Joaquina Fernández

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Síntesis del miedo (217)

Miedo físico:
El miedo en sí mismo es beneficioso, ya que constituye un mecanismo de defensa que permite que respondamos a las situaciones no favorables con eficacia. El nivel de temor adecuado nos enfrenta a las dificultades reconociendo nuestra capacidad para resolver la situación, o en su defecto nos posibilita alejarnos del peligro. Nuestro nivel de adaptación al entorno mide nuestra resistencia al miedo. A mayor adaptabilidad, menor temor y mayor respuesta positiva.
Miedo psicológico:
El miedo psicológico es un estado reactivo emocional que se produce por una falta de adaptación al medio, a las circunstancias, al paso del tiempo… activado todo ello por la angustia a lo des-conocido.
Miedo como sentimiento (José Antonio Marina):
1. Balance consciente de nuestra situación: modo en como nuestros deseos o expectativas se comportan al chocar contra la realidad. El miedo es un peligro que amenaza nuestros deseos.
2. Experiencia cifrada: tiene difícil explicación, ya que no sabemos su procedencia ni sentido.
3. Fenómeno transaccional: existe un intercambio entre nuestra evaluación de la situación y la realidad. El miedo determina el peligro, y el peligro el miedo.
4. Inicia una nueva tendencia, cambiando nuestra atención desde lo que estamos haciendo hacia la nueva situación
Miedo equilibrante y miedo tóxico (Pilar Jericó):
1. Miedo equilibrante: es el que nos ayuda a protegernos de los peligros evitando que hagamos insensateces y dotándonos de prudencia.
2. Miedo tóxico: nos paraliza evitando que desarrollemos todo nuestro potencial.
\"SíntesisMiedo cultural (Joanna Bourke):
El miedo es elaborado por la sociedad al magnificar la información alarmista a través de los medios de comunicación, convirtiendo así el miedo en un sentimiento colectivo e individual que varía con las épocas y con los contextos históricos. El miedo sirve de arma de dominación política y de control social al crear falsos escenarios de inseguridad ciudadana.
Conclusiones:
Hemos visto que la información que vamos recibiendo condiciona nuestra concepción del miedo. Cada vez que ampliamos el marco de referencia incluyendo algún nuevo investigador, las respuestas se derivan hacia este nuevo conocimiento, y recordamos partes diferentes de nuestras vivencias, es decir, de nuestro tiempo. Cada uno de nosotros se convierte en un transmisor del miedo concebido por varios modos de hablar de él.
¿Nos cuestionamos si el miedo puede desaparecer, o simplemente nos recreamos en su existencia y en los innovadores modos de comprenderlo? ¿Existe de algún modo un deseo de justificar el miedo en lugar de preguntarnos el beneficio que tiene para nosotros? Es imprescindible comprender la causa y la utilidad del miedo, porque si conocemos la causa podemos acabar con él.  Si podemos hallar la causa de nuestro miedo éste puede desaparecer, siempre y cuando estemos dispuestos a desprendernos de la finalidad que el miedo tiene en nuestra vida.
Empieza por conocer tu pensamiento y el valor que le das al tiempo pasado. Si vivieras una experiencia diferente sobre tu miedo y pensaras sólo desde ese instante, entonces quizá no tendrías ningún miedo.
En todo caso, centra hoy tu atención en recordar todos los miedos que han desaparecido de tu vida en momentos en los que estabas viviendo y aprendiendo de un modo diferente y más constructivo.
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El sonido del Universo (216)

Nunca observamos atentamente la calidad de un árbol; nunca lo tocamos para sentir su solidez, la rugosidad de su corteza, para escuchar el sonido que le es propio.

