Joaquina Fernández

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Coherencia para seguir creciendo (193)

Coherencia para seguir creciendo (193)Vivimos fragmentados. En la oficina somos un personaje, en casa otro. Hablamos de democracia y somos autócratas en nuestros corazones. Hablamos de querer al vecino, al que exterminamos con nuestro espíritu competitivo. Una parte de nosotros trabaja, mira y actúa independientemente de la otra. ¿Eres consciente de la fragmentación de tu existencia? ¿Puede percibir el campo total de la consciencia un cerebro que ha triturado la estructura de su pensamiento?

(Krishanamurti)
Quizá necesitamos revisar y analizar en el día de hoy nuestras incoherencias. Supongo que los miles de parados, los cientos de EREs empresariales, la continua pobreza y el dolor, entre otros lamentables estados actuales, surgen de las contradicciones en las que estamos sumidos.
Se nos olvidan las buenas intenciones cuando en nuestra cotidianidad nos dejamos arrastrar por los impulsos y peleamos por unos resultados financieros. La codicia nos hace afanarnos por lo que no es nuestro, e insultamos, despreciamos, oprimimos… Todo ello adornado de buenísimas intenciones. Estoy segura de que la maldad no existe, pero de que a pesar de ello vivimos errados y llenos de inconsistencias de las que tendríamos que ser conscientes.
Examinemos con justicia nuestro día de hoy y anotemos los actos que nos parecerían vejatorios si otra persona los hiciera. Al final solo podremos cambiar si somos conscientes de qué hacemos en cada momento.
La utilidad de las herramientas para el liderazgo, el éxito, el talento y la excelencia pasa porque seamos mejores personas con nosotros mismos, con nuestros equipos de colaboradores, con nuestros amigos y con los compañeros de vida.
¿Cómo los tratas?
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La gestión del tiempo y los temperamentos (192)

Henri Laborit (Hanoi 1914 –París 1995) decía que nuestra naturaleza nos conmina a actuar con cierta negligencia seducidos por el confort y el bienestar. El deseo de realizar lo mínimo y con el menor esfuerzo es un handicap a la hora de organizar nuestro tiempo.

