Madrid se llenó de rojo y la algarabía inundó de fiesta las calles. La «Roja» fue aplaudida vitoreada, ensalzada y se enarbolaron las banderas rojigualdas profusamente. Los que venimos de lejos nunca antes habíamos visto tanta conexión. El bipartidismo quedó abolido por instantes. La gresca política, tan ácida y molesta, bajo la guardia y los de derechas y los de izquierdas gritaban del mismo modo y con el mismo ritmo.
Leer másLa felicidad de no depender
La historia de hoy nos lleva hasta la India y no cuenta la historia de un hombre que se trasladó a otra aldea y se encontró con un sennyasí. Este es un mendigo, que tras haber alcanzado la iluminación, comprende que el mundo es su hogar y el cielo su techo. El Señor cuidará de él y eso le permite trasladarse de un lugar a otro.
Leer másButan. El reino que midió la felicidad (133)
- Aristóteles defendía que ser feliz es la autorrealización. Cuando un ser humano lograba sus metas, conseguía la felicidad.
- Los estoicos pensaban que la felicidad era lograr la autosuficiencia, no depender de otro para vivir o alcanzar las metas propias.
- Ser feliz para los epicúreos era experimentar placer en el desarrollo intelectual y físico, evitando el sufrimiento en todos los niveles.
Gracias por vuestros comentarios y aportaciones para ser mas felices y más proactivos. Eficacia y felicidad juntas. Tanto monta, monta tanto lo uno como lo otro para lograr un equilibrio.
Leer másEl secreto de la felicidad. Historia de El alquimista (126)
Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto de la Felicidad. El joven anduvo durante cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso castillo en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio que buscaba.
Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en los rincones, una pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que lo atendiera.
El sabio escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas más tarde.
-Pero quiero pedirte un favor- añadió el sabio entregándole una cucharita de té en la que dejó caer dos gotas de aceite-. Mientras caminas, lleva esta cucharita y cuida de que el aceite no se derrame.
El joven comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la cuchara. Pasadas las dos horas, retornó a la presencia del sabio.
-¿Qué tal?- preguntó el sabio-, viste los tapices de Persia que hay en mi comedor? ¿Viste el jardín que el maestro de los jardineros tardó diez años en crear? ¿Reparaste en los bellos pergaminos de mi biblioteca?
El joven miró la cuchara y se dio cuenta de que las había derramado.
Dar de corazón. El alimento del alma (88)
Un cuento para reflexionar sobre el poder de la generosidad.
- Recuerda alguna historia en la que hayas entregado lo mejor de ti mismo y hayas logrado la satisfacción tuya y la del otro
- Rememora algún momento en el que has negado a alguien ayuda, colaboración o apoyo, porque pensabas que no podías. Que tu situación era peor. Que no era tu momento. Que tú necesidad era superior a la del otro
- Valora los resultados que ambas acciones han reportado a tu vida. Seguramente has encontrado un paralelismo aleccionador
- Busca algún bien tuyo personal que cada día puedas compartir con alguien más necesitado que tú. Una “riqueza” tuya que puedas dar de corazón, sin que medie tu interés de reconocimiento o agradecimiento. Algo que puedas dar al instante y tu beneficiado pueda aplicarlo en su vida de inmediato.
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Leer másDónde escondieron la felicidad (73)
Poco después de que empezara a existir la humanidad se reunieron varios duendes para estudiar el modo de quitar la alegría a los moradores de la tierra.
- Haz una lectura detenida de esta historia
- Ahora reflexiona sobre qué necesitas para buscar en tu interior la felicidad
- Repasa los beneficios que te aporta evitar confrontarte con el esfuerzo para ser feliz
- Anota al menos cinco cosas que buscas fuera de ti, y que te apartan de tu verdadera felicidad
- Medita sobre el momento en el que más cerca has estado de vivir, aunque sea un instante, la felicidad soñada.
- Haz una lista de todo lo que había en aquel intervalo.
- Separa de esa lista lo que dependía de ti y lo que provenía del exterior.
- Define qué cosas son replicables en la situación actual.
- Ahora decide qué tendrías que hacer para que eso se repitiera al menos un instante cada día.
- Qué vas a hacer:
- Cómo te vas a planificar en tiempo y método:
- Para qué será útil en tu vida la felicidad:
- Cuándo notarás que has logrado esa felicidad: (recurre al punto dos para recordar otros momentos)
- Con quién vas a compartir tu felicidad: