“Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph.
Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego, para 
cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.

— ¿Dónde aprendió a comportarse así? —Preguntó el profesor
—En la guerra, —contestó Ralph
Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allí su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura.
—Me acostumbré a vivir paso a paso —explicó—. Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre levantar un pie y volver a apoyarlo en el suelo. Me parecía que cada paso era toda una vida” Autor desconocido

Uno de mis grandes amigos salió una mañana feliz a su trabajo y a las tres horas le llamaron que su hijo había sufrido un accidente. Le había regañado duramente antes de despedirse.

Una de mis mejores amigas recibió el mensaje de la muerte de su padre en un accidente de coche. El hecho acaeció unas horas después de haberse separado enfadados por un desacuerdo en ideales.

Un día la persona más querida de L. T. le dijo que ya no volvería, que tenía otro amor. Durante varios meses L.T. se planteaba que debería hacer cambios para que la relación perdurase. Nunca se hicieron.

Mi encarecido amigo F.J. sufre intensamente desde hace unas semanas porque el amor de su vida le abandonó sin muchas posibilidades de evitarlo. Durante una semana mostró lo peor de sí mismo.

Todas y cada una de estas historias acabó en un día después de intensa reflexión. Ese día de después cada una de estas personas se lamentaba de algo que deberían haber hecho que no hicieron. Habían chocado con la mina mortal bajo su paso inconsciente.

Independiente de lo inexorable de estas historias, la vida nos da oportunidades infinitas para cuidar cada paso que damos si observamos detenidamente a nuestro alrededor.