Laborit consideró que en nuestra distribución de tareas priorizamos:
Lo que nos resulta más fácil antes de lo que es difícil
Lo que se hace enseguida antes de lo que toma tiempo
Lo que sabemos hacer antes de lo que nos resulta nuevo
Lo que es urgente antes de lo que es importante
Lo que otros nos imponen antes de lo que nosotros hemos decidido
Esta realidad es más incisiva dependiendo de nuestra personalidad. Cada temperamento vive el espacio/tiempo de un modo diferente, y pienso que puede resultaros de interés tener algunas nociones sobre esta diversidad temperamental y la gestión del tiempo. Con ello ampliaréis además el trabajo de la priorización que vimos en el post 191.
La gestión del tiempo y los temperamentos (192)
El temperamento colérico vive trabajando sobre lo urgente y pocas veces actúa desde lo importante. La frase predilecta de un colérico es: «Me encantaría… en cuanto encuentre tiempo seguro que…».
Un ejemplo claro es esta historia de un leñador:
«Un hombre que paseaba por el bosque se encontró con un leñador que con gran prisa y esfuerzo se afanaba en aserrar en trozos más pequeños el tronco de un árbol ya caído.
El paseante se acercó para ver por qué se esforzaba tanto el leñador y entonces le dijo:
Usted perdone, pero hay algo que me llama la atención: ¡su serrucho está totalmente romo! ¿Por qué no lo afila?
El leñador suspiró agotado: «No tengo tiempo para ello, tengo que aserrar».
Conviene que el colérico reflexione antes de actuar, y que prepondere el cuidado de las herramientas, incluido su propio desarrollo, antes que los resultados.
El temperamento melancólico se consume planificando y previendo posibilidades que teme que no se cumplan. Al final se quedan muchas tareas sin realizar. Una muestra de ello sería esta ironía sobre la planificación excesiva:
«Los lunes me preparo para planificar mi semana, los martes la planifico, los miércoles reviso mi planificación semanal, los jueves escribo mi plan en el PC y los viernes pienso cómo voy a planificar mi próxima semana…»
Conviene emplear el tiempo adecuado para analizar y planificar las tareas; con el mucho o poco tiempo existen muchas probabilidades de que se produzca una pérdida de eficacia.
El temperamento flemático elige lo fácil antes que lo difícil, o lo que le gusta hacer sobre lo ingrato; en ningún caso prefiere hacer sus tareas contrarreloj. Le encanta también hacer lo que le imponen y no defender lo que él quiere. Al flemático le desagradan los conflictos y los evita siempre que puede.
Su dificultad es que vive un poco cansado y bastante desmotivado. La frase siguiente define este temperamento perfectamente: «¡Yo siempre doy el 110% en mi trabajo: el 40% el lunes, el 30% el martes, el 20% el miércoles, el 15% el jueves y el 5% el viernes…!».
Para salir airoso debería fragmentar sus tareas en rodajas más manejables. Le motiva un poco más tener tareas segmentadas.
El temperamento sanguíneo adora hacer las cosas que requieren poco tiempo y que le permite evadirse de la responsabilidad con rapidez. Esta falta de profundidad le conduce a realizar chapuzas cuando no conoce el tema y se le exige estudio. Por el contrario, cuando se trata de algo en lo que es experto, puede llegar a tocar la perfección.
Esta frase define muy bien a este temperamento: «La gestión del tiempo es un mito… Si yo pudiera tener algún control sobre el tiempo aún tendría 16 años y pesaría 40 kilos…».
El aprendizaje para el sanguíneo es el reparto del tiempo para cada tarea según su necesidad, y no según su comodidad.
Si queréis nos podéis contestar cuál sería la solución que le daríais a esta situación donde la gestión del tiempo es vital:
«Está usted de camino a su casa en su coche deportivo, en medio de una terrible tormenta. Pasa por delante de una parada de autobús y ve a tres personas:
    1. Una viejita que está muy grave y que si no llega al hospital a tiempo se muere.
    2. Un médico, muy amigo suyo, que le salvó la vida hace un par de años.
    3. Al ser más maravilloso que haya visto en su vida, con quien siempre ha soñado y estaría dispuesto/a a pasar el resto de su existencia.
Como su coche es del tipo deportivo, sólo puede llevar a un pasajero de estos tres.
¿Cómo resolvería esta situación?
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Priorizar. Gestionar el preciado tiempo (191)

¿Sientes que no tienes tiempo para ti, para hacer lo que te gustaría? ¿Te desbordas cuando al final del día no has logrado acabar tus objetivos? Si las respuestas son afirmativas, tienes un conflicto en la gestión del preciado tiempo.

