¿Te sientes fracasado? ¿Estás pasando una crisis de incompetencia, y piensas que no aprendes a pesar de tus grandes y continuos esfuerzos? ¿Vives un frenesí entre el esfuerzo que aplicas a todas las tareas y los resultados que logras? ¿Te desespera el tiempo que pierdes y lo poco que te cunde el día?

Muchas de estas cuestiones dependen de cómo gestionas la información que recibes de tu entorno más cercano y del modo en que reciclas todos estos datos para tu compromiso cotidiano, responsabilidad que se reparte entre tu vida personal, profesional y social.
Jung determinó que las personas, dependiendo de nuestras preferencias, teníamos dos modos claves de recoger la información. Estos dos tipos, como en el caso del post anterior (155), presentan ostensibles diferencias, que son causa de bastantes conflictos en la ya compleja interacción con los demás. Y esto es importante, además de por el autoconocimiento, porque cuando recibimos datos, estadísticas, informes, referencias, opiniones, etc., que no cubren nuestra preferencia, solemos rechazarlos, aunque sean válidos y concluyentes.
Estas dos preferencias para recibir información son:
  • Tipo sensación: aquellos que prefieren recibir información real y tangible. Sólo atienden a aquello que está sucediendo y que tiene una aplicación práctica.
  • Tipo intuición: los que prefieren recibir la información representada en un esquema. Les parece mucho más interesante conocer todas las conexiones que existen entre unos datos y otros a quedarse con lo nimio de su concreción real.
Las personas que están muy polarizadas en estas dos preferencias parecen vivir en dos mundos diferentes y sin conexión posible. Si bien esto a priori puede ser cierto, también lo es que cada uno guarda en su interior aquello que no evidencia. Las personas que son de tipo sensación temen el error de su intuición. Piensan que ésta puede ser un fraude, lo que les lleva a elaborarlo todo desde un contenido muy pragmático. Del otro lado están aquellos que gustan de la intuición y que emplean las relaciones y conexiones entre varios hechos. A pesar de que responden a su manera de percibir la realidad, también es cierto que tras esta actitud se esconde el miedo a que los detalles pormenorizados les cercenen su fantasía y les reduzcan al ostracismo y la vulgaridad.
Es interesarte considerar cómo reciben la información ambas preferencias:
1. El tipo sensación:
o Recoge la información específica.
o Le interesa el aquí y el ahora. Se aleja de las suposiciones.
o Valora las situaciones pasadas. Estudia datos que estén conectados al presente.
o Respeta todo lo que es tangible. Le exasperan los supuestos o conexiones que no entiende.
2. El tipo intuición:
o Valora el significado y la asociación. No le interesa la realidad concreta.
o Genera ideas y conexiones muy diferentes. Todo essusceptible de una nueva interpretación.
o Prefiere conectar con lo intangible. La inspiración es un valor.
o Rechaza los detalles. Le gusta la visión general.
Las cualidades más sobresalientes del tipo sensación en el trabajo son:
o Trabaja con experiencias comprobadas.
o Disfruta con lo habitual para resolver cualquier situación.
o Estima y respeta el tiempo que invierte en cada proyecto.
o Procede secuencialmente. Primero, segundo…
o En las reuniones presenta los detalles de su trabajo minuciosamente.
o Es práctico y funcional.
o No comete errores, pero rechaza su inspiración.
Las cualidades más sobresalientes del tipo intuición en el trabajo son:
o Le entusiasma las situaciones novedosas y complejas.
o Opta por cambiar antes que continuar con algo que no le entusiasma. Puede iniciar un proyecto desde cero.
o En las reuniones presenta una idea general del proyecto.
o Disfruta de aprender algo nuevo.
o Procede siguiendo su inspiración en el transcurso del proceso.
o Encuentra todas las conexiones que existen.
o Saca conclusiones que nadie ve, aunque a veces pueden ser imprecisas.
Tipos de personalidad para recibir la información (157)
Ya conoces tu modo particular de recibir la información y de procesarla. Quizá cuando estuviste conformando tu plan de acción y tomando decisiones te encontraste con algún problema para hacer tangibles tus ideas. Pasabas de una a otra, y te costaba centrarte en un proceso realizable. O por el contrario te has perdido en los detalles, y todavía estás planteándote el tiempo para la realización de cada propuesta. Tu preferencia para ordenar la información que tienes sobre ti mismo y las experiencias pasadas han condicionado tu tarea.
Quiero subrayar que quienes procesan la información desde la sensación estarán más pendientes del aquí y ahora que de vivir procedimientos novedosos o experiencias que rompan lo establecido, obviando cualquier intuición que pudiera surgir en el proceso. Tal es así que desprecian la imaginación o la chispa de aquellos que son innovadores, un tanto anárquicos y más generalistas. Por el contrario, los que son del tipo intuición viven pendientes de las conexiones reales o no que detectan en cualquier proyecto. Su visión del todo les aísla de las partes. Esta disolución de lo tangible les lleva a un futurible que no siempre es posible, con muy poco respeto a las realidades que le presenta el tipo sensación. Para ello se salta los tiempos rompiendo las agendas de todos, y destruye las tareas realizadas hasta ese momento si ya no le interesa el proyecto.
La mayoría de las dificultades para gestionar la información del tipo sensación convergen en su excesivo realismo, mientras que los del tipo intuición proceden de su inconstancia ante retos que consideraba aburridos.
Mi propuesta sigue siendo la que hacía en el post 155 de centrar la atención en lo mejor de ambos tipos e intentar suavizar los aspectos de mayor descontrol. Esto ayudará bastante a consolidar relaciones profesionales y personales. El bienestar depende de aceptar la diversidad y confiar en nuestra competencia para integrar todas las posibilidades de la información.
Reduzcamos un poco nuestra tendencia a dar detalles y ser minuciosos en la presentación de nuestros proyectos, que a veces es innecesaria. El tiempo es importante, pero registrar cada minuto no siempre conduce a optimizar nuestras funciones, ni a garantizar el triunfo que se buscaba. El reloj marca fracciones de tiempo muy diferentes dependiendo de la ligereza o densidad de nuestro ánimo.
Valoremos el esfuerzo que se ha consumido en proyectos que, si bien parecen tediosos, han promovido la ilusión para una parte de nuestro equipo. Nuestra rapidez para incorporar aprendizajes no siempre es tan efectiva, y quizá sea bueno ganar en consistencia y medir un poco más los detalles. Seguro que lo arcaico necesita un poco de innovación, pero no hay que minusvalorarlo, pues en él reside la experiencia y el conocimiento.
Espero vuestros comentarios y que sigamos juntos mucho tiempo
Bibliografía

C.G.Jung, Tipos psicológicos, traducción de R. de la Serna, editorial Letras, Chile, 1937
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