Coherencia para seguir creciendo (193)Vivimos fragmentados. En la oficina somos un personaje, en casa otro. Hablamos de democracia y somos autócratas en nuestros corazones. Hablamos de querer al vecino, al que exterminamos con nuestro espíritu competitivo. Una parte de nosotros trabaja, mira y actúa independientemente de la otra. ¿Eres consciente de la fragmentación de tu existencia? ¿Puede percibir el campo total de la consciencia un cerebro que ha triturado la estructura de su pensamiento?

(Krishanamurti)
Quizá necesitamos revisar y analizar en el día de hoy nuestras incoherencias. Supongo que los miles de parados, los cientos de EREs empresariales, la continua pobreza y el dolor, entre otros lamentables estados actuales, surgen de las contradicciones en las que estamos sumidos.
Se nos olvidan las buenas intenciones cuando en nuestra cotidianidad nos dejamos arrastrar por los impulsos y peleamos por unos resultados financieros. La codicia nos hace afanarnos por lo que no es nuestro, e insultamos, despreciamos, oprimimos… Todo ello adornado de buenísimas intenciones. Estoy segura de que la maldad no existe, pero de que a pesar de ello vivimos errados y llenos de inconsistencias de las que tendríamos que ser conscientes.
Examinemos con justicia nuestro día de hoy y anotemos los actos que nos parecerían vejatorios si otra persona los hiciera. Al final solo podremos cambiar si somos conscientes de qué hacemos en cada momento.
La utilidad de las herramientas para el liderazgo, el éxito, el talento y la excelencia pasa porque seamos mejores personas con nosotros mismos, con nuestros equipos de colaboradores, con nuestros amigos y con los compañeros de vida.
¿Cómo los tratas?
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