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La muerte de los políticos

Polonia está descabezada. El gobierno casi en pleno yace en el suelo de la desgracia, y los polacos son llamados de nuevo a las urnas. En dos meses y medio decidirán quién será el nuevo gabinete político. Para los apolíticos, como somos muchos de los españoles, podría resultar poco relevante y nada inquietante; sin embargo, la cuestión es grave y desestabilizadora. El desconcierto asolará la gestión política polaca durante bastante tiempo.

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Cooperar

«Un hombre libre, un hombre que no está atemorizado, que tiene una mente clara, cuyo corazón es vital, fuerte, energético, ese hombre no demanda ayuda». Estas palabras de Krishnamurti aproximan a sus alumnos a diferenciar cooperación de dependencia. Reflexionemos este domingo de primavera sobre la colaboración, la inter relación que mantenemos con los demás. Preguntémonos, sin pudor, en qué forma participamos de los amigos, familiares, colaboradores, personas que nos facilitan nuestro bienestar…

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Invictus

Esta poesía ha sido un referente para un hombre bueno. Mandela a pesar de haber permanecido durante 27 años en una celda en las cárceles de su país, no fue vencido por el abatimiento, la desolación o el miedo. Seamos los amos de nuestro destino y capitanes de nuestra alma, hoy y siempre.

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iPad y Steve Jobs

¿Qué tienen las creaciones de Steve Jobs? Algo especial subyace detrás de este hombre que ha sabido luchar contra todas las adversidades de su vida. Esta semana los americanos han esperado horas en las tiendas de Apple para poder comprar su último invento: el iPad. Para sus detractores, es un invento con más sombras que luces, para los amantes de Apple, una maravilla que es imprescindible tener y disfrutar.

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Mi casa ya no es mía

Durante los tres últimos años se han producido en España 350.000 casos de desahucio. Así recogía el diario El País del domingo la lamentable situación de muchas familias que se sintieron atraídas por la compra de inmuebles cuando el dinero era barato y los bancos ofrecían muchas facilidades para captar hipotecas. Las viviendas supervaloradas eran hipotecadas en su totalidad previendo un tiempo feliz y económicamente muy favorable. Con la llegada de la crisis aparecieron los despidos, la subida del Euribor, la bajada de los pisos, la dificultad para venderlos al precio que fueron comprados y un amplio etc. que ha sobrecogido a muchos, y a otros les ha posicionado contra el poder, la política, los poderosos y contra la sociedad en general.

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Trabajar en lo que nos gusta (232)

Parecería lógico que después de unos días de descanso volviéramos a nuestras tareas con ilusión y llenos de energía después de estos días de reposo. Sin embargo, intuyo que para algunos volver no es muy apetecible.

