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Claves para una comunicación persuasiva (167)

El loco me expone sus razones; el cuerdo me persuade con las mías propias.

ARISTÓTELES
Dice Pablo Briñol en su libro Qué es persuasión: «Cualquier sociedad y estado modernos tienen como uno de sus principales problemas encontrar fórmulas, democráticas y equitativas, para conciliar una gran disparidad de opiniones, creencias, valores y comportamientos que coexisten dentro de ella (…). Es necesario, por tanto, que cualquier sociedad democrática asuma como uno de sus retos prioritarios y permanentes el desarrollo y la promoción de algún tipo de mecanismo de articulación y superación de conflictos con el fin de garantizar su propio funcionamiento. En este contexto, palabras como diálogo, negociación, acuerdo, consenso, etcétera, reflejan la apuesta que la sociedad democrática (…) concediendo así un papel fundamental a la persuasión».
Los investigadores americanosPetty y Cacioppo (1986) dicen que: «Entendemos por persuasión cualquier cambio que ocurra en las actitudes de las personas como consecuencia de su exposición a una comunicación». Parece ser que persuadir es algo que sucede de continuo en los procesos comunicativos según nos evidencian estos estudios. Quizá con alguna falta de consciencia del hecho persuasivo en sí, y en algunos casos sin percibir que ha habido un cambio sustancial de postura en relación al planteamiento previo.
Claves para una comunicación persuasiva (167)Entonces cabe decir que la palabra clave de la persuasión es un cambio en la actitud, y que este es el fin máximo para el que está diseñada la comunicación persuasiva. La relevancia está en cómo se ha logrado esa modificación actitudinal, y qué medios han empleado los expertos para ello. Deducimos, por ello, que cuando persuadimos lo que intentamos es provocar en el oyente un «cambio de actitud» que deje en suspenso situaciones tensas o díscolas, o que varíe su visión sobre el tema tratado en aras de un acercamiento de posiciones y un debilitamiento de la crisis o tensión.
Algunos comunicadores eligen en su desarrollo persuasivo técnicas emocionales, buscando argumentos que sensibilicen al receptor mediante su simpatía y habilidad social. Otros, por el contrario, prefieren argumentos muy fundamentados e intelectuales con los que mostrar a sus interlocutores que hay una base muy sólida de conocimiento. Los comunicadores de mayor éxito son los que mezclan ambas perspectivas, y para ello van muy preparados tanto en el concepto como en el contexto, sin olvidar que la comunicación está dirigida a personas y que su empatía y buenas formas impactarán de un modo muy favorable. Estos últimos tienen menos posibilidades de dejarse arrastrar por la manipulación o la distorsión de la información.
No cabe duda de que cuando los argumentos están muy estructurados tienen mucha más fuerza y generan pensamientos positivos. A la hora de elegir el número y la cualidad ideal de los argumentos es fundamental seleccionar un contenido muy fuerte aunque el número no sea muy elevado, eludiendo argumentos débiles o sin bases constatables. Es necesario remarcar que además de cuidar la fuerza es necesario que los argumentos estén conformados con frases positivas. Este será el mejor modo de introducir un tema y estimular la participación de los dos lados.
Las claves de la persuasión son:
  • Respeto.
  • No manipular ante cualquier situación que se produzca.
  • Argumentación dilatada en el tiempo
  • Conciliar intereses de todas las partes.
  • Compromiso con las ideas propias.
  • Ver que en cada cosa hay algo positivo.
  • Entender los puntos de vista diferentes.
La persona que tiene un alto contenido de comunicación persuasiva necesita actuar con:
  • Desapego del resultado.
  • Transparencia. Para ello es preciso decir lo que piensa, independiente del entorno.
  • Concreción. Apoyándose en hechos concretos. En ningún caso con supuestos.
  • Conocimiento de los puntos positivos y negativos de su argumentación.
  • Consenso, intentando conciliar las opiniones de todas las partes.
  • Empatía, es decir: ponerse en los pies del otro sin salirse de los suyos.
  • Claridad en qué quiere, qué método va a emplear y para qué será útil el alcanzarlo.
  • Respeto al valor de las palabras, sin excederse en la cantidad y cuidando la calidad.
Las equivocaciones más comunes cuando la cualidad persuasiva es baja son:
  • La crítica y el juicio de los interlocutores y de sus planteamientos.
  • Cierta competitividad, llegando incluso a la descalificación del otro.
  • La intransigencia a los puntos de vista que difieran del propio.
La persuasión es, sin duda, el comportamiento comunicativo que sirve para hacer aproximaciones ideológicas, éticas o de cualquier otro tipo que permiten deshacer equívocos entre varias partes. Tal es así que la persuasión es el medio ideal para facilitar negociaciones o para relativizar conflictos de toda índole.
Si bien es cierto que el acto de persuadir busca movilizar a los interlocutores hacia una visión diferente, hay una gran diferencia entre la intención de persuadir y la de manipular. El manipulador busca, claramente, tergiversar, modificar o cambiar los hechos para controlar los comportamientos o las decisiones de otros en beneficio propio. Las debilidades de esta comunicación son lo contrario de lo que hemos expuesto de la persuasión. No hay transparencia ni claridad en los conceptos.
La conclusión es que todos podemos ser persuasivos, y que el impedimento para ello radica en nuestro deseo de avasallar con nuestras opiniones, o que debido a una deficiente valoración personal cedemos a los argumentos de los otros.
Emplea un tiempo en desarrollar estas cualidades y podrás observar una reducción en los conflictos personales y profesionales.
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La educación y sus beneficios (166)

Se cuenta que el político y orador ateniense Licurgo (396 a. C.), discípulo de Platón y de Isócrates, fue invitado a dar una conferencia sobre educación. Licurgo aceptó la invitación, pero pidió un plazo de seis meses para prepararse.