No es el sonido que produce el viento en las hojas, ni la brisa de la mañana que las hace susurrar, sino un sonido propio, el sonido del tronco, y el sonido silencioso de las raíces.
Hay que ser sumamente sensible para captar ese sonido.
No es el ruido del mundo, la verborrea del pensamiento, ni el ruido de las disputas humanas y el de las guerras, sino el sonido propio del universo.
KRISHNAMURTI
Observamos lo que nos inquieta, lo que nos asusta, lo que nos tensiona.
Permanezcamos atentos a todo aquello que nos distorsiona el campo de visión real.
El murmullo constante de la vida sin pausa hace que perdamos cantidad de matices que nos impiden ampliar la gama de vivencias ansiadas.
Disfruta del sonido de tu universo personal, de tu pareja, de tus hijos, de tus compañeros de trabajo, de tu rincón de lectura, de la música que llevas dentro, y sobre todo aspira profundamente tu vida y extiéndela.
Hoy es el primer día de muchos para regocijarse de estar en este universo tan único y tan nuestro.
He pensado que es un buen momento para decidir cambiar todo aquello de lo que me resiento. De mirar cuando quiero que me miren, de amar cuando anhelo que me quieran, de cuidar cuando busco que me protejan. Es mi mejor instante para dar en lugar de esperar.

El sonido del Universo (216)

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El miedo (214)

“El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor”

Francisco Quevedo
« La sociedad colabora con el miedo, al magnificar la información alarmista de los medios de comunicación.
Joanna Bourke, autora de Fear: a Cultural History (El miedo: una historia cultural) revela que el miedo, como un sentimiento colectivo e individual, varía con las épocas y los contextos históricos.
“Durante el siglo XIX, los temores relacionados con la muerte inminente estaban estrechamente vinculados a los miedos acerca de cualquier tipo de vida después de la muerte eventual así como relacionados con la inquietud sobre el diagnóstico correcto del deceso (o dicho de otra manera: que condujera a un entierro prematuro). En nuestro tiempo, por el contrario, tendemos a preocuparnos mucho más sobre el hecho que nos obliguen a permanecer vivos más de lo debido (denegándonos la oportunidad de ´morir con dignidad´). Es el personal médico, en vez de los clérigos, el que preside cada vez más sobre el terror a la muerte. Los debates actuales sobre la eutanasia y la muerte asistida están relacionados con estos cambios”
El miedo (214)Esta investigadora sostiene que el principal transmisor actual del miedo son los medios de comunicación de masas, pero en todo caso se precisa de la credulidad de la sociedad para que el pánico estalle. Tras estudiar los archivos históricos, la autora muestra cómo entre 1947 y 1954 estalló un pánico colectivo ante el abuso sexual de niños, pese a que los periódicos llevaban años publicando ese tipo de noticias. Otro caso estudiado por la autora es el pánico colectivo desatado por la retransmisión de La guerra de los mundos por Orson Welles en 1938, cuando una ficción radiada sobre un ataque alienígena a la tierra desató la alarma entre los estadounidenses. La autora recuerda que el precedente de ese experimento (una emisión equivalente de la BBC realizada por K. Fox en 1926, con idénticos resultados de miedo colectivo en el Reino Unido) fue olvidado, tal vez por un posterior sentimiento de vergüenza colectiva.
La profesionalización de los provocadores del miedo es así una característica de nuestra época, según Joanna Bourke:
“a pesar de que sólo diecisiete personas perdieran la vida a causa de actos terroristas en Estados Unidos entre 1980 y 1985, el periódico New York Times publicó un promedio de cuatro artículos sobre el terrorismo en cada edición. Entre 1989 y 1992, sólo treinta y cuatro estadounidenses murieron como consecuencia de actos terroristas en el mundo, pero más de 1300 libros fueron catalogados bajo el rubro de “Terroristas” o “Terrorismo” en las bibliotecas estadounidenses.”
La autora concluye que el miedo es también un arma de dominación política y de control social. Son diversos los autores que denuncian el uso político del miedo como forma de control de la población, haciéndose hincapié en la creación de falsos escenarios de inseguridad ciudadana.
A lo largo de la historia ha habido todo tipo de movimientos sociales y culturales fundamentados en el miedo a algo: el milenarismo, en miedo al efecto 2000 o los movimientos apocalípticos. El miedo es también un arma de guerra, empleada con asiduidad en la guerra moderna gracias al desarrollo de la aviación»
Texto extraído de la Wikipedia en su entrada dedicada al miedo como construcción social: http://es.wikipedia.org/wiki/Miedo
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El diamante personal – Personal diamond (213)