En algunos de los post anteriores apuntaba la importancia de marcarse objetivos y la conveniencia de trazar planes de acción de los que resultaran cambios significativos en nuestras vidas. Seguro que cuando los leísteis visteis la idoneidad de la propuesta, aunque a fecha de hoy no habéis acometido ninguno de los planes previstos.
Es evidente que os habrán surgido cosas entre medias que han absorbido vuestro interés. Ahora tenéis vuestras buenas intenciones en la recámara. Acometedlas en cuanto tengáis un minuto libre, y no os digáis: «Bueno hoy no he podido, mañana sin falta». Porque no valen las buenas intenciones si luego hay pocos resultados. Si hemos postergado aquello que, en un principio, consideramos importante, eso significa que una vez más hemos claudicado ante lo urgente y desatendido lo importante.
Priorizar. Gestionar el preciado tiempo (191)Esta situación exige aprender a priorizar, es decir, decidir qué se hace antes y qué después, o en última instancia qué se hace o qué no se hace. Esto requiere un compromiso claro: evaluar el grado de importancia, el nivel de urgencia y el plazo de tiempo del que disponemos para la realización del mencionado objetivo. O dicho de otra manera: establecer correctamente las PRIORIDADES y mantener el criterio hasta que se dé por concluido el propósito.
Analiza cualquier día y comprobarás que la mayoría de las tareas que has realizado eran urgentes, es más, que tenían que haber sido realizadas el día anterior. Bajo esta presión, el estrés te mina, y tu efectividad es bastante reducida. Ahora bien, ¿cuánto tiempo dedicas a la planificación de tu agenda? Y cuando la has planeado, ¿cuántas veces la respetas?
Para ponernos manos a la obra con la priorización, vamos a comenzar por asignar el grado de importancia, siempre en relación al cumplimiento de los objetivos y a la obtención de los resultados apetecibles. Para ello elaboramos una lista de todas nuestras tareas. No importa que al principio estén desordenadas. A continuación evaluamos el grado de urgencia y plazo de tiempo del que dispone para su realización. Es muy útil utilizar el sistema de clasificación de tareas de Eisenhower, en base a estas dos variables:

Priorizar. Gestionar el preciado tiempo (191)

El siguiente paso es distribuir las tareas de la lista en su espacio correspondiente. El objetivo es que a las cosas importantes se les dedique el mayor tiempo, de manera que en vez de generar urgencias (propias o ajenas), generemos éxitos planificados. Lo no urgente y no importante debe ocupar el mínimo tiempo. Ojo que en este apartado están los correos, las largas y tediosas llamadas de teléfono que no sabemos cortar y un amplio etcétera. Recuerda que todo lo urgente que no es importante ha surgido de una falta de priorización, de una postergación de las tareas para otro momento que luego no se produjo.

Seguro que con vuestros comentarios y aportaciones gestionamos el preciado tesoro del tiempo adecuadamente.
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San Valentín. El himno al amor y la amistad (190)

Hoy se celebra en algunos países la fiesta de San Valentín, patrono de la amistad y el amor. En España esta tradición surge a mediados del siglo XX para incentivar las compras. Algunos dicen que la introdujo la cadena de grandes almacenes Galerías Preciados, influenciados por México y Cuba, de donde había regresado su fundador, el asturiano Pepín Fernández. A diferencia de la cultura centroamericana, en España esta fiesta tiene como público objetivo la pareja amorosa únicamente.

San Valentín. El himno al amor y la amistad (190)Yo me sumo a los países que celebran el día del Estudiante, de la Juventud, de la Amistad y del Amor, y quiero compartir con todos y todas la carta sobre el amor más leída, seguramente, en los últimos veinte siglos:
«Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás…»

De la Carta de San Pablo a los Corintios, 13, 1-13

¿Habíais escuchado alguna vez esta carta? Seguro que en la boda de algún amigo. En la última a la que yo asistí les pregunté qué les había hecho elegir esa lectura, y al igual que en ocasiones anteriores, los desposados me dijeron que les gustaría sentir este amor siempre.
Y ¿qué plan tenéis fijado para que sea así? «Ninguno». Seguramente ella esperaba que este amor le llegara de su esposo, y viceversa.
Vivimos apegados a que los demás nos expresen sus sentimientos mientras en nuestro interior permanecemos yermos y fríos. Anhelamos ser amados, y cuando eso no sucede, sentimos que la luz se apaga y que las sombras de la soledad nos amedrentan. Nos ofuscamos en tener la razón, y vemos pasar a nuestro lado el amor una y otra vez, pensando que fueron los demás los que nos dañaron y los que no nos entendieron.
Después de leer esta hermosa propuesta de amor incondicional, y en aras de vencer la indolencia, debemos establecer un plan para alcanzar las cotas más altas del amor, de la amistad, de la camaradería. Quizá sólo sea cuestión de cambiar la comprensión por la culpa, la confianza por el miedo, la esperanza por la inquietud, y ser amor en lugar de estar esperando a que nos amen.
Con todo mi amor y respeto.