Un gran amigo mío, con el que comí el domingo, me dijo al despedirse: «Adiós, que se me agotan los días de vacaciones». Había ansiedad y mucha agonía por este final del ocio y la caducidad de sus días de regocijo personal. Los comensales que estaban alrededor expresaban algo parecido.
Algo merodea en nuestro interior, algún virus inunda nuestro ordenador central para que el trabajo se convierta en un «mal» a evitar, y los días de recreo nos resulten cortos y los apuremos hasta sus últimas consecuencias.
Algo, no sé si extraño pero llamativo, sucede en nuestras mentes, en nuestras emociones, para que nuestro proveedor de los bienes materiales, que nos salvaguarda y nos sustenta, sea nuestro enemigo. El trabajo es sin duda lo que nos lleva a estudiar, lo que nos induce a ampliar conocimientos y elevar nuestra experiencia para convertirnos en grandes profesionales. Es también por ello el manager de nuestros éxitos. Con el trabajo conseguimos autoestima y prestigio, y elevamos nuestro rango social y económico. Nos hace poseedores de casas, de coches y nos permite viajar, conocer países, nos facilita la vida placentera y además nos hace independientes.
Trabajar en lo que nos gusta (232)
En fin, el trabajo nos nutre de muchas cosas. Es anhelado cuando no está, y despreciado la mayoría de las ocasiones.
Y es coincidente este hecho con la actitud de los niños y jóvenes ante su vida escolar. Se sienten prisioneros de las aulas, y los profesores son sus carceleros. Cuando un niño desea acudir al colegio, ama los libros o se dedica al estudio, sus compañeros le consideran raro, y hasta le insultan. Pocos niños quieren suspender, y pocos también se disciplinan para hacer el esfuerzo de aprobar. El «salario de los aprobados» creen que debería llegar por ser quienes son.
Quizá todo ello tenga su origen en que las personas trabajan por dinero. No es el dinero el resultado de desarrollar proyectos ilusionantes, electrizantes y motivadores. El valor pecuniario es el fin, y no el medio, para lograr los propósitos personales y profesionales. Muchos quisieran que el dinero llegara a sus cuentas corrientes sin más.
Cada día las personas emplean más de 10 horas en su vida laboral. Si además se preparan y se entrenan con el fin de ser eficaces y profesionales, podemos alargar este horario a más de la mitad del día. ¿Es posible ser felices si durante más de 12 horas sentimos que estamos atrapados?
Quizá la única solución es trabajar en aquello que nos ilusiona y que nos emociona, para que cuando acabe el día miremos a nuestros compañeros de viaje con cariño y con gran optimismo. Dudo que largas jornadas indeseadas puedan forjar relaciones estimulantes y gozosas.
Cada hora de nuestro día debe estar fraguada por pequeños momentos de algarabía, productividad, colaboración, conjunción, equilibrio, paciencia, amor y, sobre todo, entrega a un proyecto. Sea profesional, personal, o social… En realidad, todo es lo mismo. En todos los lugares estamos nosotros, y una parte de nosotros está siendo compartida.
Si queremos que nuestros hijos acudan a sus deberes con ilusión, con la misma que juegan a la Wii o a la PlayStation, vamos a trabajar nosotros como si fuéramos niños delante de un videojuego. Porque a la postre el trabajo, cuando es el que queremos, es un juego en el que todos participamos y todos ganamos. Así cuando acabamos la jornada laboral posiblemente será mucho más ilusionante nuestra vida y podamos mantener nuestras relaciones afectivas «eternamente».
¿Qué harías si mañana te tocaran 15 millones de euros?
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La dopamina, reguladora de nuestros estímulos (229)

¿Te sientes triste? ¿Tienes alguna dificultad con tus relaciones sociales? ¿Notas cierta inquietud y desórdenes en tu actividad? Posiblemente algunas de estas irregularidades estén conectadas con los niveles de dopamina en tu organismo.

La dopamina es la que se encarga de regular algunas de nuestras capacidades, como el aprendizaje, el comportamiento, la actividad motora, la motivación para realizar proyectos, la conciliación y el mantenimiento del sueño, el buen humor a pesar de los reveses o las crisis. En fin, que cuando decimos que no somos capaces de concentrarnos, estamos hablando de nuestros niveles de dopamina, neurotransmisor que se encuentra en varias zonas del cerebro (hipotálamo, la corteza cerebral, el sistema límbico, tronco cerebral)
La dopamina se distribuye por nuestro cerebro por vías muy definidas, y cada una de ellas nos facilita una función que conviene recordar para cuidar muchísimo algunos de los elementos más determinantes para mantener una buena salud:
La dopamina, reguladora de nuestros estímulos (229)· La vía 1, que acaba en la corteza motora, nos pone en movimiento. Todo aquello que hacemos sin pensar está dirigido y controlado por la cantidad de dopamina que circula por esta primera vía.
· La vía 2, que acaba en la corteza promotora, nos genera el deseo de actuar. Aquí hay una intencionalidad, y es imprescindible para concentrarnos y tener conciencia de nuestros actos.
· La vía 3, que acaba en el lóbulo frontal, es la causante de nuestro placer, de nuestra energía mental y de nuestro deseo de iniciar muchos y estimulantes proyectos.
¿Cómo saber si tenemos niveles adecuados de dopamina en nuestro organismo? Cuando sentimos una euforia desbordada para la que no encontramos una justificación podemos decir que tenemos una subida de dopamina. También cuando estamos sobreexcitados o sentimos una exagerada tendencia hacia algo o alguien. Las manías o la dependencia obsesiva tienen mucho que ver con desequilibrio de dopamina.
Por el contrario, la bajada de este neurotransmisor nos aboca a la tristeza sin causa aparente y a la falta de la motivación. Cuando nos despistamos con el vuelo de una mosca, sentimos una impulsividad descontrolada, nos cuesta relacionarnos socialmente o sentimos movimientos descontrolados que pueden acabar en Parkinson, podemos decir sin temor a equivocarnos que la dopamina está baja.
También podemos determinar que hay desequilibrios de los niveles en las células del cerebro cuando no sabemos responder a los estímulos de la recompensa. Cuando preferimos un premio a corto plazo sin valorar un mayor beneficio dilatado en el tiempo, lo cual nos convierte en personas con baja capacidad para soportar la frustración, con un fuerte anhelo de vivir los placeres instantáneos con perjuicio de mayor rentabilidad o mayor gozo a largo plazo. Las adicciones también están conectadas a los niveles de dopamina, pero de esto hablaremos en otro momento.
Los alimentos que nos aportan Fenilalanina (aminoácido esencial que se transforma en tiroxina, el precursor de la dopamina) son casi todas las proteínas, pero preferentemente las nueces, las claras de huevo, la carne roja, los pescados, la avena y las almendras. Para su asimilación es necesario eliminar los dulces, el chocolate y el alcohol.
Espero que estas indicaciones os sirvan para estar alegres, proactivos y divertidos.
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El reto educativo: un reto propiamente humano (por Jorge Rodríguez) (228)

