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PNL Una forma de comunicarse (47)

Mi padre me decía que los grandes descubrimientos surgen de muchas horas de observación, y en el caso de la PNL esta afirmación tiene todo el significado. Allá por los años 70, los investigadores John Grinder y Richard Bandler decidieron averiguar cuál era el origen de que dos eminentes psicoterapeutas, Fritz Perls y Virginia Satir (posteriormente lo ampliaron a otros profesionales igualmente exitosos), fueran tan efectivos en la obtención de resultados, y para ello decidieron prestar atención a los comportamientos profesionales que pudieran dar pistas sobre la causa de este triunfo.

Grinder y Bandler identificaron algunas reglas o patrones verbales que Perls y Satir utilizaban sistemática y espontáneamente en su comunicación, y que estaban en la base de la eficacia de su trabajo. Lo recogieron en su primer libro, La estructura de la magia, a la vez que reflejaron el primer axioma de la PNL: que toda tarea humana aparentemente mágica e inexplicable, tiene una estructura que puede ser identificada y transmitida.

Programación Neurolingüística. Una forma de comunicaciónPara demostrar este axioma, observaron y describieron el método de funcionamiento de cualquier habilidad que consideraron de alguna manera excepcional, con el fin de comunicarla y que pudiera ser manejada por las personas que lo desearan.

Grinder y Bandler decidieron que si repetían los mismos comportamientos en la comunicación y el movimiento de sus «modelos», seguramente conseguirían el mismo éxito en diferentes campos de la actividad humana, y mejorarían su calidad de vida.

Para construir el modelo recurrieron a tres aspectos básicos de la experiencia humana, de los que procede el nombre de esta técnica, que en inglés se llama NLP (Neuro Linguistic Programming), y en castellano PNL (Programación Neurolingüística):

  • Neuro: el sistema nervioso, fuente e instrumento de nuestras percepciones y de nuestra experiencia de vivir y actuar en el mundo; lugar donde se recogen todos los recuerdos de nuestro pasado y las comunicaciones sinápticas de nuestro sistema neuronal.
  • Linguistic: el lenguaje, que nos permite codificar y expresar simbólicamente nuestras experiencias.
  • Programming: los programas mentales y de comportamiento, por medio de los cuales organizamos nuestra experiencia para conseguir los objetivos que deseamos. En estos programas están recogidos todos los encuadres personales y profesionales.

Por ejemplo, cuando voy conduciendo el coche y me paro en un semáforo rojo, primero ‘veo’ una luz roja mediante el sentido de la vista (componente N=’neuro’ de la conducta), a continuación traduzco ‘lingüísticamente’ esa forma y color en mi mente como ‘tengo que pararme’ (componente L=’lingüístico’ de la conducta), y finalmente pongo en marcha un ‘programa’ aprendido: mi pie derecho se levanta del acelerador y pisa el freno (componente P=’programación’ de la conducta). (Ejemplo tomado de la Asociación de PNL de España).

Otro de los axiomas de la PNL es que el mapa no es el territorio, es decir: como seres humanos no podemos saber cuál es la realidad, sólo podemos saber nuestra interpretación de la misma. Respondemos a lo que nos rodea a través de nuestro sistema representacional sensorial, pues es mediante nuestros mapas neurológicos de la realidad como se determina nuestro comportamiento y su significado, y no a través de la realidad en sí misma.

Grinder y Bandler admiraron los resultados de profesionales que eran un ejemplo de  éxito, y supusieron que en el proceso del ejercicio de sus competencias ellos realizaban una serie de movimientos o expresiones que, estudiadas y diseñando un método, podrían ser replicadas por cualquiera. Nosotros propusimos recuperar el sistema de aprendizaje de nuestra infancia en el post 44 y estimular el «modelado» de aquellos personajes que representan lo que queremos emular para conseguir todos nuestros objetivos.

La base conceptual que proponemos está recogida en los dos axiomas de la PNL y en algunas presuposiciones. Con ellos trataremos de conocer el mapa de cada uno para trabajar la comunicación y el movimiento de los personajes que no hemos superado en nuestra etapa evolutiva, y que hemos reinterpretado a nuestro gusto.