Leer la historia de Cupido y de Psique

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Recuperar la memoria. Vencer las Rutinas (188)

¿Has empezado a perder la memoria reciente? ¿Se te olvidan algunos nombres, te equivocas en las fechas? Algunos de estos síntomas dependen de la síntesis de las neurotrofinas, llamadas también factores neurotróficos. Esta familia de proteínas se une a los receptores de algunas células para estimular la vida de las neuronas.

La mayoría de las neuronas de nuestro cerebro se forman antes de nacer; sin embargo, en algunas partes de nuestro cerebro de adultos se mantiene la capacidad de sintetizar nuevas neuronas a partir de las células madre en el proceso de neurogénesis. Nuestras amigas las neurotrofinas son las encargadas de favorecer y controlar este proceso.
¿Qué necesitamos para lograr el número adecuado de neurotrofinas y así mantener viva nuestra memoria? Los neurocientíficos piensan que la rutina es el factor de riesgo más importante para la destrucción de las neuronas. El aburguesamiento, la repetición de tareas, el bajo estímulo al cambio, la ausencia de emociones positivas, el miedo, el estrés, entre otros, son la causa de que nuestra memoria a corto plazo empiece a fallar a partir de los 30 años.
La conclusión es que nuestro cerebro precisa de estímulos novedosos para crear circuitos neuronales diferentes que nos animen y activen nuestra ilusión por la vida. Así recobraremos parte de la memoria adormecida.
Recuperar la memoria.  Vencer las Rutinas (188)Hoy os propongo realizar pequeños cambios en las rutinas diarias. Con ello nos abriremos a un pensamiento diferente. Las variantes que os ofrezco pueden parecer absurdas; sin embargo, romperán los esquemas tradicionales, y con ello se activarán estas pequeñas zonas de nuestro cerebro.
Empecemos por cambiar el despertador de sitio. El sonido repetitivo ilocalizable generará un poco de inquietud y nos despejará más rápido. Es posible que nos enfademos un poco.
Levántate de la cama por el lado contrario al habitual. Abre la ventana y respira profundamente agradeciendo el nuevo día. Camina hasta la ducha e intenta que el ritual de tu higiene te sorprenda. Coloca tus utensilios de baño en un lugar insólito. Goza del agua en tu cuerpo y acaba con agua más fría de la habitual. No te seques. Deja que la piel absorba el agua y quítate la que sobra antes de vestirte.
Si es habitual en ti tomar café al levantarte, espera y no lo tomes hasta que no haya pasado más tiempo. Si desayunas todos los días, hoy no lo hagas y descubre cómo te sientes. Observa cierta inquietud mental. No te reconoces, no sabías que eras dependiente de tomar algo, de salir corriendo, de poner música, de quedarte callado… Haz lo contrario de lo que haces cada mañana.
Emplea ambas manos. Haz que la que no empleamos tome las riendas en las cosas en las que es factible. Agarra objetos, come, abre y cierra cajones, lanza pelotas… todo ello con la mano que no es tu preferente. Algunos músculos de ese brazo están un poco dormidos y despertarán primero en las conexiones neuronales.
Cambia el trayecto para acudir a tu trabajo. Varía la ruta a menudo para descubrir nuevos paisajes y nuevas posibilidades. Te encontrarás con transeúntes heterogéneos a los que puedes sonreír y saludar internamente.
Lee en voz alta. Escucha tu voz y permítete rectificar el tono, el ritmo, la fuerza. Eres un orador que va a dar su gran discurso. Recrea esta imagen en tu mente durante un tiempo y llena tu pecho de fuerza.
Llama a amigos que hace tiempo has perdido de vista. Recuerda batallas del pasado que te recuerden lo estupendo que eras, lo bien que vivías.
Acude a algún taller de creatividad. Aprende cosas nuevas. Fotografía, video, teatro… Apúntate a un curso de escalada, de buceo, de esquí, de hípica. Algo que soñabas y que no te has atrevido por falta de tiempo, por una pérdida de frescura.
El cuerpo es absolutamente rutinario y te somete a lo conocido, lo seguro. Abandona tu espacio de confort y salta al precipicio de lo inesperado. El vértigo neuronal te hará estar vivo. Rezumarás alegría y sorpresa.
Hay que cambiar el paradigma. No esperéis a mañana. No esperéis a que el autobús llegue a tiempo, a que el jefe os salude, a que os digan cosas amables, a que aparezca la chica de vuestros sueños, a que alguien sea complaciente. Convertíos en lo que esperáis.
Es imposible que cuando nos desapegamos de los resultados estos no sean perfectos. Todo lo sucede es perfecto si tú no has intervenido para que sea diferente. Si quieres que las cosas sean diferentes, haz cosas novedosas. Invéntate hoy.
Esta es mi propuesta para esta semana, un cambio de estrategia. Seamos lo que queremos que otros nos den.
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El deseo (187)

