Debemos creer en esa alma gloriosa. De ella vendrá la fuerza. Te conviertes en lo que piensas. Si te crees débil, serás débil. Si te crees fuerte, serás fuerte. Si te crees impuro, serás impuro. Si te crees puro, serás puro. No debes creerte débil, sino fuerte, omnipotente, omnisciente. Aunque yo no lo haya experimentado todavía, está en mí.Todo el conocimiento está en mí, toda la fuerza, toda la pureza. Toda la libertad.¿Por qué no puedo expresar ese conocimiento? Porque no creo en él. Si creo en él vendrá a mí. Eso es lo que enseña la idea de lo Impersonal.
El FMI (Fondo Monetario Internacional) estima un crecimiento de casi un 4% para la zona euro a excepción de Irlanda y España. Para resolver esta situación propone al Gobierno español que flexibilice los salarios para incentivar a las empresas en la contratación, y restablecer así la competitividad del país. Los expertos del Fondo Monetario consideran que así superaremos la recesión que venimos sufriendo desde el año2008. Es una petición explícita de que se bajen los salarios de los trabajadores españoles como el único medio de sanear la economía y acercarnos al resto de países.
Jörg Decressin, jefe de Estudios Económicos Mundiales del departamento de Análisis del FMI, explicó que aunque la demanda externa se ha fortalecido, lo que debería ayudar a España, la dinámica interna, es «más débil de lo previsto». Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, España necesita redirigir sus recursos del sector de la construcción a otras áreas de su economía. La transición ha generado un alto incremento en el desempleo, y ello representa un lastre para el consumo, apuntó el economista. Y si bien estoy de acuerdo en la necesidad de una reorientación de los recursos, disto mucho de pensar que sólo exista como solución reducir el salario de los profesionales españoles.
Por su parte, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aboga porque sean los bancos y los promotores los que den una solución a los problemas de deudas del sector inmobiliario. Ordóñez considera que no es bueno proyectar las responsabilidades de la crisis al Gobierno y a los ciudadanos.
Sea como fuere, mi propuesta es que nos planteemos un cambio de visión de nuestro país, de su economía, de nuestra gente. Que modifiquemos el modo en el que nos vemos a nosotros mismos. La forma en la que hablamos de todo lo que nos rodea. España es nuestra nación. En la medida en que pongamos toda la energía en hablar mal de ella, no sólo tendrán la razón estos videntes de las finanzas, sino que iremos viviendo este apocalipsis previamente a su consumación. Si ponemos el foco en avanzar y aprender a superar nuestras debilidades, poniendo la mirada en nuestras grandes fortalezas, seguro que alumbraremos ideas y estimularemos la producción.
Además de los gobernantes, España tiene ciudadanos que saben lo que quieren.
Nuestra tendencia a dejarnos amilanar por la crítica y el derrotismo nos apoca y nos desvitaliza.
Miremos la economía con el mismo afecto y admiración que observamos a nuestros grandes deportistas. «Nosotros podemos» fue un grito para ayudar a los componentes de la selección nacional. Todos sentimos el vértigo de la victoria. Incluso sin saber nada de fútbol, sin ningún ánimo deportivo, durante el tiempo que duró la competición vivimos con regocijo cada victoria y con gran tensión la posibilidad de la derrota. Por unas horas Luis Aragonés se convirtió en nuestro seleccionador. Más de 15 millones de personas vieron la final y estallaron en un grito victorioso.
Ahora estamos en una lucha europea y nuestros colores son igualmente competitivos. Gritemos que podemos, y hagamos de nuestro país un lugar productivo, creativo, proactivo.
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