Por Jorge Rodríguez

Gracias por los post enviados. Como sabéis los sábados colgaremos el post seleccionado de entre los que enviéis. El elegido esta semana por la editorial es el de Jorge Rodríguez. Esperamos fervorosamente vuestros comentarios y nuevas aportaciones para el sábado que viene.

A día de hoy el vacío educativo que sufre nuestra sociedad está a la vista de todos. Una mirada realista obliga a darse cuenta de que, mientras para la sociedad del pasado educar era una tarea ampliamente compartida, para la nuestra se ha convertido en un reto.

Hasta ayer se daba por descontado que una generación tenía que hacerse cargo de educar a la siguiente, según la tradición heredada de los padres y de una cultura instaurada, hoy todos, unos más y otros menos, constatamos la desintegración de este automatismo. Es como si la sociedad hubiera renunciado a esa tarea educativa.
El reto educativo: un reto propiamente humano (228)
Teniendo como objetivo la formación y el desarrollo del sujeto humano, la educación está intrínsecamente ligada a los grandes interrogantes acerca del hombre…; en realidad, aunque con distintos grados de responsabilidad conforme al papel social de cada uno, de alguna manera todos somos actores del proceso educativo.
¿Qué quiere decir ser “todos actores del proceso educativo”?, ¿Por qué la educación es algo que me atañe, tenga o no hijos, sea joven o adulto, profesor o alumno, empresario o parado?, ¿De qué instrumentos dispongo para asumir este reto?
Es un reto que se dirige a la experiencia de lo humano, a la experiencia concreta del día a día, en el ámbito de la escuela, de la universidad, del trabajo y en la vida entera. Es un método para juzgarlo todo, a través de las exigencias del corazón, para ir hasta el fondo de las cosas, de todo lo que nos sucede.
Basta mirar con lealtad nuestra experiencia para darnos cuenta de que, en el fondo, no existe ninguna relación humana, desde la amistad más estrecha al encuentro más ocasional, que no de pie a un reto recíproco para conocer y abrazar la realidad. Toda relación tiene un alcance educativo, en primer lugar para uno mismo.
La persona crece mediante las relaciones. No hay realización del yo sin la experiencia del otro, sin reciprocidad.
El individualismo narcisista crea la ilusión de que el hombre se crea a sí mismo. Pero para lograr su realización el yo debe caminar con los demás. La personalidad se desarrolla sólo aceptando su estructura relacional, y el bien común es el terreno de crecimiento que nos permite ser lo que somos.
Nuestra sociedad está sumida en una confusión que es fuente de inseguridad. Y de la confusión y la inseguridad surge la violencia actual. La crisis parece abocarnos al individualismo. Y el mercado no lo regula todo, es necesario las relaciones entre las personas y la confianza.
Este individualismo predica contra las formas de comunidad, abogando por el debilitamiento del yo. El individualismo radical, sostenía Louis Dumont, es la antecámara de la dictadura.
Las personas no pueden dejar de sentir que pertenecen a un mundo común, en donde apoyan sus pies, que es el terreno sobre el que caminar. Es decir: el bien común es algo así como la casa en la que vivimos.
Educar constituye el entramado mismo de la vida.
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Personas 2.0. Una propuesta de cambio (227)

