Nuestros antepasados lograban imponerse con el uso de la fuerza. Es impensable que los políticos actuales logren algo por la vía de la imposición. Desde la era de John Kennedy, a las figuras políticas o de impacto social se les exige que tengan carisma. Cada día se impone más el ejercicio de las buenas formas y la seducción
Azules y rojos
Un día, no importa cuál, decides emplear un poco de tu saturado tiempo en ver un debate televisivo, lo que te acarrea asumir la realidad de tu aislamiento político. A tu alrededor observas movimientos sociales y cómo muchas de tus personas cercanas disputan por si aquella ley es mejor que la otra, o si habría que suprimir una o modificar otra. Sea cual sea la cadena elegida, te encontrarás un grupo de personas que se gritan y no respetan su turno, que en realidad no están dispuestas a escuchar lo que dice el otro porque lo prioritario es anular la argumentación del contrario para lograr adeptos a su causa. Todas las cadenas han elegido un modelo de comunicación donde el consenso, la persuasión y el respeto no existen.
Leer másComunicación confusa o defectuosa
Un proceso de comunicación bien logrado consiste en la correcta transmisión de información para ejercer sobre el receptor el efecto esperado; la confusión es, por el contrario, la consecuencia de una comunicación defectuosa, que deja sumido al receptor en un estado de incertidumbre o de falsa comprensión» (Watzlawick, 1979). Con estas palabras define Paul Watzlawick los entramados de la comunicación defectuosa, que provoca un estado confuso y perturbado en el receptor, con el consiguiente deterioro en el entendimiento de todas las partes.
Leer másLlamar la atención y pasar inadvertido
Emplear el máximo potencial de nuestra personalidad en aras de los éxitos de nuestras empresas parece a priori un ejercicio sencillo; sin embargo, no lo es. Para llamar la atención, es imprescindible dimensionar coherentemente, y en base a mantener el equilibrio, todas aquellas fortalezas que hacen que los demás valoren nuestras acciones y relativicen el impacto de nuestra persona. No se trata tanto de ser el centro de atención por nuestra imagen, sino de que nuestros valores se hagan evidentes cuando los ponemos al servicio exclusivo de nuestra misión.
Leer másAhorrar en teléfono
Podemos hacerlo de muchos modos: reducir las llamadas, tirar el teléfono y suprimir la dependencia de estar conectados en cada momento, utilizar el horario reducido… Ahora bien, la propuesta de hoy es que entre todos investiguemos si esta información que me ha llegado vía Internet es correcta.
Leer másLeemos y escribimos mucho más
Dolors Reig escribe en el post de ayer, en su blog El caparazón, sobre la investigación que ha realizado Andrea Lunsford, profesora de la Universidad de Stanford, acerca de la influencia que están teniendo las nuevas tecnologías en el modo de escribir de los estudiantes que acuden a sus clases de retórica y escritura.
Leer másCallar y hablar. Una pareja eterna
¿Callar o hablar? Floren se siente impotente para decidir cuándo decir o cuándo escuchar. Desde la infancia, sus conflictos más recurrentes surgen por su incompetencia para decidir cuándo es aconsejable estar en silencio o en qué momento debe contestar.
Si alguien le recrimina su inoportuna intervención, o que lleve varias horas en silencio, se disculpa con el glorioso pasado familiar, en el que sus padres le reprendían hiciera lo que hiciera, enmudecer o parlotear. Floren piensa que esta falta de criterio para educarla le ha llevado a este caos comunicativo.
Leer másLa rojigualda
Madrid se llenó de rojo y la algarabía inundó de fiesta las calles. La «Roja» fue aplaudida vitoreada, ensalzada y se enarbolaron las banderas rojigualdas profusamente. Los que venimos de lejos nunca antes habíamos visto tanta conexión. El bipartidismo quedó abolido por instantes. La gresca política, tan ácida y molesta, bajo la guardia y los de derechas y los de izquierdas gritaban del mismo modo y con el mismo ritmo.
Leer másClaves para una comunicación persuasiva (167)
El loco me expone sus razones; el cuerdo me persuade con las mías propias.
- Respeto.
- No manipular ante cualquier situación que se produzca.
- Argumentación dilatada en el tiempo
- Conciliar intereses de todas las partes.
- Compromiso con las ideas propias.
- Ver que en cada cosa hay algo positivo.
- Entender los puntos de vista diferentes.
- Desapego del resultado.
- Transparencia. Para ello es preciso decir lo que piensa, independiente del entorno.
- Concreción. Apoyándose en hechos concretos. En ningún caso con supuestos.
- Conocimiento de los puntos positivos y negativos de su argumentación.
- Consenso, intentando conciliar las opiniones de todas las partes.
- Empatía, es decir: ponerse en los pies del otro sin salirse de los suyos.
- Claridad en qué quiere, qué método va a emplear y para qué será útil el alcanzarlo.
- Respeto al valor de las palabras, sin excederse en la cantidad y cuidando la calidad.
- La crítica y el juicio de los interlocutores y de sus planteamientos.
- Cierta competitividad, llegando incluso a la descalificación del otro.
- La intransigencia a los puntos de vista que difieran del propio.