En las próximas semanas plantearemos diferentes posibilidades.

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Temperamento sanguíneo (46)

Primer temperamento: El sanguíneo

Me gustaría recordaros que, si bien todos tenemos un temperamento preferente, en ningún caso existe un temperamento puro, sino una combinación de unos y otros que conforman nuestra personalidad. Los puntos clave de cada uno de los tipos nos darán pistas para hacer nuestro modelo robot. Hoy vamos a empezar por el temperamento más explosivo y más radical en su expresividad, además de ser el que más valora la amistad.

El temperamento sanguíneo es por excelencia el más realizador de todos. Es decir: su mayor valor es poder hacer lo que quiere. Además, cuando está en grupo, busca ser el centro de atención de todos los que le rodean. Como comunicador es incansable, y sufre cuando tiene que callarse o escuchar a los otros. Es charlatán de profesión. La clave maestra para identificar si uno es sanguíneo es: ¿me exalto de golpe y me recupero rápidamente sin darle importancia a mi explosión?

Gestionar lo imperfecto de uno mismo. El temperamento sanguíneoEstos puntos son los más sobresalientes de un sanguíneo, y si los cumples podríamos decir que tu identidad temperamental es sanguínea. ¿Eres de este tipo?

Si es así, tienes como característica principal tu alegría. Eres el más alegre de todos los temperamentos. No tienes parangón con otros tipos en tu nivel de receptividad hacia las impresiones externas, pues tu calidez y alta cualidad para hacer amigos lo propicia.  Contagias fácilmente con tu humor a tus compañeros, siendo igual de permeable a las alegrías que a las tristezas de los demás. Un punto a tener en cuenta es el rechazo que tienes a la soledad, lo que te lleva a buscar permanentemente la relación con el otro.

Tu locuacidad es enorme, y pocas veces te bloqueas para decir lo que piensas, aunque a veces tu franqueza resulta un tanto inoportuna. Esta facilidad para comunicarte tiene su culminación cuando cuentas historias que escenificas y dramatizas cuando la ocasión lo permite. Ciertamente, tu cordialidad te abre las puertas de la amistad, y tus amigos tienen la sensación de que todos son únicos para ti.

Tu cualidad más negativa es la falta de reflexión. Esto te ha provocado algunos disgustos de los que no eres del todo consciente en el momento en que suceden, a pesar de que son frecuentes en los ambientes más cercanos. En algunas ocasiones, te has sorprendido por  la reacción negativa que han tenido algunas personas próximas después de una indiscreción tuya o de tu violencia verbal. Muchos te dirán que eres como el champán.

Tu mayor enemigo es la disciplina. Por lo general, te dejas arrastrar por los excesos en la comida y la bebida, lo que provoca un sobrepeso que te cuesta muchísimo reducir. Tu tendencia a tener inflamado el vientre te incomoda y te evidencia como un «glotón».

Eres súper extrovertido, a veces en grado sumo, y resulta molesta tu necesidad de llamar la atención. También presentas grados de inestabilidad emocional que te hacen pasar de la hilaridad al llanto  en un instante, o de la paz a la ira.

Uno de tus grandes valores, y por el que eres admirable, es tu ausencia de rencor. Después de fuertes estallidos vuelves a la normalidad, sin entender el reproche de los otros.

Todos estos matices de tu temperamento sanguíneo podemos definirlos en seis escalas principales, que dan una información muy rica a la hora de aproximarnos a un conocimiento más profundo de tus comportamientos en diferentes momentos y ante diversas situaciones:

En qué centras tu atención: por tu condición de extravertido, tiendes a preferir relacionarte con el mundo exterior (entorno o personas). Te llenas  de energía cuando estás en la calle o en el campo, o cuando sales de tu oficina.

Cómo accedes a la información: te gusta que te entre por los cinco sentidos. Lo tangible te parece mucho más apetecible que lo imaginario. Quieres que las personas te digan las cosas claramente, y no te gustan las suposiciones.

En qué basas tus decisiones: eres emocional, y tus decisiones las tomas teniendo en cuenta lo que te gusta, las personas que aprecias y, sobre todo, los valores que sustentan tus principios.

Cómo tratas al mundo que te rodea: eres muy flexible y espontáneo, y quieres aprovechar todo lo que te rodea

Espero que compartas tu visión de este temperamento conmigo para crecer en esta investigación conjuntamente.

La próxima semana hablaré del flemático.

Píldora formativa sobre Roles de Comunicación:

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Cómo estar seguro y los hidratos de carbono o glúcidos (45)

Me decía un gran amigo que los hombres somos más cuidadosos con los utensilios que hemos ido fabricando que con nuestro cuerpo. Más bien pareciera que lo caro es más importante que lo necesario. Me ponía el ejemplo de un coche, y el símil me pareció interesante y muy significativo:

«Imagínate que vas a un concesionario para adquirir el coche de tus sueños. Has analizado muy concienzudamente diferentes marcas hasta decidir cuál es la más ventajosa por coste, rendimiento, estética o el parámetro que para ti sea más importante. Cuando te entregan el coche, recibes las primeras instrucciones del vendedor, siendo la más importante el tipo de combustible que necesita, y quedando en un segundo plano el resto de especificaciones, porque las irás aprendiendo sobre la marcha. Consumido el carburante inicial, al repostar tienes en cuenta dos cosas: el tipo de combustible que necesita y la cantidad que cabe en el depósito. En ningún caso alterarás estas dos variables. La primera porque haría inviable el correcto funcionamiento del vehículo, y la segunda porque no tendría cabida, y además elevaría el coste innecesariamente. Por ende, estas dos cuestiones son las que te permiten estar seguro del buen funcionamiento de tu automóvil y de llegar donde tú quieras. Piensa por un momento cuántas personas conocen la cantidad y la cualidad de energía que necesitan para un funcionamiento corporal, emocional o mental óptimo, y de esas que son expertas, cuántas respetan esos conocimientos y los aplican cuando seleccionan su alimentación».

La seguridad personal y el macronutriente: hidratos de carbono o glúcidosIndependiente de la posición y los niveles de inteligencia, los occidentales declinamos el cuidado de nuestro cuerpo en aras de placeres y sensaciones que nos seducen por encima de nuestro online slots deseo de mantener la salud y la estabilidad personal. Volviendo a la analogía del coche, descuidamos el tipo de fuel, y además añadimos más de lo que soporta nuestro depósito, alterando no a corto plazo, pero desde luego sí a medio y largo plazo, la viabilidad de cumplir nuestros objetivos mermando de alguna manera la seguridad en nuestras capacidades.

Muy al contrario, los orientales ven en su cuerpo la carcasa perecedera y frágil que precisa de unos cuidados y una armonía muy similar a la que presenta la naturaleza y sus alteraciones. En China se desarrolló la ley de los cinco elementos y se estudió cómo evolucionan, crecen y se desarrollan, estableciendo correspondencias con los órganos, las estaciones y los comportamientos mentales y emocionales. También se analizaron los desequilibrios de cada órgano por la alteración cuantitativa o cualitativa de los efectos de los alimentos.

Conscientes de la utilidad del estudio, los chinos profundizaron en la importancia de cada elemento, llegando a la conclusión que la tierra es el elemento de la energía y la estabilidad. El cuerpo humano recoge la energía que le permite actuar, moverse, expresarse, de los hidratos de carbono, el carburante de los hombres.

La tierra está llena de vida, y cuando el sol declina pasados los calores del alto verano, aporta la cosecha, que está en relación directa con la siembra que se realizó en la primavera. Recordemos los “vientos de las grasas”. Un desequilibrio en la ingesta de lípidos o en la errónea selección va a provocar una peor cosecha.

El valor de nuestra «tierra», o lo que es igual, la capacidad de cosechar lo mejor para nosotros, depende del análisis consciente sobre la energía que precisamos y qué alimentos dentro de los glúcidos nos la aporta. Cuando le hemos añadido a nuestro «coche» más hidratos de los que necesita o hemos optado por los que no son adecuados, el sistema reacciona provocando una somnolencia que nos impide funcionar y mantener frescos nuestros sistemas de actuación y seguridad personal.