Todas estaban en la calle. Iba a impartirles un taller que las ayudara en su lucha contra el maltrato, el abuso, el dolor y cualquiera de las situaciones que vivían día a día.

Hasta ese momento, no me había encontrado con un colectivo tan necesitado de empoderarse y aprender a resolver los conflictos desde su fuerza y su valor más intrínseco.
Entramos en una sala espaciosa donde estaban situadas las sillas en forma de U. «¡Atención, chicas vamos a empezar!». Gritó su psicóloga. Se hizo un silencio acogedor. Un vahído suave e imperceptible me hizo sentirme insegura. Me presenté y, poco a poco, empezamos a trabajar.
Escribí en el rotafolios: «Reconocerse». La meta de aquel encuentro consistía en que cada una de ellas encontrara lo mejor de sí misma. Poco importaban las historias pasadas, los recelos o los miedos. Si cada una de las presente encontraba su «diamante personal», la mirada sobre su vida y circunstancias adversas sería muy distinta.
Seguí escribiendo: «Ver, observar y descubrir…conocer lo mejor que hay en ti».
Después de unos ejercicios en los que todas participaran muy activamente, Rosa dijo: «Yo soy la alegría». Era evidente que ella así. Su risa nos embargó de una felicidad dulzona y aplaudimos su aportación. Esperamos quién saldría después para decir su «diamante». Cada una teníamos el tiempo necesario para encontrar nuestro tesoro. Una a una fue entregando su valor al grupo y aprendiendo a reconsiderar, preguntarse, indagar y cerciorarse de su potencial más vital.
Cuando Loli dijo que ella era la «sensibilidad», su alma se rompió y los ojos se anegaron de unas lágrimas limpias. Le recordamos que el poder de su «diamante verdadero» le impediría sentirse afectada por el exterior. Seguimos profundizando. Habíamos escuchado la «perseverancia» de Julia y comprobado la «creatividad» de Inés..
Paseamos por la sala una vez más y Luisa dijo « Yo soy humilde»,  y todas vitoreamos la sencillez de nuestra compañera. Sonsoles confirmó su «capacidad resolutiva», y Loli nos dijo que su verdadero valor era «el amor», mientras subía los brazos agitándolos victoriosa. Paloma era «inteligente», B. dijo que ella tenía las cualidades de todas, a la vez que Mercedes nos miró fijamente mientras que nos hablaba de su «paciencia».
Ya habíamos pasado el ecuador del curso cuando M. habló de su «fuerza» y Ana eligió la «voluntad» en lugar de la generosidad. Montse vivió un momento de indecisión porque, encontraba  muchos valores y no sabía cuál elegir, hasta que resolvió que era «valiente» ya que se enfrentaba ante los retos complejos sin temor, mientras Inma afirmaba que ella era «espléndida y gritó: «Yo no tengo rencor me hagan lo que me hagan» Sonaron a música sus palabras en este ambiente.
Y casi al final, Raquel, que había estado callada, dijo que ella era »el agradecimiento». Pilar seguía diciendo: «Yo no sé, ¡soy tantas cosas! ¿Por favor, Pilar podrías decirnos tu valor antes de acabar?». Sonrió con esa sonrisa que sólo los seres buenos tienen. «Si, soy cariñosa». Aplaudimos mucho. Los ojos de Loli seguían llenos de lágrimas, ahora de felicidad, y volvimos a celebrar nuestro encuentro.
Atrás quedaba un aula llena de mujeres valerosas. Hoy vuestro «diamante» es la luz de nuestro camino de retorno.

