Las cosas no las vemos igual el norte o el sur. Tampoco los que están enfocados a las tareas pueden coincidir con los que prefieren pasar un buen momento con los compañeros tomando un café antes de empezar la jornada. Las diferencias son obvias. A veces resultan difíciles de manejar, y otras se hacen más llevaderas. Pero son estas maravillosas diferencias las que nos permiten coincidir  unos con otros. Es el atractivo de lo singular, de lo diferente, lo que nos atrae y nos conduce a las uniones personales o profesionales.

¿Cuántas de estas asociaciones tienen un largo recorrido? Muy pocas. Las diferencias se hacen críticas cuando se dirimen asuntos que tienen que ver con el dinero, la rentabilidad, la eficiencia, las normas, los límites. Casi siempre una parte piensa que carga con todo, mientras que la otra parece que no hace nada. Dos polaridades que estallan cuando la pasión de los primeros días se ha fulminado, cuando llegan los primeros resultados desfavorables. Cuando la dura realidad del norte y el sur se confrontan ofuscadas. Esto es mucho más relevante en un proceso de negociación. Sea para cerrar unas capitulaciones matrimoniales o comprarse una primera vivienda.

El norte cae en la rutina de la vida, de los horarios, en una menor expresividad,  en pasar las  horas delante  de la televisión, del ordenador, en el trabajo… El sur abomina de la rutina, busca la novedad, precisa de largas conversaciones y momentos para divertirse. Nada es tan importante como ese instante a solas donde se toma un cava y  recuerda los minutos de regocijo con los amigos.

¿Queremos que el norte conviva con el sur? Confío en que todos pensemos que es una posibilidad agradable y que nos daría momentos muy estimulantes. Que coexista la novedad con lo analítico, las personas con los resultados o las risas con la profundidad requiere sin duda saber negociar con los intereses de cada cual.

Primero propongo descubrir quienes somos. ¿Norte o sur? ¿Qué personalidad, qué mapa mental, qué estilo de comunicación tienes…?

El norte tiene movimientos poco cimbreantes, brazos que caen a lo lago del cuerpo, voz más metálica y es parco en adjetivos. Se trata de una persona poco expuesta a la manifestación emocional. Lo primero son los resultados, los objetivos, lo que puede medir, ver y tocar. Puede estar horas  enteras sin comunicarse con la pareja, sin decir dónde está si hay alguna tarea que esté pendiente y que le atraiga. Lo primero puede ser el trabajo y sobre todo los rendimientos. En su relación sexual es práctico y se anda con pocos rodeos (hombre o mujer). Le gusta ver las cosas, tiene un nivel bajo de percepción y respeta todo lo lógico o analítico. Alardea de ser materia gris o de tener mucho poder y fuerza. Lo mismo habla de los éxitos profesionales que de lo mucho que sabe. Pocas veces o casi ninguna de lo que siente.

El sur se mueve con una cadencia suave y balancea sus caderas, sonríe, mueve mucho sus brazos y manos, la voz es modulada y emplea muchos adjetivos a la vez que polariza sus sentimientos positivos o negativos sobre las cosas. Se trata de una persona muy expuesta a nivel emocional, y es incapaz de centrarse en objetivos que le separen de las personas. Su empatía le lleva a perder el contacto con sus intereses. En su relación sexual necesita las caricias, la lentitud, el recreo del momento (hombre o mujer). No quiere ver las cosas porque piensa que le limita la ilusión por ellas. Prefiere percibirlas a través  de los colores, los sabores, el movimiento. Habla de lo mucho que le quieren o no. Daría su vida por mantener las relaciones y los contactos, aunque a veces se olvida de las necesidades básicas. Tiene un gran temor a la soledad y al rechazo popular.

Con estos socios de la vida o de los negocios es necesario hacer acuerdos funcionales para que no se rompa el  interés societario. Alcanzar estas alianzas o progresar en convenios exige conocer lo que eres y con quién estás.

¿Eres norte o eres sur? Quizá pienses que eres un poco de todo. Aunque sea así, posiciónate en una de las dos opciones para que en las relaciones desarrolles toda tu fuerza y alcances el éxito.  Seguiremos hablando de este binomio tan apasionante. ¿Has detectado quiénes son norte y sur en tu entorno? No les analices, disfruta de entenderles y de compartir su forma de ver el mundo. ¿Qué sería del mundo sin personas? ¿Y sin tareas, resultados, beneficios  o dinero? ¿Qué sería de nosotros sin un poco de inteligencia interpersonal?