Ahora cabe esperar que analicemos con qué tipo y cantidad de carburante nos ponemos las pilas y cuándo detectamos fallos notables. Convendría que repaséis los post de Alimentación Emocional.

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Conductismo y educación (44)

En el post 38 dedicado a la familia (concretamente a los modelos de aprendizaje), hacíamos hincapié en la importancia de enseñar a los niños de 0 a 8 años rutinas que se convirtieran en un hábito. A este primer modelo de aprendizaje lo hemos llamado de repetición, que tiene mucho que ver con el modelo academicista o memorístico. El niño recordará estas actitudes y activará su voluntad para mantenerlas sin esfuerzo.

A partir de los 8 años, el niño empieza a reaccionar ante los impulsos externos buscando su espacio. Se inicia una época más contestataria en las que los padres reciben respuestas sorprendentes y no siempre gratas. Esta situación, que en sí misma es normal y muy saludable, necesita incorporar sistemas de relación que marquen límites, en los que sin perder de vista el respeto a la identidad del niño, podamos regular los movimientos algo descontrolados que se activan cuando el infante se entremezcla con otras culturas, modos de ver el mundo y definiciones de lo correcto o incorrecto en las que se siente inmerso cuando vive sus primeras salidas a casas de amigos, o cuando los profesores enseñan conceptos que difieren en alguna forma con las ideas familiares.

Todo este entramado de desiguales impulsos altera el comportamiento habitual del chiquillo, apareciendo expresiones confrontantes donde antepone lo externo a lo conocido, o simplemente investiga qué es más veraz y más válido.
Ante la aparición del estímulo-respuesta, debemos implementar un modelo «pedagógico» (o formas de buen vivir) que ayude a conducir al crío a una estabilidad emocional, a la vez que se le abren canales novedosos de mirar el mundo. La meta de este modelo es conformar la conducta.

Empleando el símil conductista, lo que pretendemos es que los padres practiquen el «condicionamiento operativo», es decir, que ante una respuesta espontánea se realice un estímulo que refuerce o extinga dicha conducta. Este sistema o refuerzo conductual es muy similar al introducido por Thorndike y reformulado por Skinner, y resulta muy exitoso para eliminar los castigos, nada eficaces si queremos minimizar comportamientos o conductas negativas.

El segundo pilar de la educación. La enseñanza a través del conductismo

Antes de planificar o crear estrategias para aplicar los condicionamientos operativos, debemos seguir una serie de pasos que nos permitan obtener el éxito:

– El primer paso es que los padres realicen un registro de conductas anómalas o agresivas en las que se detallen los comportamientos o actitudes que consideran modificables.

– El segundo paso exige que los progenitores comprueben y descarten que esos comportamientos no son propios de alguno de ellos, en algún modo o forma. Es inviable intervenir sobre un niño y obtener resultados si los adultos han sido los modelos en los que el niño se ha fijado. Tomamos como referencia el pensamiento de Albert Bandura en el «aprendizaje por observación», en el que manifiesta: «los niños aprenden conductas porque las han visto realizar». (ver video: «children see, children do»)

– Para acabar, una vez excluida la procedencia familiar, es el momento de preparar un programa de intervención en el que se establezcan normas y límites, gracias a las cuales el niño pueda llegar a construirse como persona libre en el futuro.
Este proceso de conducción a través del estímulo-respuesta permite que el niño encuentre una disciplina interior para llegar al autocontrol de sus impulsos y lograr sus propios ideales.

Los refuerzos aplicados de una manera concluyente y donde se puedan medir los resultados permitirán a la entidad familiar responder ante situaciones múltiples.El modelo familiar «conductista» provee a los padres de herramientas para dirigir y guiar el crecimiento más adecuado. El chiquillo no puede construir una visión particular de sí mismo, ni tan siquiera cambiar lo que le inquieta, si no tiene una dirección bien articulada y formalmente comprometida.

Este sistema es imprescindible de 8 a 10 años, etapa en la que se mantendrán los hábitos que se habían incorporado anteriormente y se amplía el paradigma con esta “conducción – observación” que ahora proponemos.