El diamante personal - Personal diamond (213)

They were all waiting in the street. I was going to give them a workshop that would help them in their fight against mistreatment, abuse, pain and any other problems they were experiencing on a daily basis. Up until that moment, I had never come across a group that was so much in need of empowering themselves and learning to resolve conflict using their strength and most intrinsic quality.
We entered a spacious room where the seats were arranged in a U shape. «Attention girls, we’re going to start!”» shouted their psychologist. There was a welcoming silence. A mild and imperceptible dizziness made me feel insecure. I introduced myself and, little by little, we began to work.
I wrote on the flipchart: «Discovering oneself». The aim of the exercise was for everyone to find the best of oneself. The stories of the past, distrust and fears were of little importance. If everyone present were able to find their «personal diamond», how they saw their lives and adverse circumstances would be very different.
I continued writing: «Look, observe and discover… know your best quality».
After a few exercises in which everyone actively participated, Rosa said «I’m cheerfulness». It was obvious that she was. Her smile exuded sweet happiness and we applauded her contribution. We waited for the next person to tell us their «diamond». Each one of us was given the time we needed to find our treasure. One by one, they shared their quality with the group, learning to reflect, question oneself, explore and be sure of their most vital potential.
When Loli said that she was «sensitivity», her soul broke and her eyes welled up with clear tears. We reminded her that the power of her «true diamond» would prevent her from feeling affected by the outside. We continued to go into depth on the subject. We had heard about the «perseverance» of Julia and seen the «creativity» of Inés.
We went around the room once again and Luisa said «I’m humble», and we all cheered the simplicity of our colleague. Sonsoles spoke about her «resoluteness», and Loli said that her real quality was «love», as she raised her arms and waved them victoriously in the air. Paloma was «intelligent»; B. said she had the qualities of all of them, while Mercedes stared at us while she spoke of her «patience».
We were half way through the course when M. told us about her «strength» and Ana chose «willingness» instead of generosity. Montse experienced a moment of indecision because she could think of lots of qualities but didn’t know which to choose, until she decided that she was «brave», as she was able to difficult challenges without fear, while Inma simply said she was «wonderful» and shouted «I am not resentful no matter what they do to me». Her words were like music in this atmosphere.
And almost at the end, Raquel, who had been silent, said that she was «gratitude». Pilar followed, saying «I don’t know. I am so many things». Pilar, «can you please tell us your quality before we finish?» She smiled with one of those smiles that only good people have and said, «Yes, I am affectionate». We clapped a lot. Loli’s eyes were still full of tears, but tears of happiness now, and we celebrated our encounter once again.
We left behind a room full of brave women. Today, your «diamond» is the light of our return journey.
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El miedo (212)

“Así es -dijo Sancho- pero tiene el miedo muchos ojos, y ve las cosas debajo de tierra, cuanto más encima en el cielo”

