¿Cuáles de todos estos términos os resultan más cercanos para hablar de seducción personal? Conquistar, atraer, gustar, persuadir, crear un ambiente, influir, ligar, conectar, obnubilar…

Seguramente, algunas de estas palabras os arrastran a recuerdos cálidos donde estabais jugando a seducir u os dejabais ser seducidos. Posiblemente  notáis la sensación embriagadora de la conquista y el poder inmanente revoloteando en el aire. Casi todos habréis vivido este estado de enajenación transitoria, pero es probable que no sepáis qué movimientos han provocado este éxito tan inesperado como sorprendente. De hecho, es muy factible que hayáis querido replicarlo en otro momento y os haya resultado casi imposible.

Os invito a, un juego en el día de hoy. Vamos a proponer algunas claves de seducción y durante la jornada vais a ir compartiendo conmigo si os parecen reales o no.

¿Te has planteado alguna vez con qué ojo miras? El primer paso de la seducción está en la mirada.  Dependiendo del ojo con el que estemos mirando a los otros seremos más seductores o menos. El ojo más seductor es el izquierdo. El derecho es más inquisitivo y  distante. Si tenemos algunas dificultades para distinguirlo, es necesario que nos fijemos detenidamente en cuál de los dos ojos está mirando y cuál está pasivo.

Si no te has dado cuenta de cuál es el ojo más activo haz un ejercicio. Tapa el ojo derecho y mira algún escrito, luego haz lo mismo con el otro ojo. Notarás que con uno de ellos no puedes precisar la visión mientras que con el otro sí, este es el  ojo con el que miras habitualmente. Si tienes alguna dificultad para identificarlo pregúntale a alguien con qué ojo estás mirando.

Otro dato a tener en cuenta es el lado de la cara que miramos de la otra persona. Cuando nos centramos en el lado izquierdo es que nos sentimos seducidos. Si es por el contrario el lado derecho la persona no nos atrae.

Cuando hablamos nos expresamos con las manos. Si empleamos la mano izquierda seremos mucho más seductores, mientras que si lo hacemos con la derecha resultaremos un poco más fríos. Esto es mucho más significativo si estamos hablando de algo personal: cuando lo hacemos con la mano derecha es que nos sentimos distantes, o estamos racionalizando y nos encontramos poco emotivos.

Me entusiasma que podamos ir comprobando estos signos de seducción no verbal. La persuasión que producen, cómo influyen en un mayor bienestar en las relaciones a la vez que nos amplían nuestro paradigma  en el campo de la comunicación.

Hay muchísimos movimientos que nos aproximan o nos alejan de los demás. La posición de la cabeza, el rapport, los toques de pelo, los movimientos de tronco, las manos en la cara y un amplio etcétera que nos informa de los códigos inconscientes  del lenguaje no verbal en las relaciones interpersonales.