Si bien hemos hablado de niños, este post está pensado para su aplicación en cualquier espacio de aprendizaje o de dirección.

En síntesis, es imprescindible una revisión de conductas familiares o personales para definir un modelo que establezca el método a seguir para mantener la disciplina. Y, sobre todo, ánimo para aprender haciendo, experimentando y revisando los aciertos y errores para definir ajustes y cambios, que serán la base del éxito.

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Speakers’ Corner un lugar para debatir (43)

p>Fue en 1872 cuando el Parlamento británico cedió ante las presiones del pueblo y dictó una ley en la que reconocía a Speakers’ Corner como un lugar para el debate público. Todo empezó 17 años antes, cuando en la famosa esquina del Hyde Park londinense tuvo lugar una gran manifestación contra la ley que regulaba las actividades comerciales dominicales (Sunday Trading Bill), y que afectaba principalmente a los pobres. El famoso escritor de El Capital, por entonces corresponsal del periódico alemán Neue Oder-Zeitung, Karl Marx, escribía: «Podemos declarar, sin exagerar, que ayer comenzó en Hyde Park la revolución inglesa». Quizás sí fue un poco exagerada esta afirmación; no obstante, nos indica el impacto internacional que tuvo.

Desde entonces, miles de personas han expresado allí sus opiniones, explicando su disconformidad y luchando por sus derechos. Hoy, un par de siglos después, la esquina de la comunicación sigue siendo un importante baluarte de la libertad de expresión, donde las personas formulan sus protestas ante injusticias sociales o políticas, sus visiones trascendentes de la vida o cualquier otro tema que promueva el debate público.
Speakers’ Corner tiene tintes singulares no sólo por su peso político, sino, y sobre todo, por el protocolo que exige, que tiene su explicación en la Historia. Los activistas iban a Hyde Park con una escalera metálica, una silla, un taburete, o cualquier objeto que les separara del suelo para preservar su integridad física, en peligro por sus imprecaciones hacia los poderes fácticos y las leyes que rechazaban. Subidos en estos objetos, no pisaban suelo inglés, y por ello no podían atentar contra la ley. Esto era cierto siempre y cuando no faltasen al respeto a los oyentes o no generaran bronca.
Después de dos siglos, el Speakers’ Corner sigue vivo. Por aquí y por allá se encuentran exaltados que expresan sus ideas político-religiosas, y los londinenses van de orador en orador buscando el tema que les cautive y les retenga.
El domingo participaron de este singular espacio los alumnos del Curso de Experto en Oratoria, que Hune realiza en colaboración con la Universidad de Alcalá. Después de 6 meses de prácticas, de aprender y debatir, se enfrentaron al discurso público en este emblemático lugar. Doy fe de que lograron agitar a las masas que revoloteaban por los alrededores.
El debate, la pulla política, las discusiones religiosas, los países derrotados por la opresión. Todos los grupos que nos acompañaban creaban un escenario que me hizo rememorar los espacios políticos en los que he nacido. Ideales escondidos detrás de las paredes de un hogar castrado por los miedos. Añoré que hubiese habido en la España de mi infancia un lugar como el Speakers’ Corner, donde mi familia hubiera podido elevarse por encima del suelo y gritar a los vientos del Cantábrico sus ideales sociales.

Inglaterra, como decía Jon en una de sus confrontaciones con el público, respira libertad de expresión. Los ingleses aman debatir, opinar, cuestionarse lo tangible e intangible, lo moral, lo ético… Muchos de los compañeros del Curso de Experto en Oratoria buscaban el tesoro de la verdad entre las palabras de los que levantaban sus sillas por encima de las miradas.

No importaba el tema; las únicas premisas eran que el discurso fuera en inglés y que aportara algo al público. Cuando algún estudiante empezó a hablar de sí mismo, le preguntaban: «¿y eso para qué?». En el momento en que se iniciaron discusiones sobre intereses públicos (la fiesta de los toros española, el poder de los fuertes sobre los débiles, las guerras, las armas nucleares), los presentes escuchaban y rápidamente intervenían. No había sitio para el personalismo. La expectativa estaba en escuchar puntos de vistas movilizadores y discutirlos.