Miguel de Cervantes

«Todos tenemos miedo. Todos. Sin embargo, la sola mención en las empresas se considera tabú… Las causas del miedo pueden ser amenazas físicas o psíquicas. En el mundo de las empresas, lo más habitual son las segundas, menos intensas pero más constantes en el tiempo… Es una familia de emociones que van desde el malestar temeroso por tener que hablar en público hasta el estrés provocado por el anuncio de reducción de plantilla. »
El miedo (212)En el primer capítulo de su libro No miedo, en un apartado titulado Dr. Jeklyl vs Mr. Hyde, Pilar Jericó distingue dos tipos de miedo: El miedo equilibrante y el tóxico:
« ¡Necesitamos el miedo! En la medida que nos ayuda a protegernos de los peligros y nos da ciertas dosis de prudencia para no decir lo que realmente pensamos a nuestro jefe o abandonar nuestro trabajo sin otra opción laboral. El miedo equilibra ciertos impulsos que tenemos desde muy pequeños… Sin embargo, ese tipo de miedo, deja de ser positivo cuando nos paraliza y nos impide poner en juego todo nuestro potencial. Es entonces cuando se convierte en miedo tóxico. Y éste, sin lugar a dudas, no solo es innecesario sino que, además, nos perjudica a nosotros y a nuestras empresas. El uso del miedo tóxico tiene un alto precio en la cuenta de resultados y en nuestra felicidad, pero, desafortunadamente, está a la orden del día.
El miedo equilibrante y el tóxico están íntimamente relacionados. Podríamos decir que se trata de un mismo actor interpretando los dos personajes más universales de la novela de Stevenson: el doctor Jekyll (miedo equilibrante) y míster Hyde (miedo tóxico). Ambos nacen de la misma emoción –el personaje del médico-. El tóxico es una deformación del equilibrante. Todos tememos perder el afecto de nuestros seres queridos (miedo equilibrante), pero condicionar nuestro comportamiento día tras día para obtener la aprobación de quienes nos rodean es miedo tóxico. Y las consecuencias de ambos tipos son bien distintas, tanto en la novela como en la realidad. »
Os recomiendo el libro de Pilar Jericó para profundizar en las soluciones a estos tipos de miedos y espero vuestros comentarios. ¿Qué porcentaje de miedo equilibrante tienen tus acciones? ¿Y de miedo tóxico?
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El miedo (211)

“El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo” Hobbes

El miedo (211)

<<El miedo es un sentimiento y como tal primero es un balance consciente de nuestra situación. Nos dice cómo están yendo las cosas. El modo como nuestros deseos o expectativas se comportan al chocar contra la realidad… Si percibimos un peligro que amenaza nuestros deseos, lo percibimos como miedo…
En segundo lugar, como sentimiento, es una experiencia cifrada… Nuestros miedos tienen difícil explicación, porque no sabemos de dónde proceden ni su sentido. La angustia es un temor generalizado, sin sentido.
En tercer lugar, es un fenómeno transaccional en el que se da una causalidad circular que nos resulta difícil comprender, porque estamos habituados a un pensamiento lineal y tendemos a pensar que detrás de cada causa viene el efecto… El miedo funciona como los vasos comunicantes. Un vaso es el sistema de evaluación del sujeto; el otro, el peligro real. El desencadenante entra por uno u otro. El nivel de miedo determina el nivel de peligro, y al revés.
Por último, el sentimiento inicia una nueva tendencia. Nos moviliza, cambia nuestra atención desde lo que estamos haciendo hacia la nueva situación>>
Me gustaría que hoy reflexionáramos sobre estas palabras de José Antonio Marina, en su libro: Anatomía del miedo.
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El miedo (210)

