Miedo físico:
El miedo en sí mismo es beneficioso, ya que constituye un mecanismo de defensa que permite que respondamos a las situaciones no favorables con eficacia. El nivel de temor adecuado nos enfrenta a las dificultades reconociendo nuestra capacidad para resolver la situación, o en su defecto nos posibilita alejarnos del peligro. Nuestro nivel de adaptación al entorno mide nuestra resistencia al miedo. A mayor adaptabilidad, menor temor y mayor respuesta positiva.
Miedo psicológico:
El miedo psicológico es un estado reactivo emocional que se produce por una falta de adaptación al medio, a las circunstancias, al paso del tiempo… activado todo ello por la angustia a lo des-conocido.
Miedo como sentimiento (José Antonio Marina):
1. Balance consciente de nuestra situación: modo en como nuestros deseos o expectativas se comportan al chocar contra la realidad. El miedo es un peligro que amenaza nuestros deseos.
2. Experiencia cifrada: tiene difícil explicación, ya que no sabemos su procedencia ni sentido.
3. Fenómeno transaccional: existe un intercambio entre nuestra evaluación de la situación y la realidad. El miedo determina el peligro, y el peligro el miedo.
4. Inicia una nueva tendencia, cambiando nuestra atención desde lo que estamos haciendo hacia la nueva situación
Miedo equilibrante y miedo tóxico (Pilar Jericó):
1. Miedo equilibrante: es el que nos ayuda a protegernos de los peligros evitando que hagamos insensateces y dotándonos de prudencia.
2. Miedo tóxico: nos paraliza evitando que desarrollemos todo nuestro potencial.
Miedo cultural (Joanna Bourke):
El miedo es elaborado por la sociedad al magnificar la información alarmista a través de los medios de comunicación, convirtiendo así el miedo en un sentimiento colectivo e individual que varía con las épocas y con los contextos históricos. El miedo sirve de arma de dominación política y de control social al crear falsos escenarios de inseguridad ciudadana.
Conclusiones:
Hemos visto que la información que vamos recibiendo condiciona nuestra concepción del miedo. Cada vez que ampliamos el marco de referencia incluyendo algún nuevo investigador, las respuestas se derivan hacia este nuevo conocimiento, y recordamos partes diferentes de nuestras vivencias, es decir, de nuestro tiempo. Cada uno de nosotros se convierte en un transmisor del miedo concebido por varios modos de hablar de él.
¿Nos cuestionamos si el miedo puede desaparecer, o simplemente nos recreamos en su existencia y en los innovadores modos de comprenderlo? ¿Existe de algún modo un deseo de justificar el miedo en lugar de preguntarnos el beneficio que tiene para nosotros? Es imprescindible comprender la causa y la utilidad del miedo, porque si conocemos la causa podemos acabar con él. Si podemos hallar la causa de nuestro miedo éste puede desaparecer, siempre y cuando estemos dispuestos a desprendernos de la finalidad que el miedo tiene en nuestra vida.
Empieza por conocer tu pensamiento y el valor que le das al tiempo pasado. Si vivieras una experiencia diferente sobre tu miedo y pensaras sólo desde ese instante, entonces quizá no tendrías ningún miedo.
En todo caso, centra hoy tu atención en recordar todos los miedos que han desaparecido de tu vida en momentos en los que estabas viviendo y aprendiendo de un modo diferente y más constructivo.
No hay comentarios