Satisfacer los deseos, sí, pero ¿qué deseos? ¿Y en qué medida? Determinar exactamente lo que quiero y cuánto. ¿Hijos? ¿Dinero? ¿Gloria? ¿Cuánto?

SWAMI PRAJNANPAD
¿Qué es el deseo? Quizá sea el móvil e inspiración para llegar adonde pretendemos. O como pensaron algunos filósofos, el deseo es un apetito en el que se mezcla lo emocional con lo sensible, y esta miscelánea da sentido a nuestra vida en la medida en que es el móvil de nuestra musa y de nuestra eficacia.
Es posible que el deseo, como pensó Aristóteles, exija decidir, y para ello tengamos que hacer una elección y clarificar nuestras preferencias. Si somos inseguros, esto nos asustará y viviremos en permanente ansiedad, debatiéndonos entre el anhelo por lo nuevo y la desazón por abandonar lo antiguo.
Podemos ir más allá y diferenciar los deseos necesarios de los innecesarios, como decía Platón. Este asunto enrarece notablemente nuestro devenir, porque, ¿quién tiene el valor de definir como innecesario aquello que le agita y le conmueve continuamente? Raras veces podemos estimar como prescindible nuestros afanes más fogosos.
El deseo (187)Tomás de Aquino definió el deseo como una aspiración por algo que no se posee y se anhela, y que es bueno o malo dependiendo del objeto de deseo. Lamentablemente, tendemos a considerar nuestros antojos como impulsos imparables, que no calificamos ni en buenos ni en malos cuando estamos inmersos en ellos, y cuando cede el deseo tildamos ese tiempo de dañino, pues en él perdimos la razón y fuimos vapuleados por un sentimiento obsesivo.
El insigne Descartes consideró el deseo como una agitación del alma causada por los espíritus que la orientan hacia lo que es conveniente para ella. La agitación, que por momentos es inmensurable, parece que viniera del averno y no de una orientación benévola y reconfortante, cuando no logramos el objeto deseado.
Desde el punto de vista psicoanalítico de Jung, el deseo podría considerarse como pulsión de vida (Eros), que nos orienta hacia la creatividad, en contraposición con la pulsión de muerte (Tánatos). La angustia de la muerte proviene o está vinculada al temor de no satisfacer el deseo. Es en ese punto, si no se conquista el logro, cuando se origina una pulsión interna de carácter autodestructivo.
Para los budistas el deseo es la causa de todo tipo de sufrimientos, y consideran que para evitar el dolor es imprescindible eliminar el deseo. ¿Y es posible anular la totalidad de los deseos? ¿Podemos destruir nuestra cualidad humana y los deseos de poder y posesión que con tanta frecuencia nos magnetizan?
Espero con ilusión vuestros comentarios para seguir desarrollando el concepto del deseo. Podéis decir en cuál de estos pensamientos os reflejáis o aportar otros nuevos.
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Ergonomía, la ciencia que busca el bienestar laboral (186)