Dedico este post a todos los que hemos vivido cualquier tipo de miedo

Podemos dividir el miedo entre temores psicológicos y los que tienen que ver con el daño físico. El miedo en sí mismo es beneficioso, ya que constituye un mecanismo de defensa que permite que respondamos a las situaciones no favorables con eficacia. El nivel de temor adecuado nos enfrenta a las dificultades reconociendo nuestra capacidad para resolver la situación, o en su defecto nos posibilita alejarnos del peligro. Nuestro nivel de adaptación al entorno mide nuestra resistencia al miedo. A mayor adaptabilidad, menor temor y mayor respuesta positiva.
El miedo (210)El miedo se activa en una parte de nuestro cerebro situado en la zona temporal donde se encuentra la amígdala, o lo que es igual, el tramo límbico. Va a depender de nuestra emotividad y desbordamiento emocional el que haya un mayor impacto en esta zona, y por ello una elevación de la percepción temerosa, con su consiguiente inadecuación a esta sensación.
El miedo psicológico es un estado reactivo emocional que se produce por una falta de adaptación al medio, a las circunstancias, al paso del tiempo… activado todo ello por la angustia a lo des-conocido.
El miedo se manifiesta en formas muy distintas: a la muerte, a la vida, a la enfermedad, al dolor, al abandono… El temor puede llegar a ser tan amplio como el pensamiento nos permita dividirlo. Estas divisiones nos alejan de la naturaleza del miedo en sí misma.
A mí me gustaría hablar de la preocupación por el miedo, y no del miedo a algo concreto. Primero, porque sea cual sea el miedo del que estemos hablando, repercutirá del mismo modo en nuestro sistema neurológico. Y además porque dependerá de nuestra adaptación el que podamos superarlo o no. Para ello, es importante conocer cómo funciona y de donde parte el miedo en sí mismo, sin atender a las divisiones y cualificaciones que generalmente hacemos.
Cuando hablamos de miedo también tenemos en cuenta el tiempo. Miedo al pasado y al futuro. Miedo a lo que pasó y a lo que podría pasar, independientemente de dónde y a qué se le tenga miedo. El paso del tiempo también es relevante en el concepto del miedo.
La reacción del miedo, ¿surge de un pensamiento? ¿Se tiene en cuenta el tiempo pasado y la posible repetición de los hechos? Estas preguntas nos conducen a una que debemos contestar para seguir hablando de este tema: ¿existe el miedo o existe el pensamiento del miedo? ¿Podríamos decir que es el pensamiento la causa del miedo, y no el miedo en sí mismo?¿Es lo que ya pasó, o lo que prevemos que pasará en un futuro (las hipótesis sobre si me van a abandonar, si me despedirán, si perderé mi fortuna), causa también del miedo? El tiempo como futuro, no el tiempo del reloj. El movimiento del tiempo que nos almacena los recuerdos. En el tiempo vivido está guardada la memoria. Algo que nos sucedió, que recordamos y que nos asusta que vuelva a suceder. Esta memoria es nuestro conocimiento.
¿Es el conocimiento que tenemos la causa del miedo? ¿Es el movimiento temporal, el pensamiento y el conocimiento la base y fundamento de nuestro miedo?
Espero vuestros comentarios. Quisiera que trabajáramos el miedo juntos y que fuéramos encontrando respuestas que nos den claridad y la posibilidad de vencer el miedo. Para ello, es imprescindible que se origine una discusión apasionada.
Si tenéis miedo, estáis invitados a que trabajemos sobre el temor y la parálisis que provoca en nuestras vidas.
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El cambio (209)

«Cuando era joven y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Según fui haciéndome mayor, pensé que no había modo de cambiar el mundo, así que me propuse un objetivo más modesto e intenté cambiar solo mi país. Pero con el tiempo me pareció también imposible. Cuando llegué a la vejez, me conformé con intentar cambiar a mi familia, a los más cercanos a mí. Pero tampoco conseguí casi nada. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente he comprendido una cosa: si hubiera empezado por intentar cambiarme a mí mismo, tal vez mi familia habría seguido mi ejemplo y habría cambiado, y con su inspiración y aliento quizá habría sido capaz de cambiar mi país y -quién sabe- tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo.»

(Encontrada en la lápida de un obispo anglicano en la Abadía de Westminster)

Muchos de nosotros queremos ser catalizadores del cambio, y soñamos con ayudar a los demás a que encuentren su camino, a que sean mejores o a que desarrollen todo su potencial. Otros muchos mantenemos la ilusión de ser especiales y estar bordeando los límites entre lo humano y lo divino.
Algunos pocos son seres visionarios que han nacido para apoyar el desarrollo de las personas y cooperar en su avance imparable hacia la excelencia. Y son estos últimos los que previamente diseñan su plan de acción para enfrentarse a su desarrollo y a la labor social que consideran su destino.
El pasado nos encadena con los recuerdos de nuestros errores y la culpa por ellos. El futuro nos angustia, temerosos del castigo y abrumados por la incógnita de lo que está por venir. Conviene iniciarnos en el cambio personal, y abandonar la ilusión de transformar nuestro entorno sin antes haber hecho un trabajo para superar nuestras carencias y debilidades. Quizá así podamos llegar mucho más lejos y generar impulsos de cambio en nuestra nación y en el mundo.
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Resiliencia (207)

