La experta en comunicación no verbal Joaquina Fernández analiza para ABC.es la intervención de los dos líderes durante el debate.
No es un secreto que los mensajes del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, así como los del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, lanzados durante el Debate sobre el estado de la Nación habían sido preparados a conciencia. En una semana, han sido repetidos y analizados por todos los medios. Pero además de con las palabras, una gran parte del mensaje se transmite también con la parte no verbal: la apariencia, la voz, el paralenguaje, los gestos, la postura, las microexpresiones… Un ámbito no tan fácil de controlar con el que se forma todo un conjunto de comunicación: ¿Qué dijeron realmente los dos líderes? ¿Qué transmitieron más allá de sus palabras?
La experta en comunicación Joaquina Fernández analiza para ABC.es la actuación de los dos líderes en el debate. Desde por qué Rajoy subió el hombro derecho en un movimiento rápido al hablar de pensiones, hasta cuando Rubalcaba durante su intervención se metió la mano en el bolsillo. Pero, ¿el resumen? «La comunicación no verbal de nuestros líderes muestra una falta de identificación con la globalidad de la sociedad española. Tienen una tendencia a hacer discursos para sus partidos», explica Fernández. Eso sí, desde el comienzo de la cita se da una situación diferenciada entre ambos: mientras el presidente del Gobierno muestra la seguridad de quien tiene el poder, Rubalcaba mantiene una comunicación más reactiva que proactiva debido a su posición minoritaria.
Discurso de apertura
En la primera intervención de hora y media, Rajoy tiene «una postura hacia delante, con los brazos separados del cuerpo y manos en pronación, todo ello indicativo de poder y seguridad en sí mismo», cuenta Fernández.
«Esta postura de confianza personal está afianzada por su preferencia en el movimiento de la parte derecha de su cuerpo. En todo momento Rajoy muestra flexibilidad, movimientos más bien lentos, que son propios de su postura habitual», dice la también presidenta del Instituto Hune. De hecho, la seguridad en sí mismo y en su discurso será una de las características más destacadas durante todo el debate.
Tanto sus gestos como los movimientos de sus manos revelan la gran confianza del presidente en su mensaje, además de descubrir que pertenecen a «una persona que sabe que lo que dice satisface a un grupo de los presentes». Al analizar el contenido, también se ve con reiteración el orgullo de Rajoy. En opinión de Fernández, especialmente significativo es el momento en el que «deja de leer el guión y muestra orgullo e implicación al hablar de la realidad tangible de la situación mejorada de la economía» o cuando «muestra orgullo y un gesto retador y movimiento hacia la oposición, al mencionar que el rescate ya no es un tema de conversación».
Sin embargo, también su lenguaje no verbal será el pilar de una de las principales críticas que recibió de la oposición.
«Su mirada es fría y no está dirigida hacia el público, está más centrada en la lectura y en su mensaje. Propio de personas más intelectuales que emotivas. Esto hace que su discurso resulte muy contundente en la parte informativa, pero poco cercano». También su rostro es poco expresivo. No apoya el ímpetu que pone en su voz y en su mensaje oral. En otro plano, el análisis del contenido de su discurso reforzará lo mismo: «Su explicación se centra en la macroeconomía y da énfasis a los datos, lo que hace que su vinculación emocional casi no exista».
Y además… ignora al lado izquierdo de la Cámara.
«Su Proxémica es lejana con el lado izquierdo del Hemiciclo al que ignora la mayoría del tiempo», analiza la experta. En su opinión, este rasgo le fortalece a nivel nuclear aunque debilita su posición política en global. «Es quizá aquí donde Rajoy necesitaría hacer un trabajo dentro el campo no verbal que le ayudaría a ganar en liderazgo político, más allá de líder de un partido», cuenta Fernández.
Primera réplica de Rubalcaba
Y después de la pausa para comer, Rubalcaba sube a la tribuna… como si le pesara la situación. Esto es lo que transmite el cuerpo del líder del PSOE: tiene una postura hacia delante, con los brazos pegados al cuerpo y la espalda no recta, aunque según reconoce la experta, es una postura habitual en él. Pero durante el debate, «el cuerpo del secretario del partido de la oposición se muestra laxo, con demasiados movimientos que indican que está agitado y apasionado con su exposición. Su comunicación es retadora».
