambios significativos; sin embargo, hay otras que son cruciales para nuestro recuerdo concreto, y modificarlas significa variar por completo lo que sentimos por ese recuerdo. Esto nos lleva a deducir que el impacto y significado de un recuerdo o pensamiento está más en función de unas pocas submodalidades críticas que del contenido propiamente dicho.
El poseedor de este mapa kinestésico está conducido por su mundo emocional, y su discurso es coherente con esa forma de sentir el universo. La comunicación tiende a ser anárquica, y no se mantiene necesariamente alrededor del tema planteado a priori. Sus saltos y movimientos de un plano a otro van conducidos por sensaciones, donde la lógica no suele ser la guía. Son las impresiones y todo aquello que le sensibiliza el motor de todo su cosmos. Quien experimenta la realidad a través de este mapa profundiza en los sentidos y hace de las sensaciones su motivo de vida. Lo único que debe tener en cuenta es que su percepción de las cosas suele estar un poco distorsionada por el afán de ser querido o aceptado.
Para un kinestésico es importante el respeto a su «sentir» y a su percepción de lo externo, tan lleno de sensaciones.
Revisemos todos esos momentos que hemos sentido como malos, pues quizá hayan estado acompañados de olores, contactos o sabores que nos hirieron, alterando nuestra percepción. Es más que probable que en realidad todo ocurriera de una forma distinta, y que nuestra percepción esté distorsionando la realidad.
En la próxima entrega seguiremos hablando de los mapas representacionales. Esperamos que sean de vuestro interés.