El pasado mes de octubre se reunieron en Berlín una comisión para promover la salud en el trabajo. Bajo el lema de “Trabajar en sintonía con la vida”, la ENWHP decidió investigar el alarmante crecimiento de transtornos mentales en las empresas. Esta iniciativa pretendía informar a los interesados de la necesidad de crear programas y estrategias para promover la salud mental en el ambiente laboral, y encontrar detectores que ayudaran a prevenir los desajustes emocionales de los trabajadores. El objetivo era identificar modelos de buenas prácticas y elaborar guías para la intervención.

La ciencia que estudia el bienestar laboral en todas sus acepciones es la ergonomía. Esta tecnología, que tiene como principal objetivo la optimización integral de los sistemas hombre – máquina, está muy poco desarrollada en las grandes empresas españolas, y es desconocida en las compañías pequeñas o medianas. Hace unos años se inició la implantación de estas buenas prácticas en grandes grupos industriales, más para evitar accidentes que como resultado de una estrategia definida, orientada a la satisfacción y apoyo al trabajador. En muy pocos casos se tiene en cuenta el dinamismo entre el hombre y su medio laboral.
Ergonomía, la ciencia que busca el bienestar laboral (186)
La ergonomía está basada en 3P:
· Participación de los equipos humanos en cuanto a innovación, gestión, roles psicosociales, inteligencia ambiental y emocional, etc.
· Producción que se refiere a la eficacia y la eficiencia para alcanzar la rentabilidad, que conjuga por igual al hombre y a la máquina. El primero para avaluar los niveles de calidad, y la máquina para lograr la máxima productividad (sean máquinas de pequeño o gran formato).
· Protección: que regula los dos subsistemas. En el hombre se cuida de la higiene laboral y la seguridad industrial. En las máquinas se encarga de realizar el mantenimiento para evitar siniestros, fallas, averías etc.
Si falta cualquiera de estas tres exigencias para que se cumpla la ergonomía de una organización, el sistema se debilitará y sufrirá pérdidas de gran valor, tanto en lo humano como en lo técnico. Sin embargo, es difícil que con la cultura actual de resultados rápidos se valore adecuadamente la ergonomía y las áreas en las que interviene entre las que podemos considerar: Antropometría, biomecánica y fisiología, ergonomía ambiental, cognitiva, de diseño y evaluación, de necesidades específicas y preventiva, entre otras.
Un ejemplo de ausencia de ergonomía es la compañía France Telecom que contabilizó 24 suicidios desde el año 2008 a septiembre del 2009. En esta organización, de más de 100.000 trabajadores y compuesta en su mayor parte de capital privado, no tuvieron en cuenta el deseo de los trabajadores en las decisiones de orden familiar y profesional. Ni la protección, en cuanto higiene laboral se refiere. La sobre exigencia de resultados, además del maltrato psicológico, fueron causa directa de semejante desastre. Una ergonomía, como se ve, muy deficiente.
La correcta práctica de la ergonomía exige descubrir las imperfecciones del sistema, y separar los aspectos irresolubles de los que no lo son, para más tarde acometer todas las mejoras posibles, dejando en un segundo plano todo aquello que es inviable de mejora.
También es imprescindible priorizar la ayuda a los trabajadores para que encuentren que su labor profesional es satisfactoria, tanto en la parte técnica,o de relación directa con “la máquina”, como a nivel psicosocial y de clima laboral.
Las compañías deben fijar mejoras en el ambiente laboral, crear métodos de trabajo que establezca estrategias en los que prime el confort y el rendimiento por igual. Ambos van muy de la mano. Cuando mayor sea el confort operativo, más elevados serán los beneficios. Y como clave de éxito seleccionar al personal para que realicen las tareas adecuadas a su perfil, y que su cargo les permita el desarrollo profesional hasta su máximo potencial.
Las empresas excelentes lo son porque estudian la ergonomía y los roles psicosociales de sus trabajadores. Adecuan el espacio, estudian la retribución, el mobiliario, los horarios, los traslados, su vida familiar, sus intereses culturales y personales… todo aquello en lo que están implicados el bienestar de su mayor capital: el ser humano.
Por una sociedad ergonomicamente inteligente.
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La escuela de vida. Para pensar y ser más felices (185)

