p>Los orientales consideran las grasas como los «vientos» del alma, y estiman que estos vientos deben ser suaves para no vencer ni romper aquello que tocan. Cuando ingerimos demasiados lípidos (de hecho, son muy apetecibles cuando tenemos tensiones externas o internas), el viento interior se altera y arremete contra el entorno con bastante impaciencia e intranquilidad, así como con un alto grado de agresividad. Podemos detectar igualmente una subida del tono de voz y cierta rojez en la piel de la cara, evidenciando el deseo de vencer más que de convencer.

Alimentación emocional: Algo más que comerCuando nuestro «aire» se ha paralizado y no hay movimiento o tensión, es necesario provocar la agitación con el fin de no caer en el desánimo y la abulia y dejarse vencer por la «ventolera» de otros. Este inmovilismo aparece en las personas que temen perder el control de sus nervios o son muy flemáticas. Su propensión es a tomar substancias que les apoquen o dejen inermes en la lucha. Un ejemplo es que eligen grandes cantidades de hidratos de carbono contra el equilibrio de aceites. A estos casos les será de gran ayuda reducir los glúcidos rápidos como la pasta y la patata, e incorporar alimentos frescos como ensaladas con aceite de oliva virgen y pescados a la plancha o al horno.

Las personas con una tendencia a la violencia tácita o expresa deben modificar su alimentación en aras de reducir las grasas, y aprender a comer mucho más frugal y ligero.

Queremos equilibrar el movimiento interno y externo con el objetivo de obtener armonía, paz, tranquilidad y, ante todo, lucidez para no desbordarnos cuando vivimos un proceso de tensión profesional o personal.

En los próximos capítulos hablaremos del pesimismo y los hidratos de carbono, así como de la tristeza y las proteínas. Entre tanto, podéis, si os apetece, ir comentándome los avances que hacéis contestando a las preguntas: ¿qué os aporta esta información? ¿Cómo influye en vuestro día a día? ¿Para qué os es útil?

Para los iracundos, agresivos, e impacientes aconsejamos reducir:

*    Helados
*    Yogurt de vaca (elegir soja)
*    Panificaciones aceitosas
*    Alcohol
*    Manteca de cerdo
*    Harinas fritas
*    Grasas de pescado y cerdo
*    Sopas vegetales grasas
*    Quesos blandos
*    Huevos
*    Queso cremoso
*    Mantequilla
*    Pasteles con nata
*    Naranjas
*    Embutidos

Nota: Si os cuesta bajar el consumo de estos alimentos, al menos comprobar si hay cambios de vuestro carácter y cómo se producen. Es difícil extraer conclusiones cuando la observación es sesgada, sin embargo quizá os ayude estar conscientes.
El análisis más completo exige observar vuestros comportamientos con estos alimentos y sin ellos. ¿El viento interior o exterior se ha alterado? ¿Sigue igual?
¿Estás más impaciente o menos?

LUBINA AL HORNO

Ingredientes:
Alimentación emocional: Algo más que comer1 lubina salvaje (o más, en función de su tamaño y del número de comensales)
1 cebolla
1 cebolleta
2 manzanas verdes
1 puñado de piñones
1 cucharada de zumo de limón
aceite de oliva

Recipiente: Bandeja de horno.

Elaboración:
Se cortan las manzanas en rodajas y la cebolla y cebolleta en juliana.
La lubina se limpia y se acaricia con unas gotas de aceite de oliva
En la bandeja de horno disponemos un poco de aceite de oliva.
En el fondo de la bandeja colocamos un poco de cebolla y cebolleta cortadas junto a las manzanas en rodajas, encima disponemos la lubina  y coronamos con el resto de cebolla y de  cebolleta en juliana y los piñones.
Se precalienta el horno a 210º y en el momento en el que se introduce la bandeja en el horno se baja a 180º dando calor sólo por la placa inferior (para evitar que se queme la cebolla y los piñones)
20 minutos después debemos comprobar que este en su Punto ya que varía en función del tamaño de la lubina, añadiendo en ese momento la cucharada de zumo de limón.
10 minutos más con el fuego arriba y abajo cuidando no se dore demasiado
Disfrutareis de la estupenda combinación de la acidez de la manzana la carne de la lubina y el dulzor de la cebolla un poco torrefacta.
Delante de esta exquisita receta es aconsejable una deliciosa ensalada o unas verduras a la plancha o al vapor.

Postre: Una rodaja de piña

Receta de: Joaquina Fernández con el visto bueno de Javier Peñas. Ahora sólo queda recibir vuestras opiniones.