During my second month of nursing school, our professor gave us a pop quiz. I Breezed through the questions. The last said, «What is the name of the woman who cleans the school?»
Surely this was some kind of joke. He had often seen the cleaning woman at school. She was tall, with dark hair and was about fifty years, but how would I know her name? I Handed in my paper leaving the last question blank.
Before the end of the class teacher if someone asked the last question would count toward our quiz grade. «Absolutely,» said the professor. «In your careers you will meet many people. All are important and deserve your attention and care, even if they do is smile and say Hello! «
I never forgot that lesson. I also learned that the person who cleaned the school each day was named Dorothy.
The day starts spring is an extraordinary moment to remind all persons involved in our lives in one way or another. As the winds of this season, each and every one of the beings with whom we have crossed somehow have stirred our conscience, and have been architects of change of greater or lesser importance. They also cheered today. In a way, they encouraged our desire to move forward.
When you finish each day write down on paper the names of all those with whom you’ve connected, regardless of their position, and if you do not remember who forget and analyze what is the cause. Do you feel superior? Do you think these people do not deserve your treatment? «You’re just elitist and not paying enough attention to your welfare providers?
Whatever the answer, amend your attitudes and learn to appreciate the greatness of all the spirits around you. I write in my paper the name of Thomas, Amparo, Encarna, José Miguel … and I do not remember one person who treated me in the day. I hope to meet her and amend this slip.
Durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, nuestro profesor nos hizo un examen sorpresa. Leí rápidamente todas las preguntas. La ultima decía: «¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela?».
Seguramente esto era algún tipo de broma. Había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, con el cabello oscuro, y tendría unos cincuenta años, pero ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen dejando la última pregunta en blanco.
Antes de que finalizara la clase alguien preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. «Absolutamente», dijo el profesor. «En sus carreras ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes y merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y les digan ¡Hola!»
Nunca olvidé esa lección. También aprendí que la persona que limpiaba la escuela cada día se llamaba Dorothy.
El día que se inicia la primavera es un momento extraordinario para recordar a todas las personas que han participado de nuestra vida de un modo u otro. Como el viento de esta estación, todos y cada uno de los seres con los que nos hemos cruzado han agitado de alguna manera nuestra conciencia, y han sido artífices de cambios de mayor o menor calado. También han alegrado nuestros días. De alguna forma, incentivaron nuestros deseos de avanzar.
Cuando finalices cada jornada escribe en un papel el nombre de todas aquellas personas con las que te has relacionado, independiente de su cargo, y si no los recuerdas analiza a quién olvidas y cuál es la causa. ¿Te sientes superior? ¿Piensas que esas personas no merecen tu trato? ¿Simplemente eres elitista y no prestas suficiente atención a tus proveedores de bienestar?
Sea cual sea la respuesta, enmienda tus actitudes y aprende a valorar la grandeza de todos los espíritus que te rodean. Escribo en mi papel el nombre de Tomás, Amparo, Encarna, José Miguel… y siento no recordar a una de las personas que me atendió en el día de hoy. Espero volver a encontrarme con ella y enmendar este desliz.
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