El hecho causó extrañeza, pues todos conocían que él tenía capacidad y condiciones para hablar en cualquier momento sobre el tema. Por eso lo habían invitado.
Transcurridos los seis meses, Licurgo compareció ante la Asamblea, que estaba expectante.El orador se ubicó en la tribuna, y enseguida entraron unos criados portando cuatro jaulas.En cada una había un animal; en total, eran dos liebres y dos perros.
A una señal preestablecida, uno de los criados abrió la puerta de una de las jaulas y una pequeña liebre blanca salió dispara y espantada.Luego, el otro criado abrió la jaula donde estaba uno de los perros, y éste salió raudo a la captura de la liebre.La alcanzó con destreza, despedazándola rápidamente.
La escena fue espantosa y afectó a todos los presentes. Una gran conmoción dominó a la Asamblea. Nadie comprendió lo que Licurgo deseaba con tal agresión.Licurgo no explicó cosa alguna y volvió a repetir la señal establecida, y la segunda liebre fue liberada de su jaula.Enseguida dejaron libre al otro perro.
El público contuvo la respiración. Los más sensibles taparon sus ojos para evitar ver la muerte del indefenso animal, que corría y saltaba, ignorante de lo que le esperaba.
En el primer instante, el perro embistió contra la liebre; sin embargo, en vez de destrozarla, la tocó con la pata y la liebre quedó bajo su pata. De inmediato la soltó y esta se irguió y se puso a jugar con el perro.
La educación y sus beneficios (166)
Para sorpresa de los allí presentes, ambos animales mostraron tranquila convivencia, saltando de un lado para el otro.
Entonces Licurgo habló:
«Señores, acabáis de asistir a una demostración de lo que puede la educación. Ambas liebres son hijas de la misma matriz. Fueron alimentadas de igual manera y recibieron los mismos cuidados. Y lo mismo los perros. La diferencia entre ellos reside únicamente en la educación.»
Y prosiguió vivamente su discurso, exponiendo las excelencias del proceso educativo:
«La educación basada en una concepción exacta de la vida transformaría la cara del mundo. Debemos educar a nuestro hijo, esclarecer su inteligencia, pero, ante todo, debemos hablar a su corazón, enseñándole a despojarse de sus imperfecciones. Recordemos que la sabiduría por excelencia consiste en volvernos mejores.»
Esta historia, que no importa si es verdadera o no, nos enseña la diferencia entre vivir nuestros instintos o aprender a emplearnos para nuestro bienestar. Licurgo necesitó 6 meses para adiestrar a los animales. La necesidad que tenemos de resultados rápidos nos impide vivir grandes experiencias de mejora personal y de triunfo social.
Quizá esta historia os anime a comprobar los óptimos resultados cuando educamos, a nuestros hijos y a nosotros mismos, con disciplina, estimulamos la voluntad, orientamos la motivación beneficios sociales.. . Un contrato de seis meses puede elevar nuestra ética y avivar nuestra responsabilidad con los demás
Vuestros comentarios serán muy valiosos hoy.
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Contrato contigo mismo. Triunfar en las metas (165)

¿Cuántas veces te has propuesto algo y no los has conseguido? ¿Tienes la costumbre de quejarte por la falta de resultados en tus negocios? ¿Has llegado a la conclusión de que no tienes ninguna voluntad para hacer lo que te propones?

