Un historia:

El tema del día era el resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos patatas y una bolsa de plástico. Ya en clase tuvimos que elegir una patata por cada persona a la que guardábamos resentimiento, escribir su nombre en ella y ponerla dentro de la bolsa. Como se pueden imaginar algunas bolsas eran realmente pesadas.

El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de patatas. La condición de las patatas se iba deteriorando con el tiempo.-Era muy incómodo acarrear esa bolsa en todo momento, y eso puso en evidencia y con mucha claridad el peso espiritual que cargábamos a diario. Al mismo tiempo noté que me exigía poner toda mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado. A la vez y por ese motivo iba desatendiendo cosas que eran importantes para mí.-

Cuando acabó la semana resolví que era imprescindible abandonar la bolsa, y todo lo que ella representaba.

Refexión:

La historia evidencia, de forma práctica, las consecuencias de cargar con recuerdos y momentos que no forman parte de nuestro diario quehacer.

El resentimiento es el motor de muchas de nuestras reacciones, bloqueos, paralización que impide disfrutar del aquí y ahora. Repasa el día de ayer. Piensa qué dejaste de hacer y qué miedo lo

impedía. Nada de eso hubiera sucedido si tu mente hubiera dejado atrás la “bolsa de patatas” que no precisabas para vivir ese instante único e irrepetible de hoy.

En todo caso si crees que tu pasado doliente no puede quedar en el olvido, emplea un tiempo en hacer este ejercicio:

Vete a un lugar donde haya piedras de varios tamaños. Lleva dos mochilas de gran tamaño pero ligeras de peso. Elige una piedra por cada persona y recuerdo doloroso. Selecciona el tamaño de la piedra, ateniéndote a la cantidad de dolor que hayas vivido. Más grandes cuánto mayor sea el recuerdo y el dolor vivido, y además interioriza todas las vivencias que has perdido por esa persona. Escribe su nombre y pon una palabra que resuma tu recuerdo. (abandono, maltrato, abuso, rechazo…)

Haz lo mismo pensando en todos los momentos gratificantes y maravillosos que has vivido al lado de las mismas personas. Elige una piedra atendiendo al tamaño en relación a la satisfacción. Más pequeñas cuánto mayor haya sido la experiencia positiva. Pon el nombre y la frase que resume el sentimiento de aprendizaje (entendimiento, comprensión, tolerancia, paciencia, calidez…)

Si es enorme el agradecimiento simplemente sopla dentro de la bolsa y escribe su nombre en una hoja de papel con su gran obra hacia ti. Intrudúcela al lado de las pequeñas piedras.

Cierra las mochilas y pésalas. Analiza el resultado e imagínate que las personas que tienes encerradas en tus bolsas estuvieran haciendo lo mismo contigo. Cada noche procura que haya alguien que haya soplado en una bolsa pensando lo mucho que ha recibido de ti..