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Debilidades de los 4 temperamentos. El sanguíneo (105)

Cuando iniciamos los post sobre la gestión de lo imperfecto de nosotros mismos, exponíamos la dificultad de enfrentarnos con el lado oscuro de nuestra personalidad por su connotación de irresoluble. Por un lado, está el deseo de perfección que todos llevamos dentro, y que hace que las sombras tiñan demasiado rápido el paisaje de negatividad. Otra de las razones que me llevó a posponer este trabajo fue que el temperamento, en su lado menos favorable, al ser un imponderable con bajas posibilidades de transformación, podía generar bastante ansiedad. Además, el verano es una época poco propicia para este proceso.

Pensé también que podía resultar interesante iniciar el nuevo curso con una propuesta de auto-observación para crear planes de acción que nos posibiliten alcanzar los resultados que anhelamos. Para ello, es imprescindible conocer, aceptar y gestionar estas pequeñas imperfecciones centrándonos en los puntos clave de nuestro potencial, que ya hemos visto en los post anteriores.
Mi necesidad de escribir sobre cómo afrontar lo peor de nosotros mismos se activó cuando un amigo me preguntó si iba a tratar el tema de los daños colaterales que se generan cuando los diferentes temperamentos se relacionan entre sí. Mi amigo me sugirió que este tema sería muy útil para mejorar las relaciones interpersonales. Me comentó que había observado ciertas tensiones en su convivencia con algunos temperamentos, y que pensaba que, si lograba conocer mejor el lado oscuro del suyo, podría ser más consciente de qué estaba pasando y por qué. También me contó un desagradable tropiezo profesional que estaba vinculado a las incompatibilidades de un flemático con un sanguíneo en la vida social.
En este post iniciamos este trabajo de profundizar sobre las debilidades de cada temperamento. Al igual que hicimos con las fortalezas, debemos valorarlas para encontrar el perfil más fidedigno de nuestras carencias. Así podremos conocer nuestra personalidad y aquello que va a ser nuestro handicap en cualquier situación. Quisiera que antes de leer lo que sigue tuviéramos una actitud de aprendizaje. Pueden resultar duros algunos de los puntos que desarrollo; sin embargo, sólo debemos quedarnos con lo que nos identifica. Únicamente los temperamentos muy puros van a coincidir en la mayoría de los puntos, si bien todos tenemos algo de cada temperamento, y es posible que nos duela vernos reflejados en comportamientos poco loables. Recordemos lo mejor que tenemos y asumamos nuestros defectos como parte del camino del autoconocimiento. Hay que procurar no autoflagelarse.
Gestionar lo imperfecto de ti mismo. Las áreas de mejora de cada temperamento. El sanguíneo (105)El temperamento sanguíneo en las relaciones personales: es amante de todo lo que viene del exterior. Le encanta que le admiren y el galanteo de sus amigos y colaboradores. Es muy difícil que un sanguíneo ame profundamente. Vive con la sensación de que si ama a una sola persona puede perder todos los amoríos que la vida le ofrece. Para no perder todas las ofertas, miente compulsivamente, y los que caen en sus redes viven un auténtico martirio. El sanguíneo es deseado por aquellos que tienen dificultades para las relaciones sociales o para disfrutar de los placeres. Y al principio todo resulta muy seductor; sin embargo, al cabo de un tiempo, la excesiva promiscuidad de los sanguíneos y la falta de fidelidad hace casi imposible la relación.