Un Speakers’ Corner en Madrid, donde aprendiéramos a respetar todo tipo de opiniones y a cultivar el debate, podría engrandecer nuestras fronteras mentales.

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Comunicación no verbal a través de los emblemas culturales (42)

Queridos lectores del mundo:

Hoy seguimos con los emblemas que reflejan nuestra idiosincrasia. Estos nuevos emblemas amplían el diccionario que vamos a ir creando entre todos. Preguntarle, a los amigos, a los más ancianos del lugar, a cada colectivo que os encontréis como comunican sin palabras, lo que piensan …

Comunicación no verbal. Emblemas

comunicación no verbal. emblemas

Es interesante que nos contextualicéis en qué entornos y grupos sociales se realizan, porque si bien los gestos que os estoy señalando son españoles son menos habituales en unas regiones que en otras.

Los participantes españoles explicarnos si los conocéis y los empleáis en vuestras relaciones habituales, o por el contrario no es costumbre de vuestra región o comunidad.

comunicación no verbal. emblemas

comunicación no verbal. emblemas

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Comunicación no verbal a través de emblemas culturales (41)

Queridos lectores del mundo:

Desconozco si los periodistas de The Guardian (periódico inglés de gran tirada) conocen el significado de los emblemas. Seguramente, muchos de vosotros tampoco; sin embargo, la idea de este diario de publicar una serie de instrucciones ilustradas para conocer el lenguaje no verbal de los turistas españoles me ha parecido relevante y motivador. The Guardian ha puesto el foco en un punto de gran interés: superar las diferencias entre culturas y favorecer la comunicación a través del conocimiento de gestos emblemáticos para los visitantes que procedan de diferentes puntos de España.

Comunicación no verbal: Lleno

Quizás no sepáis que para algunas culturas dar un regalo con la mano izquierda es un desprecio, o que en Brasil mueven el lóbulo de la oreja hacia delante y atrás con el dedo pulgar e índice para resaltar que una persona es muy atractiva o que algo es delicioso, o que en Colombia y Ecuador ponen la mano de canto para señalar la altura de una persona, a diferencia de otros países, que ponen la palma boca abajo. Todos estos movimientos tienen una traducción verbal directa y, al mismo tiempo, son independientes absolutamente del habla como tal.

Comuncación no verbal: Huevón

Todos estos «emblemas» son comportamientos no verbales que tienen un significado directamente verbal. Se emplean para sustituir el canal verbal, bien porque se decide, bien porque hay un bloqueo. Los emblemas se han hecho necesarios para ciertos colectivos como los buceadores, que tienen un argot muy rico con el que pueden resolver la falta de comunicación oral propia de este deporte. Los entrenadores de atletas de diferentes disciplinas manejan la kinestesia para darse a entender durante las competiciones o cuando preparan a sus deportistas. Cada uno de estos grupos ha generado una serie de «emblemas» que facilitan la comunicación y la hacen tan rápida como exigen las circunstancias. Lo curioso es que estos movimientos se internacionalizan, y todos los que provienen de una misma disciplina los conocen y manejan a la perfección

Comunicación no verbal: Güeno

Los emblemas han sido elegidos de forma arbitraria para transmitir significados con una intención concreta, y es su repetición lo que los convierte en una costumbre de arraigo social que trasciende las fronteras.

Comunicación no verbal: Dos velas

Quisiera que, desde los diferentes puntos del mundo en los que os conectáis (México, UK, Irlanda, Venezuela, China, Brasil, Uruguay, Canadá, USA, Marruecos, Francia, España -gracias por vuestras visitas-), nos vayáis enviando los emblemas que son diferentes de los que vamos a ir reflejando aquí. Se trata de hacer un diccionario de movimientos culturales que nos permitan aproximarnos y respetar la idiosincrasia de todos para crecer juntos en el descubrimiento de nuestras costumbres y modos de comunicarnos sin palabras.