Algunos estudiosos de los años 70 llegaron a la conclusión que ser resiliente era una patología. Consideraban que se trataba de una enfermedad emocional caracterizada por cierto grado de insensibilidad que impedía que las situaciones estresantes afectaran a las personas implicadas. No se trataba pues de unas cualidades especiales, sino de una imposibilidad para sentir las crisis. Rebatiendo estas teorías, los expertos de la década de los 90 estimaron que la resiliencia es un ajuste saludable ante la adversidad, donde se dan unas condiciones que favorecen la maleabilidad ante procesos críticos y límites.

Resiliencia (207)Aceptando esta verdad inmutable de la cualidad adaptativa de unos frente a otros que se desmoronan y desfallecen ante cualquier cuestión que les supera emocionalmente, quisiera indagar sobre lo que he dado en llamar el elitismo de la resiliencia. Pienso que las personas son resistentes para unas circunstancias muy claras, para las que se sienten competentes, y por el contrario, se sienten sobrepasadas por otras experiencias de igual gravedad.
He conocido a muchísimas personas que tienen un gran nivel de resiliencia en su vida personal, no desfalleciendo ante una enfermedad suya o de un familiar, que permanecen impertérritos cuando les abandonan personas hasta ese momento muy queridas, que continúan con sus actividades sea cual sea la calamidad. Son competentes y proresilientes en la batalla de los afectos y la vida íntima.
Por el contrario, he visto a estas mismas personas derrumbarse ante un despido, la falta de valoración de sus jefes, el rechazo a algún proyecto novedoso o el cambio de puesto de trabajo. En fin, crisis de índole profesional que otros superan con facilidad, y ante las que ellos se quedan sin capacidad de respuesta y sumidos en una pérdida de autoestima inexplicable.
Lo peculiar de estas casuísticas es que los valores aplicados para un caso u otro son los mismos. Es decir: que cuando existe la resiliencia aparecen valores como la confianza, la valentía, la aceptación de la diversidad, la fuerza y el compromiso, el deseo de sobrevivir con un sentimiento de reto, y con un elevadísimo control emocional. Y en el caso del derrumbamiento o antirresiliencia fallan estos mismos valores que antes parecían implícitos e incuestionables en estas personas. De pronto se sienten sumidos en un desequilibrio emocional, surgen sentimientos de impotencia, no pueden asumir el reto ni el compromiso que requiere la situación. En suma, una falta total de adaptabilidad con un desmadejamiento insólito. Dos caras de una misma moneda que nos hacen pensar que la persona es una caja de sorpresas en la que la mayor incógnita es ella misma.
Seguramente vosotros podréis contar infinitos casos donde esto se produce. En vosotros y en vuestros familiares y amigos.
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Autenticidad. (Authenticity) (206)

Me contaron este cuento que nos puede ayudar a reflexionar sobre nuestras actitudes para llegar a tener éxito:

