Hoy voy a haceros una lectura de cada temperamento, señalando cuáles de sus virtudes pueden llevarlo al éxito, y cuáles de sus defectos al fracaso.
El sanguíneo, por encima de cualquier cosa, necesita expresarse. Es primordial para él vivir su explosión, realizar sus ilusiones, ser el centro de atención de los grupos en los que participa, vivir cada experiencia con total alegría y excelente sentido del humor. Es el temperamento más extravertido, por ello adora integrarse con la gente en la calle, y con todo aquello que se mueve al aire libre. Se llena de todas las cosas que vienen de fuera. De este modo, se siente exitoso y pletórico. Es el mejor creador de climas agradables y distendidos, tan necesarios en estos tiempos, además de ser un actor nato, cualidad que explota cuando está en grupo. Es encomiable su capacidad de recuperarse, sin ningún rencor, de cualquier enfado suyo o ajeno. Su talento más preciado es la expresividad.