Leer más
			
		
				Archivo Histórico
		
		Fumar, algo más que una adicción
Mi amigo dejó de fumar. Los médicos le aseguraron que tenía muy pocos meses de vida si continuaba fumando. La noticia nos la contó con la mirada perdida y un aire de víctima que por un momento consiguió afectarme. Muchos de nosotros, los amigos de siempre, le amenazábamos cada día con este posible desenlace.
Leer más
			
		
				Archivo Histórico
		
		La rojigualda
Madrid se llenó de rojo y la algarabía inundó de fiesta las calles. La «Roja» fue aplaudida vitoreada, ensalzada y se enarbolaron las banderas rojigualdas profusamente. Los que venimos de lejos nunca antes habíamos visto tanta conexión. El bipartidismo quedó abolido por instantes. La gresca política, tan ácida y molesta, bajo la guardia y los de derechas y los de izquierdas gritaban del mismo modo y con el mismo ritmo.
Leer másLa motivación (164)
¿Conoces por qué a veces eres capaz de lograr lo que te propones y otras te sientes derrotado al primer intento? ¿Qué hace que tengas éxito en algunas de tus propuestas y en otras no? Muchas de estas respuestas están en investigar tu motivación y la satisfacción de tus necesidades. Desde las más básicas a las más elevadas.
Podemos decir que la motivación se halla vinculada a la voluntad y al interés, de tal modo que tendremos una mayor capacidad para conseguir nuestros propósitos en la medida que nuestra voluntad e interés estén al servicio de los mismos. A veces, esto sólo depende de conocer un poco más cómo funcionamos.El viejo y el mar. La lucha por mantener la presa. (137)
Solo. La pesca debía hacerla solo. Le gustaría que el muchacho estuviera con él. «Pero él no está conmigo», se decía una y otra vez. Y pensaba: «No cuentes más que contigo mismo, y harías bien en llegarte hasta el último sedal aunque sea en la oscuridad y empalmar los dos rollos de reserva». Estoy sola mientras miro el infinito cielo que me separa de la ciudad de Monterrey. El piloto avisa que hemos subido por encima de los 10000 pies. Recuesto el asiento y cierro los ojos.
Como el anciano marinero me gustaría que alguien estuviera conmigo. Quizá no lo cuidé cuando me acompañaba. Es posible que haya un poco de descuido cuando estoy cerca. Ahora en la añoranza es fácil pensar que voy a ser mejor.El viejo y el mar. Hasta conseguir lo que se busca (136)
No sé en qué momento sentí el nudo en la garganta y noté la humedad en mis ojos. Me recosté sobre los cristales del avión buscando esconderme de cualquier mirada. Mi compañero del 2H me había saludado cuando tomó asiento. Apenas le contesté. El libro permanecía recostado sobre mis jeans mientras mis manos temblorosas lo sujetaban.
 «Yo prefiero ser exacto. Luego cuando venga la suerte estaré dispuesto.» Liberarse y dejar que el azar hable por nosotros. Quizá esa fuera una solución. Ser menos estricto, menos exigente con todo. Dejar que el barco viaje un poco a la deriva. Habían pasado más de 84 días sin pesca. Había salido a la mar un día tras otro, y los aparejos de la pesca habían vuelto vacíos. Los otros pescadores tornaban con sus botes llenos. Pero el anciano no dejaba las cosas al azar. La suerte de los otros contra su exactitud. Pensé en mis éxitos cuando otros habían fracasado. En mis amigos confiando en mi año tras año pese a las crisis, a los golpes de fortuna. Mi barca estuvo siempre repleta. Ahora había sido diferente. Algo no había hecho bien esta vez. Mi anciano y yo debíamos revisar qué nos pasaba. Quizá me faltó comprensión. No todo es conocer y saber. A veces hay que dejar que las aguas nos lleven sin perder el timón ni el rumbo.