«Gente de la Tierra: Ha empezado una poderosa conversación global. A través de Internet la gente está descubriendo e inventando nuevas formas de compartir conocimiento relevante a gran velocidad. Como consecuencia directa los mercados incrementan su inteligencia y lo hacen a más velocidad que la mayoría de las empresas.

Personas 2.0. Una propuesta de cambio (227)Y los mercados se forman de conversaciones. Sus miembros se comunican en un lenguaje natural, abierto, franco, directo, gracioso y, a menudo, escandaloso…»
Así se inicia el manifiesto Cluetrain cuyos autores Rick Levine, Christopher Locke, Doc Searls y David Weinberger, son los visionarios que en el año 2.000 preconizaron el ocaso de la empresa convencional y el nacimiento de una nueva forma de comunicación global que derribaría las estructuras autocráticas con un burocracia anquilosada el conocimiento era depositado bajo llave, a resguardo de los infiltrados.
Este movimiento, que surgió de unas largas conversaciones entre estos cuatro participantes y buscaba desterrar los modelos por los que se regían las empresas hasta ese momento, vinculando el lado humano y el de los negocios con la tecnología punta. Para ello redactaron 95 tesis, entre los que me gustaría destacar las tres primeras:
1. Los mercados son conversaciones
2. Los mercados están integrados por seres humanos, no por sectores demográficos
3. Las conversaciones entre seres humanos suenan humanas. Se llevan a cabo con una voz humana
En el punto cinco, el Manifiesto señala que las personas se reconocen por su voz, en el 12 se niegan el poder de los secretos, en el 18 se afirma que los mercados están conectados persona a persona y unidos en la conversación, en el 22 se defiende el sentido del humor como una forma de apostar por valores, en el 29 se recuerda una cita inmortal de Elvis Presley «No podemos seguir juntos si desconfiamos mutuamente» y así paso a paso conectan al hombre con su realidad personal y profesional abogando por una universalidad que todavía no hemos logrado.
Este post pretende analizar cuantos cambios de estos 95 propuestos en el año 2.000 hemos logrado a la fecha de hoy, y para ello os pedimos vuestra opinión.
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Liderazgo compartido – Shared management (226)

Cuando pensamos que estamos descubriendo un modo diferente de dirigir, y que todos los proyectos de desarrollo de personas son una innovación, sólo tenemos que volver nuestra mirada hacia otras culturas, para comprender que el hombre menos “civilizado” ya practica muchos de los principios que ahora vendemos como nuestros:

