El Diccionario Ideológico de la Lengua Española de Vox dice que la timidez es una sensación de inseguridad o vergüenza en uno mismo que se siente ante situaciones sociales nuevas y que impide o dificulta entablar conversaciones y relacionarse con los demás.
De acuerdo con la Wikipedia, la timidez es uno de los estados más complicados, pues dificulta mucho la normalidad en las relaciones personales. Se le considera una pauta comportamental limitadora en el desarrollo social de quienes la experimentan.
Algunos estudiosos consideran que la timidez es un rasgo de la personalidad que todos tenemos en mayor o menor grado, y que se muestra de manera más acusada en ciertos momentos. Los expertos en personalidad coinciden en que esta reacción tiene que ver con la capacidad adaptativa a la vida social, y afecta en mayor medida a los introvertidos, que son con frecuencia herméticos y tienen baja capacidad comunicativa.
La mayoría de los estudiosos en psicología infantil sostienen que los niños que han tenido una infancia conflictiva, con falta de confianza y escaso afecto de los padres, son más proclives a una baja habilidad social, y por ello a una acentuada timidez.
En líneas generales, la timidez aparece por una sobreprotección familiar, o en los ambientes autoritarios, donde no se deja espacio para la autodefinición. También aparece cuando los niños se sienten menospreciados, o por una circunstancia social en la que se sientan infravalorados por sus iguales.
Seguramente está latente en todos nosotros el recuerdo de nuestra adolescencia, que es la etapa en la que más nos afecta la timidez, a la que se suma el estrés y la ansiedad que provocan los nuevos roles sociales que hay que afrontar. A muchos nos afectó el cambio de nuestra imagen corporal, que incrementó la timidez y el rechazo a las relaciones interpersonales nuevas, y nos llevó a escudarnos en los entornos conocidos.
La timidez lleva implícita en la mayoría de las ocasiones una brusquedad y una falta de delicadeza en la relación con los demás que acaba generando un bloqueo afectivo y cierto aislamiento, a la vez que cierta intolerancia hacia los otros, lo que imposibilita la apertura y el aprendizaje social.
Todas estas experiencias generan limitaciones para desarrollar las relaciones interpersonales, la empatía y las habilidades sociales, tan necesarias para el éxito personal y profesional.
Algunas personas aquejadas de este problema han encontrado en las redes sociales un medio para paliar su dificultad de relacionarse abiertamente, y si bien puede parecer a priori una buena medida, quizá deberían entrenarse para vivir procesos más cercanos y de mayor satisfacción, aunque también de mayor riesgo.
La timidez manifiesta un grado de inseguridad, lo que alimenta una baja autoestima y una pérdida de confianza. Adquirir la competencia verbal y la capacidad de expresarse es una garantía para superar en parte o totalmente la timidez.
Espero comentarios sobre vuestras experiencias para ayudar a todos los que tienen en la timidez un área de mejora.
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