Cuando muchos te acorralan, otros te defienden y muchos permanecen impasibles, yo quiero darte las gracias. Primero por lo accesible y cercano que eres como persona y como juez. Y porque cuando se te pide ayuda respondes con celeridad. El reloj de la vida te pilla siempre despierto. Eres una de las personas más trabajadoras que conozco. Has pasado muchas horas pensando y desarrollando defensas para el débil en cualquier parte del mundo. Las mujeres de México recibieron tu apoyo, los asesinados en Argentina también, no te olvidaste de mi querido Salvador Allende y los hermanos chilenos, ni de los palestinos…Todos estos y muchos otros genocidios realizados en el mundo merecieron tu estudio y tu defensa.

Mis muertos asturianos se han removido en la tierra para darte las gracias. Las dictaduras lo son estén cerca o lejos de nuestras tierras, y nosotros vivimos aquí una tan larga y tediosa como la que viven ahora nuestros amigos cubanos. Porque independiente de los ideales políticos, los seres humanos merecemos vivir en libertad.

Hace tiempo, cuando 175 viajeros mexicanos estaban indefensos ante la nefasta gestión de una compañía aérea, me sentí impotente ante la injusticia y pensé en ti, en tus conexiones con México y en el amor que le tienes a sus gentes. Respondiste a mi llamada de auxilio sin conocerme, y en unas horas estaba todo resuelto. Gestos como este sólo lo tienen los grandes hombres del pueblo.

Espero y deseo que todos los actos que has tenido de hermandad y apoyo pesen más que las acusaciones que ahora se te hacen. Vivimos un momento de desenfreno y pérdida de perspectiva. Cuando miles de seres humanos están muriendo de hambre, cuando los españoles necesitamos un impulso innovador para competir con los países europeos, cuando es urgente que se olviden nuestros años de bloqueo internacional, cuando aún estamos a la cola de la economía, hay quienes sólo piensan en acosar a un magistrado. Este es el momento de cuidar nuestra imagen y evitar que los periodistas del mundo cercenen nuestro camino hacia el futuro y el progreso trayendo del pasado fantasmas que aún duelen, y mucho.