Quizá estás cansado de tu frustración. Y agotado de culparte y culpar, y de sentirte derrotado. Te propongo hacer un contrato contigo mismo.
Para ello debes decidir:
· Un objetivo general a medio o largo plazo, y pequeñas metas básicas diarias a corto plazo y todas de obligado cumplimiento.
· El tiempo en el que quieres ver cumplido el objetivo.
· Determinar las acciones y el tiempo de ejecución de cada una de ellas.
· Establecer pequeños incentivos cuando los rendimientos sean positivos
· Imponer pequeñas penalizaciones si no se cumplen las tareas a tiempo.
Cuándo es aconsejable que decidas realizar este contrato:
· Si estás realizando algún cambio de tu visión y actitud ante la vida.
· Si estás comparándote con otros, con resultados nada favorables.
· Si sientes que tus metas requieren un esfuerzo excesivo, y las incumples a menudo
· Si te deprime tu vida y piensas que casi nada merece la pena.
· Si simplemente quieres lograr mejores rendimientos.
Contrato contigo mismo. Triunfar en las metas (165)Debes conocer la parte de tu yo interno que es el detractor de tus propósitos y que se convierte en tu enemigo para que el contrato siga su curso adecuadamente. Un ejemplo puede ser:
  • Que con algunas personas no sabes ejercer tu autoridad; bien porque te sometes, o porque eres autocrático con ellas.
  • Que te cuesta decir «No» porque temes que dejen de apreciarte.
  • Que no sabes decir «» y mantenerte firme cuando exige mucho esfuerzo.
  • Que te falla la constancia y la voluntad, y además te disculpas cuando pasa.
  • Otros motivos que también boicotean tus éxitos
El contrato debe cumplir los siguientes requisitos:
1. Objetivo definido, claro e íntegro. Debes precisar:
a. Tu meta principal a medio y largo plazo.
b. Dónde vas a aplicarlo.
c. Cuándo quieres que se cumpla.
d. Las tareas diarias que vas a realizar para lograrlo.
Ejemplo:
  • Quiero ser Feliz en el año 2010 (aquí tendrías que definir qué te hace feliz).
  • Dentro de los seis meses próximos (ver la viabilidad, nada es posible si no depende de ti).
  • Sabré que lo he conseguido porque…(determinar el indicador del logro).
2. Detallar qué comportamiento te impide conseguirlo:
a. Una de mis dificultades es que me ….
3. Marcarte una función diaria en base al impedimento y definiendo el lugar donde lo va a aplicar:
a. «Me comprometo a emplear…..
b. De esta forma estableceré:
· Qué sucede
· Dónde quiero resolverlo primero (trabajo, casa, pareja…).
· Qué situación me resta felicidad
· Marcaré una meta intermedia para sentirme victorioso.
4. El compromiso no entrañará dificultades que no se puedan acometer. Ejemplo: «Ya no tendré este comportamiento desde ahora… ». Es posible que el primer día ya no lo cumplas. El sentimiento de impotencia anulará la ilusión por conseguirlo.
5. La primera parte del contrato espara detener la acción negativa:
a. Primero decido qué tengo que dejar de hacer.
6. Las penalizaciones por incumplimiento deben ser en el mismo momento. Se marcarán al firmar el contrato y no se cambiarán bajo ningún concepto:
Ejemplo: debes ser justo contigo y en ningún caso dañarte o ser benevolente. Lo que suprimas debe ser importante, no vital.
  • Cada meta no cumplida: me quitaré algo que me gusta un poco
  • Cuando es reiterativo: más grave la sanción
7. Después de conseguirvencer lo negativo debemos acometer la parte positiva:
a. Cómo voy a experimentar mi meta: «Voy a disfrutar de … cada día». Puedo ir ampliando estos tiempos según voy comprobando que no aparece la acción negativa señalada en el apartado 5
8. La recompensa se gratificará en el instante de lograrlo: debe elegirse con anterioridad dando diferentes valores según los logros. Mantener el tipo de recompensa al menos en un mes.
Ejemplo (setienen que considerar los mismos factores queen las puniciones):
  • Cada meta cumplida: me daré algo que me gusta un poco.
  • Si se mantiene una semana: algo más interesante.
9. No rescindir el contrato sin haberlo conseguido, ni modificar la primera elección del contrato. El contrato debe ser firmado y respetado en su totalidad como forma de conseguir ampliar nuestra voluntad y la confianza en nosotros mismos.
10. Abrir un archivo de contratos con los informes de los mismos. Tendemos a trivializar la importancia de la disciplina y la recompensa en nuestro aprendizaje; sin embargo, el triunfo dependerá de mantener un método coherente y válido, en el que se tengan en cuenta los logros obtenidos.
Cada una de las cosas que nos proponemos debe ser realizada con la mayor dedicación, tranquilidad y trascendencia. Debemos pensar al final de cada jornada que todo lo que realizamos, si no salió como esperábamos, no fue porque no hayamos puesto nuestro esmero, sino porque no pudimos hacer más. Ahora bien, debemos respetar los objetivos específicos para ese objetivo.
Cuando hayáis firmado el contrato, no olvidéis colocarlo en un lugar muy visible con el fin de chequearlo continuamente, y tener una actitud proactiva con este compromiso.

Deseo que os sea útil este boceto de acuerdo personal. Podría realizarse de otro modo. Espero vuestras propuestas.

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La motivación (164)

¿Conoces por qué a veces eres capaz de lograr lo que te propones y otras te sientes derrotado al primer intento? ¿Qué hace que tengas éxito en algunas de tus propuestas y en otras no? Muchas de estas respuestas están en investigar tu motivación y la satisfacción de tus necesidades. Desde las más básicas a las más elevadas.