Mejorar la calidad de vida de los londinense es lo que pretende The school of life. La escuela de la vida lleva dos años funcionando en el barrio literario de Bloomsbury en Londres. Este centro, orientado a mejorar la calidad de vida de sus alumnos, es una de las tendencias de moda entre la sociedad londinense.

La escuela de vida. Para pensar y ser más felices (185)Dentro de las actividades que esta escuela tiene previstas para la semana próxima están: How to Make a difference, How to read, How To Be A Good Friend, Love weekend y un amplio etc. en el que encontramos la aussie pokies online más variada oferta para alcanzar notables progresos en nuestras relaciones sociales y convertirnos en mejores amigos, así como aprender a profundizar en los libros e ir más allá de la simple lectura. Si esto fuera poco, también generan tertulias gastronómicas con sobremesa, donde se enseña el arte de la buena y estimulante comunicación.
Los creadores consideran que en estos tiempos de crisis, el conocimiento será el nuevo poder. La periodista Patricia Tubella escribe en El País: «Los estudios psicológicos insisten ahora más que nunca en que dedicar parte de nuestro tiempo al mero placer de pensar en ideas o propósitos es esencial para llevar una vida feliz».
Esta atípica escuela propone encarar nuestra vida de una forma diferente, en un entorno en el que la sociedad vive obsesionada por el prestigio, los famosos, las inquietudes más lúdicas y más irracionales. Sus creadores nos proponen centrarnos en cosas más profundas y con mayor valor en el tiempo.-
El público objetivo al que van dirigidos estos programas es a todos aquellos que estén abiertos a aventurarse por nuevos caminos del pensar y el razonamiento.
Hombres y mujeres de las letras, el periodismo, el saber y el contar están unidos en esta visión novedosa y confrontante, entre el ser humano superficial y el que sabe que la vida tiene un sentido más transpersonal. Para ello debemos cuestionarnos la vida y su sentido, independiente de creencias o ideales.
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El discípulo preferido (184)

El maestro Junaíd tenía un discípulo al que prefería sobre todos los demás, lo que incitó los celos de los otros discípulos. Junaíd —que conocía los corazones— se dio cuenta de ello y les dijo: «Es superior en cortesía y en inteligencia a todos vosotros. Hagamos una experiencia para que vosotros también lo comprendáis».

Junaíd ordenó entonces que le trajeran veinte pájaros, y les dijo a los discípulos: «Que cada uno coja un pájaro, se lo lleve a un lugar en el que nadie le vea, lo mate, y me lo traiga luego».
Todos los discípulos se fueron, mataron los pájaros y los volvieron a traer. Todos… salvo el discípulo favorito, que le devolvió vivo play online pokies el pájaro.
\"El« ¿Por qué no lo has matado? », preguntó Junaid.
«Porque el maestro ha dicho que tenía que hacerse en un lugar en el que nadie pudiese vernos», respondió el discípulo. «Pues bien a todas las partes donde he ido, Dios estaba viendo».
«Veis el grado de su comprensión —exclamó Junaid — comparadlo con los demás».
Los discípulos pidieron perdón a Dios
Actuemos en el día de hoy con el convencimiento de que no podemos escondernos y que todos nuestros actos son vistos. Pensemos esa mirada permanente nos ayuda a respetarnos, a la vez que nos facilita la relación con nuestra familia, los amigos, los colaboradores…Seguro, que de este modo, no mataremos ningún “pájaro” ni ofenderemos a nadie.
Quizá como estos discípulos tengamos celos o envidia de alguien más admirado. Pongamos el foco en nuestro desarrollo, y activemos el comportamiento más elevado que anida en nuestro maravilloso y grandioso corazón. Disfrutemos de la grandeza de nuestros compañeros de viaje, y contribuyamos con lo más sobresaliente de cada uno, para que el esfuerzo sea mínimo para todos.
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La vieja Europa (182)