Todo esto lo recoge en su libro Introducción a la antropología general, Marvin Harris quien nos da una valiosa información sobre sociedades preestatales que ya tenían incorporadas en sus modelos de liderazgo muchas de las premisas de un buen líder del siglo XXI.
Podemos ver un ejemplo de liderazgo compartido entre las tribus nómadas del desierto del Kalahari. Entre los ¡Kung San, cada banda tiene sus líderes reconocidos. Son líderes porque pueden hablar con más claridad que los demás, y por ello son escuchados con una mayor deferencia. Sin embargo, no tienen una autoridad formal, y únicamente pueden persuadir, sin imponer su autoridad a los demás. Cuando se les pregunta si tienen algún líder o cabecilla, en el sentido de jefe poderoso, contestan: «¡Por supuesto que tenemos cabecillas!, de hecho, todos somos cabecillas… cada uno de nosotros es cabecilla de sí mismo».
Los esquimales, por ejemplo, tienen un liderazgo estrechamente vinculado al éxito de la caza, siendo en el resto de las cosas bastante difuso. Así, el grupo obedecerá y seguirá a un cazador notable, sometiéndose a su opinión, pero únicamente respecto a la elección de terrenos de caza. En todas las demás cuestiones, su opinión no tiene más peso que la de los otros miembros de la comunidad. De esta manera se eliminan las patologías de la jerarquía total y se crea un liderazgo por competencias.
Entre los Semai de Malasia los cabecillas mantienen la paz mediante la conciliación, en vez de la coacción. Este líder debe ser personalmente respetado; de lo contrario, la gente se alejará de él o gradualmente dejará de prestarle atención. Los Semai sólo reconocen tres ocasiones en las que el líder puede hacer valer su autoridad: cuando trata como representante de su pueblo con los que no son Semai, cuando sirve de intermediario en una disputa (pero sólo si es invitado por las partes en litigio para actuar así), y cuando selecciona y reparte la tierra a cultivar. Además, la mayoría de las veces, un buen cabecilla evalúa el sentimiento general sobre una cuestión y basa en él su decisión, de tal modo que es más bien un portavoz de la opinión pública que un moderador de ella.[1]
Ahora estamos aprendiendo a gestionar mancomunadamente y a nivel universal la innovación, los nuevos modos de compartir y, ante todo, la generosidad que los jóvenes creativos e internautas nos muestran día a día al poner a nuestra disposición su conocimiento. El universo está lleno de conversaciones libres. Cada palabra que decimos es constatada y contrastada por millones de seres.
Comprobemos hoy nuestro liderazgo tanto en la vida personal como profesional. ¿Consensuas? ¿Escuchas otras opiniones? ¿Compartes conocimientos?

[1]Robert Dentan. The semai: A non-violent people of Malaya. Holt, Rinehart and Winston, Nueva York, 1968

When we think we are discovering new management methods, and that all people development projects are an innovation, we merely have to look back in time at other cultures in order to understand that the less “civilised” man already practised many of the principles that we sell nowadays as our own:
All of this is covered in the book, Introduction to General Anthropology, by Marvin Harris, who provides valuable information on the pre-state societies that had already embraced many of the premises of a good 21st-century leader in their leadership models.
We can see a good example of shared leadership in the nomadic tribes of the Kalahari Desert. In the Kung San Bushmen, each group has its own recognised leader. They are leaders because they can speak with more clarity than the others, and, therefore, are listened to with greater deference. However, they have no formal authority, and can only persuade, but not impose their authority on the others. When asked if they have a leader or chief, in the sense of a powerful head, they reply «Of course we have a chief! In fact, all of us are chiefs… each of us is the chief of himself».
In the Eskimo culture, for example, leadership is closely linked to their prowess as hunters, but in other areas, the idea of leadership is quite vague. Therefore, the group will obey and follow an adept hunter and heed his opinion, but only on the choice of hunting grounds. In all other matters, his opinion carries no more weight than that of other members of the community. In this way, therefore, the pathologies of total hierarchy are eliminated and leadership by competence is created.
Among the Semai in Malaysia, chiefs keep the peace through conciliation, as opposed to coercion. The leader must be personally respected; otherwise, people will move away from him or gradually cease paying attention to him. There are only three occasions when the Semai are willing to accept the authority of the leader: when he represents his village before people who are not Semais, when he acts as an arbitrator in a dispute (but only if he is invited to do so by the disputing parties), and when he selects and distributes land for farming. In addition, in most cases, a good Semai leader will take the general feeling into account and base his decision on this, in which case he is more the voice of public opinion than a moderator thereof.[1]
We are now learning to manage -by common consent and universally- innovation, new ways of sharing and, above all, the generosity that young creative people and internet users show day after day by making their knowledge available to us. The universe is full of free conversations. Every word we say is compared and verified by millions of people.
Today, let us check our leadership in both our personal and professional lives.
Do you reach a consensus? Do you listen to other opinions? Do you share knowledge?

[1] Robert Dentan. The semai: A non-violent people of Malaya. Holt, Rinehart and Winston, New York, 1968.
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