La palabra motivación proviene de los términos latinos motus (movido) y motio (movimiento). En el campo de la psicología, motivación es lo que nos impulsa a realizar determinadas acciones y a persistir en ellas hasta el cumplimiento de nuestros objetivos.
La motivación (164)Podemos decir que la motivación se halla vinculada a la voluntad y al interés, de tal modo que tendremos una mayor capacidad para conseguir nuestros propósitos en la medida que nuestra voluntad e interés estén al servicio de los mismos. A veces, esto sólo depende de conocer un poco más cómo funcionamos.
Cuando hablamos de motivación queremos referirnos al ansia, al deseo, la necesidad, y la voluntad de lograr aquello que anhelamos, bien porque nos sentimos carentes de ello, o porque hay una intención de desarrollo o de autorrealización.
Para una persona con bajos recursos su prioridad será cubrir sus necesidades más básicas, y su motivación estará íntimamente ligada a lograr resolver estos déficits de supervivencia. Por el contrario, todos aquellos que vivan con un superávit económico tendrán una tendencia mayor al logro, al autorreconocimiento o al prestigio.
Podemos dividir las motivaciones en tres:
· Las fisiológicas o de primera necesidad, que son innatas en la persona. Todos tenemos la capacidad de alcanzarlas con mayor o menor esfuerzo. Y todos priorizaremos estas necesidades sobre otras.
· Las sociales, que están vinculadas al prestigio y logro social. Se relacionan con las habilidades para relacionarse con los otros, así como de beneficiarse y apoyar a las relaciones sociales. Algunas de las redes sociales han nacido de estas motivaciones.
· De autorrealización, que son distintas para cada persona. Se trata de obtener logros personales que estén enfocados hacia el crecimiento y el desarrollo personal.
Ahora bien, ¿cómo podemos lograr la realización de estas
motivaciones? Si enfocamos la motivación como un proceso para satisfacer necesidades, proponemos lo que se denomina el ciclo motivacional, basado en Chiavenato (I, 1998), cuyas etapas son las siguientes:
1. Homeostasis: es el estado de equilibrio en el que permanece el organismo humano hasta que recibe un estímulo.
2. Estímulo: se genera una necesidad. En ese instante se rompe el equilibrio y la persona busca resolverlo.
3. Necesidad: la necesidad, insatisfecha, provoca un estado de tensión.
4. Estado de tensión: la tensión produce un impulso que da lugar a un comportamiento o acción.
5. Comportamiento: el comportamiento, al activarse, se dirige a satisfacer dicha necesidad y alcanza el objetivo.
6. Satisfacción: si se satisface la necesidad, el organismo retorna a su estado de equilibrio, hasta que otro estímulo se presente.
Vamos a ver qué sucede en el ciclo motivacional y en qué parte del mismo se produce el bloqueo o fallo:
1. Homeostasis: falta de equilibrio por estados precedentes.
2. Estímulo: desfase entre la necesidad y la aceptación del esfuerzo para lograrlo.
3. Necesidad: depende de la voluntad y el interés que haya provocado el estímulo.
4. Estado de tensión: mal manejo del proceso e impaciencia por el resultado.
5. Comportamiento: reactivo
6. Satisfacción: frustración, con la consiguiente carga de tensión y la pérdida del equilibrio homeostático.
Cabe señalar que cuando se ha desembocado en esta insatisfacción pueden originarse ciertas reacciones como:
· Desorganización del comportamiento (conducta ilógica y sin explicación aparente).
· Agresividad (física, verbal, etc.).
· Reacciones emocionales (ansiedad, aflicción, nerviosismo y otras manifestaciones como insomnio, problemas circulatorios y digestivos, etc.).
· Alienación, apatía y desinterés.
Esto es una visión sobre las causas de los fracasos en nuestros objetivos y nuestros sentimientos de frustración. Puede haber muchas otras. En cualquier caso, el video que os adjuntamos puede daros muchas pistas de cómo aprender a superarnos.
Motivación:
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El sabio, el sufí y el perro. El Hábito no hace al monje (163)

Hoy es un buen día para analizar la coherencia entre el traje que llevamos puesto y el que nos corresponde por nuestra calidad interior. Las personas que nos encontramos en el camino están influenciadas por lo que perciben de nosotros, y muy probablemente no recibamos todo el amor que nos merecemos porque no coincide lo que mostramos con lo que realmente somos.

Quiero hacer una revisión de nuestra integridad con un cuento sufí:
El sabio, el sufí y el perro. El Hábito no hace al monje (163)Un hombre vestido con una túnica sufí de lana burda pasaba por una calle y se encontró un perro al que golpeó con su bastón y le rompió una pata. El perro salió aullando y fue a acurrucarse a los pies del sabio Abu Saíd pidiendo que se le hiciera justicia.
El Sabio le dijo al sufí: « ¿Cómo te has permitido hacer tanto daño a este pobre ser?».
El sufí respondió: «Oh Sabio, ha sido culpa del perro, y no mía! Si le he pegado es porque me había manchado la ropa».
Más el perro seguía gimiendo cada vez más.
Le dijo el Sabio: «¿Qué puedo darte en compensación para calmar tu dolor? Si no quieres que yo asuma la culpa de ese sufí, lo haré castigar para hacerte justicia».
Respondió el perro: «Oh Sabio sin igual, cuando he visto que ese hombre llevaba el hábito de los sufíes he tenido confianza en él. Nunca hubiera imaginado que pudiera hacerme daño. Si no hubiese llevado esa túnica, lo habría evitado. Ese ha sido mi error. Si quieres castigarlo, quítale esa ropa reservada a los justos para que nadie más se engañe con su apariencia».
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Comunicación y sexualidad. Mantener vivo el amor de pareja (162)

El fin de semana, cuando el fragor de nuestra batalla profesional se ha reducido, quizá sea el momento para detenernos y comprobar cómo está nuestra vida personal. Deberíamos contestarnos a cuestiones cómo: ¿cuántas horas dedicamos a nuestra relación? ¿Cuándo ha sido la última vez que hemos paseado de la mano sintiendo la piel del uno al lado del otro? ¿Cuántos días han pasado desde la última vez que hemos compartido un frenesí amoroso? ¿Qué han sido de aquellos días locos en los que los dos reíamos y soñábamos con nuestra vida en común?