¿Recordáis la historia del Águila?

Entre las aves, el águila es la que vive más tiempo: cerca de 70 años. Pero para alcanzar esa edad debe tomar una difícil decisión: nacer de nuevo.
A los 40 años sus uñas se encogen y se ablandan, dificultándole agarrar presas con las que alimentarse. El pico alargado y puntiagudo se encorva. Las alas envejecidas y pesadas se le doblan sobre el pecho impidiéndole emprender vuelos ágiles y veloces.
En ese momento le quedan al águila dos alternativas: morir o pasar por una dura prueba a lo largo de 150 días. Esta prueba consiste en volar a la cumbre de una montaña y buscar abrigo en un nicho cavado en la peña. Allí golpea el pico viejo contra la piedra hasta quebrarlo, y espera hasta que le crezca el nuevo. Con este pico nuevo se arranca las uñas, y cuando le vuelven a crecer, el águila se deshace de las plumas viejas. Después de cinco meses, con el plumaje renovado, arranca a volar, decidida a vivir otros 30 años.
A lo largo de la existencia, la posibilidad de sobrevivir y de no caer en la mediocridad depende muchas veces de imitar el ejemplo del águila. El que se entrega abatido ante las dificultades, tiende a abreviar sus días o a desaparecer del marco de interés para los demás.
Actualmente Europa tiene dos alternativas: denostarse económicamente y depender de otros estados, o pasar por la dura prueba de reinventarse. Decidir el menoscabo es caminar reptando detrás de Estados Unidos o de alguna otra potencia, esperando que nos escuchen, que nos protejan, que nos consuelen, y se rían de nuestra senectud y demencia. Algo que de alguna manera estamos realizando.
La vieja Europa (182)
Si optáramos por renacer perderíamos el confort y papanatismo en el que estamos inmersos, sin embargo ganaríamos en autodeterminación, en nuevos sistemas de gestión y de producción. Nuestra experiencia debería favorecer cambios en las relaciones internacionales, y crear proyectos de desarrollo comunitarios en los que la productividad y la eficacia fueran la meta. Los países asiáticos estudian y favorecen intercambios económicos con los vecinos más próximos. Sus intereses nos están en hacer pleitesía a Estados Unidos, sino que intensifican su producción para ser líderes en los mercados emergentes.
Estados Unidos intenta aliarse con los poderosos, con temor de perder su primacía económica, y deja de lado a la vieja y caduca Europa. El coloso chino ha despertado, India está caminando con mayor firmeza, Japón se debate entre el éxito y el fracaso, Corea se sube al carro del modernismo y de las nuevas tecnologías. Todos ellos trabajan infatigables con su mirada puesta en los logros y no en el esfuerzo. Europa les mira con su mentón elevado, sin percibir el riesgo de su orgullo.
Europa logró mucho en el pasado. Ahora es imprescindible abandonar los recuerdos de la vieja historia, y vivir este presente dinámico y febril que exige investigar, crear y descubrir nuestro potencial colectivo y ponerle en marcha.
Abogo por una Europa consistente rejuvenecida y autosuficiente. Los europeos debemos llenarnos de ganas y de solidaridad. Así nos elevaremos por encima de las cumbres con nuestras alas poderosas y renovadas.
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