Esta es una historia que me contaron hace tiempo:

Los niños sí quieren cambiar el mundo (104)En un día muy caluroso de un mes de agosto, durante la celebración de las fiestas populares de mi ciudad, un niño de 12 años entró en una heladería y se sentó en una mesa. Miró a su alrededor con serenidad y tomó en su mano la carta de los helados. Cuando ya hubo decidido lo que deseaba, llamó a la camarera y le preguntó: «¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?». «50 céntimos», respondió la mujer un tanto sorprendida por la independencia del niño. Éste sacó de su bolsillo unas cuantas monedas, que contó detenidamente. «¿Cuánto cuesta un helado solo?», volvió a preguntar. La dependiente empezó a impacientarse. Habían entrado al establecimiento varias personas que buscaban sitio. Malhumorada, le contestó: «35 céntimos». El niño volvió a contar las monedas, y dijo a la camarera: «Quiero el helado solo». La mujer le trajo el helado y dejó el ticket con el importe encima de la mesa.
Cuando terminó el helado, el niño abonó su consumición en la caja y se fue. Tras haber atendido a otros clientes, la camarera volvió para preparar la mesa que había dejado el niño. Se encontró con que allí, colocadas ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco céntimos: su propina. La muchacha tragó saliva.
Ejercicio:
  • Recuerda algún momento en el que hayas juzgado negativamente a algún niño o joven de tu entorno.
  • Haz memoria de instantes en los que te haya sorprendido gratamente la generosidad de algún menor.
  • Ve a tus recuerdos de la infancia y disfruta de los pensamientos de grandeza que tenías sobre el mundo, los pobres…
  • Piensa las veces que has salido a pedir para cambiar alguna injusticia y la fuerza que ponías en ello.
  • Anota las profesiones orientadas a ayudar a los demás que querías hacer cuando eras pequeño (o un poco más mayor).
  • Escucha a los más jóvenes de la familia, y anímales a que tengan una mirada positiva sobre el mundo.
  • ¿Qué debemos hacer para que nuestra sensibilidad social y nuestra generosidad permanezca en el tiempo? ¿Qué cambio debemos realizar los adultos para que esto sea posible?
Hoy me gustaría que pusiéramos la atención en cuidar nuestras palabras ante los menores para que todo lo que escuchen de nosotros sea positivo y aprendan a respetar a los que les dirigen y enseñan. Y es que eso sólo será posible si en nosotros ven el mismo respeto y consideración