Seguramente ya no viajas por puro ocio. Posiblemente ya no hablas de cosas informarles, ni indagas en cómo se siente tu pareja más allá de lo que es obvio. Quizá la sexualidad ha quedado relegada a un intercambio fisiológico apetente pero sin chispa.
Comunicación y sexualidad. Mantener vivo el amor de pareja (162)Cuando empezaste con tu pareja los ríos de la pasión corrían por tus venas, y cuando mirabas sus ojos estallabas de amor. Reías sin más. Corrías a buscarle para deleitarte durante breves minutos robados al reloj. Y le llamabas una y otra vez para simplemente escuchar la voz amada. Es probable que ya no recuerdes qué sentiste cuando te dijo te quiero. O cuando rozaste sus labios por primera vez, ni el instante en el que penetraste en su intimidad, o abriste las puertas de tu calidez al cuerpo turgente.
Porque la memoria es selectiva, y ahora dudas de que todo eso haya sucedido con la relación presente, con la que llevas tiempo, y con la que te has dejado invadir por la monotonía y la cotidianidad. Ya no preparas el baño caliente para juguetear con el agua. Ni acaricias su cuello, ni pasas tus manos por esas zonas tan incitantes. Has olvidado cómo se te erizaba la piel y cómo te invadían los deseos de hacerte uno, aquel impulso de atracción y cierta lujuria que ahora está adormecido por el tiempo y la rutina.
Has aletargado tu sexualidad compartida, y las has convertido en un medio independiente con el que consigues escaparte de tus responsabilidades a través de fantasías y locuras. Sueñas con otros cuerpos, con otra vida paralela en la que te vas enredando sin comprender el riesgo de la distancia. Y no es que hayas perdido el amor, seguro que no, lo que ha caducado es la ilusión, la pasión, la novedad y la imaginación.
Convendría que retomaras la sexualidad como un medio de comunicación, a modo de un intercambio energético que propicia una comunión en la que podéis reconoceros y proyectaros en vuestros cuerpos, y experimentar la desmaterialización de la individualidad. Cuerpo a cuerpo, con respeto y dulzura, con conocimiento y habilidad. Rozando lo excelso de ser uno sabiendo que a la vez sois dos seres independientes.
En Oriente la sexualidad tiene un principio energético, en el que dos personas pueden compartir y expresar toda la fuerza colmándose de gozo y experiencias llenas de libertad y belleza. El sexo no es una conquista o posesión, sino generosidad y capacidad de compartir la vivencia interior acatando el principio de igualdad, en el que dar y recibir, pedir y entregar, son una misma cosa.
Ahora que os conocéis, que sabéis cada uno de las necesidades del otro, es el momento de ampliar los horizontes y acercaros con agradecimiento. Porque esta vida diaria exige ampliar el mapa de conocimiento mutuo. Hay que romper con la pereza, la desmotivación, el costumbrismo que hace aburrida y caduca la vida sexual, para retomar la comunicación de los cuerpos y sentir el roce del alma.
Y todo ello es necesario porque una nueva relación acabaría en el mismo puerto si no resolvemos previamente la indulgencia en la que vive el deseo cuando no le excita el ánimo de poseer.
Empezad por hacer un DAFO de vuestra relación afectiva sexual. Comprobad cuáles son vuestras fortalezas, vuestras debilidades, las oportunidades que os aportan el cambio y las amenazas.
Si os interesa, podemos seguir cada sábado con la comunicación sexual y mi lucha por mantener las parejas en una relación gozosa y eterna.
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Comunicación asertiva. La expresión de los ideales (161)

La asertividad se define como un estilo de comunicación en el que la persona habla desde su voluntad sin zaherir a los demás, teniendo como única meta expresar sus ideales y defender sus derechos.

Este comportamiento comunicativo está muy lejos de la agresividad o la pasividad. Más bien cumple un equilibrio entre la fuerza y la templanza que lo convierte en uno de los valores más interesantes para participar en cualquier foro, debate, relación o exposición personal o profesional.

La asertividad nos permite expresar todo aquello que pensamos, además de razonar sobre el origen del pensamiento y actuar en consecuencia. Esta actuación tiene muy en cuenta todo aquello que consideramos apropiado para nosotros, defendiendo nuestros valores, intereses y necesidades, sin agredir ni ofender a nadie.
Decía J. A. Vallejo Nájera que «una persona asertiva es aquella que tiene el poder y la capacidad de asegurar con firmeza y decisión cuanto dice y hace. Por ello podemos equiparar asertividad a seguridad en sí mismo y autoafirmación». Según estas palabras, podemos considerar la asertividad como uno de los pilares de la autoestima, que evita que seamos manipulados por los demás y viceversa.
Ya Plutarco, en el siglo II a. C., decía: «Toda la ciencia del hombre consiste en saber decir lo que conviene decir, y callar lo que es necesario callar». La asertividad requiere un alto grado de tolerancia hacia los errores propios y ajenos, y para ello es preciso manejar los silencios, proponer soluciones realizables, y acallar las discusiones o enfrentamientos innecesarios.
Comunicación asertiva. La expresión de los ideales (161)Todas estas cualidades convierten a la asertividad en el mejor medio para llegar a acuerdos y consensos, y para resolver conflictos de todo tipo. Ahora bien, ser asertivo supone tener un mayor autoconocimiento para manifestarse en libertad estando seguros de que nada será utilizado en nuestra contra. Además de todo ello, exige poseer un sentido de equidad e igualdad en todo para lograr una apertura a cualquier contraposición de nuestros deseos.
Richard Stanley Lazarus expresaba que la asertividad le confiere al hombre una libertad emocional que le permite luchar por los derechos propios y ajenos. Este psicólogo que estudió el afrontamiento consideró la asertividad como uno de los pilares comunicativos.
Podemos definir por ende asertividad como la cualidad de encontrar las palabras y el momento apropiado para expresar las ideas, sentimientos y deseos, positivos o no, de forma eficaz, respetando los derechos de todas las partes.
Las cualidades asertivas las tienen personas cuyas características son:
· Tener una personalidad activa y voluntariosa.
· Poseer libertad de expresión y ejercer una comunicación directa.
· Tener prestigio y ser respetada.
· Aceptar sus limitaciones.
· Saber decir sí y no en los momentos y tiempos adecuados.
Se diferencian de otras personas porque:
· Se aseguran de ser justos.
· Solicitan lo que desean con claridad.
· Aceptan las críticas y el elogio con ecuanimidad.
· Expresan sus sentimientos abiertamente.
Hay dos modos disfuncionales de resolver las situaciones conflictivas:
· Pasivo dependiente: cuando esperamos sin intervenir en las situaciones y nos adaptamos a los que nos rodea sin exigencias.
· Agresivo exigente: en los casos en los que nos impacientamos y estimamos que los demás deben adaptarse a nuestro a ritmo.
En el caso del pasivo dependiente no se explicitan las necesidades, y en el agresivo no sólo se expresan con brusquedad las propias, sino que además no hay disposición para escuchar lo que los demás reclaman o necesitan.
Además de las habilidades de las que hemos hablado, es prioritario trabajar una serie de actitudes que son indispensables para logar una asertividad concluyente y sólida, entre las que se encuentran:
· La escucha activa.
· La transparencia en la comunicación. Decir lo que se piensa sin dobleces.
· La disposición a la acción y a la tarea.
· Plantear alternativas concretas.
· Aceptar la diversidad y evitar en todo momento la crítica.
Podemos resumir diciendo que la persona asertiva es activa, directa, clara y oportuna. Se comunica en el nivel verbal, emocional y simbólico con autoridad, defendiendo los fines que persigue con respeto y tolerando la disparidad de opiniones e intereses.
Espero que vuestros comentarios sean hoy concretos y asertivos
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La taza de té. Un cuento zen para reflexionar (160)