«En relación a los gestos en su exposición de réplica, Rubalcaba hace movimientos que son rápidos, de predominancia de la mano derecha que indica control y deseo de dominio. Sus gestos no buscan aprobación, ni agradar a los presentes, quiere dejar claro a través de contundencia y fuerza, que no está de acuerdo con los planteamientos de Rajoy. Sus manos se mueven en la parte media y hacia abajo del cuerpo. Es un acto de ofrecer sus datos para que sean analizados por los dirigentes del partido en el poder», cuenta Joaquina Fernández.
Al contrario de lo que le ocurre a Rajoy, la expresión facial de Rubalcaba sí transmite pasión por lo que dice. Su mirada es directa, «no para escuchar sino para dar su versión». En algunos momentos su rostro muestra enfado y cierta dureza en el gesto, algo propio de una persona que está en desacuerdo.
Según cuenta la experta, su paralenguaje es rápido, impulsivo, con subidas y bajadas de voz. «En algunos momentos emplea la asertividad para movilizar a los presentes hacia las cosas que dice. Un tono muy apasionado, con ritmo rápido y algunas veces quizá un poco atropellado». Pero también es cierto que su réplica, centrada en la microeconomía y con mucho contenido social, ayuda a empatizar.
Sin embargo, en uno de los momentos más comentados del debate, cuando Rubalcaba habla de los incidentes de Ceuta y de su alta estima por el cuerpo de la Guardia Civil, según la experta, «no muestra coherencia del contexto con su gesto, recalca sus palabras con la mano derecha en un gesto de precisión».
También hay otro detalle curioso. «Al tratar la mejora en turismo, Rubalcaba introduce una mano en el bolsillo cuando reconoce que el turismo ha ido bien, sin embargo dice que es a costa de contratos en precario». O cuando muestra gesto retador al tratar el tema de las pensiones y consigue que Rajoy muestre un gesto de incomodidad —sube el hombro derecho en un movimiento rápido—.
«Rubalcaba habla para los votantes de su propuesta, cercano, apasionado con los temas más sociales. Sin embargo la falta de contenido macroeconómico, salvo cuando niega los datos aportados por el señor Rajoy, hace que su discurso resulte en este sentido poco interesante, quizá hasta con cierto tinte pesimistaque se muestra en su comportamiento no verbal», resume la directora del Instituto Hune.
Contrarréplica de Rajoy
En la respuesta que da Rajoy, el presidente muestra mayor pasión aunque no cercanía. Cuando habla de su oponente, lo hace con cierta condescendencia, propia de alguien que sabe que no tiene opositor posible, cuenta Fernández. Hasta en 84 ocasiones Rajoy hace algún movimiento con su mano derecha, mientras que no hace ni la mitad de estos movimientos con la izquierda. «Indicativo de control, dominio, fuerza y poca cercanía».
En opinión de la especialista en comunicación no verbal, «hay momentos que son brillantes para sus seguidores, sin embargo podrían llegar a ser excelentes si Rajoy no se arropara en ellos y pensara en cautivar a la nación».
Contrarréplica de Rubalcaba
En esta réplica, el secretario general del PSOE es más imperativo, con gestos más contundentes, más agresivos a veces. Sigue poniendo el énfasis en temas sociales, en las personas que sufren, en las mujeres… «Su cuerpo se mueve de forma más desordenada, algo que indica cierta impotencia y tensión».
La experta concluye:
«Cualquiera de los dos políticos muestran a la Nación que es difícil unir economía con bienestar. Que si priman los resultados económicos no se piensa en las personas que van a beneficiarse de ello, y que si piensan en las mejores sociales no podrá existir una rentabilidad económica que permita hacer viable la sostenibilidad. La comunicación no verbal de ambos deja claro que su realidad está lejos unir ambos intereses en cualquiera de ambos líderes».