En el crecimiento personal: el sanguíneo es inconstante. Inicia proyectos que parecen muy profundos (casi siempre para cautivar a algún inocente a quien engañar), pero cuando tiene que hacer esfuerzos y dejar sus placeres, se aleja rápidamente. El sanguíneo ama los deleites por encima de cualquier otra cosa, lo que le lleva a buscar diversiones frívolas y desenfrenadas. Huye de todo lo que implique sacrificio o renuncia al goce de los sentidos, y soporta mal el silencio y la soledad. No conoce la abnegación ni la templanza, pues las considera una amenaza para el verdadero sentido de la vida, que según él es el hedonismo. Suele ser mordaz y dañino con los que dedican su existencia a los demás y al crecimiento personal. Es muy negligente con sus errores, y disculpa su falta de responsabilidad. Reacciona con ironía ante las propuestas que implican un desarrollo de carácter humano, y que no respetan su negación a los esfuerzos.
El sanguíneo como empresario: cuando este temperamento está muy polarizado, las empresas que inicia tienen poca vida, porque suele dejarse llevar por los resultados fáciles y las inversiones arriesgadas. Es inconstante en la entrega profesional, y vive de ilusiones que casi nunca se realizan. Su fantasía sobre los resultados hace que no cuide los detalles más importantes de un proyecto organizacional. Seducidos por su gracia y su palabrería fácil, algunos inversores caen en sus redes, y el resultado suele traducirse en gravísimas pérdidas económicas. Y es que los sanguíneos pierden el interés cuando los proyectos les exigen tiempo y dedicación en lugares cerrados. Este daño es menor cuando las empresas obtienen resultados rápidos. Es muy bocazas con sus éxitos, y poco discreto con los resultados. Le encanta dejar impactados a los demás con su buen hacer.
Consigo mismo: es pueril y se regodea en su belleza. Es amante de su figura, y pocas veces acepta críticas sobre sus actos. Si hay algún comentario que podría ayudarle en su desarrollo, rápidamente recuerda lo que le ha dicho otro que le agrada más. Aunque parezca que acepta retos de superación, siempre se inclina por seguir adulándose tal cual es. Su autocomplacencia es excesiva, y raramente sale de ella. Su adicción al halago es única entre los temperamentos. Se pavonea y se exhibe todo el tiempo, difícilmente acepta no ser el mejor.
En la comunicación: el sanguíneo odia el silencio y la discreción. Parlotea continuamente sin que sus palabras aporten valor a los demás ni a sí mismo. Es incapaz de observar lo que le rodea y detectar qué agrada y qué no de lo que él hace. Castiga a los demás con sus ironías y su falta de tacto. Detesta el recogimiento y los ambientes que le muestran el lado sereno de su personalidad. Adora comunicarse y ser el centro. Es el temperamento con el discurso más trivial y poco profundo de todos, y pocas veces sabe cuándo molesta con sus gracias y sus continuas interrupciones.
Pienso que estos puntos recogen lo menos grato del temperamento sanguíneo, que, recordemos, es extravertido y olvida lo negativo con facilidad. Si tu temperamento es éste, no te enfades por aquellas debilidades que te acompañan. Recuerda que todavía no somos perfectos, y que en nuestro camino de cambio esta es una aportación más. Nada es definitivo. Ni las grandes fortalezas ni las pequeñas áreas de mejora.
Nos ayudará configurar planes de acción para diagnosticar nuestro perfil y aprender a modelarlo de cara a alcanzar nuestros logros.
Si tu compañero, pareja o colaborador es sanguíneo y observas que algunas de estas características se cumplen, entiende que es una parte de sí mismo tan irremediable como la tuya. Nada es mejor que nada. Ni peor una cosa que otra. Somos una maravillosa obra que se va conformando cada día con pequeñas partículas de conocimiento. Amemos lo que somos y lo que son los demás.
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Temperamento sanguíneo (46)

Primer temperamento: El sanguíneo

Me gustaría recordaros que, si bien todos tenemos un temperamento preferente, en ningún caso existe un temperamento puro, sino una combinación de unos y otros que conforman nuestra personalidad. Los puntos clave de cada uno de los tipos nos darán pistas para hacer nuestro modelo robot. Hoy vamos a empezar por el temperamento más explosivo y más radical en su expresividad, además de ser el que más valora la amistad.

