«La persona insensata se deja cautivar por los vestidos de vistosos colores, las canciones alegres, los perfumes agradables y los besos caprichosos. El sabio sólo se preocupa de lo que hay detrás de todas las cosas. De la misma manera que la abeja vuela de flor en flor buscando la esencia de cada una de ellas, el sabio sólo busca la esencia de las personas que encuentra.El sabio conoce y comprende el alma. Indiferente al placer y al sufrimiento, está más allá de las sensaciones. Indiferente al pasado y al futuro, está más allá del tiempo. Indiferente al peligro, está más allá del miedo. El sabio sabe que lo que aparece aquí también aparece allí; que lo que fue también será. El sabio ve unidad, no división.»
Estas palabras del sabio indio Katha Upanishad son muy apropiadas para los tiempos en los que estamos. La insensatez nos conduce detrás de los placeres rápidos y fáciles, y nos hace resentirnos de su falta con tal fiereza que nos abatimos con la angustia de la pobreza y nos dejamos arrastrar por la frustración y el desconcierto. Tal es así que nos miramos agotados cuando aún no hemos librado ninguna batalla, que nos percibimos arruinados sin que nada haya mermado nuestros ingresos. Algunos amigos lloran la crisis sin que les haya afectado, al lado de los que están en paro o han visto mermada su retribución.
Un poco de sabiduría nos permitiría reposar las ideas y encontrar el sentido de los hechos más allá de las primeras sensaciones o impresiones. Nos facilitaría repasar la situación y hallar en nuestros recuerdos soluciones ya experimentadas, y por ello, en alguna medida, válidas. Momentos como este ya han sucedido, y como siempre, este parece el peor.
El momento actual exige de nosotros preguntas con respuestas muy claras: ¿qué puedo hacer yo para colaborar?, ¿cómo voy a empezar a apoyar a mi entorno?, ¿para qué me sirve esta queja permanente?, ¿a quién beneficia?
Sigamos siendo ignorantes de nuestras capacidades si así lo elegimos, pero si somos sabios, y creo que lo somos, empecemos a profundizar en la esencia de las cosas y valoremos lo mejor. Que nadie diga que somos menos inteligentes que las abejas. Ellas jamás se quedarían con la peor de las esencias. ¿Por qué tú sí?
Emplea el día de hoy en dar soluciones y evitar la queja. Dedica tu día de hoy a ver la esencia de todas las personas que te rodean. Cualquier día es el idóneo para empezar a ser sabio.
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