Rezo por Dalila y siento el dolor de su muerte. Creo que su amado hijo Ryan estará jugando en el lugar de las almas inocentes y puras, y  los ángeles le estarán preparando un sitio en la cama de los niños. Ahora bien, también pienso en la enfermera que cuidaba de Ryan, quien se ha visto obligada a esconderse de las hirientes e injustas opiniones de muchos de nosotros.
A Dalila la sentimos y a Ryan le soñamos libre; sin embargo, no somos sensibles al dolor de esta trabajadora que puso la vía mortal a Ryan. Ella cubrió, sin protestar, el puesto que le designó la jefatura del hospital, aunque no había sido preparada para ello.  De una manera u otra le hemos hecho culpable de la muerte de Ryan, y hemos recordado con mayor exactitud los fallos del diagnóstico de Dalila, su madre. Recordemos que ambas vidas se perdieron en el mismo centro sanitario.
La enfermera puso el alimento a Ryan por vía intravenosa por error. No era la muerte del bebé lo que buscaba,  sino que su vitalidad creciera y que su cuerpo ganara peso. Quizá, antes de ponerle la vía, le acarició para reducir el dolor, y hasta es probable que intentara  ofrecerle la ternura de la madre perdida mientras deseaba acunarle. En ningún caso quiso quitarle la vida, y si no hubo intención, ¿puede haber culpa?
Señor gerente, dudo de que haya habido negligencia por parte de esta trabajadora. En todo caso, hubo ignorancia. Y si fue así, si era inexperta, todos formamos parte de ese error. Primero por permitir que la sanidad esté tan falta de recursos de personal y espacio, y además porque sólo somos capaces de reclamar cuando sufrimos un dolor tan intenso como éste.
Señor gerente, tampoco a usted puedo hacerle reo de estos fallos. Los medios  que tiene a veces son muy pocos, y los resultados que se exigen muy altos, aunque quizás usted deba reconocer donde están sus límites y los de su equipo. Ahora bien, sí debe rectificar el comunicado oficial en el que culpó a esta enfermera, y prepararse mejor las apariciones públicas en las que evidencie errores en las funciones o responsabilidades de sus trabajadores. Su cargo así lo exige.
A nosotros nos queda cuidar nuestras reacciones, porque seguro que no podemos lanzar la piedra sin estar libres de errores, y aunque no tengamos muertes escritas en nuestro diario personal, sí tenemos fracasos y equivocaciones que han dejado alguna secuela, de la que seguramente no nos hemos librado del todo.
Espero, querida enfermera, que la vida te ayude a superar este revés sin perder todo lo que de bueno tenías. Posiblemente ya no seas la misma a partir de ahora, y las palabras de consuelo no sirvan, aunque me gustaría que aprendieras a perdonar y a liberarte de cualquier dedo acusador. La vida cambia en un instante, y en esa fracción de tiempo podemos vernos sumergidos en una serie de circunstancias inexplicables. Tú lo has vivido, ahora sólo queda seguir adelante. Fuerza y a por todas.
Cronología de una concatenación de hechos en la vida de Dalila, Mohamed y Ryan:
2004: El padre de Dalila muere en Cataluña en un accidente laboral.
2007: Dalila y Mohamed se casan y se trasladan a España.
11 junio 2009: Dalila acude a urgencias del Hospital Gregorio Marañón con dolores de cabeza, articulaciones, garganta  y espalda. La envían a casa con el diagnóstico de infección de las vías respiratorias altas y dolor de espalda debido a su embarazo.
13 junio 2009: Urgencias del Hospital de Fuenlabrada. Confirman el diagnóstico anterior.
15 junio 2009: Urgencias del Hospital Gregorio Marañón. Se le diagnostica asma e infección respiratoria. Se le da de alta. Horas después vuelve a ingresar porque no puede respirar.
16 junio 2009: Dalila requiere ventilación mecánica y da positivo en la prueba de la gripe A H1N1.
20 junio 2009: Dalila cumple 20 años y se le practica una cesárea para intentar salvar a su hijo. Nace Ryan el mismo día del cumpleaños de su madre.
30 junio 2009: Dalia fallece por la nueva gripe.
6 julio 2009: El bebé no tiene la enfermedad que acabó con la vida de su madre, la gripe H1N1.
12 julio 2009: Mohamed regresa de Marruecos después de haber asistido a los funerales de su esposa.
13 julio 2009: El pequeño Ryan muere a las 12:20 horas por   «negligencia» médica.