«Hubo una vez un emperador que convocó a todos los solteros del reino, pues era tiempo de buscar pareja a su hija.
Todos los jóvenes asistieron, y el rey les dijo: “Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Al cabo de seis meses deberéis traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino”.
Así se hizo. Había un joven que plantó su semilla, y en vano esperó a que la planta brotara. Mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas. Cuando pasaron los seis meses, todos los jóvenes desfilaron hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.
El joven estaba muy triste, pues su semilla nunca germinó; ni siquiera quería ir al palacio, pero su madre insistía en que debía ir. Con la cabeza baja, y muy avergonzado, desfiló el último con su maceta vacía.
Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo, se rieron y se burlaron de él. En ese momento, el alboroto fue interrumpido por la entrada del rey. Todos hicieron una reverencia mientras el rey se paseaba entre las macetas, admirando las plantas.
Finalizada la inspección, hizo llamar a su hija. Convocó, de entre todos, al joven que llevó su maceta vacía. Los pretendientes se quedaron atónitos.
El rey dijo entonces: “Este es el nuevo heredero del trono, y se casará con mi hija. Os di una semilla infértil, y habéis tratado de engañarme plantando otras plantas. Este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, realista y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener”».
Reflexión:
1. Pregúntate qué hubieras hecho. Cuál hubiera sido tu comportamiento sino hubiera crecido la semilla. Considera que tus logros profesionales dependiesen de que tu semilla germinara.
2. Realiza la misma reflexión pensando que compites con alguien. La maceta tiene la semilla sin germinar. Ahora debes defender el resultado ante tu jefe. ¿Qué pensarías de ti mismo?
3. Has plantado otra semilla porque la que te habían dado no brotaba. La semilla impostora ha crecido y tiene una flor inmensa. ¿Guardarás tu secreto y la defenderás como la correcta?
4. Quizá has agotado tu paciencia al cabo de unos días, y has tirado la maceta y la semilla, creyendo que no merecía la pena tanto esfuerzo. ¿Atacas así tus tareas profesionales que exigen esfuerzo?
Ser sincero, realista y valiente son las características para ser un buen profesional, excelente persona y muchas cosas más. Posiblemente, para ser exitosos sólo precisemos aceptar lo que somos y ejercerlo ante cualquier situación.
Autenticidad. (Authenticity) (206)
I was told a story that I believe will help us to reflect on the right mindset for success:
“Once upon a time, there was an emperor who summoned all the young single men in the land because it was time to find a husband for his daughter.
All of the young men in the kingdom came and the emperor said to them “I am going to give each of you a different seed. After six months, you must bring back the plant I have given you in a flowerpot and the one with the most beautiful plant will win my daughter’s hand in marriage and, therefore, my kingdom”.
And so it was. There was a young man who planted his seed and waited in vain for the plant to bud. Meanwhile, all the other young men in the kingdom talked incessantly about the beautiful plants and flowers they had grown in their flowerpots. At the end of six months, all of the young men headed to the castle with their beautiful, exotic plants.
The young man was very sad because his seed had not germinated; he didn’t even want to go to the castle but his mother insisted. With his head hanging low, and very ashamed, he was the last to join the queue with his empty flowerpot.
All the young men were chattering about their plants and, on seeing our friend, they laughed and made fun of him. Just then, the commotion was interrupted by the entrance of the king. They all bowed as the king walked between the flowerpots, admiring the plants.
When the inspection was over, he called for his daughter to join him. From among all the men, he summoned the young man with the empty flowerpot to him. The other suitors were amazed.
And then the emperor said: «This is the new heir to the throne, and he will marry my daughter. I gave each of you an infertile seed and you have tried to deceive me by planting other plants. This young man had the courage to present himself and to show his empty flowerpot, and is thus sincere, realistic and brave, qualities that a future king should possess».
Reflection:
1. Ask yourself what you would have done. How would you have acted if your seed had not grown? Imagine that your professional achievements depend on your seed germinating.
2. Now think about it again, but imagine you are competing with someone. Your flowerpot contains the seed that has not grown. You now have to defend the result before your boss. What would you think about yourself?
3. You planted another seed because the one you were given did not bud. The impostor seed has grown into an enormous flower. Would you keep your secret and defend it like the truth?
4. Maybe you lost your patience after a few days and threw away the flowerpot and the seed, thinking that it was not worth the effort. Is that how you tackle the professional tasks that require effort?
Sincerity, realism and courage are the traits of a good professional, excellent person and many other things. Perhaps the secret to success is simply to accept how we are and to behave in that way in any situation.
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