Después de estos días de aprendizajes, hoy quisiera que reflexionáramos a través de un bello relato zen.

Es conocida la historia de Nan-in, un maestro japonés que vivió en la era Meiji, y lo que le sucedió con un profesor universitario que fue a visitarlo intrigado por la afluencia de jóvenes que acudían al jardín del maestro.
Nan-in era admirado por su sabiduría, por su prudencia y por la sencillez de su vida, a pesar de haber sido en su juventud un personaje que había brillado en la corte. Aceptaba en silencio que algunos se sentaran con él al caer de la tarde, pero no debían importunarlo después de la meditación. Entonces, parecía algo serio y hasta hosco, pero no era más que la necesaria readaptación mientras trabajaba en su jardín, pelaba patatas o remendaba la ropa.
El prestigioso profesor se hizo anunciar con antelación haciendo saber que no disponía de mucho tiempo, pues tenía que regresar a sus tareas en la universidad.
Cuando llegó, saludó al maestro y, sin más preámbulos, le preguntó por el zen. Nan-in le ofreció el té y se lo sirvió con toda la calma del mundo. Y aunque la taza del visitante ya estaba llena, el maestro siguió vertiéndolo. El profesor vio que el té se derramaba y ya no pudo contenerse.
La taza de té. Un cuento zen para reflexionar (160)– ¿Pero no se da cuenta de que está completamente llena? ¡Ya no cabe ni una gota más!
– Al igual que esta taza – respondió Nan-in sin perder la compostura ni abandonar su amable sonrisa-, usted está lleno de sus opiniones. ¿Cómo podría mostrarle lo que es el camino del zen si primero no vacía su taza?
Airado, el profesor se levantó y con una mera inclinación de cabeza se despidió sin decir palabra.
Mientras el maestro recogía los trozos de porcelana y limpiaba el suelo, un joven se acercó para ayudarle.
– Maestro, ¡cuánta suficiencia! Qué difícil debe de ser para los letrados comprender la sencillez del zen.
– No menos que para muchos jóvenes que llegan cargados de ambición y no se han esforzado por cultivar las disciplinas del estudio. Al menos, los estudiosos ya han hecho una parte del camino y tienen algo de lo que desprenderse.
– ¿Entonces, maestro, cuál es la actitud correcta?
– No juzgar, y permanecer atento.
Espero vuestros comentarios que recogerán sin duda todo lo que hemos aprendido en estos primeros días del año.
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Claves para una comunicación concreta (159)