El temperamento sanguíneo es por excelencia el más realizador de todos. Es decir: su mayor valor es poder hacer lo que quiere. Además, cuando está en grupo, busca ser el centro de atención de todos los que le rodean. Como comunicador es incansable, y sufre cuando tiene que callarse o escuchar a los otros. Es charlatán de profesión. La clave maestra para identificar si uno es sanguíneo es: ¿me exalto de golpe y me recupero rápidamente sin darle importancia a mi explosión?

Gestionar lo imperfecto de uno mismo. El temperamento sanguíneoEstos puntos son los más sobresalientes de un sanguíneo, y si los cumples podríamos decir que tu identidad temperamental es sanguínea. ¿Eres de este tipo?

Si es así, tienes como característica principal tu alegría. Eres el más alegre de todos los temperamentos. No tienes parangón con otros tipos en tu nivel de receptividad hacia las impresiones externas, pues tu calidez y alta cualidad para hacer amigos lo propicia.  Contagias fácilmente con tu humor a tus compañeros, siendo igual de permeable a las alegrías que a las tristezas de los demás. Un punto a tener en cuenta es el rechazo que tienes a la soledad, lo que te lleva a buscar permanentemente la relación con el otro.

Tu locuacidad es enorme, y pocas veces te bloqueas para decir lo que piensas, aunque a veces tu franqueza resulta un tanto inoportuna. Esta facilidad para comunicarte tiene su culminación cuando cuentas historias que escenificas y dramatizas cuando la ocasión lo permite. Ciertamente, tu cordialidad te abre las puertas de la amistad, y tus amigos tienen la sensación de que todos son únicos para ti.

Tu cualidad más negativa es la falta de reflexión. Esto te ha provocado algunos disgustos de los que no eres del todo consciente en el momento en que suceden, a pesar de que son frecuentes en los ambientes más cercanos. En algunas ocasiones, te has sorprendido por  la reacción negativa que han tenido algunas personas próximas después de una indiscreción tuya o de tu violencia verbal. Muchos te dirán que eres como el champán.

Tu mayor enemigo es la disciplina. Por lo general, te dejas arrastrar por los excesos en la comida y la bebida, lo que provoca un sobrepeso que te cuesta muchísimo reducir. Tu tendencia a tener inflamado el vientre te incomoda y te evidencia como un «glotón».

Eres súper extrovertido, a veces en grado sumo, y resulta molesta tu necesidad de llamar la atención. También presentas grados de inestabilidad emocional que te hacen pasar de la hilaridad al llanto  en un instante, o de la paz a la ira.

Uno de tus grandes valores, y por el que eres admirable, es tu ausencia de rencor. Después de fuertes estallidos vuelves a la normalidad, sin entender el reproche de los otros.

Todos estos matices de tu temperamento sanguíneo podemos definirlos en seis escalas principales, que dan una información muy rica a la hora de aproximarnos a un conocimiento más profundo de tus comportamientos en diferentes momentos y ante diversas situaciones:

En qué centras tu atención: por tu condición de extravertido, tiendes a preferir relacionarte con el mundo exterior (entorno o personas). Te llenas  de energía cuando estás en la calle o en el campo, o cuando sales de tu oficina.

Cómo accedes a la información: te gusta que te entre por los cinco sentidos. Lo tangible te parece mucho más apetecible que lo imaginario. Quieres que las personas te digan las cosas claramente, y no te gustan las suposiciones.

En qué basas tus decisiones: eres emocional, y tus decisiones las tomas teniendo en cuenta lo que te gusta, las personas que aprecias y, sobre todo, los valores que sustentan tus principios.

Cómo tratas al mundo que te rodea: eres muy flexible y espontáneo, y quieres aprovechar todo lo que te rodea

Espero que compartas tu visión de este temperamento conmigo para crecer en esta investigación conjuntamente.

La próxima semana hablaré del flemático.

Píldora formativa sobre Roles de Comunicación:

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