¿Cómo sería en tu país?:

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Humores básicos y personalidad (40)

En los estudios de la personalidad la doctrina más antigua de Occidente es la representada por la teoría de los cuatro humores propuesta por Hipócrates hacia el año 400 a.C. y desarrollada por Galeno hacia la mitad del siglo II d.C. Esta teoría sostiene que el cuerpo humano se compone de cuatro sustancias básicas identificadas como: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema, siendo su equilibrio o desequilibrio causa directa de nuestra salud o enfermedad. Galeno muestra en su obra Las facultades del alma siguen los temperamentos del cuerpo, que las facultades del alma se generan a partir de la mezcla de los cuatro humores del cuerpo, concluyendo que de esta mezcla se conforman cuatro personalidades y sus comportamientos. De este modo, podemos decir que cada uno de nosotros, dependiendo del desequilibrio de nuestros humores, mostramos un temperamento diferente con actitudes diversas, ejemplificando lo variopinto del espectro humano en su concepto más «inamovible», que son los temperamentos.

Estos temperamentos han sido clasificados en: sanguíneo, colérico, melancólico o flemático, correspondiendo el sanguíneo al equilibrio de la sangre, el colérico a la cantidad de bilis amarilla, el melancólico al nivel de bilis negra y el flemático a la flema. Este conocimiento nos permite observar el entorno con un nuevo enfoque. No es lo mismo pensar que el otro tiene mala uva, que descubrir que tiene una alteración en sus humores, y por ende en su temperamento.

Gestionar lo imperfecto de uno mismo. Los cuatro temperamentos básicosSi bien todos tenemos un temperamento preferente, en ningún caso existe un temperamento puro. Lo que generalmente encontramos es una combinación de unos y otros conformando la totalidad de nuestra personalidad. Los puntos clave de cada uno de los tipos nos darán pistas para hacer un modelo robot aproximado de nuestra realidad cotidiana.

Esta primera visión fue ampliada por otros estudiosos de la personalidad, quienes entendían que la interacción y los niveles de emocionalidad eran netamente diferentes dependiendo del temperamento. Estos investigadores aportaron más información para acotar las variables de cada uno y poder definir las áreas de mejora a desarrollar. También así se conocían las debilidades de propias desde un abanico mucho más amplio.

Antes de ponernos a desarrollar nuestro trabajo, es bueno que sepamos que ninguno de los temperamentos es mejor que otro. Todos tienen fortalezas y áreas de mejora.

El más relevante de estos investigadores fue el psicoanalista freudiano suizo Carl Gustav Jung (1875–1961), que reinterpreta los conceptos de Freud de Eros y Thanatos (pulsión y muerte) considerando dos tipologías: la extrovertida o Eros y la introvertida o Thanatos. Jung considera que estas dos tipologías son estables y duraderas, lo que nos permite ponerlas en relación con el temperamento. Para Jung, los extrovertidos interactúan con su entorno y participan de él, mientras que los introvertidos tienen dificultades para relacionarse con el exterior y tienden a encerrarse en ellos mismos y sus circunstancias. En ambos casos, hay grados de aproximación que pueden confundir a las personas en su identificación; por ello, es necesario fijarse en el concepto de «preferencia» para facilitar la elección.

Ya en el final del siglo XX, y abundando en la historia relativa a las personalidades, el psicólogo moderno alemán Hans Eysenck (1916-1997) no sólo considera los tipos de Jung como dos rasgos de orden superior, sino que los amplía examinando la estabilidad de cada temperamento en la relación con los demás. Eysenck realiza una primera división en la que sitúa la introversión en los melancólicos y los flemáticos, mientras que considera la extroversión propia de los coléricos y los sanguíneos. Esta división queda ampliada cuando se da cuenta de  que los coléricos y los melancólicos son mucho más inestables emocionalmente que los sanguíneos y los flemáticos. Según Eysenck, estas diferencias de las personalidades en el campo emocional dependen del sistema nervioso, de por sí muy alterado en tiempos de crisis y agitación económica.

El estudio de los cuatro temperamentos, su nivel de apertura en la relación con los demás y la estabilidad emocional que presentan cada uno de ellos nos aproximará al conocimiento más preciso de nosotros mismos y ampliará nuestra percepción de los que nos rodean.

