Hoy me gustaría que entabláramos un diálogo sobre nuestra alimentación emocional. Esto nos permitirá conocer las claves de la conversación que mantenemos con nuestro pensamiento a la hora de elegir los nutrientes del día y con los que vamos a lograr el bienestar.
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Adelgazar. Distinguir entre hambre y querer comer.
El sobrepeso provoca una mayor atención hacia la comida y una respuesta más rápida ante la sensación de apetito. Por el contrario, las personas más delgadas, aunque sientan el estómago vacío, pueden dilatar la hora de comer, y en casos exagerados llegan a olvidarse debido a los bajos estímulos cerebrales que reciben.