El secreto de aburrir a la gente es decirlo todo

VOLTAIRE

Dice Rafael Echevarría en su libro Ontología del lenguaje: «Por siglos, hemos considerado al lenguaje como un instrumento que nos permite “describir” lo que percibimos (el mundo exterior) o “expresar” lo que pensamos o sentimos (mundo interior). Esta concepción hacía del lenguaje una capacidad fundamentalmente pasiva o descriptiva (…) Nuestro segundo postulado se hace cargo, precisamente, de cuestionar la concepción tradicional del lenguaje. Apoyado en los avances registrados durante las últimas décadas en el campo de la filosofía del lenguaje, este postulado reconoce que el lenguaje no sólo nos permite hablar “sobre” las cosas: el lenguaje hace que sucedan cosas (…) El lenguaje no sólo nos permite describir la realidad, sino que crea realidades».
¿Deberíamos cuidar el lenguaje en beneficio de la comunicación? En algunas ocasiones abusamos del lenguaje en un deseo vacuo de remarcar lo obvio y enredarnos en circunloquios que agotan, abruman y nos abocan a la no escucha y el desinterés. Y todo ello se produce porque, por nuestro egocentrismo, creemos que aquello que pensamos o sentimos es de interés general. De ahí la importancia de la concreción, importante pilar para conseguir generar una mayor atención y mantener más tiempo la atracción.
En geología, se denomina concreción a la acumulación en el seno de una roca de sustancias transportadas en disolución por el agua, que posteriormente se endurecen. La naturaleza nos brinda la mejor de las metáforas para definir la concreción: la esencia que queda una vez que el torrente de la comunicación se ha diluido. La reducción a lo preciso de un asunto o materia. Como define la Real Academia, concretar es tratar de una sola cosa que se considera principal, excluyendo las prescindibles o circunstanciales.
Nuestra comunicación debe ser precisa, concreta, ordenada, directa y honesta. Con ello conseguiremos lo más importante en el inicio de un proceso comunicativo: saber QUÉ queremos decir y PARA QUÉ. Y evitar todo aquello que es prescindible y somero.
Si bien conocer lo qué quiero comunicar es un primer paso, debemos analizar de inmediato al interlocutor a quien vamos a transmitir el mensaje y cuán oportuno es en este momento. Porque no se trata sólo del tema, ni tampoco del receptor, debemos ir mucho más lejos y considerar la oportunidad de la situación.
Claves para una comunicación concreta (159)
Con nuestro lenguaje construimos una imagen de nosotros que adquiere un significado preciso y diferente dependiendo de nuestra capacidad de materializar nuestro pensamiento abstracto en algo concreto y entendible. Y para ello debemos fijarnos como meta ser personas que manejemos una comunicación precisa y práctica.
Las características más sobresalientes de una persona concreta son:
Dice exactamente lo que quiere decir.
Se centra en el objetivo y no personaliza.
Informa y da datos constatables.
Habla de hechos.
Para lograr que la comunicación cumpla sus funciones de concreción debemos tener en cuenta tres pasos:
1. Asegurar que la expresión es cercana al receptor, reduciendo al máximo el personalismo, o las expresiones que no son compartidas.
2. Manejar un contenido exacto y medible, de tal modo que sea constatable y fiable.
3. Centrarse en objetivos específicos y experiencias concretas.
¿Para qué utilizamos la falta de concreción? La mayoría de nosotros empleamos la vaguedad como un juego que nos aleja de los compromisos y de las posibles reacciones negativas en el otro y en nosotros mismos. Es esta ambigüedad la que evita un contacto real y comprometido con los demás. Esconde el miedo y la cobardía a confrontar nuestra realidad con un entorno que desconocemos y que tememos. Creemos que un diálogo grandilocuente y sin objetivos nos escuda de cualquier malentendido.
¿Cómo comunicar concreción?
1. Especificar claramente qué se quiere decir y para qué.
2. Centrar el lenguaje en los asuntos que son realmente importantes evitando rodeos.
3. Valorar la necesidad del otro. Sopesar la utilidad real que tiene lo que se está comunicando.
4. Evitar teorizaciones estériles que llevan a conversaciones circulares.
5. Decir lo que se quiere con el menor número de palabras
Son varias las barreras que impiden o dificultan la comunicación concreta:
  • Lenguaje fuera de contexto. Tendencia a querer sentirse separado con un lenguaje poco próximo y que diferencie niveles.
  • No estructurar el mensaje, siendo un poco alocado, demasiado profundo o en su defecto muy superficial.
  • Una comunicación no verbal que altera el resultado comunicador.
  • No escuchar. Seguir hablando cuando el interlocutor no está prestando atención.
  • Entorno no adecuado. Desarrollar un tema de forma exhaustiva cuando el contexto no lo permite o exige otras modalidades de comunicación.
  • Sobrevalorar las ideas propias en detrimento de otras.
Para finalizar, quiero recordaros una máxima utilizada por publicistas y expertos en presentaciones: «Las abstracciones provocan distracciones. Lo concreto se entiende y recuerda».
Comparte este post con aquellas personas con las que quieras generar una comunicación repleta de lenguaje generativo y práctico.
Unas aclaraciones uniéndolo con los temperamentos que hemos estado viendo:
Sanguíneo: Pocas y útiles palabras engrandecen tu encanto
Colérico: Ser concreto no significa ser brusco
Flemático: Si dices algo ganas en simpatía
Melancólico: Buenas y pocas palabras enriquecen tu análisis
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Los tipos de personalidad y el entorno (158)