El próximo jueves iniciaré la descripción de cada temperamento, partiendo del self y llegando hasta el nivel más social. Conoceremos algunas de sus cualidades en el trabajo, en la vida personal, en el liderazgo y en la economía. También haré una aproximación a la vida sexual y en pareja.

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Seguridad personal y los hidratos de carbono o glúcidos (39)

«En ocasiones vivimos impactos emocionales que nos desbordan, con pocos recursos propios para paliar los efectos de inseguridad y desconfianza personal que nos provocan». Así iniciamos nuestros post sobre alimentación emocional. Hoy vamos a continuar con uno de los macronutrientes que mayor intervención tiene en elevar nuestra seguridad: los hidratos de carbono, también llamados carbohidratos o glúcidos. Este macronutriente se encuentra casi de manera exclusiva en los alimentos de origen vegetal, y es el más abundante de la biosfera, y a su vez el más diverso.

Su función principal es aportar energía para las actividades vitales de las células y  producir la energía aprovechable para el trabajo muscular. En el mundo de las emociones son los que sustentan nuestra expresividad social.

La seguridad personal y el macronutriente: hidratos de carbono o glúcidosEn su concepto energético, los glúcidos atienden el gasto de energía que impone la propia vida, el que se produce por el ejercicio voluntario que realizamos a través del sistema nervioso central y el desgaste de la actividad de los tejidos y sistemas orgánicos que dependen del sistema nervioso vegetativo, del que no somos conscientes. Nuestra seguridad,  para tomar decisiones de corte activo, depende en gran medida del equilibrio de esta energía vital. Nuestro movimiento será más firme y menos dubitativo cuando nos sentimos llenos de fuerza y con respuesta inmediata a los retos que surgen en nuestro hacer cotidiano. Un test rápido para comprobar el nivel de esta energía es cuando nos levantamos, ya que a veces nos sentimos más agotados que antes de acostarnos. La causa puede provenir de una deficiencia o excesiva cantidad  de hidratos.

A nivel estructural, los carbohidratos forman parte de los ácidos nucleicos (ADN y ARN), que preservan  y transmiten la información genética y de las membranas celulares.  Asimismo, colaboran en la regulación del metabolismo de los lípidos, evitando la acumulación de grasas y la formación de cuerpos cetónicos. En este apartado, el desequilibrio de glúcidos está ligado a una falta de amor a uno mismo, tanto en la complexión (obesidad o cuerpo mórbido) como en alguna de las actitudes personales que rechazamos, y que tienen su origen en la familia. Diríamos que llevamos en nuestro «ADN » una falta de seguridad personal que nos abomina y nos lleva a comer sin medida, a pesar del resultado poco grato, como es la masa grasa (el michelín) de la cintura.

Cuando el aporte de hidratos de carbono es deficiente, el organismo emplea proteínas con fines energéticos, relegando su función práctica. Este aspecto debe tenerse en cuenta en procesos de adelgazamiento en los que se reduce drásticamente la ingesta de este macronutriente en aras de resultados rápidos, con la consiguiente pérdida de tono muscular y debilidad estructural. Lo que se produce entonces es una sensación de seguridad que a veces es fatua. Surge más de una creencia que de la certeza de los logros,  pues se obvia el análisis experiencial.  En el plano emocional, persiste el mal humor cuando no se consiguen las expectativas, porque la energía de las proteínas es menos «dulce» que la de los hidratos.

Siempre que se mantenga una vida muy sedentaria, y se ingiera más glucosa de lo que se gasta o se quema, la misma se depositará como grasa, ya sea entre los órganos vitales, o bajo la piel. Si recordamos este aspecto cuando distribuimos nuestra dieta diaria, debemos mantener el criterio de reducir o ampliar la cantidad aconsejable de carbohidratos en relación directa con la grasa corporal que nos falta o nos sobra. Hay que recordar que: «la grasa llama a la grasa»,  haciéndonos dependientes de nuestro propio desorden alimenticio y alterando el «aire interno».

La semana que viene seguiremos con el mundo de los hidratos de carbono visto por los orientales.

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