Hace mucho tiempo un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino de paso a la ciudad. Algunos de los comerciantes y cortesanos más adinerados del reino, cuando vieron la enorme piedra, simplemente dieron una vuelta y la esquivaron. Muchos otros vecinos del reinado culparon al rey de no mantener los caminos despejados, aunque ninguno tomó medida alguna para mover la piedra del camino.

Las oportunidades del camino (223)Entonces un campesino que llevaba una carga de verduras, al aproximarse a la roca, puso su carga en el suelo y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y esforzarse mucho, lo logró. Mientras recogía su carga de vegetales, vio una cartera que yacía tirada en el suelo, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino. El campesino aprendió lo que los otros no entendieron: «Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la condición de uno».

Cuando aparecen dificultades en nuestra vida tendemos a obviarlas y procuramos que el tiempo las resuelva, o simplemente evitamos confrontarlas, y las hacemos a un lado. En el peor de los casos, culpamos a otros de estas circunstancias y sentimos que los demás son injustos.
Pocas veces somos sensibles a nuestro verdadero potencial; sin embargo, cuando lo hacemos los resultados son extraordinarios, y nos sentimos muy satisfechos.
Hoy es un buen día para acometer todas nuestras batallas y retirar las “piedras” de nuestro camino.
Cuéntanos los resultados.