En el post 331 iniciamos nuestra andadura por los significados de los dientes en nuestra vida emocional. Para adentrarnos en cada una de las piezas dentales, en el post 353 hicimos una revisión odontológica en la que conocimos los significados de los incisivos en nuestra vida emocional y física. Seguramente, muchos de vosotros miráis los dientes de vuestros amigos con una lectura diferente, espero que respetuosa.

Hoy vamos a continuar hablando de los caninos o colmillos, cuya función es desgarrar lateralmente los alimentos para facilitar la trituración a los premolares y molares. Los caninos están muy pocos desarrollados en los hombres, aunque presentan ciertas diferencias dependiendo de la tendencia a comer más o menos carne. La civilización, el cambio de hábitos alimentarios, la preparación de los alimentos y la cocción de los mismos han reducido el cometido de estos dientes, lo que ha ido modificando las puntas afiladas de los colmillos situados en el maxilar superior.

Poseemos cuatro dientes caninos, dos en la mandíbula superior y dos en la mandíbula inferior. Son los dientes que más tardan en aparecer en la dentición definitiva, y poseen las raíces más largas de la dentadura humana, llegando a medir hasta 17mm para facilitar su estabilidad, y siendo los dientes más sólidos de la dentadura.

Cuando son muy prominentes y afilados provocan una

expresión muy agresiva, lo que ha conducido a tratarlos estéticamente, limándolos o poniéndoles carillas. Los aficionados a la saga cinematográfica Crespúsculo reconocerán rápidamente estos dientes de mala prensa y poco atractivo cuando están muy desarrollados.

Recordemos que los caninos son los 13, 23, 33 y 43

Estos dientes, según los orientales, están regados por los meridianos del hígado y la vesícula biliar; y por el hígado que es un órgano yin además de por la vesícula biliar, una víscera, que es yang. También están conectados al sentido de la vista.

El hígado es el órgano de los valores morales, de la ética y la ideología. A través de este órgano nos vinculamos a nuestros afectos o nos sentimos afectados por todo aquello que no cumple con nuestras expectativas, a veces muy exigentes, que nos transforman en personas rígidas y distantes.

El hígado es un órgano que se place en los sabores, los colores, los ritmos y todo aquello que le hace disfrutar de una vida relajada y sin privaciones. Por otro lado, la vesícula muestra la cólera cuando se siente rechazada o se le exige en exceso. Los arrebatos coléricos se producen cuando hay mucha tensión o inestabilidad emocional debida a cierta dificultad para aceptar las diferencias y la diversidad. La ira está vinculada de alguna forma a la rebeldía y el excesivo control.

También somos iracundos cuando el entorno muestra injusticias, desmanes o actos que están fuera de lo que sentimos que es justo o injusto. Esa visión ideológica, que tienen el hígado y la vesícula biliar, hace que los personalismos nos avasallen, y que consideremos nuestra moral como la única correcta, nuestras creencias como las verdaderas, nuestro mundo, en suma, como el válido y perfecto.

El hígado es el analista y la vesícula biliar el verdugo de todo aquello que nos rodea. El ojo crítico de los colmillos necesita triturar lo que le impacta para que pueda ser triturado y masticado por la aceptación y la comprensión, imprescindibles para una convivencia armónica y tranquila. Cuando alguien desea destrozar el prestigio de otro, da dentelladas caninas sin que medie la comprensión, y deja inerme su vida social si consigue que los otros le escuchen. Los especialistas en destruir a aquellos que envidian lanzan sus colmillos contra la yugular del envidiado hasta lograr que no quede ni rastro de valor en su reputación. Son vampiros de las credenciales ajenas.

La valoración personal la rige el hígado, y son muchos los que padecen de una baja consideración, que muestran con sus espaldas dobladas, cargadas con la mochila de su menosprecio. Las vértebras dorsales 9 y 10 están vinculadas también a  estos dientes.

Los caninos simbolizan energía y fuerza a la vez que agresividad y deseo de confrontación. De hecho, los estudiosos de la astrología lo unen a Marte, el Dios de la guerra.

Los colmillos son imprescindibles para facilitar la ingesta de los alimentos más sólidos, como la carne, siendo un buen símil en relación a la necesidad que tenemos de desmenuzar las vivencias dolorosas para convertirlas en oportunidades de aprendizaje, y no en experiencias de fracaso. Los colmillos de la vida son la aceptación en letras mayúsculas de un mundo en movimiento y multidiverso.

Las ferropenias afectan a los caninos. Si hay anemia comer lentejas, carne roja, nueces, granada (ahora es la temporada)…. Hay una relación directa entre las bajadas de niveles de hierro y la debilidad, el cansancio, la desmotivación vital y otros síntomas que afectan a la valoración personal.

Seguiremos hablando de los dientes.