¿Sigues un objetivo durante un tiempo y lo interrumpes sin saber la causa? ¿Te consideras una persona que se adapta a todo? ¿Te desespera la falta de formalidad de tus compañeros? ¿Tienes organizadas tus vacaciones seis meses antes y no aguantas que te rompan tus planes? ¿Vives el momento con espontaneidad, enrolándote en lo que surge sin problemas?
Las variadas respuestas que damos a estas preguntas surgen de nuestra preferencia para relacionarnos con el mundo exterior. Cómo vivir nuestra vida y cómo aplicarnos en ella difiere ostensiblemente de unos a otros. Y esta diversidad para entender nuestro particular universo hace de las relaciones un pequeño enredo y nos conduce a bastantes quebraderos de cabeza.
Porque si bien la toma de decisiones es importante, o cómo recibimos la información es esencial, lo es mucho más qué capacidad tenemos de tratar con el entorno con un criterio más abierto o menos. Y es vital conocer estas diferencias, no tanto por ellas en sí mismas, que también, sino porque son causa de rupturas personales o profesionales. Los conflictos con los jefes, con los amigos, con muchos de los que nos rodean, surgen de estas pequeñas y grandes diferencias con las que miramos el día a día cada uno de nosotros.
Se da con cierta frecuencia que buscamos en el otro, sea cual sea el tipo de relación, la compensación o el complemento a nuestra carencia. Al cabo del tiempo esa misma diversidad se convierte en nuestro campo de batalla. Queremos que el otro entienda nuestro punto de vista, nuestras actuaciones. Y es imposible. O al menos, es inevitable que la disparidad genere confrontación y falta de serenidad.
P.D. me contaba: «Mi mejor amigo necesita llegar a los aeropuertos con tiempo suficiente para hacer las gestiones de embarque tranquilamente, mientras que yo apuro hasta el último minuto.
Acabamos enredados en una discusión sin fin, y llegamos tarde».
Los tipos de personalidad y el entorno (158)
Este ejemplo evidencia dos tipos de preferencias para relacionarse con el mundo exterior:
· Tipo juicio: que prefiere vivir de una forma planeada u ordenada. Todo necesita una estructura y una organización clara y precisa.
· Tipo percepción: que prefiere vivir de una forma espontánea e imprevisible. Cualquier plan le resulta una limitación, y en bastantes casos, un aburrimiento.
Es interesante descubrir cómo vive se vive el día a día dependiendo de la preferencia:
1. El tipo juicio:
o Imprescindible tener las cosas decididas.
o Hace planes a corto, medio y largo plazo.
o Su vida está organizada y es sistemática.
o Sigue una planificación y rechaza cualquier sorpresa.
o Las tensiones del último minuto le debilitan.
o Precisa establecer metas.
2. El tipo percepción:
o Necesita experimentar y no controlar.
o Vive de una forma informal.
o Se adapta a lo que pasa y permite que todo cambie de rumbo.
o Se vitaliza cuando vive presiones de último minuto.
o Le gustan las relaciones y las experiencias abiertas.
o Le es imprescindible encontrar varias opciones.
Las cualidades más sobresalientes del tipo juicio en el trabajo son:
o Hacen listas para establecer prioridades.
o Son amantes de los horarios y de respetar su cumplimiento.
o Se enfocan en terminar las tareas. Desestiman lo que aparece en el momento.
o Responden cuando pueden planear su trabajo y respetar lo que tienen previsto.
o Su mayor gozo es acabar las tareas que tienen iniciadas.
o Su capacidad de decidir es muy alta y saben cumplir con sus decisiones.
Las cualidades más sobresalientes del tipo percepción en el trabajo son:
o Libertad de horarios.
o Rompen el orden de las tareas.
o Dejan de hacer lo que estén realizando en aras de nuevas propuestas.
o Lentos para la toma de decisiones. Les gusta estudiar diferentes opciones.
o Hacen listas para recordar cosas que harán si les queda tiempo.
o Les gusta hacer cambios de última hora en los proyectos para aprovechar las ideas de última hora.
Quizá te reconozcas en ambas propuestas, y pienses que todos somos un poco de todo. Y eso es así en general. Ahora bien, te propongo que reconozcas cuál es tu preferencia en los asuntos importantes para ti. Hay algo de todo esto que te caracteriza y te distingue en tus relaciones más relevantes.
Una clara diferencia entre el tipo percepción y juicio es que a este último no le gustannada las sorpresas, mientras que el primero es amante de cualquier noticia que rompa la cotidianidad y lo establecido. Esto es visible hasta en las conversaciones. El tipo juicio se centra en resultados y logros, mientras que el tipo percepción disfruta hablando sobre las opciones que existen, y las grandes oportunidades que les depara el futuro.
Es posible que durante estos días hayas ido descubriendo cosas íntimas que facilitan tu plan de acción. Ahora quisiera que revisaras cómo vas a llevar a término ese plan y cómo va a afectar a tu alrededor. Este trabajo busca que estudies tu modo de enfrentarte a las tareas, a los horarios, al método, a un sistema reglado o un poco anárquico. En cualquier caso, se trata de ayudarte a saber quién eres, y cómo será tu comportamiento ante los retos.
Quiero remarcar que para los que transitan por el mundo desde el juicio lo importante es tener un plan determinado al que ceñirse, y que poco o nada le interesan los avatares que se van produciendo a su derredor. En cambio, el tipo percepción prefiere experimentar la vida a controlarla. Disfruta más de lo inesperado que de lo establecido.
La mayoría de las dificultades que tiene el tipo juicio vienen de su excesiva planificación. Los horarios, los objetivos y los resultados previstos son una muralla contra la espontaneidad, la informalidad y la adaptabilidad del tipo percepción.
Mi propuesta sigue siendo la que hacía en el post 155, centrar la atención en lo mejor de ambos tipos e intentar suavizar los aspectos de mayor descontrol. Esto ayudará bastante a consolidar relaciones profesionales y personales. El bienestar depende de aceptar la diversidad y confiar en nuestra competencia para integrar todas las posibilidades.
Disfrutemos de seguir un plan sin olvidar que la vida está llena de posibles experiencias que sólo pueden aparecer una vez. Respetemos que hay aspectos de la vida que necesitan de nuestra responsabilidad y de una visión más simplista y sencilla. A veces tener una opción es conseguir todo lo que esperamos.
Espero vuestros comentarios. Gracias por vuestra acogida en este nuevo año.
Bibliografía
C.G.Jung, Tipos psicológicos, traducción de R. de la Serna, editorial Letras, Chile, 1937
Ver video http://www.vimeo.com/8436294 Completo
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