Mi amiga Elisa, madre de tres varones maravillosos, me regaló en mi último cumpleaños un libro de niños. En él se relatan las aventuras de dos personajes llamados Sapo y Sepo. Estos protagonistas, a través de sus historias, muestran algunas de las paradojas de nuestra vida.

Uno de estos relatos lo he adaptado al trabajo que estamos realizando conjuntamente. Por un lado, cuento la historia, y por otro, propongo un ejercicio. Esta tarea nos da herramientas de autodiagnóstico a la vez que podemos compartirla con los niños y escuchar sus conclusiones, seguro que acertadas.
El relato nos presenta a un Sapo extravertido, activo y lleno de ilusión, y a un Sepo introvertido, apegado a sus espacios habituales, a la comodidad y a sus miedos.
 
ADAPTACIÓN DE «COLINA ABAJO», CUENTO DE SAPO Y SEPO (Arnold Lobel):
 
«Una mañana de invierno, recién levantado el sol por las colinas de las montañas cercanas, Sapo llamó a la puerta de su gran amigo Sepo.
 
-¡Sepo, despierta! –gritó. Sapo sabía que su amigo Sepo aún estaría dormido. A Sepo le costaba ponerse en marcha a primera hora de la mañana. Normalmente daba muchas vueltas antes de empezar su jornada, y muchas mañanas Sapo tenía que despertarle.
 
-¡Sal y mira qué maravilloso es el invierno!-. Las colinas aparecían totalmente blancas por las primeras nieves del año, y Sapo quería que su amigo disfrutara de aquel esplendor invernal.
 
-No saldré -dijo Sepo–. Estoy calentito en mi cama.
 
Sapo, que ya esperaba esta respuesta de su perezoso amigo, no se dio por vencido y replicó:
 
– El invierno es hermoso, sal y vamos a divertirnos.
 
-¡Bah! -contestó Sepo–. No tengo ropa de invierno.
 
Sapo entró en la casa. Se sabía de memoria las excusas de su amigo, y en su mochila roja llevaba varias prendas para él.
 
– Te he traído algunas cosas para que te las pongas –dijo.
 
Sapo le puso a Sepo un abrigo y unos pantalones y se los abrochó.
 
También le puso un gorro y una bufanda.
 
-¡Socorro! –gritó Sepo- , ¡mi mejor amigo quiere ahogarme!
 
– Sólo quiero prepararte bien para el invierno –dijo Sapo.
 
Sapo y Sepo por fin salieron de la casa. Corretearon durante un rato por la nieve
 
– Nos lanzaremos cuesta abajo por la colina en mi trineo –Propuso Sapo
 
Sepo contestó: 
 
-Yo no. 
 
-No tengas miedo –dijo Sapo– yo iré contigo en el trineo. Bajaremos a toda velocidad. Será emocionante. Tú te sientas delante y yo me sentaré detrás.
 
El trineo comenzó a deslizarse colina abajo.
 
-¡Allá vamos! – dijo Sapo.
 
Saltaron sobre un montón de nieve. Sapo, que no había tenido tiempo para agarrarse, se calló del trineo.
 
Sepo siguió a toda velocidad dejando atrás árboles y rocas.
 
-Sapo, me alegro de que estés aquí –dijo Sepo– yo no podría conducir el trineo sin ti.
 
Sepo saltó sobre otro montón de nieve.
 
-Sapo tienes razón. ¡El invierno es divertido!
 
Un cuervo revoloteó cerca de él.
 
-Hola, cuervo –gritó Sepo–, míranos a Sapo y a mí. ¡Montamos en trineo mejor que nadie en el mundo!
 
-Pero Sepo –dijo el cuervo– estás tú solo en el trineo.
 
Sepo miró alrededor. Vio que Sapo no estaba allí.
 
-¡Estoy completamente solo! –gritó asustado Sepo.
 
¡Bang! El trineo chocó contra un árbol.
 
¡Crack! El trineo chocó contra una roca.
 
¡Plop! El trineo se incrustó en la nieve.
 
Sapo llegó corriendo colina abajo. Sacó a Sepo de la nieve.
 
-Lo he visto todo -dijo Sapo–, lo hiciste muy bien tú solo.
 
-No es verdad –dijo Sepo–, aunque hay una cosa que sí puedo hacer yo solo.
 
-¿Cuál? –preguntó Sapo
 
-Puedo irme a casa –dijo Sepo–, quizá el invierno sea hermoso, pero la cama es mucho mejor.» 
 
 
Ejercicio:
 
Medita sobre los siguientes aspectos del cuento:
  • Sapo nos hace propuestas para alejarnos del confort de nuestras rutinas. A veces cedemos, y otras no.
  • Cuando estamos acompañados por los Sapos de nuestra vida, nos adentramos en experiencias a las que no nos habríamos entregado estando solos..
  • Si Sapo nos abandona, las habilidades que estábamos desarrollando se nos olvidan, y parecemos torpes.
  • La decisión puede ser volver a escondernos en nuestra cama y seguir como siempre.
Plantéate otra posibilidad:
  • Piensa en las cosas que lograste alguna vez, y que no has repetido por miedo.
  • Elige una y repítela varios días seguidos. No te preocupes de las facultades que se requieren para hacerla. Piensa sólo en tener la mejor actitud.
  • Cuando hayas logrado un nivel satisfactorio para ti, busca a algún amigo al que le pudiera ayudar conocer esta habilidad, y conviértete en su Sapo.
  • Cuenta a tus amigos cómo te encuentras después.
Luchemos porque cada día encontremos «un invierno maravilloso» que compartir con alguien. Llevemos preparadas las soluciones a sus disculpas. Y ante todo, tengamos en cuenta que el cambio sólo se logra mediante ensayo y error.
 
Venzamos el miedo a equivocarnos. Cuando «el cuervo»  nos avise de que vamos solos, mantengamos la misma destreza y capacidad. En la vida, hay momentos para estar solos y momentos para compartir. Tú eliges.
 
Agradezco a todos los Sapos de mi vida las veces que me han sacado de mi Sepo y de mi comodidad.
 
Vosotros sois el Sapo más poderoso de mis últimos tiempos.